LAS
MARCAS DE CANTERÍA EN EL PALACIO DE OLITE.
Por
Simeón Hidalgo Valencia (28 de noviembre de 2022)
“¡Por
fin! ¡Por fin!
Diez
años después de los primeros pasos que di allá por el verano de 2012 iniciando
el trabajo de campo en el Palacio de Olite, ha llegado el momento y doy por
concluida esta publicación sobre sus marcas de cantería.
Sé
de todos modos que, aunque ponga el punto final, la realidad se impone y lo
convierte en punto y seguido, dado que todo en esta vida es mejorable y otros
vendrán siguiendo la estela que ahora tienes en tus manos, dispuestos a
rellenar los baches de un camino complicado que yo no he podido evitar.
Quizás
entre ellos estés tú mismo, interesado como estás en la investigación y el
conocimiento de este tema de los signos lapidarios denominados como marcas de
cantería. Yo mismo he dedicado gran parte de mi vida a recopilarlos con
especial interés por esta querida tierra de Navarra y a darlos a conocer a
través de mis publicaciones, sea en papel o en digital a través de mi blog. El
tema sigue abierto y por ello, mientras pueda, seguiré prestándole mi atención,
aunque a un ritmo más pausado.
Hoy
te presento esta nueva publicación que lleva por título “Las marcas de cantería
en el Palacio de Olite” en la que se muestran 343 modelos de marcas diferentes,
algunas de las cuales pertenecen al grupo que denomino “marcas comunes o de
listado”, que se repiten a lo largo del tiempo y del espacio y otras, la
inmensa mayoría, se han recogido en el edificio en cuestión por primera vez.
Junto a estos 343 modelos podrás conocer a
muchos de sus posibles artífices, pues gracias a la documentación conservada se
saben los nombres, procedencia, sueldos, tareas, niveles profesionales de
muchos de los 392 mazoneros de la piedra que he identificado trabajando durante
el reinado de Carlos III, el Noble. Incluso conocerás a alguno más osado que
después de trabajar en Olite lo hará en el señorío de Equisoain, en el Valle de
Ibargoiti que, como los maestros canteros de siglos anteriores, aparece
firmando con su nombre y emplea la fórmula tradicional del “me fecit” para la
posteridad.
También
podrás ver cómo el tema del porqué y del objetivo de estos signos lapidarios
sigue todavía sin una respuesta clara y definitiva, pero te admirarás, como yo
lo hice en su momento, al descubrir cómo transmite conocimiento técnico el
gremio de los constructores sirviéndose de una marca grabada en alguno de los
sillares de las escaleras de caracol. ¿Qué se esconde detrás de las ballestas
del Palacio de Olite?
Aunque
hable del gremio de los canteros deberás tener en cuenta que la realización de
esta gran obra real se levanta gracias al trabajo conjunto de estos con otros
muchos gremios: carpinteros, serradores, pintores, plomeros, yeseros,
ceramistas, vidrieros, carreteros, etc., atendidos todos ellos por los braceros
o peones y en este grupo es donde he descubierto a las mujeres trabajando en el
Palacio de Olite. De ellas también trato contestando a una pregunta que se me
hizo. ¿Hubo mujeres trabajando en el Palacio de Olite?
Espero
que esta publicación que tienes en tus manos te resulte provechosa y amplíe tu
conocimiento sobre una profesión tan importante a lo largo de la Historia.
Construir con una materia noble como la piedra es garantía de pervivencia y
como las piedras nos descubren sus secretos cuando sabemos preguntar, conocemos
poco a poco las verdades que ocultan. Ojalá que nuestro diálogo con ellas sea
constante y podamos llegar a descubrirlas. Yo lo he intentado y algo me han
contado. Aquí te lo presento.”
Esta es la presentación
que hago al inicio de la publicación “Las marcas de cantería en el Palacio
de Olite”, que ha visto la luz silenciosamente, como en silencio se gestó a
lo largo de una década, pero es en el Prólogo donde señalo los objetivos que me
han movido en esta investigación.
“Durante
el verano de 2012 estuve recorriendo, de nuevo, la hermosa y venturada tierra
de Navarra. Lo he estado haciendo durante años siguiendo las huellas de los
constructores medievales.
Fruto
de ese peregrinaje fue mi libro “Canteros románicos por los caminos de
Navarra”, que presenté en el año 2009. El objetivo apuntaba a recoger,
catalogar y comparar las denominadas “marcas de cantería” que, según la
creencia más común, de la que conscientemente me desligo en gran medida porque
no he encontrado aún pruebas fehacientes, son las firmas de los canteros
plasmadas en los sillares que realizaban para contabilizar y cobrar su trabajo.
El
verano de 2012 me animé a retomar esta actividad, aunque orientado ahora,
preferentemente, hacia los edificios de época gótica de los siglos XIII, XIV y
XV y uno de los que primero vinieron a mi mente, después de trabajar en la
Ermita de San Zoilo de Cáseda, cuyo libro se publicó en 2020, fue el Palacio
Nuevo de Olite el que más me atraía y después de obtenidos los permisos del
director de Cultura de la época en Navarra di el salto desde Cáseda hasta Olite
por dos razones.
La
primera porque este palacio es una de las obras emblemáticas de la arquitectura
del siglo XV en el Reino de Navarra y paradigma de las construcciones reales
llevadas a cabo por el Noble Rey, Carlos III.
La
segunda, porque al dar temporalmente el salto desde el siglo XIV hasta el siglo
XV esperaba recoger los frutos de una administración puntillosa de las cuentas
del reino iniciada por Carlos II, creador de la Cámara de Comptos y encontrar
en sus registros la respuesta a uno de los interrogantes que no había podido
responder en mis estudios anteriores. ¿Realmente hay documentación en Navarra
que nos permita identificar una marca de cantería determinada con un maestro
mazonero conocido? ¿Es cierta la tesis tradicional que apunta a que la marca de
cantería que se talla en los sillares es la forma de saber el trabajo realizado
por un maestro y cobrar por ello? ¿Encontraría en algún documento listas de
mazoneros de la piedra escritas y al lado de sendos nombres la marca o signo
propio de cada maestro?
Así pues, con el ánimo renovado y con más
fortaleza física en este momento, me decidí a realizar el trabajo de catalogar,
analizar, valorar y comparar las abundantes huellas que los canteros que
trabajaron en este edificio dejaron grabadas en sus piedras”.
En esta investigación soy
fiel a mi método de trabajo, que desde el principio diseñé y que más de uno de
mis seguidores lo han ponderado y valorado. También lo expongo en el Prólogo
diciendo que:
“Sigo
fiel a mi método de calcar las marcas que encuentro con la finalidad de ser
preciso, pues así logro, después de perfilar la marca y escanearla,
reproducirla en su auténtica escala y se puede observar su tamaño real, cosa
que la simple fotografía no garantiza.
Es
importante este aspecto, pues el tamaño de las marcas de cantería es un punto a
tener en cuenta, que nos ayuda a situarlas en una época concreta. Por lo
general en época románica las marcas son más grandes, mientras que en los
siglos góticos son mucho más pequeñas. Siempre por lo general.
Para
realizar la exposición de las marcas recogidas comienzo con las situadas en el
Palacio Viejo en el que veremos algunas que parecen pertenecer al siglo
XII-XIII y otras que son de la época del Palacio Nuevo. En este último comienzo
por exponer las marcas encontradas en la planta baja: la Puerta de acceso a la
Sala de Excavaciones, la Sala siguiente y el Patio de la Morera y Pajarera. A
continuación, hago el recorrido indicado en la guía para los turistas: Escalera
de acceso a la Gran Torre, La Torre del Homenaje, Cámara de la Reina, Tocador
de la Reina, Cámara del Rey, Cámara de los Yesos, Galería del Rey, Galería de
la Reina, Torre del Portal de Fenero, Torre de la Atalaya o de la Joyosa
Guarda, Torre de los Cuatro Vientos o “Tres Finestras”, Torre de las Tres
Coronas y Escalera de Bajada. Termino el catálogo con una serie de Sillares
Reutilizados en algunas casas de Olite, pasando a continuación al análisis
correspondiente.
Haré
la comparativa con otros edificios, siguiendo el esquema de mi trabajo anterior
para ver de comprobar si también aquí se cumple lo apuntado más arriba en
relación con “marcas comunes” o “marcas de listado” y determinar las que son
propias y exclusivas, hasta el momento, de este edificio.
Por
último, sacaré las conclusiones propias de este edificio y añadiré unos anexos
relativos a algún cantero y marca concretos, así como al papel de las mujeres
en la obra del Palacio de Olite”.
Mis esperanzas estaban
puestas en encontrar pruebas que me permitieran alcanzar un grado satisfactorio
de seguridad en este terreno del porqué y del paraqué de las marcas de
cantería. El lector verá si lo he logrado o si la esperanza ha resultado vana.
“El
objetivo no es otro que dar a conocer, catalogar, analizar, comentar y comparar
las marcas de cantería que el Palacio de Olite nos ofrece. Si de paso se logra
encontrar datos o pruebas que permitan descubrir si es cierto que cada marca
corresponde a un cantero o a una cuadrilla y se puede asignar el trabajo
realizado por cada equipo, mucho mejor.
Espero
que la documentación existente nos aporte luz para que podamos dar nuevos pasos
y avanzar poco a poco en el sendero del conocimiento resolviendo cuestiones que
hasta el momento siguen en el aire. Vayamos paso a paso”.
Muchos somos los que en
este camino de la investigación sobre las marcas de cantería estamos
trabajando. Pocos, creo yo, tenemos la certeza al cien por cien sobre el
objetivo y función que desempeñan, pero entre todos podemos avanzar. Cada
trabajo que se publica en este terreno lleva muchas horas de dedicación,
estudio, reflexión, consulta documental en archivos o “in situ” y cada uno de
ellos despeja un poco la maraña del camino para los que vengan a continuación.
Al fin y al cabo, es un continuo. Por ello mi personal reconocimiento a quienes
me han precedido y mis ánimos a quien nos siga.
También quiero animaros a
que conozcáis esta obra que, alguien que me quiere bien, ha definido como tesis
doctoral. Otra cosa es que merezca el “summa cum laude”.
Si te animas y deseas
adquirir un ejemplar puedes hacerlo a través del 659303994. Su precio es de
30€, más gastos de envío si se envía contra reembolso. Hay que comentar que los
beneficios, si los hubiera, se donan a la Asociación Grupo Valle de Izagaondoa
que trabaja, sin ningún ánimo de lucro ni ayuda oficial, por el Patrimonio y el
desarrollo del Turismo en la Comarca de Izagaondoa, Navarra. Zona altamente
despoblada y envejecida, pero rica en herencia medieval que no queremos que
quede en el olvido. Por ello acudimos con nuestros propios recursos y
solicitamos la colaboración de la gente interesada en estos temas
patrimoniales.
Desde aquí nuestras
gracias anticipadas.
A.G.N. CO_DOCUMENTOS,
Caj. 107, N 10. 21
A.G.N. Firma de Johan Lome, escultor de imágenes.