jueves, 20 de abril de 2017

EL PETRUS MUSEUM

EL PATRUS MUSEUM

Por Simeón Hidalgo Valencia (20 de abril de 2017)

Hace tiempo que no escribía sobre el “Petrus Museum” que la Asociación Grupo Valle de Izagaondoa está montando en la Casa Zandueta en el lugar de Lizarraga de Izagaondoa.

Ahora vuelvo a recordar a mis lectores que este proyecto, reconocido por el Gobierno de Navarra como de interés social y cultural y catalogado con el distintivo MECNA (Mecenazgo Cultural de Navarra), sigue su curso y que se ha llegado a un momento decisivo para el mismo ya que el próximo miércoles, 26 de abril, llegarán al museo las piezas que se expondrán para dar a conocer parte del trabajo de la escuela popular de canteros del siglo XII-XIII, del que conocemos a su mejor representante, Petrus de Guerguitiáin, que dejó su firma en la iglesia de San Martín de dicho lugar.

Con la llegada de estas piezas, realizadas por los canteros modernos Joseba Lukuona y Ramón Górriz, amén de otras piezas originales cedidas en depósito por socios y vecinos, se podrá llegar a la meta de esta nueva etapa.

Las etapas anteriores se llevaron a cabo, como esta última, por personas animosas, que miran más por el bien general que el particular y que con entusiasmo, ilusión y sin ánimo de lucro, han trabajado o siguen trabajando, desde la esfera privada, por el Valle de Izagaondoa y la Comarca de Izaga.

Así, ya son visitables las salas de La Vid, de La Bodega y La Sala Polivalente que muestra en la actualidad la Exposición Etnográfica en honor de la familia Lizarraga-Irigoyen, que fueron los últimos moradores de la Casa Zandueta.

Pronto, como digo, se podrán visitar las salas Petrus I y Petrus II, así como la Sala del Pan y el Patio de las Estelas.

Mientras llega el momento, hay que seguir trabajando y haciendo las pruebas oportunas, como es la iluminación de las piezas, la realización de los carteles explicativos, los letreros indicativos, etc., etc., sin perder la ilusión en ningún momento y los propios medios con los que contamos.
   
En ello estamos y en ello estoy.



Salas del “Petrus Museum”

lunes, 17 de abril de 2017

IZAGAONDOA - LA IGLESIA DE SANTA EULALIA DE LIZARRAGA - I

IZAGAONDOA – LA IGLESIA DE SANTA EULALIA DE LIZARRAGA - I

Por Simeón Hidalgo Valencia (17 de abril de 2017)

Comienzo una serie de artículos que se refieren a la iglesia de Lizarraga destinados a dar a conocer la charla que impartí el día 1 de abril en dicho lugar, invitado por los organizadores del evento Lizarraga-2017, pues en este año se cumplen los 275 años de la bendición de la actual iglesia de Santa Eulalia, levantada con los sillares de la ermita de La Visitación de Nuestra Señora y la medieval iglesia de Santa Eulalia.


INTRODUCCIÓN:

Cuando se me propuso dar una charla sobre el patrimonio de la iglesia de Santa Eulalia de Lizarraga de Izagaondoa, dentro de las actividades del proyecto MECNA LIZARRAGA - 2017 impulsado por la parroquia, pensé que era de justa correspondencia hacia nuestro párroco, D. Ignacio, el prestarme para colaborar, dado que siempre he tenido las puertas abiertas, por su parte, para poder desarrollar las visitas guiadas que desde la Asociación Grupo Valle de Izagaondoa se han programado en el tiempo que lleva como párroco, sea en Urroz, sea en otras parroquias del valle. 

Quizás el título que pensé para la misma suene un poco raro al hablar sobre “El patrimonio espiritual”, pues habrá quien me diga que lo espiritual no tiene presencia física real y palpable y que pertenece al ámbito interno de cada persona y por lo mismo más hubiera de titularse esta charla “El patrimonio material o artístico de la iglesia de Lizarraga de Izagaondoa”, pero soy de los que opina que toda manifestación artística, es reflejo de las ideas y creencias de su autor o de la persona comitente que hace el encargo, reflejo de cada época concreta de la Historia, y por ello elegí este título para la charla de hoy, con la que pretendo, entre comillas, catequizar a mis oyentes y descubrirles lo que personalmente leo en las distintas partes de la iglesia de Lizarraga, intentando no quedarme en lo externo ni en el puro arte, sino profundizando en lo que la realidad externa esconde, que en definitiva es, para mí,  la fe, el sentimiento religioso, la moral y la ética, convertido sea, en el libro de piedra como es la portada de la iglesia, sea en imágenes, tallas o pinturas de personas santas, en su interior.

De hecho, esta labor la he venido haciendo en varias ocasiones, ya fuera en  los dos Recorridos románicos por la comarca de Izaga realizados, uno el 23 octubre de 2010 y otro el 15 de marzo de 2014, en que se visitó y comentó la portada de la iglesia de Lizarraga, entre otros hitos.

También en los veranos de 2015 y 2016 he tratado de leer, para los que han querido acudir, lo que en la portada de esta iglesia se narra, siempre, como decía antes, no limitándome a la mera descripción externa como se hace en las guías turísticas o en el Catálogo Monumental de Navarra, pues al fin y al cabo sería quedarnos en el exterior, en lo que denominamos arte y olvidarnos del interior y de que esas manifestaciones artísticas son reflejo de una fe. Lo que vemos son símbolos que al  leerlos e interpretarlos nos revelarán el auténtico significado espiritual, su mensaje.

Como anécdota personal he de contarles algunas reacciones que más de un vecino de los lugares en que he hecho de guía para explicarles su patrimonio, me ha comentado: “¡Hay que ver! Toda la vida viéndolo y ahora me entero de qué se quiere decir con estas tallas”. Otros se extrañan de que acuda a su pueblo gente de fuera y suelen decir: “¡Para lo que hay que ver! ¡Aquí no hay nada de interés!” y otros, más intrigados, comentan: “¡Pues será importante lo que tenemos cuando vienen de fuera a visitarlo!” Y la verdad es que hay cosas en los pueblos muy interesantes y de mucho valor artístico que a veces se valoran más por los de fuera que por los de dentro.

Espero que hoy, lo que voy a explicar, le sirva a alguna de las personas presentes y que los mensajes que el patrimonio espiritual de la iglesia de Lizarraga de Izagaondoa contiene, les anime a valorarlo, conservarlo y transmitirlo a las jóvenes generaciones. Con ello me daré por satisfecho.

Hagamos, pues, un viaje al pasado hasta llegar al siglo XIII y desde allí regresemos hasta nuestros días descubriendo cómo los hombres y mujeres que aquí vivieron plasmaron sus creencias cristianas, en cada momento.


 ¿QUÉ SABEMOS DE LA PRIMITIVA IGLESIA MEDIEVAL?

1º. Del edificio de la primitiva iglesia medieval poco sabemos, salvo por el testimonio que aportan en Pamplona el día 6 de marzo de 1741 “D. Juan Manuel de Yttoiz, vicario y primiciero de la Parroquial del lugar de Lizarraga y del Primiciero secular” (que era Juan Miguel de Olaverri). “Dicen que dicha Iglesia  se alla fuera de todo el cuerpo de dicho lugar en una eminencia próxima al montte y distante dos tiros de escopeta por lo que no pueden administrarse con puntualidad los Santos Sacramentos y en tiempos de lluvias  se llena dicha Iglesia de agua hasta las gradas del Presbiterio y se sube a dicha Iglesia, con mucha incomodidad por lo elevado del sitio pues en  tiempo de invierno se experimentan muchas caydas y dejan de asistir algunos a oir misa especialmente la gente anciana…”[1] 

2º. También sabemos que a la iglesia medieval corresponde la portada de la actual  iglesia y por sus características arquitectónicas deducimos que debió construirse bien entrado el siglo XIII, como lo demuestra también la talla de la Virgen con el Niño (llamada actualmente del Rosario) y su medieval pila bautismal.

3º. Más tarde, a lo largo del S. XVI, se construyó la sacristía a partir de 1586; se tallaron y montaron los retablos más antiguos y en 1692 se da el mandato de realizar el Crucificado. Según el Libro de Fábrica en la visita del 27 de febrero de 1701, estas últimas piezas forman parte del inventario: “Primero tres altares con sus retablos pintados, dorados y estofados y el altar mayor de la Abocación de Santa Eulalia= Y el otro de Santa Cathalina y el otro de San Antón= Una efigie de Santo Cristo de bulto entero para la adoración…” A éstas como a otras imágenes así como a la Pila Bautismal, se las cita el 1 de agosto de 1742 en el decreto donde se da el permiso para transportarlas a la actual iglesia.

4º. Además conocemos que en la iglesia medieval, (aunque ya existía el cementerio al aire libre realizado por Pedro de Ayanz, maestro cantero, con fecha de 1696,  que costó 631 ducados y 3 reales, en el atrio) seguían existiendo enterramientos. Este detalle me hace suponer que como en otras iglesias de la época, el suelo original sería de tierra, más cuando el 18 de noviembre de 1720 al liquidar las cuentas del año 1701 de Juanes de Landibar, dueño de la Casa de Mercatariazena se “le hace cargo de quatro ducados por una sepultura que ha adquirido dentro de la Iglesia con título que le a dado su Ilustrísima”, pero 108 años antes, “Don Pedro de Garralda, vicario de Cenborain y natural de Lizarraga pide al obispo un derecho de sepultura en su iglesia natal, en lugar distinto del que está asignado para enterrar a los clérigos…”[2]

5º. Por un mandato de la visita del año 1720 sabemos que la iglesia antigua contaba con una torre, pues se manda que “se componga la torre del campanario y se haga fundir una campana nueva por hallarse quebrada la que ay.”

6º. Sabemos, por último, que en la antigua iglesia, como se deduce por el primer mandato de la visita de 1720, se predicaba “en bascuence”, lengua materna de los feligreses, para que mejor comprendieran la doctrina.


LA NUEVA IGLESIA DEL SIGLO XVIII 


El 6 de marzo de 1741, Don  Juan Manuel de Yttoyz,  vicario y primiciero, junto al primiciero secular, presentan a través de su representante  el procurador Don Miguel de Huarte, la solicitud de la construcción de una nueva iglesia en Lizarraga. El ilustrísimo señor obispo de Pamplona, Don Francisco de Añoa y Busto encarga a su Vicario General, el licenciado Don Antonio Fernández de Bizcaya el estudio y decisión sobre tal solicitud que los peticionarios justifican de la manera siguiente: “…dicen que dicha dicha Iglesia se alla fuera  de todo el cuerpo de dicho lugar en una eminencia próxima al montte y distante dos tiros de escopeta por lo que no pueden administrarse con puntualidad los Santos Sacramentos y en tiempos de lluvias se llena dicha Iglesia de agua hasta las gradas del Presbiterio y se sube a dicha Iglesia, con mucha incomodidad por lo elevado del sitio pues los tiempos de invierno se experimentan muchas caydas y dejan de asistir algunos a oir misa especialmente la gente anciana y en el cuerpo de dicho lugar hay una ermita con la advocación  de la Visitación de Nuestra Señora, y por ser paraje cómodo se desea edificar y construir en ella la Parroquia, pues con la piedra que hay en una y otra hay suficiente y aun sobra…”

El documento que recoge todo el trámite de esta petición del 6 de marzo de 1741 está contenido al final del libro de Fábrica de la Iglesia de Santa Eulalia de Lizarraga. Ante esta solicitud el Vicario General del obispado encarga a Don Juan  Miguel Goyeneta que era el “maestro y vedor de obras eclesiásticas” que “partiese al lugar de Lizarraga, y en vista de la Basílica e Iglesia que se expresan en dicha Petición, y demás que tuviere por conveniente sacase trazas y condiciones, y hiciese su Declaración Jurada en razón a lo referido…”

Realizado el encargo, el maestro y encargado de las obras eclesiásticas presenta las siguientes trazas o planos de la nueva iglesia y redacta las 14 condiciones técnicas para levantar la nueva iglesia.

El 11 de marzo de 1741 ya tiene Don Antonio Fernández de Bizcaya, el Vicario General, la extensa Declaración Jurada que realiza el maestro y vedor de obras eclesiásticas Don Juan  Miguel Goyeneta y con esa fecha “concedemos licencia al Vicario y Primiciero secular del lugar de Lizarraga, Valle de Unciti,…pueda hacer ejecutar la nueva iglesia que pretenden… valiéndose para ello del maestro o maestros, de su mayor estimación…”

Para poder celebrar el culto mientras se construye la iglesia se dice en la primera condición  que “se haya de dejar en ser el crucero de dicha Iglesia para ermita y para que puedan celebrar los oficios divinos mientras se fabrique la nueva iglesia…” y antes de la firma de aprobación se recuerda “que así hecha dicha fábrica quede el sitio de la dicha Iglesia antigua en lugar de la referida basílica y con la misma advocación de la Visitación de Nuestra Señora celebrándose en ella los oficios y santos sacramentos como antes interin se ejecuta la nueva fábrica.”

Con todos los permisos en regla se elige al maestro cantero Juan Ángel Echeverría y ante notario se hace el contrato. Se añaden otras 12 condiciones que obligan al maestro cantero y que éste las acepta, firmándose el contrato por ambas partes el día 13 de octubre de 1741.

Cabe destacar entre las nuevas condiciones:

El precio: 8.683,5 Reales.

La que dice que “hay que enladrillar todo el cuerpo de la iglesia”, por la posible contradicción que existe con el tema de las sepulturas en  el Decreto de traslado del mobiliario sacro así como de los restos de los difuntos que estaban enterrados en la iglesia medieval. Si se enladrilló el suelo de la iglesia nueva ¿hubo que volver a levantar el suelo para los enterramientos? ¿Hay restos humanos dentro de la iglesia actual?

La que se refiere al aprovechamiento de las bóvedas de la sacristía antigua cuyo contrato data de 1586, para realizar el coro de la iglesia nueva. Reza así: “…mirando a la conveniencia y susistencia de la Iglesia, han convenido que dicho Echeverría haya de hacer dicho coro con las bóvedas que se hallan en la sacristía de la Iglesia que se pretende trasladar…”

También se modifica el arco que cae debajo de la torre. “Aunque por las condiciones consta deberse hacer con ladrillo en rosca… deberá hacer con piedra…”

Se fija también el inicio y fin de la obra. Para el 10 de diciembre de 1741 las obras han debido de comenzar “… y la conclusión de toda la obra haya de ser para el día siete de julio de mil setecientos cuarenta y dos…” Fin de  la obra 7 de julio de 1742. Se construirá en 7 meses, de tal manera que la Comisión para bendecir la nueva Iglesia Parroquial del lugar de Lizarraga se firma el 1 de agosto de 1742.

“el Licenciado Don Pedro Antonio Fernández Bizcaia, Vicario General del obispado de Pamplona por el Ilustrísimo Señor Don Francisco Añoa y Busto obispo del y electo Arzobispo de Zaragoza…” decreta que comisiona y faculta al Vicario de la iglesia de Lizarraga “para que vea, y reconozca la nueva Iglesia Parrochial, que en virtud de nuestra Eminenzia se ha hecho en el dicho Lugar, y hallándola perfectamente acabada, y decente la bendiga en la forma dispuesta por el Ritual Romano, y traslade a ella el Santíssimo, Imágenes de los santos, y Altares que se hallaren en la antigua Iglesia, y la Pila Bautismal [ ] y que se execute con las ceremonias, y solemnidades correspondiente. Y para que assi hecho se pueda libre y lícitamente celebrar en la referida nueva Iglesia  el Santo Sacrificio de la Missa por qualesquiera Sacerdotes, Seculares, ô Regulares Aprobados. Y asimismo damos facultad al dicho Vicario para que en la nueva Iglesias señale à sus feligreses sepulturas arreglándose á los sitios, y orden, que tenían en la antigua, y assi hecho con acuerdo, y madurez, y sin que haya perjuicio de Terceros comparezcan los interesados a solicitar por la Secretaría de Camara los  despachos correspondientes para usar de las sepulturas que les sañalare, y trasladar a ellas los huesos de sus antepasados”.

Una vez recibida esta Comisión se procedería a lo ordenado, trasladando los retablos, las imágenes de la Virgen, la pila bautismal y demás enseres litúrgicos y es de suponer que una vez todo montado en su nuevo lugar se bendijera la iglesia y en solemne procesión se trasladara el Santísimo y tuviera lugar fiesta en el pueblo. No tenemos la fecha exacta de la bendición, pero al ritmo que fue esta construcción posiblemente sería a lo largo del mes de agosto. Ya no había que sufrir las inclemencias de subir con mal tiempo a una iglesia fría, inundada por el agua y transitar por peor camino. No habría excusa para no asistir a las ceremonias religiosas pues la iglesia estaba en el centro del pueblo.

Este viaje lo harían para ir a rezar a la ermita de la Visitación de Nuestra Señora que se convirtió en el edificio más antiguo, dado que correspondía al presbiterio de la antigua iglesia. ¿Qué queda de esta parte de la iglesia medieval del siglo XIII? A la vista, nada.

También, forzoso era, cuando morían, pues en esa zona estaba el cementerio. En la visita del 28 de noviembre de 1791 al rendir cuentas de los años 1788 al de 1791 se dice que “También se da en data, veinte y quatro reales quince maravedíes que pagó a Xavier de San Miguel, Carpintero, por un ataúd ô caja para conducir los difuntos a la Iglesia”  y de ésta hasta el cementerio aledaño a la antigua iglesia. Ataúd que se guardaba a la espera del siguiente fallecimiento.

“Memoria de la obra de la nueba Iglesia del lugar de Lizarraga”

Primeramente importa toda la cantidad sin las mejoras que se le ha de pagar â Echeverría………………………………………………………………………..8683rs 18mrs
Las mejoras importan por entero……………………………………………..0384rs 00 “
Los cimientos importan en mejoras…………………………………………..0279rs 00 “
El coro importa………………………………………………………………….0005rs 00 “
Por todo lo demás de mejoras importe………………………………………0040rs 00 “


LA PORTADA DE LA IGLESIA MEDIEVAL

De la portada medieval de la iglesia de Santa Eulalia escribí hace tiempo con ocasión del primer recorrido románico del Valle de Izagaondoa[3], publicado posteriormente en el libro “Las claves de Izagaondoa”.

…continuará.
           





[1] Archivo Diocesano de Pamplona: LIBRO DE CUENTAS DE LIZARRAGA, Caja 1861-5
[2] Archivo Diocesano de Pamplona; Secr. Treviño. C/234- nº 30  69 folios.

jueves, 6 de abril de 2017

ESTELAS - HILARRIAK: LIZOAIN-aRRIASGOITI (NAVARRA)


ESTELAS - HILARRIAK:  LIZOÁIN - ARRIASGOITI
(NAVARRA)

Por Simeón Hidalgo Valencia (06 de abril de 2017)


El día 1 de abril de 2017 tuvo lugar la inauguración de la Exposición  ESTELAS-HILARRIAK recogidas en el Valle de Lizoain-Arriasgoiti, que estará abierta al público hasta el 30 de septiembre del presente, los sábados, domingos y festivos de 12 a 14 horas.

Los que asistimos a tal evento quedamos impresionados por el trabajo realizado y por lo bien que se hicieron los distintos actos de la inauguración.

Entre la gran colección de estelas se destacó una por su "importancia especial, por cómo la encontramos y porque a diferencia de otras estelas que aquí vamos a ver tiene texto. Algo muy inusual en estelas de esa época. Creemos que puede datar del siglo XIV. El texto está en proceso de estudio", se nos comentó. 

Como en este "proceso de estudio" no se mencionó el trabajo y el esfuerzo que realicé en su día, así como la charla que impartí sobre mi propia investigación, única dada a conocer hasta el momento, ya que ningún otro estudioso del tema se ha decidido a estudiarla en profundidad, es por lo que creo conveniente volver a publicar lo que el 14 de febrero de 2014 di a conocer a través de mi antiguo blog. 

En el epílogo de la charla que impartí entonces, afirmaba que "Todavía hay cosas que confirmar, pues hay alguna parte hasta el momento perdida que nos daría mayor precisión en la tercera y cuarta líneas, pero personalmente veo bastante abierto el camino. Otros darán posiblemente otra interpretación que relativizará lo que yo ahora digo y afirmo."

Han pasado ya tres años desde entonces y ningún otro u otra se ha animado a hacer su estudio en profundidad y darlo a conocer. Ojala alguien más docto que yo lo intente y nos exponga sus conclusiones. Mientras tanto, soy yo quien ha dado el primer paso, y como todos los primeros pasos sirve para desbrozar un poco el camino. Camino que quizás haya errado, pero al fin y al cabo, lo he andado. Cosa que reivindico, aunque en la inauguración se solventara con un lacónico "El texto está en proceso de estudio".

A continuación el texto que publiqué.


LA ESTELA EMPAREDADA DE LIZOÁIN – NAVARRA

Por Simeón Hidalgo Valencia (14-02-2014) 


INTRODUCCIÓN:

La antigua iglesia de San Miguel de Lizoáin ha devenido con el paso del tiempo de ser un edificio religioso dedicado al culto cristiano católico a ser una futura sede cultural donde se desarrollarán algunas de las actividades culturales del valle de Lizoáin-Arriasgoiti, cuyo Ayuntamiento adquirió no hace años el solar al Arzobispado de Pamplona.

Desde entonces, se viene restaurando gracias a las aportaciones y ayudas de distintos entes y programas, pero es sobre todo al empeño del propio Ayuntamiento, de la Asociación Ripakoa y de la colaboración voluntaria de vecinos y vecinas por lo que este proyecto sigue adelante.

¿Qué me llevó a acercarme una vez más por Lizóain?

Pues fue la misma alcaldesa, Amaia Ekisoain, quien en las últimas Ferias de Urroz-Villa me enseñó una foto de una piedra que habían encontrado al descubrir una ventana que siglos pasados se había cegado y al ver la inscripción que contenía me metió el gusanillo en el cuerpo por saber qué se decía en ella.

El sábado día 30 de Noviembre, como hacía un sol radiante, quedé para ver el descubrimiento.


Resulta que la ventana gótica de la cabecera del edificio estaba cegada y, como es un punto de luz natural importante para el edificio, se planteó volverla a abrir. Entre las piedras que se quitaron apareció una estela funeraria rota en dos pedazos. Uno el disco, aunque no está completo, y otro el pie.

La sorpresa fue que una de las caras del disco presenta una inscripción a lo largo de cuatro renglones, lo que no es muy frecuente en las piezas de este género que se han encontrado y catalogado hasta el momento.

El hueco que nos ocupa, posiblemente, digo posiblemente porque se ha perdido la documentación anterior al año 1875[1], se cerraría con las obras realizadas en torno al siglo XVI cuando en muchas iglesias se construyó la sacristía, se cerraron vanos, se colocó el coro al fondo de la misma, se reformó la bóveda en parte o en su totalidad, se colocaron retablos,…

DESCRIPCIÓN:

La estela descubierta en la antigua iglesia de San Miguel de Lizoáin se hizo, sería lo más correcto pensar, para señalar el lugar de enterramiento de una persona en el antiguo camposanto medieval aledaño a la misma, siguiendo la costumbre de la época bajomedieval. 

Está realizada en piedra de arenisca por un cantero popular que domina la técnica de labra de este tipo de mobiliario funerario con relativa pericia, pues si bien el grueso de la estela está bien trabajada, tanto en el disco como en el pie, la calidad de los grabados de sus caras dista bastante de la perfección, sobre todo en la cara en que aparece la escritura, como se contempla a simple vista.

La altura total es de 66,5cm., de los que 37cm. corresponden al disco.

El disco en su origen tuvo 40cm. de diámetro, aunque en la actualidad el diámetro horizontal ha perdido unos 6,5cm. Aparentemente el diámetro vertical parece menor pero si sumamos los 3cm. de la orla que seguiría por la zona del pie tenemos los 40cm. Ha perdido una sección circular lateral y presenta una anchura máxima de 33,5cm., siendo su grosor de 16,5cm. en la parte superior y 12cm. en su encuentro con el pie.

El pie tiene 29,5cm. de altura por 20cm. de ancho y unos 12cm. de grosor.

Sendas caras del disco presentan decoración en relieve a causa del trabajo inciso realizado.

En una de las caras, llamémosla A, aparecen cuatro renglones de texto realizado en la gran parte del semicírculo superior. Debajo del mismo se labra una cruz latina cuya anchura fluctúa alrededor de los 3cm. Una orla de unos 3cm. de anchura perfila la parte inferior de la cara. Hay que señalar, pues puede ser importante, que en la zona correspondiente al texto no se ha realizado la orla.  Tanto la zona del escrito como la cruz y la orla  mantienen el plano original de la cara.

La cara posterior, la B, presenta mayor regularidad y está ocupada por una cruz griega cuyos extremo superior y laterales se abren en flor de tres pétalos semejando el esquema de la flor de lis, mientras que el extremo inferior es recto y se hace uno con el pie.
Esta cara toda ella está enmarcada por una orla salvo en la parte correspondiente al pie de la cruz citada. En los dos cuarteles superiores aparecen sendos anagramas de Jesús. Como en la cara A tanto los dos cuarteles superiores como la cruz griega,  la orla y el pie están en el mismo plano original.

El canto del disco de la estela presenta sendas acanaladuras en todo su perímetro. 


TEXTO


En una estela de estas características lo que llama la atención en primer lugar es su abundante texto, lo que no es muy frecuente ver en las estelas discoidales, lo cual confiere a esta estela particular categoría e interés.

A su vez el texto inmediatamente nos reta a descifrarlo y descubrir el mensaje, que a modo de epitafio, aquí se grabó.

Según me comenta mi amigo y asesor en este terreno, Koldo Colomo, tan sólo en la estela navarra de Iranzu aparece tanto texto.

Contemplando la estela de Iranzu se aprecia a simple vista el distinto nivel de la pieza comparada con la de Lizoáin. Sin duda el poder económico, así como la categoría del difunto hacen que la estela de Iranzu esté, artísticamente hablando, por encima de la de Lizoáin, si desde este punto las contemplamos. La inscripción en este caso se hace sobre la orla de la estela con el tipo de letra gótica textual, siendo su nivel de ejecución una muestra de que el maestro cantero tallador era de un nivel profesional muy superior a quien escribe en Lizoáin. El personaje a quien hace referencia es el Prior Pedro a quien se le desea en forma de oración el eterno descanso.[2]

En segundo lugar hay que decir que el tipo de letra nos remonta a la escritura gótica, aunque esté muy lejos de la gótica textual. Los rasgos rectos o rígidos de las letras, la economía que se hace del espacio con el fin de que se pueda escribir mucho en el mismo, el uso de contracciones de las letras así como el uso de abreviaturas nos lo pueden confirmar. [3]

En este punto hay que hacer notar un diseño muy particular de lo que parece ser aquí la grafía del sonido Z que se hace a través de una pequeña espiral que se bifurca en su extremo inferior y que se encuentra en la cuarta línea. Diseño que se ha encontrado grabado con frecuencia como marca de cantería en edificios de finales del siglo XII y comienzos del XIII.[4]

En tercer lugar hay que considerar la hendidura profunda del texto sobre la superficie lisa de la cara A, que otorga un aparente primitivismo a la pieza.

Estos tres aspectos anteriores pueden servir de ayuda cuando se aborde el apartado referido a la datación de la estela, pero el paso siguiente que ahora hay que dar es tratar de identificar el texto y ver hasta dónde logramos descubrir su mensaje.

Antes hay que decir sobre la persona que realiza este trabajo que parece lo acomete sobre una superficie lisa donde al menos en la parte del escrito no ha efectuado orla alguna en clara diferencia con la mitad inferior de la cara, donde está la cruz latina, que sí la tiene. Sobre la cara plana replantea su trabajo a través de cuatro renglones, aunque el cuarto pudiera ser un añadido obligado por la falta de precisión entre texto y espacio reservado ya que a todas luces el tamaño de las letras es mucho más pequeño. Lo mismo sucede con la primera línea. No ha replanteado adecuadamente y ha de ir disminuyendo el tamaño de las últimas letras y adaptarlo al entorno del disco.


IDENTIFICACIÓN DEL TEXTO DE LA CARA A

Este es el último calco realizado sobre la propia estela en presencia de varias personas interesadas en el estudio de la misma.

Para identificar cada una de las partes de la inscripción me serviré de las fotografías de las mismas.

Esta primera parte está bastante desgastada y hay que fijarse mucho para descubrir algo que pudiera ser único en las estelas discoidales hasta el momento, que parece seguir la costumbre de algunos documentos que comienzan con la invocación a Dios, a la Trinidad, con el Crismón, etc.
En este caso se graba: SS N H, que interpreto como S(antí)S(imo) N(ombre) JESÚS.
El anagrama de Jesús está formado por la H y la J en medio. Sobre la J, un poco a su izquierda, se llega a apreciar los restos de una pequeña +.

 
A la invocación inicial le sigue la palabra IO, YO

Sigue a continuación la abreviatura formada por las letras MIG, que haría relación al posible nombre del destinatario de la estela: MIGUEL

Después se lee muy bien la palabra LICIO.
La primera  impresión fue relacionar Licio con Lizoáin y consulté sobre el posible origen romano de este lugar a partir del nombre Licio. Julio Caro Baroja no comenta esta localidad. La más cercana y parecida es la de Linzoáin.[5] ¿No resulta ciertamente sospechoso el parecido de este nombre con el del lugar donde vivió Miguel?
El hecho es que Licio es un nombre que pudiera tener su origen en relación con la región del Asia Menor denominada Licia, que se haya en la costa mediterránea, pero también puede derivar de la palabra griega Lyke, Luz. Esta variante masculina, Licio, aparece en la mitología griega como uno de los sobrenombres de Apolo.[6]

Al final del primer renglón, también bastante erosionado he logrado identificar las siguientes letras: La L, que se ve claramente. Vendría a continuación una I de cuya parte inferior se sirve  el tallista para hacer el primer trazo de la “n” minúscula y el segundo trazo de la misma le sirva para realizar el primer trazo de una “u”. Aprovechando la curvatura inferior de la u realiza una “s”, cuyo extremo superior lo inicia en la segunda parte de la u, lo que daría como resultado el nombre de LInus. LINUS.
Otra lectura, fue la primera que hice, se orientó a considerar aquí el vocablo LHUR, cuyo sonido recuerda al euskera, como Tierra, pero los filólogos no vieron esta posibilidad debido a la H.
Creo que la interpretación LINUS es más correcta pues se relaciona, como comentaré más adelante, con los dos nombres anteriores de la inscripción: Miguel y Licio.

El segundo renglón comienza con un término que a primera vista y más al pronunciarlo, sigue sonando a vasco. Aquí se lee claramente MAITI y aunque los filólogos no ven la conexión con el euskera por su terminación en “ti” la fonética parece llevarnos al idioma que se hablaba como natural entre los habitantes de la zona. ¿Pudiera ser una variante zonal de “maitia”?

La segunda palabra de este renglón es MARC. La C última pudiera ser la grafía incompleta de una E.
Estos “fallos” de escritura son frecuentes en grabados realizados por personas que posiblemente no dominaban ni la lectura ni la escritura porque no eran personas instruidas, sino artesanos que cuando escriben en la piedra se limitan a copiar lo que se les ha dado. Alguna otra “equivocación” veremos en esta misma estela.
Posiblemente se quiso hacer referencia a la palabra MARE.
Sería, por tanto, el nominativo, vocativo, acusativo o ablativo del singular de Mare-is, que hace relación a la anterior “Maiti”.

 
El inicio de la tercera línea se ha perdido. Calculando la trayectoria del perímetro del disco de la estela posiblemente falte una o dos letras anteriores a la “u” y a la “n”.
El término acaba en “un” y quizás por el contexto del resto de la frase se pudiera adivinar, pero por ahora hay que ajustarse a lo que se ve. ¿?UN

Aquí tenemos una abreviatura latina. Es el epitafio recogido en la frase latina “Requiescat in pace”, cuyo significado es "Descanse en paz".
Aquí se resume con las letras CRP, en este orden, para poder unir los rasgos verticales comunes a las letras R y P.  “RequiesCat in Pace”.



Después podemos ver una letra sola. Es la L.
En números romanos la L indica el 50, lo que nos da información sobre los años que tenía la persona cuando falleció. Descansó en paz a la edad de los 50 años.

A continuación otra palabra en latín se escribe en estos términos: RUNIUS.
Claramente se aprecia otra “equivocación”  en la primera letra. Según el tipo de letra ha grabado una R, cuando posiblemente quiso realizar una I que sería el trazo vertical, pero añadió, por lo que se aprecia, el horizontal a la derecha como en las otras R del texto. Su intención parece era escribir “IUNIUS” = JUNIO, indicando así el mes del óbito.

Termina esta frase con una C.
Como se puede apreciar esta línea nos está informando del momento del año en que tuvo lugar el fallecimiento a la edad de 50 años. Ahora precisa el día del mes, que no es otro que el 1 de Junio que corresponde a las Calendas, que es lo que parece indicar esta letra.

La cuarta línea también parece estar incompleta, lo que dificulta aún más su lectura e interpretación.  Lo que ahora se lee puede ser o “NAIZ  ARI” o “NAIZARI”. En el primer caso el sonido recuerda al euskera, aunque tampoco se atreven a valorarlo como tal los entendidos. En su lectura, “naizari”, lo he encontrado como nombre o apellido de personas. He contactado con personas de Venezuela que lo llevan y con personas árabes. No he obtenido respuesta ante mi petición de su posible significado. De todas formas al estar esta palabra incompleta pudiera ser que no sea ni lo uno ni lo otro.
Esta primera parte se separa de la que veremos a continuación por los dos puntos finales.

Termina el escrito con el término RA, que posiblemente sea una abreviatura, pero que se escapa a mi interpretación en este momento, ano ser que se refiera a Ra como dios egipcio, lo que complicaría más el escrito.

Así pues, lo que aquí leo es lo siguiente:

SS N JESUS  IO  MIG  LICIO  LINUS
MAITI MARE
¿?UN  CRP  L  IUNIUS  C
¿?NAIZARI : RA

Es decir, en lo que intuyo, puede interpretarse como:

EN EL NOMBRE DE JESÚS YO MIGUEL LICIO LINUS
AMOR POR EL MAR (MARINERO)
¿?UN (Desconocido) DESCANSÉ EN PAZ A LOS 50 AÑOS EL 1 DE JUNIO
¿?NAIZARI : RA (Desconocido)

Después de la invocación a Jesús parece que el mismo difunto nos habla y nos menciona sus nombres, en el primer renglón.
Nos declara su amor por el mar, si no es su profesión, en el segundo.
Nos dice algunos datos del momento en que descansó en paz, día, mes y edad, aunque no nos comunica el año, en el tercero.
El significado del cuarto se me escapa en este momento.  


IDENTIFICACIÓN DEL TEXTO DE LA CARA B 



En la cara B de la estela, también en los cuarteles superiores, se aprecian dos monogramas del nombre de Jesús. [7]

El de la izquierda está más estropeado, pero gracias a la incisión profunda del grabado se puede leer. Está formado por las letras IHS. La primera en el centro de la H y la S sobre las otras dos. La I parece que tiene forma de cruz latina.

El de la derecha se ha conservado muy bien y se puede leer con toda claridad: chs, manteniendo el trazo superior de la h la forma de cruz latina igualmente. 

DATACIÓN

Sabemos que la persona a quien representa esta estela murió el 1 de Junio pero como no se añade el año habrá que acudir a otros indicios que más o menos puedan dar algo de luz en este punto.

El primer dato que hay que tener en cuenta es que esta estela, como se ha dicho, aparece entre el material que se empleó para cegar el ventanal gótico del ábside plano de la iglesia de San Miguel y desde entonces no ha sufrido desgaste alguno, por lo que tal como la vemos ahora así estaría cuando se colocó como material de cierre. El desgaste que muestra en la parte superior del disco indica que ha pasado un tiempo considerable desde su ejecución. Se podría calcular entre 50 a 100 años, si no más.

Si se lograra saber cuándo se cegó el ventanal tendríamos un punto de referencia fidedigno para situar esta estela antes de esta fecha. Este dato del cierre de la ventana no se ha podido lograr investigando el Libro de Cuentas en el Archivo Diocesano, pues el que allí se encuentra da noticias, como ya se ha informado, a partir del año de 1875.

Sabemos que la portada de la iglesia corresponde al siglo XIV y que la estructura del edificio está en la línea de otras iglesias hermanas de la zona: Larrángoz, Redín, Iriso,… [8]

Sabemos que en el siglo XVI, a raíz del concilio de Trento, se hicieron reformas y ampliaciones en la mayoría de las iglesias: Coro, sacristía, torres, bóvedas,… y ésta de San Miguel no fue una excepción, como lo demuestra el coro en piedra.

Sabemos, se conserva en parte, se pintó al menos la pared recta del ábside. Conocer a qué época corresponde esta pintura también nos ayudaría en la catalogación aproximada de la estela. ¿Se pintó antes de cegar la ventana? ¿Se hizo después? ¿La zona tapiada del interior de la ventana se pintó con el mismo grafismo?

Si la iglesia se construyó entre los finales del siglo XIII y comienzos del XIV hay que pensar que durante un largo período de tiempo no se viera la necesidad de cegar la ventana. En este período es lógico suponer que la iglesia estuviera pintada.

Posiblemente la ventana se cerró con ocasión de la colocación del retablo mayor, del que sólo nos quedan como muestras algunas de las esculturas que lo formaban.
Podemos calcular que entre la segunda mitad del siglo XVI o a lo largo del XVII fue cuando se colocó dicho retablo, por lo que habría que pensar que la estela correspondería a finales del XIV o con más posibilidad al siglo XV, si tenemos en cuenta su desgaste superior y otros detalles labrados en la misma, como los anagramas de la cara B.

Por el tipo de letra estamos en época gótica. ¿Finales del XIII, siglo XIV?
Por la presencia de los monogramas de Jesús se refuerza esta idea de que estamos en época gótica.

Por la presencia de la cruz latina, según me informa Koldo Colomo parece corresponder al siglo XV, al menos. Me dice lo siguiente:

“Simeón, me ha llegado la estela de Lizoáin por otra vía. Esta vez me han enviado la cara epigrafiada completa y me he llevado una sorpresa al ver una cruz latina debajo. Este tipo de cruces son posteriores en el tiempo por lo que cabria pensar que o bien se hizo a posteriori reaprovechando la estela o bien la estela es menos antigua de lo que pensábamos en un principio, XV-XVI...”

Otro interrogante se nos abre. ¿Es una estela reutilizada? ¿Lo original de la misma sería la escritura?

Desde esta perspectiva se pudiera pensar que la estela en un principio se trabajó con sus dos caras planas. En una de ellas se realiza el escrito inciso con letras góticas “populares”, pues como se ve, dista mucho de ser un gótico textual como el que se emplea en los documentos y escritos “cultos” de la época. El autor de la inscripción no es un escribano y por ello tampoco calcula o replantea el escrito con esmero para que todo quede centrado, tampoco mantiene la regularidad en el tamaño de las letras y comete también “faltas de ortografía”.

El dato que apoyaría la tesis de ser una estela reutilizada parece estar en la cara A.

Se hace raro ver la parte superior sin orla, mientras que la inferior sí la lleva. Lo más lógico hubiera sido trazar primero la orla en todo el círculo como se aprecia en la cara B, y luego realizar la inscripción, que resaltaría dentro del mismo. Pero no se hizo así.

Parece como si en un principio se grabaron sólo las tres primeras líneas, sin más adornos.  Después, cuando se necesitó, pudiera haberse modificado tal como la vemos ahora, rebajando las caras, haciendo la orla y dejando al nivel primitivo la cruz latina de la cara A y la cruz y monogramas de la cara B. También pudiera haberse añadido en ese momento la cuarta línea de la cara A, adaptando la letra al poco espacio que se tenía.

Hipótesis que quizás se pudiera demostrar con métodos científicos de análisis. Mientras tanto situemos la estela, siempre con prudencia, dentro del siglo XV. 


INTERPRETACIÓN

Desde que contemplé por primera vez el texto de esta estela me di cuenta de que los sonidos romances, latinos y vascos están presentes. Si además la última línea tuviera relación con el árabe estamos ante un caso, si no singular, al menos llamativo, que me hace pensar, ya sea en la expresión de una forma de lenguaje popular que mezcla palabras de distinta procedencia que de alguna manera se funden en la comunicación, ya sea en un texto intencionado realizado por persona relativamente culta que se lo entrega al cantero para que lo grabe en la estela.

También me llama la atención que se cite al difunto con tres nombres seguidos en la primera línea, lo que me lleva de nuevo a pensar en los personajes importantes de la época romana. Es evidente que esta estela no parece ser de tal época, pero esta composición de nombres bien pudiera ser un recurso de persona instruida para indicar que el personaje al que hace relación, aparentemente, fue una persona de cierta categoría en el lugar.

El nombre de MIGUEL LICIO LINUS daría cierto empaque a quien así se le denomina ya que sigue el estilo romano.
Praenomen: Miguel.
Nomen: Licio
Cognomen: Linus

Digo aparentemente porque bien pudiera ser esta primera frase de la inscripción un recurso para revivir de esta forma culturas y creencias antiguas que si bien oficialmente habían desaparecido, sin embargo pervivían en el fuero interno de los habitantes de la comarca. Creo que no sería el único caso en la comarca de Izaga.

La pervivencia de creencias “paganas” de época romana es evidente y por algo la misma Iglesia Católica no tiene reparo en “cristianizarlas” y colocarlas talladas en las fachadas de sus templos. Tal es el caso del culto al dios Jano Trifronte, que se pretende cristianizar en forma de la Santísima Trinidad, como vemos en Artáiz, Iriso y Garitoain. Su aparición en el mes de Ianuarius (Enero) del calendario medieval de Ardanaz de Izagaondoa correspondiente al siglo XIV muestra claramente que a pesar del intento de cristianización por parte de la Iglesia, no se consiguió y en el sentir de las gentes se seguía reconociendo al dios romano Jano como señor de los tiempos.

En la primera línea me encuentro además con otro nombre al comienzo de la frase, por lo que en realidad son cuatro. Sí, cuatro, pues también está presente el de Jesús, aunque en este caso se pudiera interpretar como una invocación de fe del difunto. Así pues los cuatro nombre que aparecen en la primera línea son: Jesús, Miguel, Licio y Linus.

¿Por qué estos cuatro nombres en esta estela?

¿Cuál es el punto de referencia en el que confluyen estos cuatro nombres?

¿Es simplemente esta estela el testimonio que indica la presencia de un enterramiento de una persona cristiana o es una prueba de creencias anteriores que perviven bajo la apariencia cristiana?

¿Qué se puede esconder detrás?

¿Sirvió realmente para señalar el enterramiento de un habitante de Lizoáin o bajo esta apariencia fue un “altar” o “monumento” camuflado, para venerar a un dios pagano?

¿Por qué se emplea esta estela, después de romperla al menos en tres pedazos, para cegar la ventana?

Me pregunto todo esto después del trabajo que he realizado para identificar los nombres de Licio y de Linus. Los dos me llevaron a otro personaje y éste me dio la clave para ver algo más detrás de lo que aparentemente la estela nos comunica, que quizás daría una explicación más convincente del porqué se usa esta estela para tapiar la ventana y no ninguna otra más.

Todo ello se comentará en el momento de presentar esta estela. Hasta que ese momento llegue adelanto mi agradecimiento a Amaia Ekisoain, a Txaro Begué y Félix Lizarraga de la Asociación Ripakoa de Lizoáin, a Koldo Colomo y Gorka Lekaroz, que amablemente me han atendido y colaborado con sus aportaciones para que este trabajo saliera adelante.




[1] El único Libro de Fábrica de la iglesia de Lizóain que se conserva comienza en el año de 1875 y está catalogado en el Archivo Diocesano de Pamplona como la Caja 730-5
[2] Jesús Úcar Muruzábal y María Teresa Arana Aicua; La estela y la escritura en Navarra;
dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/144835.pdf‎  “+ hiC. IACET :DONP PETR DEO??NDA : POR : DE : IRACIO : CUI : ALA : REQUIESCAT : IN PACE AMEN” “Aquí yace el Señor Pedro (Deo??nda)  Prior de Iranzu cuya alma descansa en paz Amén”
[3]  Juan José Marcos; Escritura Gótica; guindo.pntic.mec.es/~jmag0042/escritura_gotica
[4]  Simeón Hidalgo Valencia; Canteros románicos por los caminos de Navarra Tomo I: pág. 109. Tomo II: pág. 591. Marca de cantería recogida en San Martín de Guerguitiáin – Izagaondoa - Navarra.
[5] http://es.wikipedia.org/wiki/Lizo%C3%A1in-Arriasgoiti
[6] http://es.wikipedia.org/wiki/Apolo
[8] Catálogo Monumental de Navarra, IV**, págs. 69-70; Gobierno de Navara. Institución Príncipe de Viana; 1992.