jueves, 22 de marzo de 2018

EL POSIBLE ORIGEN ASTRAL DE ALGUNAS MARCAS DE CANTERÍA - III


EL POSIBLE ORIGEN ASTRAL DE ALGUNAS MARCAS DE CANTERÍA – III


Por Simeón Hidalgo Valencia (22 de marzo de 2018)


En esta tercera entrega de la serie “El posible origen astral de algunas marcas de cantería” voy a mostrar las diez marcas que más se repiten a lo largo del tiempo y del espacio, según el estudio comparativo que realicé en el trabajo “Canteros románicos por los caminos de Navarra”.

Partiendo del croquis surgido del estudio de la luz  en los equinoccios y en los solsticios de verano y de invierno realizado en la iglesia de San Martín de Artáiz intuí que estas marcas comunes pudieran tener su base en el mismo y de alguna manera surgir de los movimientos de los astros la Tierra y el Sol. El movimiento de precesión de la Tierra en su recorrido alrededor del Sol da como resultado este gráfico donde cabe perfectamente el diseño de las diez marcas que recojo a continuación y de otras muchas más. 


1ª: LA CRUZ

La denominada cruz, es la marca que aparece en numerosos edificios medievales grabada en los sillares. Viene a ser el resultado de unir los puntos cardinales Este y Oeste con sus complementarios Norte y Sur.
Este signo pertenece a todas las culturas de la humanidad y combina armónicamente el simbolismo de las líneas horizontal y vertical. El que aparezca en los edificios cristianos medievales estudiados como marca de cantería, además de transmitirnos el simbolismo  complementario entre materia y transcendencia, se explica porque fue el signo de  identidad asumido por el cristianismo, ya que Jesús murió en una cruz.
Sillares con la marca de la cruz, además de los que contienen la más sencilla de todas, hay muchos que muestran diversos modelos de cruces, pero sería objeto de otro estudio.
La que aquí aparece es la más simple y desde pequeños en la escuela nos la transmitían como ciencia al enseñarnos a orientarnos teniendo en cuenta al sol. Con los brazos extendido nos decían debíamos apuntar con el brazo derecho hacia la salida del sol, que era el Este. El brazo izquierdo indicaba el Oeste. De frente estaba el Norte y detrás se encontraba el Sur. También como religión, a la hora del catecismo, al enseñarnos a santiguarnos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Esta simple marca se ha encontrado en 66 de los edificios medievales estudiados. Sería largo enumerarlos.

2ª: LA ESCUADRA O ÁNGULO RECTO

La denominada escuadra, por hacer alusión a una de las herramientas básicas de los maestros constructores a lo largo de los siglos, o ángulo recto por medir  90º también básico, si tenemos en cuenta los empleados por los maestros constructores, entre los que hay que destacar también los de 60º, 45º, 30º, es la segunda más frecuente labrada en sillares medievales. Se observa grabada tanto en un giro como en otro de los que aquí de recogen y si nos fijamos bien, si las llevamos a su encuentro, formarían la marca de la cruz anterior.
Esta marca nace de separar los cuadrantes noroccidental, nororiental, suroccidental y suroriental.
Se ha visto representada en algunos de estos giros en 51 edificios.

3ª: EL ÁNGULO AGUDO


En 47 construcciones se ha visto esta marca grabada en sus sillares. Aquí se recogen dos de ellos que van desde el centro de la cruz primera hasta los puntos solsticiales de invierno y verano.
También se podrían marcar los que van desde el ocaso equinoccial hasta los puntos del orto de verano e invierno y viceversa,
Esta marca también se suele ver en posición vertical en que el ángulo apunta hacia el norte y a la inversa apuntando hacia el sur.

4ª: EL ASPA 

Esta sencilla marca, que ocupa el cuarto lugar en el ranquin de las marcas comunes según mi estudio, se ha visionado en 41 lugares, que como las anteriores y siguientes se extienden a lo largo del tiempo y del espacio.
Se forma al unir el orto del solsticio de verano con el ocaso del solsticio de invierno y el orto del solsticio de invierno con el ocaso del solsticio de verano.
Si nos fijamos veremos que resulta de la unión tangencial de los ángulos agudos vistos en la posición tercera. 

5ª: LA ZETA O ENE Y SUS ESPECULARES




También en este caso la presente marca suele aparecer en los sillares, grabada con distintos giros que hacen que podamos identificarla sea como una Z, sea como una N. También se suele ver su visión especular.
La primera que se muestra, la Z es la que ocupa el quinto lugar de frecuencia y se ha recogido en 40 de los edificios estudiados.

6ª: LA RUNA DAEG, EL RELOJ DE ARENA, LAZO O DIÁBOLO 

41 veces se ha catalogado esta marca de cantería en edificios medievales románicos y góticos.
Viene a ser la continuación gráfica de la marca cuarta, pues se cierra por sus laterales, de tal manera que es un continuo que partiendo, por ejemplo, del orto del solsticio de verano va al orto del solsticio de invierno y de aquí sigue hasta el ocaso del solsticio de verano hasta el ocaso del solsticio de invierno y vuelve al punto de partida del orto del solsticio de verano.
Con frecuencia se ve también en posición vertical a la manera de un reloj de arena.

7ª: LA TAU




Esta es una de las marcas con mayor fuerza simbólica y muy frecuente también a lo largo del tiempo y del espacio. Es la letra Tau del alfabeto hebreo y se ha recogido en 37 edificios.
Aparece también en distintas posiciones y según la que sea se forma con la unión del alba del solsticio de verano con el punto del ocaso del mismo y en el eje el segundo trazo se desplaza hacia el sur. Sería la marca primera de la cruz de la que se ha suprimido el trazo superior.
En la segunda versión, que se asemeja a una doble escuadra, la Tau aparece invertida. En este caso el trazo horizontal de este tipo de cruz se forma por la unión del orto y del ocaso del solsticio de invierno.
Las otras dos versiones de la Tau unen, para el trazo largo tumbado, los puntos del orto y ocaso equinocciales y en sus extremos se encuentra con el trazo vertical que une respectivamente los ortos de los solsticios de verano e invierno o sus ocasos respectivos. 

8ª: EL TRIÁNGULO


El octavo puesto lo ocupa la marca del triángulo. Deriva de la figura tercera, el ángulo. Se unen los ocasos de los solsticios o sus ortos con el punto central de la línea equinoccial este-oeste.
También aparece con distintos giros marcado en los sillares.
Se ha recogido en los sillares de 34 edificios medievales estudiados. 

9ª: LA FLECHA


Bastantes tipos de flechas aparecen como marcas de cantería en los sillares medievales, pero es ésta la más frecuente a la vez que la de trazado más simple.
La línea horizontal corresponde a los equinoccios y apunta hacia el orto o hacia el ocaso. Desde ese punto se abre al encuentro de la línea este-oeste o viceversa correspondientes a los solsticios.
Son en total 32 edificios donde he visto esta tipo de flecha.
  
10ª: LA SIGMA GRIEGA O LA EME LATINA


Esta marca aparece por lo general tumbada en los sillares rectos, pero la he visto también de pie, como M sobre todo en tambores de columna donde, a veces, aparece con su eje de simetría que abarca todo el tambor.
Resulta de unir el orto con el ocaso del solsticio de verano y de este punto alcanzar el punto central de la cruz, que sería el punto central de la línea este-oeste de los equinoccios, para ir hacia la puesta de sol del solsticio de invierno y de aquí al orto del mismo y viceversa.
Esta marca aparece en 30 de los edificios estudiados.


Hasta aquí las diez marcas comunes que más veces se repiten. Lo hacen a lo largo del tiempo y del espacio, por lo que dudo sean la referencia o firma propia de un cantero concreto.

Continuará

martes, 13 de marzo de 2018

SANTA MARÍA DE FITERO Y SUS MARCAS DE CANTERÍA


SANTA MARÍA DE FITERO Y SUS MARCAS DE CANTERÍA


Por Simeón Hidalgo Valencia (13 de marzo de 2018)


In illo témpore…, allá por el año de 1999, siglo XX, ya ha llovido, comencé mis vacaciones veraniegas en uno de los balnearios de Fitero.

Además de relajar el cuerpo tomando las aguas termales, mi misión y la de mi acompañante era la de hacer el estudio de las denominadas marcas de cantería de lo que quedaba del antiguo monasterio cisterciense de Santa María de Fitero, fundado en el año de 1140 en Santa María del Monte Yerda por un puñado de monjes venidos del monasterio francés de Scala Dei, aunque el emplazamiento definitivo en el lugar que hoy ocupa se realizó, según fuentes, en 1152 o 1155.

Parece ser que las obras del monasterio, tal como se conoce, comenzaron en torno a 1180 (otros apuntan al citado 1152) unos veinticinco años después del traslado definitivo. Las obras se interrumpen a finales del siglo XII y se continuarán a partir del nuevo siglo hasta el año 1247 en que parecen estar terminadas a juzgar por la indulgencia concedida por el papa Inocencio IV el 13 de mayo de dicho año a quien visitara el monasterio con ocasión de la fiesta de su dedicación. Al comienzo estuvo bajo la protección de los reyes de Castilla, aunque recibió también privilegios de los reyes de Navarra, que disputaban a los castellanos su posesión. En el año de 1373 pasó a depender definitivamente de Navarra.

El estudio que entonces realicé se centró en las dependencias existentes a las que se tenía acceso en su momento. En concreto se hizo el trabajo de campo en toda la iglesia, incluso en la zona superior exterior del paseo de ronda, y en las alas norte y este del claustro, en la que se encuentra la sala capitular. El resto de las dependencias no se pudieron estudiar dado el peligroso estado en que se encontraban.

En este primer paso de recogida del material se catalogaron más de 220 marcas o inscripciones distintas que se repetirían con mayor o menor frecuencia hasta poder afirmar que se hallaron más de 1900 sillares marcados.

Como el sábado que viene, 17 de marzo, volveré de nuevo a visitar con los Amigos del Románico del País Vasco el monasterio de Fitero, es por lo que me ha parecido interesante hacer una alusión a lo que muchas veces se nos escapa frente a grandes portadas, columnas o pilares, capiteles historiados o de otro tipo, altivas bóvedas, reflexivas salas capitulares, silenciosos claustros, frugales refectorios, hermosos ábsides, silenciosas criptas, eruditas bibliotecas,…, que no es otra cosa que estas magníficas construcciones se hicieron gracias a la pericia y buen saber de los maestros canteros, carpinteros, herreros y demás gremios. Entre ellos sobresalen los canteros que labraban las piedras y desde su categoría profesional realizaban sillares rectos o aplantillados, los colocaban en el edificio y, piedra a piedra, lo levantaron desde sus cimientos teniendo en cuenta las reglas básicas de la construcción para que perviviera por los siglos.

Muchas de estas piedras que colocaban tenían grabadas marcas, que son marcas de cantero porque un cantero las realizó, pero… ¿son realmente la firma de un cantero concreto o son algo más?

Pues bien, como he dicho más arriba en el monasterio de Fitero al menos son 220  las marcas diferentes que encontré por los sillares de la iglesia, del claustro y de la sala capitular, durante la semana que duró el trabajo de campo de ese verano de 1999 que me llevaría a realizar después el Camino de Santiago por segundo año consecutivo con el mismo objetivo con el que lo comencé en Fitero, pero esta vez en coche, para visitar lugares del mismo que como caminante peregrino no pude ver en 1998.

Lo que di a conocer en el 2009 sobre las marcas de cantería del monasterio de Fitero se encuentra formando parte del libro “Canteros románicos por los caminos de Navarra”, pero con motivo de la visita del próximo sábado recojo una selección de treinta marcas para que los visitantes, al observar las piedras del monasterio caigan en la cuenta de que también los simples sillares medievales nos pueden transmitir mensajes de una época ya lejana, pero que a través de las marcas de cantería podemos en parte vislumbrar.

Quizás más de uno se sorprenderá al ver alguna de ellas y se preguntará, como hicieron los jóvenes de un instituto al visitar Santa María de Fitero: ¿Estuvieron los nazis en Fitero?
¿Por qué es la cruz botonada la marca que más veces aparece?
¿Qué quiso comunicar el cantero que grabó en la sala capitular la imagen coital frente a las miradas de los monjes?
¿Es un cordero, como lo llaman en Fitero, o es una jirafa la silueta del animal que se graba en un tambor de columna?
¿Quién es el maestro cantero que trabaja y deja su nombre y su signo en la sala capitular?
¿Colaboró el gremio de los zapateros con sus donaciones a levantar el monasterio o cuál es el simbolismo del par de zapatos?
¿Participó también el gremio de los carniceros?
¿Y el de los vinateros?
¿Encontraremos el sábado las respuestas?