TRABAJAR EN AUZOLAN
Por Simeón Hidalgo Valencia
(25-04-2015)
Quien me siga por estos caminos del blog se habrá dado cuenta de que en
bastantes de los artículos que llevo escritos desde que me hice bloguero, he
defendido la costumbre antigua de trabajar en auzolan.
Auzolan es trabajar en comunidad para la comunidad. Trabajar unidos los
vecinos de un pueblo por el propio bien del pueblo en tareas que benefician a
todo el pueblo, sea adecentando caminos, cementando las calles, canalizando las
aguas, preparando unas fiestas, siendo solidarios con un vecino que tenga la
desgracia de que se le queme la casa, echando una mano en el trabajo de los
campos, reparando la iglesia del pueblo, etc., etc.
Como digo, he defendido esta forma de trabajo que une a los vecinos y
que hace que se consideren las cosas como propias, aunque sean de la comunidad,
porque la mano y la ilusión de cada cual se ha puesto en esa empresa y por ende
se cuida, se aprecia y valora.
Pero además de defender esta forma de trabajo, siempre que se ha
terciado lo he puesto en práctica, junto a otras personas, amigos unos, vecinos
otros, amigos de amigos alguno más, y más ahora que estoy jubilado y que puedo
colaborar en proyectos para la sociedad.
Uno de esos proyectos que me tiene enganchado es la adecuación de la
Casa Zandueta de Lizarraga, que cedida por 20 años por la Asociación Aspace a
la Asociación Grupo Valle de Izagaondoa, ésta la está convirtiendo en un proyecto
museístico, que pretende dar vida cultural al Valle de Izagaondoa y su comarca
siguiendo las huellas del maestro cantero medieval, Petrus, que yo
personalmente lo he bautizado con el apellido “de Guerguitiáin”.
Los vecinos y vecinas de Lizarraga de Izagaondoa ya saben que formamos
parte del paisaje del pueblo, pues los sábados allí acudimos y hasta algún día
entre semana. Algunos nos visitan y entran a ver lo que hacemos. Otros nos
miran, es lógico, con cierto recelo, pero para todos tenemos un saludo amable y
las puertas abiertas, porque como yo digo, lo que estamos haciendo no es única
y exclusivamente para nuestra Asociación, ni para Lizarraga, ni para el
Ayuntamiento, sino para todos los
vecinos y vecinas del Valle de Izagaondoa.
Por ello, trabajando en auzolan, si se apunta alguien que no es de la
Asociación ni del Valle, ni de los pueblos que lo conforman, es bien recibido,
pues toda ayuda y colaboración es poca y poco a poco, con la colaboración de
todo el que se anima a echar una mano, el auzolan sigue y se están viendo los
resultados.
Mi experiencia me dice que a la larga los frutos son positivos y
valorados, aunque en el día a día haya que sortear más de una dificultad o
zancadilla pero si se es constante, se tienen las metas claras y se lucha por
lo que realmente se valora y ama, se consiguen resultados insospechados, como
sucedió ya con la Exposición Etnográfica del Valle de Izagaondoa, que fue un
éxito gracias al esfuerzo, la colaboración y participación de más del 50% de
los habitantes del Valle.
Eso es lo que veo que está pasando en lo que será el PETRUS MUSEUM. La
ilusión de unos cuantos que acuden voluntarios cada sábado lo está haciendo
posible, pero hay personas detrás que han ido respondiendo a la llamada que,
hace años, alguien les hizo cuando a este alguien se le encendió la bombilla de
la imaginación y tuvo la idea de valorar a este personaje medieval que quiso
darse a conocer precisamente en este valle y comenzó a dar pasos y contactar
con gentes para transmitirles su propio entusiasmo por el proyecto.
Trabajar en Auzalan saca proyectos muy interesantes para adelante y
como además la vida está bastante achuchá, económicamente hablando, la
participación voluntaria hace que los costos se reduzcan a lo mínimo, pues
prácticamente son los materiales los que hay que conseguir y si además la
mayoría de estos materiales son reciclados, mucho mejor.
En el tiempo que llevamos trabajando calculo que se han ahorrado más de
20.000€ al menos, demostrando otra de mis tesis que también he defendido en
estos escritos: “Se puede hacer mucho y muy bien con muy poco dinero siempre y
cuando se busque el camino del auzolan y del reciclaje”. En la Casa Zandueta de
Lizarraga lo estamos poniendo en práctica y al poco monetario que hay le
sacamos mucho provecho.
También he comentado en ocasiones, y he sido mal interpretado, que los
organismos públicos, léanse Corporaciones Locales o Gobiernos Autonómicos,
aunque me quedo más con lo más cercano que son las Corporaciones Locales,
deberían ser locomotoras del entusiasmo vecinal que aunaran a todos los vecinos
y vecinas en la empresa común que se emprenda y recuperar este gran invento de
nuestros antepasados, que es el auzolan.
Sus ventajas son evidentes.
¡Cuánto no se podría mejorar en el Valle de Izagaondoa, por ejemplo, y
lo cito porque es lo que tengo más cercano, si se iniciara una campaña de
sensibilización vecinal en temas que a todos nos atañan, mirando todos más allá
de nuestras propias casas, fincas, piezas de labranda o pastoreo, pueblo… y
diéramos el salto a crear conciencia de Valle y de comunidad entre los pueblos
que lo integran!
Este tipo de auzolan también es necesario para pervivir como Valle,
pues, como también he escrito en alguna ocasión “la suma de todos los pueblos da
como resultado final el Valle de Izagaondoa”.
A lo dicho: ¡TRABAJEMOS EN AUZOLAN!