MAESTROS ROMÁNICOS QUE FIRMAN SU OBRA EN EL
REINO DE NAVARRA - LA AUTÉNTICA MARCA DE CANTERÍA.
Por
Simeón Hidalgo Valencia (07-09-2014)
En la época
antigua denominada Baja Edad Media, la autoría de una obra determinada se
atribuye no tanto al ejecutor material como al patrocinador de la misma. El
maestro constructor, el escultor y más aún los miembros de los distintos
gremios que intervienen en la construcción de una ermita, iglesia, monasterio,
catedral u otro tipo de obra religiosa o civil, un puente, por ejemplo, se
perdían en el anonimato. Es una época en que la firma, si es que lo es ya que
tengo mis dudas al respecto fundamentadas en los años que llevo investigando el
tema, se limita a una marca, que en la mayoría de los sillares que he analizado
a lo largo y ancho de Navarra y de lugares del Camino de Santiago no la
contienen.
Aunque en el mejor
de los casos admita que sí identifica su trabajo hay que reconocer que no nos
habla de un personaje concreto ni nos lo identifica con su nombre propio. La
documentación de los siglos bajomedievales, XI, XII, XIII no nos aporta, al
menos en Navarra, salvo en alguna ocasión muy concreta referida a la Catedral
de Pamplona, ni nombre del maestro, ni su marca asignada, que nos permita
identificar el trabajo realizado por él en los diversos lugares en que trabaja.
Tampoco se conservan “estatutos” de este gremio de trabajadores del antiguo
reino de Navarra. Además la repetición de ciertas marcas de cantería a lo largo
del tiempo y del espacio me hace sospechar que realmente estas marcas sean las
firmas de los canteros realizadas para poder contar el volumen de su trabajo y
cobrar su salario.
Por más que
admiremos la perfecta ejecución de una estructura arquitectónica determinada y
ponderemos la belleza de un capitel o la armonía del conjunto de una obra determinada, no podemos de dejar
de preguntamos por la persona o personas que lograron tal perfección,
equilibrio, expresión y belleza, tanto en una obra de gran envergadura, como en
los humildes canecillos tallados de nuestras ermitas populares.
Sin
embargo esta tónica se rompe en casos muy concretos con personajes que se
resisten a permanecer en el anonimato, conscientes de que su obra les
perpetuará durante siglos y han dejado en la misma su firma, reclamando para sí
la autoría material haciendo hablar a la
misma obra ejecutada, quien nos comunica en primer lugar el nombre del autor y
en segundo lugar la expresión “ME FECIT”.
Me hizo Fulano. Tal es el caso de al menos 9 de entre los más de 200 edificios
románicos levantados en la época indicada en el reino de Navarra, si nos
atenemos a lo que hoy denominamos Navarra.
De
estos artistas en realidad poco sabemos más allá de su nombre, pero uno siente
ganas de conocer un poco más de su vida, cómo vivieron, dónde aprendieron su
oficio, si eran de nuestra tierra, qué vida les tocó vivir, qué sentían y
opinaban de su época personas como ellas con una sensibilidad artística
particular, con unos conocimientos muy superiores a los normales del resto de
las gentes, con un estatus social y con unas libertades también por encima de
las personas sometidas a la tierra como siervos de la gleba. ¿Qué les llevó a
salirse de la costumbre general del anonimato y firmar su obra indicando
claramente que ellos la habían hecho?
Veamos
el espacio y la ruta de estos rebeldes que en contra de la costumbre dejan su
nombre escrito en su obra, a veces bastante escondido, otras claramente
visible, y sigámosles por la actual geografía de Navarra.
1.
Monasterio de
San Salvador de Leire.
2.
Santa María de
Sangüesa.
3.
Iglesia de San
Martín de Guerguitiáin.
4.
Iglesia de
Santo Tomás de Najurieta.
5.
Catedral de
Pamplona.
6.
Iglesia de San
Esteban de Hiriberri – Villanueva (Valdizarbe).
7.
Antiguo
Monasterio de San Miguel de Villatuerta.
8.
Antigua iglesia
de San Lázaro de Estella.
9.
Palacio Real de
Estella.
10. Antiguo Monasterio de San Jorge de Azuelo.
MONASTERIO DE LEIRE: “FULCHERIVS
ME FECIT”
Comencemos
por el enclave más importante en la
Historia de Navarra como es el monasterio de Leire. Aquí aparece claramente el
nombre de un maestro constructor. Lo sabemos porque en el cuarto contrafuerte
de la fachada norte contando desde su encuentro con la fachada oeste, existe un
sillar con la inscripción siguiente:
“MAGITER FULCHERIVS ME FECIT”
Dada la situación
de este sillar hay bastantes probabilidades de que este maestro constructor sea
el responsable de la dirección de las obras llevadas a cabo en el monasterio en
los comienzos del siglo XII.
Poco
más sabemos de este personaje, aunque se puede intuir su clara decisión de que
se le conociera, aunque antiguamente sólo lo vieran y supieran leer los monjes
del monasterio. Está colocada esta inscripción a la altura de los ojos.
SANTA MARIA DE SANGÜESA: “LEODEGARIVS
ME FECIT”
Este maestro escultor, quizás el
más conocido de entre todos los señalados, deja su nombre escrito en el libro
que porta la figura de María, la Madre de Cristo, situada en el centro de las
estatuas-columnas del lado izquierdo, según contemplamos la portada.
“MARIA MATER XPI
LEODEGARIVS ME FECIT”
De este
artista conocemos su posible
origen francés, de la zona de Borgoña, aunque La Gran Enciclopedia Navarra
recoge también su posible origen hispano.
En lo que hay más consenso es en la
influencia que tiene en su trabajo el estilo de la catedral de Chartres y de
San Lázaro de Autún, aunque es evidente que no alcanza el nivel de perfección
de los artistas franceses.
Sabemos además que, si no él mismo, sí
el taller al que pertenecía, trabajó en la zona de Aragón. En concreto en San
Martín de Uncastillo y en San Esteban de Sos del Rey Católico. En La Rioja se
da como verosímil la relación con el precioso sepulcro de Doña Blanca, en el
Panteón Real de los Reyes de Navarra en Santa María la Real de Nájera.
Cronológicamente está vinculado a la
fachada de Santa María La Real de Sangüesa, por lo que a falta de datos
precisos habrá que hablar de finales del S. XII y principios del S. XIII.
Otro dato que merece señalarse, desde el
punto de vista de la psicología de este artista, es su intencionado deseo de
que la autoría de su obra se conociera claramente y no se perdiera entre tanta
escultura de la portada. La firma está grabada en el libro abierto que sostiene
la figura central. El caminante curioso, más si era ilustrado, tendería a
satisfacer su curiosidad intentando leer lo que el libro abierto le muestra y
junto al nombre de María, la Madre de Cristo, que identifica a la estatua,
escribe el suyo y hace que la persona más importante después de Cristo, su
Madre, le señale a él mismo con un dedo índice a todas luces desproporcionado.
Pero aquí al artista no le interesa tanto la estética y la belleza de la
proporción, como resaltar lo que para él es importante: Que toda aquella
persona que contemple esta obra se maraville no sólo por la obra en sí, sino
por el artista que la hizo posible. Él, Leodegarius.
GUERGUITIÁIN:
“PETRUS ME
FECIT”
De entre todas las
firmas de cantero encontradas en Navarra, ésta de la iglesia de San Martín de
Guerguitiáin me llama la atención de manera particular porque ni está en una gran
población, como Estella o Sangüesa; ni como ellas, Pamplona o San Miguel de
Villatuerta pertenece a las rutas principales del Camino hacia Santiago; ni se
encuentra recogida en un gran monasterio como lo fue en su día el de Azulo y lo
sigue siendo el de Leire.
La iglesia de San Martín de Tours es el mayor y
mejor testigo hoy día de lo que fue un pueblo vivo no hace muchos años.
Guerguitiáin es actualmente un despoblado, pero cabe la esperanza de que con la
recién restaurada iglesia vuelva a ver pulular algo de vida al ser visitada por
los turistas, aunque sea sólo de paso.
En
el capitel situado en el interior del muro sur de la iglesia, a la izquierda
según se entra, el maestro ha dejado su firma, al estilo de los pocos casos
encontrados:
“PETRUS ME FECIT”
Es un artista cuya
labra es única y particular, realizada en las basas y capiteles de las semicolumnas
adosadas de la nave tiene un aire popular, pero rebosa de mensaje intencionado,
que el maestro plasma y oculta de manera consciente en la portada, en la que
todo detalle nos comunica parte del mismo.
Mensaje
intencionado a la vez en la realización del propio capitel que contiene su
firma, pues hace de ella el tema principal y central, en contra de la manera de
hacer del resto de los casos estudiados, quienes la inscriben en zonas
secundarias, aledañas al motivo principal: Jesús en Majestad, Crismón, Portada,
Lápida, Combate de Roldán y Ferragut, …
Desde el punto de
vista psicológico es, junto a Leodegarius, uno de los dos maestros canteros que
más ha buscado que quien contemplara su obra se percatara de su nombre haciendo
de él el motivo central enmarcándolo, como en otros lugares de la portada, por
sendos tallos de zarcillos de vid.
Su
obra, o al menos su estilo, se extiende también a otras poblaciones, lo que le
confiere una importancia que hasta ahora no se le había dado. Así lo vemos
trabajar en el cercano señorío de Vesolla, en la desaparecida iglesia de
Sengáriz (Su portada está colocada actualmente en iglesia de San Martín de San
Martín de Unx y algunos capiteles parece se encuentran en Celigueta y Monreal),
en la iglesia de Najurieta, en la de Leoz, Santa María de Aibar, en Badostáin,
en Zolina, en Eusa y en Garaioa, llegando su estilo hasta tierras gallegas en
las iglesias de Santa María de Belante y en San Miguel de Paradela. Todas estas
iglesias están englobadas dentro del denominado “románico rural”.
Más
quisiera conocer sobre este personaje, que me ha fascinado. ¿Podríamos pensar
que es un artista de la zona? ¿Es uno de tantos maestros itinerantes que por
alguna razón oculta cae por estas tierras y aprovecha la ocasión que se le
brinda para levantar su obra en medio prácticamente de la nada? Pero lo cierto e importante es poder
descubrir e interpretar su mensaje teniendo en cuenta la clave que ha colocado
en la portada de Guerguitiáin.
NAJURIETA: “P LUPI
RECTOR ECLESIE ESCUSEG ( ) ME FECIT”
La inscripción
corresponde a la pila bautismal de la iglesia de Santo Tomás en Najurieta.
Asunción Domeño Martínez de Morentin recoge la inscripción
entera y la transcribe de esta manera:
“P
LUPI RECTOR ECLESIE
DE ESCUSE ( )
ME FECIT / DOMINUS DIMI / TAT
EI P /
ECATA S /
UA AMEN.”
El paréntesis
corresponde a una zona estropeada de la pila, pero se adivina el resto de la
letra G. La traducción viene a ser la siguiente: “P López, Rector de la iglesia
de Escusega me hizo. El Señor le perdone sus pecados. Amén”.
De
su comentario cabe resaltar tres afirmaciones. La primera que “Es el único caso que se conoce en Navarra de
inscripción en una pila propia de la Edad Media.” En la segunda se comenta que la inscripción “nos habla de manera excepcional, del
promotor de la creación de la fuente.”
La tercera identifica a la figura humana con báculo con Pedro López…”Bajo uno de los arcos se cobija una figura
humana muy tosca y desproporcionada portando un báculo, que debe corresponder
al rector Pedro López que encargó la labra.”
A mi entender la
afirmación tercera necesita de mayor investigación. ¿En qué se fundamenta para
hacerla? ¿Por qué identifica la P con el nombre de Pedro? ¿En qué se basa para
identificar al personaje, que no hay duda que es un obispo, con el Rector Pedro
López?
Ateniéndonos a los
datos que nos ofrece la primera parte de la inscripción se puede afirmar:
1º. Estamos ante
un personaje cuyo apellido es Lupi y cuyo nombre se inicia con la P.
2º. Se identifica
claramente al personaje. Es P Lupi, el Rector de la iglesia de Escusega. Se le
da una categoría y se le identifica con un lugar geográfico. Ángel Duque en su
obra “Documentación medieval de Leire”, recoge un documento con fecha 27 de
Abril del año 1085 en donde se cita este término geográfico con ocasión de lo
que parece ser el testamento de Sancha Garcés. “Et Sancia mea filia habeat…, et illam casam de Escusega cum sua radice
similiter habeat.”
¿Dónde se
encontraba este término? En la Gran Enciclopedia de Navarra en su voz Escusaga se dice: “Antiguo lugar del valle de Unciti, próximo a Najurieta…y estaba
abandonado ya en 1427.”
En relación con la
categoría de “Rector de la iglesia de Escusega” sigo a D. José Luis Sales
Tirapu Esta función
desempeñaba el tal P. Lupi, que aunque humilde en su rango era eclesiástico con
cierto grado, el de Rector. Esto parece descartar que estemos ante la presencia
de otro de los maestros canteros que firma su obra, según la tradicional frase
de la época. En este caso parece de más peso la afirmación de Asunción Domeño
de relacionar a P. Lupi como hacedor de la pila en cuanto promotor económico de
la misma, no en cuanto su hacedor material como hombre experto en la labra de
la piedra. P. Lupi, al margen de otros posibles bienes y hacienda, contaría con
la renta que su rectorado le aportaba y esto le pudo permitir patrocinar la
realización de la pila bautismal de la parroquia de Santo Tomás de Najurieta,
de la que posiblemente, por su cercanía, dependería la iglesia de Escusega.
3º. Creo que se
puede descartar la identificación que se hace de P. Lupi con el personaje que
aparece en uno de los arcos de la arquería que circunda la pila. En él aparece
un personaje que se puede interpretar como un clérigo de categoría superior a
la de nuestro benefactor Rector, dado que además de llevar vestiduras
pontificales porta el báculo con la mano izquierda y bendice con la derecha levantada. Como mínimo
estamos ante la representación de un obispo o de un abad de monasterio.
4º. Parece que el
título de Rector en el sentido que comentamos, no era muy frecuente en esta
época que nos ocupa. En la documentación medieval de Leire, por ejemplo, no lo
he encontrado entre las que expresan grado o categoría en relación con el
estamento clerical. Sí es frecuente encontrar las siguientes: Papa, Cardinalis,
Cardinalis presbiter, Archiepiscopus, Episcopus, Pontifex, Prepositus, Abbas,
Prior, Sacerdos, Presbiter, Capellanus, Canonicus, Archidiaconus, y Monaclus.
5º. La segunda
parte de la inscripción corresponde a una oración en la que, la misma pila, así
como nos habla de su hacedor, implora de Dios el perdón de los pecados
cometidos por el mismo. Petición que se corresponde con la función de esta obra
de tal categoría y simbolismo religioso, pues iba destinada a contener las
aguas bautismales que limpiarían del pecado original a las almas de los creyentes en Dios Padre,
Hijo y Espíritu Santo.
6º. De lo dicho se
puede concluir que estamos, como se decía al comienzo de este apartado, ante
una muestra de un hacedor patrocinador que encarga una obra determinada y
expresa su deseo de que se le mencione como a tal. “P. Lupi me hizo, porque fue
él quien puso el dinero con el que pagar al cantero que me materializó”. En
este caso no se puede considerar a P LUPI como al maestro que realiza
materialmente la obra. Sí como su hacedor en cuanto pone el dinero para que la
realice el maestro o taller correspondiente de la zona, siguiendo el estilo de
las pilas bautismales de la zona comprendida por los valles de Izagaondoa,
Unciti, Lizoáin y Urraúl Bajo.
PAMPLONA: “STEPHANO OPICI MAGISTRO OPERIS SANTI IACOBI”
La
obra de la catedral románica de Pamplona fue
impulsada por D. Pedro de Roda, quien propone para el cabildo catedralicio la
Regla de San Agustín, que conlleva la vida en común de sus miembros. Vida en
común que hace necesaria la existencia de unas dependencias acordes con dicha
regla: recinto sagrado de la iglesia
catedral, claustro, dormitorio, refectorio,...
La
bula concedida por el papa Urbano II de 4 de Marzo de 1097 va dirigida a que
tanto el rey Pedro I de Navarra y Aragón y sus súbditos contribuyan
económicamente para poder realizar las obras.
Las
obras comienzan en 1100. Hasta el 1101 no se habla del maestro que está al
frente de las mismas. Aparece nombrado en documento conservado en El Libro
Redondo de la catedral y fechado el 11 de Junio de 1101. Es el maestro Esteban,
que viene avalado, según un segundo documento de la misma fecha, por el trabajo
realizado en Santiago de Compostela como Maestro de Obras.
Resulta interesante leer la obra de Javier
Ocaña Eiroa “La controvertida personalidad del Maestro Esteban en las
catedrales románicas de Pamplona y Santiago.”
Copia
de la donación que el obispo de Pamplona Pedro de Roda hizo a Maestro Esteban,
consistente en la mitad de los molinos de Maurumilio.
En
“La Edad de un Reino. Tomo II”, pág. 867 se dice del maestro Esteban que por su
nombre y formación parece ser occitano. Por la documentación
anteriormente citada sabemos que se casó con una tal Marina o Mancia, (según
qué documento) de apellido Renaldis hija de Marcelo, natural de Pamplona y que
tuvo al menos un hijo.
Profesionalmente
se le han asignado también conocimientos y práctica de escultor, tanto en
Santiago de Compostela como en Pamplona, tesis que hoy día parece estar
superada y se le asigna únicamente la de maestro constructor. Parece que su
obra se extiende también a la cripta de la iglesia de San Esteban de Sos del
Rey Católico.
VILLANUEVA-HIRIBERRI:
“FECIT ME SANCIVS”
En
la iglesia de San Esteban del señorío de Hiriberri – Villanueva, cerca de
Puente La Reina – Gares hay en las dovelas centrales de uno de sus arcos fajones
la inscripción que podemos ver con su calco correspondiente en la fotografía
anterior.
El
año pasado realicé su estudio y lo di a conocer en mi blog y en él se puede
leer todo el artículo. La inscripción habría
que leerla de la manera siguiente, desde mi punto de vista:
"VIDEI DEI
SOLIS NE EN
DES(cendere) UNO
¿ISH? ITE(m) F(ax)
EOSVE
(F)ECIT ME
SCV 00"
¿Cuál es su significado?
A poco que leamos el escrito se
descubren dos partes en él.
La primera parte la forman los dos
primeros renglones y su contenido parece estar relacionado con la parusía o
esperanza cristiana de la segunda venida de Jesús, como Juez, en los últimos
tiempos. Tanto los evangelios, como alguna epístola de San Pablo y sobre todo
el Apocalipsis nos hablan de ello.
Al final del Apocalipsis, en el epílogo
que cierra tanto el capítulo 22 como todo el libro, parece que se encuentra la
base de estas dos líneas.
Se dice al final de este libro
profético:
“Yo, Jesús, he enviado a mi Ángel para daros
testimonio de lo referente a las Iglesias. Yo soy el Retoño y el descendiente
de David. El Lucero ardiente del alba. (El
subrayado es mío)
El Espíritu y la Novia dicen: “¡Ven!”. Y el que oiga
diga: “¡Ven!” Y el que tenga sed, que se acerque, y el que quiera, reciba
gratuitamente agua de la vida.
Yo advierto a todo el que escuche las palabras
proféticas de este libro. “Si alguno añade algo sobre esto, Dios echará sobre
él las plagas que se describen en este libro. Y si alguno quita algo a las
palabras de este libro profético, Dios le quitará su parte en el árbol de la
Vida y en la Ciudad Santa, que se describen en este libro.”
Dice el que da testimonio de todo esto: “Sí, pronto
vendré.” ¡Amén! ¡Ven Señor Jesús!
Que la gracia del Señor Jesús sea con todos. ¡Amén!
En este ambiente de los últimos tiempos
se recogen tres de las palabras que según mi interpretación personal están
presentes en los dos renglones primeros de la inscripción: Jesús (ISH), Lucero
o Luz (FAX) y Alba o Aurora (EOS).
Además el carácter imperativo de la
frase está en consonancia con el texto.
La segunda parte de la frase, como hemos
visto, parece informarnos con la fórmula FECIT ME y lo que pueden ser las
iniciales de un nombre y la marca del maestro tallista, sobre el autor, sea el
tallista, el maestro constructor o el comitente que impulsa y paga la obra.
Así pues, aún con riesgo de equivocarme,
me aventuro a traducir el escrito, siempre abierto a los mayores conocimientos
de los que esto lean, pues de modo alguno soy especialista en este terreno,
pero que siguiendo mi criterio de ponerme retos, lo veo con sentido, dado el
contexto físico en el que esto se escribe.
¡VE, EN
VERDAD, DEL DIOS SOL
BAJANDO AL
MISMO JESÚS COMO LUZ O AURORA!
ME HA HECHO
SCV OO
* ¿QUIÉN ES
EL AUTOR?
Sin duda que
aquí está su nombre y que se contiene en las letras SCV. La presencia del FECIT
ME exige cerca un nombre. Podemos ver la
inicial de cada una de las sílabas de este nombre. Un nombre, por otra parte
muy usual en su
época. SANCIVS.
Conocer el
nombre del “autor”, me inclino a pensar que hace relación al maestro
constructor, es muy importante y supone todo un descubrimiento que realza la
importancia de esta maltrecha y desconocida iglesia románica. Su dueño
realmente tiene una joya a la que hay que poner a tono y hacer que brille como
el sol, la luz y la aurora de su inscripción.
Tenemos,
posiblemente a un maestro cantero más que añadir a los que dejaron su nombre en
otros lugares del reino de Navarra. SANCIVS. Su trabajo posiblemente se realizó
en los finales del siglo XII.
Un maestro más que emplea la fórmula ME
FECIT, aunque aquí sea FECIT ME.
VILLATUERTA:
“ACTO NOMEN MAGEST… FECIT”
“BELENGERES
ESCRIPSI”
“BELENGERES
ESCRIPTI”
Son las dos
últimas palabras grabadas en la lápida que se recogió en la iglesia de San
Miguel de Villatuerta y que hoy día se expone, junto a un conjunto de relieves,
en el Museo de Navarra.
La
primera información que nos atañe es este dato, único entre los encontrados en
este estudio. El escribano, Belengeres parece ser una persona culta.
Lógicamente para desempeñar este oficio ha de saber leer y escribir. Conoce el
latín y además tiene dotes de artista, como demuestra la correcta ejecución de
la letra visigótica, así como los adornos de los extremos (rombos a la
izquierda y culebra en movimiento a la derecha) y de la parte inferior. Este
artista-cantero-escribano reclama para sí el honor de aparecer en la lápida y
figurar al mismo nivel que los otros personajes “civiles”, en el mismo apartado
y con el mismo tamaño de letra: DNO SANCIO y ACTO.
De
la información que Belengeres da en esta placa podemos deducir el año
aproximado en que la realiza. Para ello hay que tener en cuenta los nombres de
DNO SANCIO y DNO BLASCIO, que parecen ser el rey Don Sancho Garcés II Abarca (970-994) y de Don
Blasco, obispo de Pamplona (970-972) y posiblemente también del 972 al
978, por lo que nos situamos entre los años 970 al 978 del S. X, época en que
estaba vigente el tipo de letra que aquí se emplea, según los estudios del
padre Germán de Pamplona.
Otro
dato importante que conocemos es la extensión de la devoción al arcángel
MIKAEL, San Miguel ya en el S. X, como se ve también en la cumbre de Aralar.
Aunque
la lápida estaba situada sobre la portada meridional de la ermita actual, por
lógica con el dato cronológico anterior no haría referencia a la actual
construcción, que tiene visos de pertenecer al S. XII, sino al conjunto de
construcciones correspondientes al entonces monasterio.
¿Es
la lápida el único vestigio del antiguo monasterio? ¿Corresponden las diez
placas con relieves citadas al mismo? Aquí hay menos seguridad. Personalmente
pienso que una de las claves importantes para poder determinarlo es la de
comprobar con seguridad la época en que se reforma el uso del “manípulo” en las
ceremonias religiosas, pasando de llevarlo en la mano a colocárselo en el
antebrazo izquierdo. Si este cambio sucedió en el S. IX como se afirma en la
enciclopedia Wikipedia no habría problema en asignar estos relieves a la obra
prerrománica hoy desaparecida. Si por el contrario este cambio en la vestimenta
litúrgica no se produce hasta el S. XII, como se afirma en “Rutas Románicas en
Navarra” de Guías Encuentro Ediciones, págs. 45 a 47, habría que pensar en
un tallista popular arcaizante.
“ACTO
NOMEN MAG / ESTR (…) FECIT”
La
lápida nos da también la información sobre el maestro constructor de este
monasterio prerrománico desaparecido. “ACTO NOMEN MAG / ESTR (…) FECIT ·” El nombre del maestro que lo hizo es ACTO.
Es
el maestro constructor de nombre conocido más antiguo en Navarra, aunque poco
parece quedar de su obra.
ESTELLA: “ALDEBERTVS
ME FECIT”
En
el Museo de Navarra se conserva una parte del tímpano del antiguo hospital de
San Lázaro de Estella, separado de la ciudad por el río Ega. Fue albergue y
centro de cuidados para los leprosos peregrinos hacia Santiago de Compostela.
En él se representa perfectamente tallado y conservado un crismón.
En
la orla del clípeo aparece escrito:
"IN ÑE
PATRIS ET FILII ET SPIRITVS SANCTI: AMEN. ALDEBERTVS
ME FECIT +"
Por
la perfección de la talla del crismón se puede deducir el nivel de este maestro
tallista si no constructor.
Otro
dato que aporta es la devoción al arcángel San Miguel, como se ha visto en el caso
de Villatuerta.
El
dato más importante que nos refiere este maestro es el que hace relación con el
rey García Ramírez el Restaurador, quien reinó entre 1134 y 1150, por lo que
podemos situar en estos años la inscripción.
ESTELLA: “MARTINVS DE
LOGRONIO ME FECIT”
En el Palacio de Los Reyes de Estella, en el famoso
capitel que representa como escena central la lucha entre Ferragut y Roldán, se
identifica a los personajes en combate y además se habla del artífice de la
obra.
“PHERAGVT MARTINVS ME FECIT ROLAN
DE LOGRONIO”
La novedad, en el caso de este
maestro, es que escribe, parece ser, su propio apellido, por lo que personaliza
más que en los casos restantes su autoría. Los estudiosos han comprobado que el
apellido Logroño existía en Estella a finales del S. XII. según los autores de
“El Arte Románico en Navarra” pág. 364. Sin embargo, aunque ha transmitido más
pistas, no sabemos nada más de él que su buen hacer como cantero tallista.
Del dato anterior se puede
deducir que este tal Martinus pudiera pertenecer a algún taller de tallistas
propio de Estella, dado el auge constructivo de esta época y por consiguiente
la necesidad de trabajadores cualificados.
AZUELO: “SANCIUS ME
FECIT”
En
el antiguo monasterio de Azuelo, del que hoy se mantiene en pie su hermosa
iglesia, que hace de parroquia del pueblo, también se ha encontrado la huella
de otro de los artistas medievales que se resisten a dejar su obra en la
humildad del anonimato.
Su firma se encuentra en el capitel más
cercano a la cabecera de la iglesia correspondiente al muro norte, en el que
esculpe la figura sedente de un Cristo en majestad. En los laterales del
capitel aparece la frase:
“SANCIUS ME FECIT”
Por
ella conocemos que al menos este capitel pertenece a Sancivs, según se indica.
¿Serán del mismo artista el resto del programa escultórico de la iglesia?
Podemos
conocer también las fuentes de las que bebe este artista. Su trabajo recuerda a
la escuela languedociana, pero aunque siga las corrientes que llegan de
Francia, según los autores de “El Arte Románico en Navarra”, pág. 158 al hablar
de su procedencia se dice: “suponemos que
era un maestro de origen navarro o de territorios cercanos donde abundaron los
Sanchos”.
…
Hasta
aquí los nombres de los maestros de los que tenemos referencia documentada. Ocho
de ellos añaden a su nombre la coletilla “ME FECIT”. De uno se dice que fue el
maestro que hizo la obra y uno más se define como “Escribano”, amen del famoso
maestro Esteban del que sabemos fue contratado para dirigir las obras de la
catedral románica de Pamplona.
Otros
varios nombres aparecen por otros lugares de Navarra, pero aunque a veces se
les identifica como maestros canteros no tenemos la seguridad que lo fueran al
no añadir el consabido “ME FECIT”.
Así
conocemos a IOAN en la iglesia de San Pedro de Estella, a DUAGVS o DVOGVS y a
RAIMVUNDVS y VGO en el Monasterio de Fitero o al SANCIVS y AKENARIVS del Monasterio de Leire, entre
otros, pero no son tema de este estudio.
Y
sin querer ponerme a la altura de estos grandes maestros de antaño me atrevo a
imitarles y firmar este trabajo.
“SIMEONVS
ME FECIT”