LA RUTA DE PETRUS SE AMPLÍA – VI:
SANTA MARÍA DE BAIONA. PONTEVEDRA.
EL MENSAJE Y CONCLUSIONES
Por Simeón Hidalgo Valencia (25 de noviembre de 2024)
*EL MENSAJE
A medida que hemos analizado la decoración
de esta interesante iglesia de Santa María de Baiona hemos podido vislumbrar su
similitud, al menos decorativa, con las iglesias navarras y el par de gallegas
mencionadas al comienzo de este escrito. En la mayoría de ellas la persona que
las visita puede ver las imágenes a la altura de sus ojos y hasta tocar los
detalles esculpidos en los capiteles de sus portadas. Es una escultura cercana
al espectador. Incluso en los capiteles interiores situados más altos la decoración
es bastante visible y se aprecian bien los motivos, algunos de los cuales se
tallan con la intención de que el punto de mira no sea otro que el
contrapicado. Por ello, y como dato anecdótico, a la hora de planificar y
ejecutar los pies que sostendrían los capiteles petrus en el museo denominado
“Petrus Museum” se ha tenido en cuenta este detalle y se ha mantenido en lo
posible el punto de mira desde donde el maestro quiso que se observara su obra.
Así, cuatro de los capiteles se han colocado a mayor altura que los diez
restantes, cuyas imágenes están frente a la mirada de las personas.
Todo ello facilita la mejor identificación
de los detalles esculpidos dado que se pueden tocar, calcar y fotografiar sin
problema, lo que a su vez ayuda para descifrar o leer su posible mensaje dado
que, como se suele decir, este tipo de decoración servía de libro en imágenes
abierto para instruir al espectador en la espiritualidad cristiana.
En Santa María de Baiona toda la
decoración petrina se encuentra en altura, sea en ventanales de la cabecera,
sea en los pilares que sostienen la bóveda central. Estos pilares son “cuadrangulares
sin aristas y con una columna adosada por cada una de sus caras”.[1]
La decoración no está, por lo tanto, cercana al espectador lo que pudiera
indicar que el “estilo Petrus” se limita en este edificio simplemente a la
reproducción de unas formas más que a la transmisión de un mensaje, aunque hay
que tener en cuenta que si los cuatro pilares cercanos a la cabecera con sus
respectivos cuatro capiteles procedieran de otro edificio anterior quizás allí fueran
más visibles y cercanos y pudieran interpretarse con mayor facilidad. De hecho,
son los que recogen con mayor fidelidad el temario y el estilo del maestro Petrus
de Guerguitiáin.
*¿A QUIÉN SE DIRIGE EL POSIBLE MENSAJE?
Si aquí hay un mensaje concreto la Escuela
de Petrus lo dirige siempre a las personas, tanto en su condición de hombre
como de mujer. Mujeres y hombres que están labrados en tres de los pilares que
se suponen más antiguos: los dos primeros pilares del lado norte y el segundo
del lado sur. En el Pilar 1º norte aparecen en el capitel que mira al norte. En
el Pilar 2º norte se localizan en el capitel que da al sur. En el Pilar 2º sur
se tallan las parejas en los capiteles orientados al oeste y al este. En las
tres ocasiones a las mujeres se las representa con el tocado tradicional
mientras que los hombres están descubiertos. Mujeres y hombres que como hemos
visto ya en Vesolla, Najurieta, Garaioa y Paradela están destinados a realizar
su propia metamorfosis para identificarse y transformarse en lo que el zarcillo
de la vid simboliza.
*¿QUÉ PUEDE SIGNIFICAR EL ZARCILLO DE LA VID?
Para entender el simbolismo de los zarcillos acudo siempre al caso de la imagen representada en uno de los capiteles de la iglesia de Vesolla, que volvemos a ver. Entre las tres parejas de aves que se representan una corresponde a dos pájaros carpinteros que se apoyan en sendos zarcillos de la vid.
Todos tenemos la imagen de estas aves apoyadas en el tronco de un árbol picoteándolo. Pensamos que es para hacer el agujero donde construirá el nido para su descendencia. Sin embargo, el picoteo del tronco tiene una función quizás más prioritaria como la de detectar a través de las ondas que emite si dentro del tronco hay larvas que le sirvan de alimento. Con esta imagen de la Naturaleza se nos quiere comunicar, desde el simbolismo medieval que, al igual que el pájaro carpintero se apoya en el árbol y busca el alimento en su interior, el creyente ha de apoyarse y alimentarse también del árbol de la vida representado por el zarcillo de la vid que nace en los sarmientos por estar unido a la planta o cepa, que en palabras evangélicas se asimila con Jesús. “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto…Yo soy la vid; vosotros los sarmientos…”[2]
Esta unión entre la vid y los sarmientos,
es decir entre Jesús y sus seguidores, implica desde la persona que ha optado
en esta dirección espiritual todo un proceso de transformación que externamente
se muestra en la misma carne de cada persona donde sus brazos son sendos
zarcillos de vid. En definitiva, es dejar atrás la fase humana para renacer a
una vida nueva identificándose con Jesús.
Con otras palabras, recoge esta idea
Ricardo López al comentar la imagen de la iglesia de Paradela, que yo descubrí
al adquirir su libro cuando, como peregrino desde Orreaga-Roncesvalles, llegué
a Santiago de Compostela allá por el año de 1998.[3]
“De entre todas las fotografías con valor simbólico que, a lo largo de
quince años, he ido coleccionando estimo sobre manera la de uno de los
capiteles que flanquean el altar de la iglesia de San Miguel de Paradela
(Lugo).
Sólo al necio se le ocurrirá reírse
de una figura tan “ridícula”, con brazos como tallos y manos convertidas en
hojas. El sabio según el Evangelio se dirá: “Este no es Cristo, pero aquí hay
Cristo; ¿y si fuera un hombre-vid, un hombre-Cristo?”
Yo digo que sí, que es un
hombre-Cristo. Todo él es vid, todo él merece llamarse Cristo”.
Desde mi punto de vista lo que acabamos de comentar es el principal mensaje que esta iglesia nos comunica, que se puede resumir de esta manera: “La persona creyente en Jesús para llegar a identificarse y transformarse en él ha de trabajar a lo largo de su vida material siguiendo las enseñanzas y el ejemplo del mismo Jesús. De esta manera llegará a florecer como persona nueva”.
*EL SIMBOLISMO VEGETAL.
Hay un nutrido grupo de símbolos que
reproducen elementos vegetales. En quince de los diecinueve capiteles
analizados aparece alguna forma vegetal. Esquemas de espigas, distintas
especies de hojas o árboles difíciles de identificar y una abundante
representación de zarcillos o pámpanos de la vid. Es de nuevo D. Ricardo López
quien nos recuerda que “En la tradición simbólica de la Iglesia el vegetal,
lo sabemos, representa exclusivamente a Cristo”.[4]
1º. Los pámpanos de la vid.
Como corresponde al estilo Petrus los
pámpanos o zarcillos de la vid son básicos para esta escuela de maestros
canteros populares. A veces se me
comenta que los zarcillos o volutas ya están presentes en el arte muchos siglos
atrás por lo que no se debería dar tanta importancia a la figura del maestro
Petrus. Pero quien esto comenta quizás
no ha llegado a ver algo que hace del maestro Petrus un auténtico innovador,
dentro de la aparente sencillez de sus creaciones, pues emplea los zarcillos de
la vid con originalidad y hace de ellos creaciones que a ninguno antes se le
había ocurrido, pues emplea esta forma vegetal teniendo en cuenta su forma, sí,
pero además tiene en cuenta en su obra creativa su propio simbolismo, dado que
los pámpanos de la vid nos recuerdan básicamente al vino, que unido a otro de
los símbolos empleados en su obra como es la espiga de trigo, que veremos
también en Santa María de Baiona, nos descubre a la figura de Jesús como
alimento para sus seguidores, en un marco claramente eucarístico.
A nadie antes del maestro Petrus se le ocurrió realizar el sencillo y a la vez magnífico rostro de la portada de San Martín de Guerguitiáin en la que dos zarcillos de la vid son esenciales para su creación. Convertidas en ojos, las volutas nos miran desde la profundidad de un ser nuevo transformado que hipnotiza e introduce, a quien sabe mirar, en la otra realidad y dimensión de la persona renacida.
Es en los cuatro capiteles del Pilar 1º
del lado norte de la iglesia de Santa María de Baiona donde más zarcillos
aparecen. Salvo el capitel que mira al norte, que ya conocemos relacionados con
una pareja humana, en los tres restantes se muestras sendos pares de zarcillos
en cada una de sus caras. En la cara central de los capiteles oeste y este los
zarcillos miran hacia el interior y los correspondientes a las caras laterales
miran hacia la central. No así en el capitel que da al sur pues en sus tres
caras los zarcillos miran hacia el exterior.
2º. La espiga de trigo.
Me es difícil identificar los motivos
vegetales centrales de los grabados realizados en el Pilar 2º del lado norte
orientados al suroeste y al noreste. Más posible veo que los motivos vegetales
a sus lados que aparecen junto a los zarcillos que, como sabemos, hacen de
marco al conjunto, sean unas espigas de trigo. Si fuera así el simbolismo del
pan y del vino quedaría claro, como muy claro se ve en las iglesias de
Guerguitiáin y Vesolla. Pan y vino que en la Eucaristía se convierten en el
cuerpo y sangre de Jesús, alimento espiritual básico para sus seguidores.
En el caso de Vesolla el maestro ha
tallado por cinco veces en el capitel que se muestra de la portada la hogaza de
pan y en Guerguitiáin la espiga madura del trigo que llevada al molino se
transforma en harina, materia que al elaborarse se transforma en pan.
3º. La palmeta entre zarcillos.
El estilo artístico del maestro Petrus
enmarca con los zarcillos de la vid los motivos que considera simbólicamente
importantes, sea su propia firma, sean ciertos animales como aves o corderos,
sean elementos vegetales como espigas o racimos de uva. Lo hace así para
indicarnos que estos elementos que enmarca con zarcillos que miran hacia el
interior llevan en sí mismos el mensaje que quiere comunicar.
Si es cierto que la cita que he recogido
sobre el simbolismo de todo tipo de vegetal en la tradición eclesiástica hace
relación a Cristo tendremos que pensar que las imágenes de las palmetas están
en la misma órbita, aunque su origen sea muy anterior al cristianismo. En el
ámbito cristiano la palmera viene a representar el triunfo del creyente, que se
mantiene como fiel seguidor de Jesús frente a todo aquello que pretende
alejarlo de él. Como se dice en el trabajo sobre “Simbología ornamental
vegetal”, publicado en Internet, las palmetas “representan la victoria final
del espíritu” .[5]
En el Pilar 1º del lado sur encontramos estos grabados. El primero está en la cara frontal del capitel que mira al norte. Los dos siguientes en las caras laterales del capitel que se orienta al sur. Su denominador común es el zarcillo situado a derecha o izquierda de otras figuras que representan formas geométricas como el círculo y triángulo, así como algún signo rúnico y alguna otra forma que he localizado como marca de cantero en los edificios estudiados por Navarra. También hay dos elementos similares que pudieran representar algún elemento vegetal.
Sobre su posible mensaje no me atrevo a
afirmar ni negar su existencia, pero de existir habría que buscarlo siempre
dentro de la totalidad del capitel e integrar en ella el simbolismo de cada
signo particular. Resulta difícil dada la diversidad de símbolos que se plasman
y la inseguridad ante lo que cada uno de ellos nos pudiera comunicar.
Veamos estos dos capiteles desplegados en
un mismo plano:
Entre las figuras deterioradas del hombre a la derecha y de la mujer a la izquierda hay otro zarcillo que en esta ocasión la parte superior del tallo se bifurca en sendas volutas. Ya vimos que coincide en su grafía con el signo que se talla en Guerguitiáin bajo la representación del capitel de las mujeres y que a su vez es el signo de la constelación de Aries, símbolo masculino que se relaciona con el fuego, primer signo de los doce del Zodíaco que rige desde el 13 de abril al 14 de mayo, tiempo en que la Naturaleza se renueva y llega a su máximo esplendor.
En Guerguitiáin no parece casual que este
signo esté bajo la representación de las dos caras femeninas lo que me lleva a
ver con bastante claridad también que a su vez podría representar el esquema
del aparato genital interior femenino.
Es curioso que en este pequeño detalle
confluyan tres conceptos: El zarcillo de la vid, el signo de Aries y el esquema
del aparato genital femenino.
El zarcillo de la vid, que con Aries
empieza a despuntar, símbolo de Jesús que en esta época del año ya ha muerto y
resucitado.
El signo de Aries, momento en que la
Naturaleza se renueva.
Esquema del aparato genital femenino, cuna
donde se gesta la vida humana.
El posible mensaje podría ser el
siguiente: Así como la vida sale de la muerte invernal y resucita y florece con
la llegada de la primavera, así las mujeres y los hombres han de experimentar
la metamorfosis que los lleve a morir a la vida material para resucitar
transformados en personas nuevas.
*EL SIMBOLISMO ANIMAL.
En el Pilar 3º del lado norte hemos
comentado que en la cara que se orienta al oeste aparece también el estilo
Petrus recordando en su forma a uno de los capiteles de la iglesia de Garaioa,
en Navarra. Tanto en Baiona como en Vesolla las tallas que enmarcan los
zarcillos son más difíciles de identificar y por consiguiente de interpretar.
Pero una vez reconocidas las formas
petrinas en este capitel conviene centrarse en los dos animales que se sitúan
por encima de la pareja de zarcillos. Un ave y un cordero. Las aves y el
cordero forman parte de los símbolos de la escuela de Petrus y así lo podemos
ver en tallas de Guerguitiáin, Najurieta y sobre todo en Vesolla.
En la simbología medieval las aves suelen representar a las personas y aparecen con frecuencia alimentándose o bebiendo. En el caso que nos ocupa en Baiona, esta ave parece picotear el zarcillo de la vid, al igual que hemos visto a los pájaros carpinteros o a los halcones en Vesolla, o como se las representa en Najurieta bajo la sombra de los zarcillos de las personas transformadas.
El mensaje en esta ocasión lo veo más
claro y directo: la persona cristiana para llegar a la plenitud de la vida
espiritual ha de apoyarse en Jesús, alimentarse de él y ponerse bajo su
protección.
El cordero es uno de los símbolos más
importantes en el cristianismo, pues representa tanto a Jesús como víctima
sacrificada como a Jesús resucitado. La imagen del cordero pascual vencedor de
la muerte que porta el estandarte de la victoria se remonta a sus orígenes. A
la vez el cordero es el símbolo de las personas cristianas que siguen a Jesús,
como el buen pastor que los cuida y guía. Especialmente reconfortante me
resulta la parábola de la oveja perdida o el texto de Ezequiel sobre el buen
pastor.[6]
El mensaje viene a ser el mismo: La
persona cristiana, como miembro del rebaño de Jesús, ha de seguir su senda,
pues como buen pastor le guía hacia prados de hierba fresca. Seguir a Jesús
supone morir y resucitar a una nueva vida, como él hizo.
*ALGUNOS SÍMBOLOS GEOMÉTRICOS.
En este otro símbolo podemos descubrir la
presencia de una figura l hexagonal, presente en todas las culturas. Desde una
lectura cristiana podemos leer dos letras griegas: la jota y la ji, iniciales
de Jesús y de Cristo, es decir, Jesucristo, como Hombre y como
Dios.
En
este conjunto de dibujos simbólicos ya conocemos el significado del zarcillo de
la vid. De los cuatro o cinco que tiene a su izquierda, se me hacen conocidos
el Triángulo, situado en la parte superior izquierda, cuyo fuerte simbolismo se
manifiesta en el Triángulo Equilátero.
El segundo se me escapa y los tres
siguientes los he recogido grabados en sillares de edificios medievales. Todos
ellos parecen tener un fuerte simbolismo.
También esta representación geométrica tiene un fuerte carácter simbólico, pues podemos ver en ella al sol radiante o rueda de la vida que irradia su fuerza por todas las direcciones del universo.
COMCLUSIONES:
1º-Tanto en Navarra como en Galicia esta
escuela de cantería trabaja en edificios que se inician en el denominado
“estilo románico” pero que transitan hacia el “estilo gótico”. En el caso de
Santa María de Baiona esto es muy evidente ya desde el primer tramo de la nave
contando desde el ábside.
2º-Tanto en Navarra como en Galicia la
mayoría de estos edificios religiosos están levantados en rutas más o menos
importantes, en su momento, del Camino de Santiago, sea en el denominado Camino
Francés en Navarra, sea como Santa María de Baiona en el Camino de la Ruta de
la Plata.
3º-El dato característico que define el
estilo de Petrus de Guerguitiáin es que enmarca los motivos centrales de su
obra con un elemento natural de las viñas: los pámpanos o zarcillos de la vid.
Dentro de este marco se talla el elemento
simbólico tomado de la Naturaleza y de la vida de cada día, que hay que saber
identificar e interpretar, pues ahí reside el mensaje, sea un ave, una persona,
una estrella, la luna o el sol, un cordero, un racimo de uvas, una espiga de
trigo, una rama de planta, hojas, una rueda de la vida… y hasta su mismo nombre
con la expresión “Me fecit”.
4º-Llama la atención que en la iglesia de
San Martín de Guerguitiáin, que es donde Petrus reivindica su autoría con su “Petrus
me fecit”, como en la de Santa María de Bayona aparezca como marca de
cantería un mismo tipo de “P” o “d”, según su posición. En el caso de
Guerguitiáin en tres ocasiones, mientras que es muy abundante en Baiona. “Es el símbolo más representado y con más variantes”.[7]
5º-Aunque no tengamos la seguridad plena
de si los capiteles correspondientes a los cuatro pilares más cercanos a la
cabecera de la iglesia de Santa María de Baiona pertenecieron a una iglesia
anterior, no cabe ninguna duda de que el estilo y los símbolos empleados por la
Escuela Petrus se plasma en ellos.
¡Magnífico trabajo de investigación! Gracias por ayudarnos a conocer un poco más a este maestro cantero, Simeón.
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