viernes, 24 de junio de 2016

ARTÁIZ - DE LUZ Y OSCURIDAD

ARTÁIZ - DE LUZ Y OSCURIDAD.

Por Simeón Hidalgo Valencia (24 de Junio de 2016)



La luz y la oscuridad se alternan a lo largo del año y oscilamos con ellas entre el solsticio de invierno y el solsticio de verano. Días cortos, oscuridad, vida latente retenida, esperando su explosión a partir del equinoccio de primavera. Días largos, luz por doquier en bellas alboradas y ocasos. Plenitud veraniega mientras  caminamos de nuevo al otoño de la vida. El eterno retorno antiguo que sigue rigiendo la vida de los mortales. Dualidad que llevamos cada ser en nuestros genes.

Luz es belleza, es bondad, es armonía, es vida, es positividad, es hermandad, es justicia, es solidaridad, es aceptación, es…

Oscuridad es fealdad, es maldad, es desorden, es muerte, es negatividad, es enemistad, es injusticia, es egoísmo, es rechazo, es…

Y de esta pasta estamos hechos los humanos.

¿Quién vencerá? ¿A qué duendecillo escucharemos?

Hago esta sencilla reflexión porque siempre me ha intrigado cómo los antiguos maestros canteros plasmaron esta realidad en sus trabajos medievales reflejando el sentir y el vivir de su época y transmitiendo a las venideras el pensamiento y las creencias antiguas con hermosas tallas llenas de expresividad, conscientes como eran de la convivencia de estas dos realidades en todas las facetas de la vida, tanto individual como pública.

En la iglesia de San Martín de Artáiz, Navarra, lo he podido comprobar recientemente al contemplar cómo la luz del solsticio de verano iluminaba progresivamente, aunque por breve tiempo, la tiniebla del lado norte, lado considerado como de la oscuridad y del mal en la simbología de estos edificios religiosos. El este simboliza el nacimiento y la vida, el oeste la muerte y el ocaso, el sur nos habla de la vida iluminada por el sol invicto.

Pues bien. En la hermosa iglesia románica de San Martín de Artáiz se puede contemplar esta dualidad. Al sur el hermoso, bello, joven y atemporal canecillo trifaz iluminado, según los momentos del día, durante todo el año con matices temporales que refuerzan, mire cómo y cuándo se lo mire, su belleza y su equilibrio. A mí me hace pensar en todo lo positivo que cada persona tenemos en potencia, con todos sus matices a lo largo de la vida de cada cual. En el pasado, en el presente y en el incierto futuro. Este dios antiguo de rasgos supe modernos traspasa el tiempo y el espacio desde que aquí se colocó a finales del siglo XII, posiblemente con la idea de cristianizarlo en forma de la Trinidad cristiana. Colocado en el cuarto canecillo de la fachada sur contando desde el hastial occidental, tiene su oponente también en el cuarto canecillo de la fachada norte.

Lo que en el norte se muestra es todo lo contario. Oscuridad, fealdad, rostro maltrecho, maldad en el rictus de sus labios de un ser cornudo al que la luz no llega salvo en época solsticial de verano. Pan o Fauno cornudo antiguo protector de los pastores y sus ganados, dios de la fertilidad y sexualidad masculina, relegado por el cristianismo a la figura malvada del diablo, como en el caso de Guerguitiáin. Quizás sea una oportunidad que el dios sol le brinda para que acepte la luz y vuelva a ser quien fue allá por los tiempos iniciales antes de caer en desgracia. Pero mucho me temo que se haya acostumbrado a su nuevo rol y seguirá en sus trece, recalcitrante e impenitente, rechazando la belleza y la bondad. Cada cual ha de estar en su papel y aconsejar a los humanos en un camino o en otro, pues la libertad de elección del propio sentido de la vida, aunque parezca que no, existe.

Quería yo descubrir cómo se comportaba la luz sobre este personaje maligno y hasta Artáiz me llegué de nuevo para seguir estudiando este edificio en época del solsticio de verano y a pesar del estorbo de la casa de la abadía al oeste y del arbolado que hay en el lado norte, pude hacerme una idea de la incidencia de la luz sobre esta zona, oscurecida el resto del año.

Llegué a las 4,50 horas solares de la tarde, cuando el sol daba sobre la pared occidental e iluminaba al músico que toca el arpa y al león de de la parte izquierda de la portada según miramos, así como a las cabezas maltratadas del alero a sendos lados del hastial oeste. Todo el resto de los personajes estaban apagados.

Sólo tuve que esperar unos minutos para que la luz incidiera progresivamente sobre los canecillos del lado norte, dado que esta iglesia está orientada perfectamente de este a oeste en tiempo equinoccial, por lo que ahora, en el solsticio de verano, el sol, en su amplia órbita, se oculta por el noroeste llegando en su ocaso a iluminar hasta los dos primeros canecillos de la parte norte del ábside antes de desaparecer en el horizonte.

A las 5,27 horas solares de la tarde un punto de luz tocó la cabeza de este maligno personaje suavemente, con cuidado para no ser repelido y fue ampliándose subiendo y bajando por su rostro con intención purificadora, por si por esta vez, cual nueva oportunidad, admitiera la gracia de la luz que regenerara su espíritu y su rostro deforme y maligno. Así estuvo hasta las 6,13horas solares, en que definitivamente la luz se vio rechazada por la impenitente actitud negativa de tan depravada criatura y ante el rechazo la luz siguió su camino iluminando el resto de los capiteles hasta que se ocultó a las 7,23 horas solares.




Tuve la suerte de contemplar este fenómeno que pocas personas habrán observado y sobre todo pude reflexionar en lo que la luz representa en los dos personajes situados en sendos cuartos canecillos del sur y del norte. Todo un mensaje calculado de la mano del comitente que mandó construir esta iglesia de San Martín de Artáiz, con conocimientos sobrados de Teología adquiridos posiblemente en París y plasmados magistralmente en piedra por manos expertas de un artista cantero anónimo.

Luz y oscuridad. Belleza y deformidad. Bondad y maldad,… actitudes duales que todas las personas llevamos en nuestro ser.

Oportunidad ofrecida y rechazada.

La vida misma.


lunes, 13 de junio de 2016

LA ESPADAÑA DE SANTA FE DE URRAÚL ALTO - NAVARRA

LA ESPADAÑA DE SANTA FE DE URRAÚL ALTO – NAVARRA

Por Simeón Hidalgo Valencia (13 de Junio de 2016)



He vuelto a la paz del monasterio de Santa Fe en esta tarde de domingo, 12 de Junio de 2016. Esta vez acompañado por Marta, mi compañera de la Asociación Grupo Valle de Izagaondoa y Vocal de la Junta Directiva, ya que no lo conocía.

De monasterio medieval ha pasado a ser Hospedería donde los turistas pueden gozar de la paz en contacto con una naturaleza silenciosa llena de encanto, como lo tiene todo el conjunto arquitectónico, con su iglesia protogótica del siglo XIII, su hórreo del XV, su claustro del XVII, su pozo en medio del claustro, las dependencias adaptadas para los visitantes, su antigua cocina, etc., etc.[1]

Cuando llegamos está a punto de irse el matrimonio que regenta la Hospedería, ya que han tomado unas vacaciones, y después de los saludos y presentaciones nos confían la llave de la iglesia para que Marta la pueda ver por su interior.

-Muchas gracias por vuestra confianza y que todo os vaya bien, les digo y quedamos como señores del lugar.

El hórreo es la primera atracción que nos recuerda el quehacer diario de los monjes dedicados a la oración y al trabajo. Lugar en alto sostenido por doce pilares diseñados para evitar que los roedores pudieran penetrar en el recinto y diezmaran la cosecha y los frutos allí guardados.

Marta me fotografía a mí.

Yo fotografío a Marta.

…y ambos posamos delante del hórreo de Santa Fe.

Después recorremos el claustro y las muestras de admiración se hacen patentes. Sorpresa tras sorpresa.

-¡Qué empedrado tan bonito tiene! ¡Y estos dibujos en el suelo!, dice Marta.
-¿Has visto algún claustro que tenga asiento corrido como éste?, pregunto yo.
-No, ninguno.
-¿Para qué serviría en este caso?, pregunto

…y le informo de que según yo lo veo no son simples dibujos esmeradamente realizados, sino “mandalas” colocadas en el suelo, para que los monjes antiguamente y los visitantes actuales también, sentados en el banco, dediquen un tiempo a la reposada meditación.

Recorremos una a una las diez existentes, todas ellas diferentes, y nos detenemos comentándolas. Como ya escribí sobre este capítulo de Santa Fe aquí os dejo la referencia a pie de página con la recomendación de que si os acercáis por este antiguo monasterio, hoy hospedería, dediquéis un poco de vuestro tiempo a la meditación. Merece la pena y os sentiréis como nuevos.[2]  

Dada la vuelta al claustro llegamos a la entrada este de la iglesia y de nuevo la sencilla pero hermosa portada gótica deja absorta a mi acompañante con sus pequeños detalles esculpidos con rey y reina y personita en oración, pero a mí más me llama la atención unos papeles que han colocado en la pila benditera situada a la derecha de la entrada.

Tomo uno. Lo leo y me llevo una gran alegría. Hay un grupo de personas que busca potenciar y salvar este patrimonio del Valle de Urraúl Alto y recuerdo la charla que en el 10 de agosto de 2013 impartí sobre “EL PATRIMONIO COMO MOTOR DE DESARROLLO DE URRAÚL ALTO”, en el que ponía ante los ojos de los vecinos que asistieron lo mucho y bueno que tienen y les animaba a darlo a conocer para que este valle, como el resto de valles colindantes, tocados por la enfermedad del envejecimiento y de la despoblación puedan seguir adelante. Al final de la misma, como conclusión, les decía lo siguiente:



Como he comentado al principio, potenciar el crecimiento, facilitar el conocimiento y transmitir la herencia patrimonial que han recibido a las nuevas generaciones que den nueva vida a Urraúl Alto depende de Vds.
¿Están dispuestos, en la medida que cada cual pueda, a trabajar en esta tarea?
¿Están dispuestos a que sus pueblos no desaparezcan progresivamente?
¿Están dispuestos a animar y educar a sus niños y jóvenes en el amor a su valle?
¿Se resignan, como me decía una vecina, a que sus pueblos queridos terminen ocupados por gentes de fuera?
¿Han pensado, desde el lado positivo, considerar estos despoblados como un recurso de Urraúl Alto para impulsar nuevas iniciativas de repoblación humana?
¿Están dispuestos a contar y trabajar unidos a otros valles que padecen la misma enfermedad?
… y más interrogantes que podríamos hacer.
Sólo decirles que el movimiento se demuestra andando y que les deseo de todo corazón sepan unirse para sacar partido a los recursos que tienen, porque en esta tarea todos somos necesarios, pues por encima de ideas, partidos e intereses particulares está la pervivencia de Urraúl Alto.
Muchas gracias.

Mi enhorabuena por esta iniciativa y mi apoyo a la misma. Algo se mueve para dar a Santa Fe nueva vida. Ojala haya respuesta comunal. 

Visitada la iglesia, ya un poco rendido me siento a echar una cabezadita apoyado en la fuente bajo la sombra de un árbol. Perder por segundos la consciencia me despeja la mente y cuando despierto sigo contemplando la arquitectura de la iglesia y descubro algo que hasta el momento no había reparado en ello. ¡Siempre se aprende algo en cada visita!

¿Qué es lo que me llamó la atención?

Ni más ni menos que la torre de la iglesia. Al contemplarla desde su lado norte descubro y reparo en una línea vertical que me indica que primitivamente esta iglesia no tuvo tal torre, sino una gran espadaña para las campanas.

De nuevo le pongo a prueba a Marta a ver si repara en lo que yo acabo de descubrir. Al final, con cierta ayuda, ve la línea divisoria que delimita la antigua espadaña del añadido posterior que cerraba el espacio por el norte, este y sur y que conformó lo que actualmente vemos hoy. Cuando esta iglesia se construyó no tenía torre, sino una hermosa espadaña con sus vanos para las campanas.

Me levanto y voy a comprobar en su lado sur si también se distingue la separación. También coincide.

A veces el conjunto nos ciega por su armonía, su magnificencia o su esplendor y su grandiosidad nos impide analizar las partes y distinguir paso a paso la misma historia del edificio que admiramos y cómo se ha ido adaptando a las necesidades de sus moradores. Hoy he descubierto algo más. Sé más de la arquitectura de la iglesia de Santa Fe. 

Vista norte de la torre levantada sobre el tramo occidental. 

Sé que como en la iglesia-cementerio de Zabalza, también del mismo valle, la iglesia de Santa Fe lucía una hermosa y esbelta espadaña originalmente. Al menos eso deduzco al contemplar sus sillares.

Espadaña medieval de la iglesia-cementerio de Zabalza.

Esto es lo que he aprendido hoy al visitar por enésima vez este lugar apartado y silencioso, pacífico pero bullicioso a la vez, cuando las gentes de Urraúl Alto vienen a celebrar acontecimientos del valle en la mejor joya patrimonial que poseen: Santa Fe.





jueves, 9 de junio de 2016

EL PETRUS MUSEUM Y LA ESTELA FUNERARIA DE GUERGUITIÁIN

EL PETRUS MUSEUM Y LA ESTELA FUNERARIA DE GUERGUITIÁIN

Por Simeón Hidalgo Valencia (09 de Junio de 2016)

El sonido de la aldaba de la puerta del Petrus Museum, reclama mi atención mientras estoy barriendo el suelo de la Sala Polivalente, que el 17 de Julio abrirá sus puertas a los visitantes para que puedan contemplar la exposición que la Asociación Grupo Valle de Izagaondoa está montando en honor a la familia Lizarraga, últimos moradores de la Casa Zandueta, sita en el lugar de Lizarraga de Izagaondoa.

Fue el martes pasado, 7 de Junio de 2016, cuando este sonido me llevó a tiempos en que las casas de los pueblos estaban siempre abiertas y los vecinos y amistades entraban con toda confianza y recuerdo también la costumbre de saludar con el “Deogracias” sin necesidad de decir el nombre porque por la voz se conocía a todos los vecinos. Ya no se estila esta manera de saludar, pero en la Casa Zandueta las puertas siguen abiertas a toda persona que nos venga a ver.

-¡Adelante, adelante! Digo desde el interior a la vez que me acerco a la entrada para ver de quién y a qué se debe estos quedos toques.

Es mi amigo, el Sr. Paulino el que sonriente me saluda y me dice:

-Simeón, aquí te traigo una visita que vienen con un regalo.
-Pero pasad, pasad. Adelante, que estáis en vuestra casa.

A Paulino le acompaña el matrimonio formado por María Jesús Turrillas, nacida en Guerguitiáin y Jesús Fonseca, natural de Sengáriz o Sangáriz, como todavía marca la placa de este lugar prácticamente deshabitado al igual que el de Guerguitiáin.

-Os traemos la estela que Bonis se encontró en Guerguitián cuando estaba limpiando el cementerio, como le dije el otro día a Salvador.

-Pues habéis tenido suerte, porque suelo venir los miércoles y no los martes, pero muy bien. Ya me dijo Salvador que ibais a venir con este regalo para el Petrus Museum.

Ya conocen mis lectores el porqué de este nombre. Petrus es el cantero medieval que firmó la obra de la iglesia de San Martín de Guerguitiáin, que yo he seguido por diversos lugares de Navarra y Galicia. Por cierto que también trabajó en Sengáriz, pero su obra se encuentra ahora en San Martín de Unx como puerta de acceso habitual a la iglesia de San Martín; pero Petrus también es “piedra” por lo que será un museo dedicado a conocer la obra del maestro cantero del siglo XII-XIII y a mostrar las piezas etnográficas de piedra que nuestros vecinos quieran aportar como hicieron, ahora se cumplen cinco años, cuando se montó la Exposición Etnográfica del Valle de Izagaondoa.

Y una pieza más nos regala hoy al Petrus Museum este matrimonio residente en Izko. Se trata de una estela discoidal funeraria, encontrada in situ, pero que puede haber sido en su día trasladada al actual cementerio, pero que en su origen pudiera haber pertenecido, como la que se encontró en las obras de restauración de la iglesia en el año 2012 en la explanada del exterior de la misma, posiblemente el antiguo cementerio medieval.

Se trata de una pieza medieval muy bien conservada de 50cm. de altura con un pie de 18cm. y un disco de 32cm. El grosor de la misma es de 13 cm.

En una de sus caras presenta perfectamente tallada en sobre relieve una estrella de ocho puntas con pequeñas semiesferas o bezantes. Ocho alrededor y una en el centro. El trazado de la misma lo podemos realizar sin levantar el lápiz y es una manera de representar también la creencia y la fe de la persona difunta que bajo ella descansaba para indicar la eternidad, la plenitud de la vida futura después de la muerte terrenal. El círculo que rodea a la estrella también nos introduce en el mundo espiritual, eterno y divino. Está realizado a 3cm. del exterior del disco.

En la otra cara una original cruz griega de 23x23cm., inserta también dentro del círculo divino y protector, nos habla de la fe cristiana que en vida tuvo quien bajo ella reposó. Llama la atención las cuatro terminaciones de las aspas de la cruz, detalle que es la primera vez que contemplo en alguna estela y que como digo la hacen singular.

En relación con la cronología podemos afirmar con bastante seguridad que esta pieza tiene su origen en la Baja Edad Media.

En palabras de mi amigo y estudioso de estas piezas, Koldo Colomo:

No aprecio nada a nivel técnico o iconográfico que pueda aportar una cronología más exacta que la comprendida entre la fundación de la iglesia con su cementerio y finales del XV. Es una buena talla, con el detalle de la doble bordura, bezantes en los vacios de la estrella octogonal y unas líneas sinuosas muy curiosas en los extremos de la cruz griega que le dan cierto sabor románico, esto último lo digo sin pretensión de dar cronología.
“Hay una intencional de individualizar la estela con esos detalles citados o quizás un horror vacui. Porque la estrella de 8 puntas y la cruz latina son figuras habituales.”

Otra pieza más que los vecinos aportan generosamente al Petrus Museum que formará parte del mismo y se podrá contemplar por sus visitantes ya en este verano.

Muchas gracias María Jesús y Jesús por vuestra colaboración y por el amor que demostráis con este gesto, pues devolvéis al Valle de Izagaondoa, parte de su propia vida, con lo que demostráis que Guerguitiáin, aunque despoblado, no está olvidado y sus hijos guardan con cariño parte de su Historia y la dan a conocer. La cuidaremos con mimo también nosotros.

Paulino de Lizarraga, y el matromonio formado por María Jesús de Guerguitiáin y Jesús de Sengáriz, gracias a esta estela para el Petrus Museum, han tenido la oportunidad de conocerse. Ojala el Petrus Museum aglutine a los izagaondoarras en torno a relacionarse y a defender su rico y propio patrimonio. Puede ser uno de los motores que salve a Izagaondoa del envejecimiento y despoblación, aunque en esta empresa todos hemos de implicarnos. Cada cual desde su responsabilidad.

domingo, 5 de junio de 2016

DE IRISO Y ARÓSTEGUI

DE IRISO Y ARÓSTEGUI

Por Simeón Hidalgo Valencia (05 de Junio de 2016)

El lugar de Iriso está en el Valle de Izagaondoa. El de Aróstegui en el Valle de Atez. Los dos forman parte de Navarra. Los dos tienen una iglesia gótica con cabecera recta, posiblemente construidas ambas a lo largo del siglo XIII. Los dos presentan detalles esculpidos que pueden responder a una misma mano o al menos a una misma corriente o escuela. En Iriso los detalles esculpidos están en su portada, de la que ya escribí hace tiempo[1]. En Aróstegui aparecen en el exterior de la sencilla, pero hermosa ventana de la recta cabecera.

Tengo que confesar que si no llega a ser por mi amigo y compañero de la Asociación Grupo Valle de Izagaondoa, Mikel Zuza, posiblemente no me hubiera acercado hasta el Valle de Atez para visitar el lugar de Aróstegui. De hecho fue el domingo, 25 de octubre de 2015 cuando puse allí los pies por primera y, hasta el momento, última vez.

Días antes había recibido una imagen por correo y un comentario de Mikel, que recalcaba y llamaba mi atención, creo, pues he perdido dicho correo, sobre la presencia de la flor de lis tallada en piedra en sendos lugares, por lo que en cuanto pude me acerqué a observarla in situ y a tomar las fotografías pertinentes.

Cuando llegué y busqué la llave por el caserío se me comentó que precisamente con frecuencia vienen a ver esta ventana gentes interesadas en estudiarla.

-La sacan cantidad de fotografías.
-Parece que tenemos en el pueblo algo interesante.

Con la llave en la mano y la confianza del casero me dirijo a la iglesia para verla por su interior. Después me centro en la famosa ventana, que realmente es el punto de referencia artística de toda la mole del edificio. Testigo indiscutible de su época medieval.

La ventana en cuestión tiene todos los elementos de una portada, como es el caso de la “ventana del caballero” en la iglesia de Zuazu. Es alargada, de medio punto, con dos arquivoltas que descansan en sendos “capiteles” sostenidos por finos fustes sin basa  y con un guardalluvias con sendas cabezas humanas en sus extremos, a la manera del gótico. Induráin, Iriso, Lizarraga, Urroz, Larrángoz, Lizoain, Redín, … presentan este tipo de guardalluvias.

Portada de la iglesia de Iriso.

¿Qué tienen en común la portada de la iglesia de Iriso y la ventana de la iglesia de Aróstegui?

1º. Las figuras del guardalluvias:

En los dos lugares las tallas son muy parecidas, aunque las de Iriso están bastante deterioradas. A la izquierda, según miramos, aparece el rostro de un hombre. En el extremo derecho el rostro de una mujer.



2º. La presencia de la flor de lis.

En los dos lugares hay dos flores de lis, símbolo de vida por excelencia.

En Iriso la presencia de dos flores de lis es evidente. Se sitúan en la zona de los capiteles, en el lado izquierdo del espectador.

Son dos, sí, pero en posiciones invertidas. Quien sepa leer en las imágenes de la piedra leerá la vida y leerá la muerte. Dos realidades que van juntas y se complementan a lo largo de la existencia de cada persona, pues para crecer como tal se ha de morir y renunciar a todo lo que deshumaniza y optar por la vida en vida. Quien además sea creyente admitirá que el fin de la vida terrenal se da con la muerte física, que es a su vez la puerta de otro tipo de vida.

En Aróstegui también hay dos flores de lis o dos runas de la vida, que para el caso significan lo mismo. A nuestra izquierda con el diseño clásico. A la derecha con el diseño más cerca de la runa de la vida o pata de la oca, que en este caso refuerza su significado al convertirse en hoja sus tres ramales, cual árbol que simboliza igualmente la vida.





3º. La talla de una mujer mostrando su sexo.

Cuando visioné con atención las fotografías sacadas en Arósteguí me llevé una gran sorpresa, porque la figura humana tallada en Iriso en el primer capitel situado a nuestra derecha, que no la había visto nunca en otro edificio, estaba presente en la ventana a la izquierda del espectador enfrentada a otra figura humana que se identifica claramente con un hombre, ya que muestra ostentosamente de la misma manera sus órganos genitales. Por deducción, las dudas que tenía cuando escribí sobre la portada de Iriso al describir su imagen humana, se me disiparon al instante y gracias a lo visto en Aróstegui puedo decir que estamos ante la presencia de una mujer, tocada al estilo del siglo XIII, dado que ambas imágenes son prácticamente idénticas.

Frente a la imagen masculina de Aróstegui, a la femenina se le aprecian aún los pechos y hasta el perfecto círculo y punto del ombligo, así como el orificio vaginal.




En Iriso también hay una figura masculina a la derecha de la mujer. Es uno de los trifaces que tenemos por la comarca de Izaga, sea en Artáiz, sea en Garitoain, sea en Ardanaz dando nombre al mes de enero. Rostro trifaz que abarca el presente, el pasado y el futuro, es decir la vida entera, que estaría haciendo la función de sembrador de vida.

Así pues, tanto en las fachada de la iglesia de Iriso como en la ventana de la iglesia de Aróstegui el mensaje es el mismo, expresado con casi idénticas imágenes. La vida, la creación, los artífices de la vida, el hombre y la mujer con sus genitales al viento siendo partícipes de la creación. “Creced y multiplicaos” y en ese acto creativo el ser humano muere dando lo mejor de sí mismo, pero la vida continúa.

¡Qué expresivos eran los artistas de la Edad Media al comunicarnos sus mensajes! ¡Qué sabios eran los aldeanos medievales que sabían leer los mensajes de la piedra! No como la mayoría de las gentes de nuestra sociedad actual que no entiende de símbolos y mensajes. Que sólo ve lo externo y no penetra, nunca mejor dicho, en la esencia de la vida para producir vida, y al quedarse en la capa externa de la realidad sólo ve pecado, exhibicionismo y obscenidad.

Muy lejos estamos de la libertad y naturalidad sexual que en sendas iglesias se representa, como en Artáiz o en Lizarraga de Izagaondoa con sus mujeres parturientas talladas en sus piedras, que nos hablan del nacimiento físico y a la vez del nacimiento espiritual, pero para ver esto último hay que saber mirar y ver más allá de lo que parece evidente.

De Iriso y Aróstegui. De amor y de vida. De vida y muerte. De muerte y vida.