ARTÁIZ. LUGAR TORREADO.
Por Simeón Hidalgo Valencia (10 de Agosto de
2016)
Quien
recorra con calma las ciudades, villas y lugares de Navarra, se topará por
doquier con abundantes muestras de antiguas torres medievales formando parte de
casas señoriales de cabo de armería unas, de restos de antiguos castillos y
palacios otras, o erguidas solitarias como vigías oteando el horizonte.
Me
vienen a la memoria ejemplos cercanos como los restos de la torre circular del
antiguo castillo de Leguin.
La
cercana y abandonada de Mendinueta levantada sobre la roca viva.
La
desconocida torre románica de Reta, lugar que llegó a tener en su caserío
hasta, al menos, cinco torres.
Las
restauradas torres de Celigueta, de Liberri, Ayanz o Yarnoz.
Las
reconvertidas en casas rurales de Grez y de Lerruz…
…o
en moderno centro cultural como la de Olcoz, amén de otras muchas que en cada
ciudad, villa o lugar levantaron sus pudientes señores, que sería imposible de
enumerar.
Todas
ellas formaron una intrincada red de vigilancia y de comunicaciones destinada a
asegurar la defensa del reino de Navarra en su conjunto y, más al detalle, de
las parcelas de poder de cada señorío.
Una
de esas torres cercanas que tenía ganas de conocer por su interior y descubrir
algunos de sus posibles secretos, era la Gran Torre de Artáiz, la Dorrezarra,
la Torre Vieja o la Torre Antigua del lugar de Artáiz.
Tuve
ocasión de cumplir este deseo a raíz de las obras de su cubierta, pues las
fuertes nevadas del invierno del año de 2015 dieron con sus tejas por los
suelos. Cuando se realizaban los últimos toques, los hermanos José Javier y
Argimiro Aldaba Redín, de Casa Loperena, sus actuales dueños, me permitieron
inspeccionarla, sacar algunas fotografías, hacer mediciones, realizar croquis
sobre el terreno y en general admirarme por lo que vi en su interior,
prometiéndoles que escribiría sobre esta torre y que les informaría del
resultado para su conocimiento.
Ha
pasado más de un año desde entonces y, ya que estaba en tarea, he modificado el
objetivo inicial ampliándolo a todo el lugar de Artáiz. Por ello, en esta
investigación analizaré, hasta donde pueda, también otras torres del lugar,
cuyos dueños me abrieron sus puertas para conocerlas.
Ahora,
pues, estoy en condiciones de anunciar de que este trabajo verá la luz en el
otoño próximo bajo el título: “Artáiz. Lugar torreado”.
Y
no son una ni dos las torres que he localizado en Artáiz, sino como mínimo,
seguras, nueve, aunque pudiera conservarse huellas de alguna más.
Son las siguientes:
01.-
La Torre - Dorrezarra
02.-
La torre antigua del Palacio Aldunate.
03.-
La torre gótica del Palacio Aldunate.
04.-
La torre de la casa Agorreta. (Desaparecida)
05.-
La torre de casa Ustárroz.
06.-
La torre de Casa Chancho. Txantxo. Esnozena.
07.-
La torre de Casa Apezarrarena -
Garcivilla.
08.-
La torre de Casa Moreca (Desaparecida)
09.-
¿La torre de Casa Loperena?
10.-
La torre de la iglesia de San Martín.
Fotografía aérea de Artáiz de 1929, con la situación de las posibles torres.
Viendo
esta fotografía cabe pensar que Artáiz, en otros tiempos fuera un lugar, si no
fortificado, sí bien defendido y vigilado por tantas torres, al igual que he
sugerido en otro momento del lugar de Reta, pero mientras no se haga una labor
de arqueología, la afirmación de un posible recinto amurallado se queda sólo en
conjetura, aunque haya un par de características arquitectónicas que abogan a
su favor:
En
primer lugar la propia configuración de su caserío apiñado casi en círculo y
levantado sobre una loma con sucesivos taludes que salvar, como se puede
apreciar sobre el terreno.
En
segundo lugar los restos de las antiguas torres que se conservan hoy en día,
que antiguamente serían las cabezas visibles de las familias nobles que
habitaban el lugar, lugar de señorío compartido de carácter civil y religioso,
que en tiempos dominaban en la zona.
…
Esto
es un anticipo de lo que se dará a conocer en su momento, quizás a manera de
libro, según cómo ande la economía. Ya veremos.
Esta
investigación no la he realizado solo, sino que como con otros trabajos, por
ejemplo “El molino de Urbicáin” o “Las claves de Izagaondoa” y más de un
artículo de mi blog, he contado con los conocimientos documentales de mi amigo
y compañero de la Asociación Grupo Valle de Izagaondoa, Xabier Itulain Irurita,
experto en temas de la historia y devenir de las casas de la comarca de Izaga y
sus moradores. Mi agradecimiento y reconocimiento personal.
Con
este trabajo las gentes de Artáiz van a ver salir a la luz parte de su propia
historia, de sus casas, de sus antepasados, desde los tiempos en que allá por
el siglo XII se levantó por mente preclara y manos artísticas la hermosa
iglesia románica de San Martín de Artáiz, pasando por los avatares de la Guerra
de la Navarrería y la destrucción de su caserío, hasta su recuperación gracias
al Amejoramiento General del Fuero a partir de 1330 y el resurgir urbanístico cuya
principal marca la tenemos en la gran torre antigua del siglo XIV: la
Dorrezarra, que capitanea otras serie de casas-torre de las familias hidalgas
del lugar.