ESLAVA:
DE ROMANOS Y ROMÁNICOS
Por
Simeón Hidalgo Valencia (12 de abril de 2018)
¿VNDE VENIS ET QVO
VADIS?
¿DE DÓNDE VIENES Y A
DÓNDE VAS?
En Eslava, la primera parte de esta
pregunta se puede responder con bastante certeza si nos atenemos a los restos
arqueológicos romanos que se hallan en su término. Sabemos por ellos que el
asentamiento pre-romano vascón allí existente vio llegar a las legiones romanas
y asentarse en esta comarca y, sin duda, deslumbrarles con la fuerza de las
armas y también con la fuerza de su avanzada cultura.
A esa ciudad romana hoy
día la denominamos Santa Criz (Santa Cruz), pero este nombre es el resultado de
la cristianización posterior a la romanización. Al fin y al cabo el mundo
evoluciona y las culturas se suceden unas a otras en constante adaptación a los
nuevos tiempos.
Como en otros lugares
antiguos, andando ya por la Baja Edad Media se habla de San Quirie (Kyrie), que
derivará en San Quirico, siendo sus orígenes el rito religioso antiguo de
implorar a los dioses, griegos y romanos, a la vez que se le hacían ofrendas,
para que fueran favorables a los mortales humanos y desde al dios supremo
Júpiter hasta al más ínfimo de los dioses se les reza y se les levanta altares
reconociendo su favor. Este rito de invocar a los dioses ha llegado hasta
nuestros días y los cristianos siguen solicitando este favor en la eucaristía
cuando rezan el Kyrie eleison (Señor ten piedad).
Dioses antiguos locales
como Peremusta o Lacubegui entran a formar parte del panteón divino. Sus
altares nos hablan de votos y promesas y de agradecimiento por los favores
recibidos, sea en forma de salud, prosperidad, fecundidad o paz en el más allá.
El
esplendor de los dos primeros siglos de nuestra era dio paso a la decadencia y
nuevas estructuras medievales se levantan y la población, vigilante, sube a los
altos y Eslava se erige como fortaleza defendida por su castillo medieval, al igual
que Gallipienzo, Cáseda, Aibar, Uxué o San Martín de Unx. Prueba de ello son
los restos de la torre que se levantó en la ciudad romana, reflejo de la
pervivencia del asentamiento posterior. Restos medievales que habría que
conservar y no desestimar a la hora de nuevas excavaciones, pues por encima de
los estratos romanos también hay estratos que nos hablan de vida y sus restos
ocultos son igualmente testigos de una época más reciente que hablan de dónde
venimos.
…
Recorrer el caserío de la
villa de Eslava después de haber contemplado lo descubierto de su época romana
nos depara también parte de la respuesta a la pregunta del inicio, básica para
encontrar el sentido a la vida actual, pues descubriremos retazos de su
arquitectura que nos hablarán unos claramente de lo que fueron las gentes que
aquí vivieron y otros abrirán nuevos interrogantes que hay que investigar.
Así, la misma
localización en alto nos indica que sus habitantes buscaron, como los de las
localidades vecinas citadas, la propia seguridad y el dominio de su territorio.
En lo más alto, por encima de la iglesia de San Miguel, arcángel morador de las
alturas, como en Aralar o en Izaga, hay que imaginar al castillo que hasta el
siglo XVI señoreaba sobre el caserío. Más abajo, la propia iglesia estira su
cuello sobre las casas desde finales del siglo XII o comienzos del XIII a
juzgar por los restos más antiguos de la misma. Su humilde cripta, su portada
de medio punto, su escalera hacia la torre, su ventanal occidental, entre otros,
nos hablan de lo que actualmente calificamos como época románica, pero
modificada a lo largo del tiempo adaptándose a los nuevos estilos constructivos
y decorativos góticos, renacentistas, barrocos o rococós.
Detengámonos ahora a
contemplar y a tratar de comprender el mensaje de la portada de la iglesia.
La portada abocinada de
la iglesia de San Miguel de Eslava la podemos calificar de románica. Se compone
de tres arquivoltas de medio punto que descansan sobre columnas formadas por
basa, fuste y capitel. También posee guardalluvias. El tímpano es liso y no
tiene decoración. Las columnas se levantan sobre plinto.
Los
seis capiteles están tallados con motivos vegetales y si nos detenemos a
analizarlos veremos que el comitente que patrocinó esta obra los eligió
atendiendo a la simbología que en su época transmitían. Motivos vegetales que
coinciden con los encontrados en otros lugares.
En
cinco de los seis capiteles aparecen tallados la flor de lis y la hoja de la
higuera. En el encuentro de las caras de los mismos, sendos motivos que
recuerdan a zarcillos de la vid cuyos extremos espirales se transforman en semiesferas, a la manera de
la portada de la iglesia de Sengáriz, actualmente en la iglesia de San Martín
de Tours de San Martín de Unx.
En este capitel, el
primero por la izquierda, según miramos hacia la portada, se aprecia muy bien
las tres partes de los capiteles mencionados. En su cara externa la flor de lis
con su tallo angulado con cuatro porciones de esfera en la zona de los pétalos.
El motivo central ya comentado en el encuentro de las dos caras y en su cara
interna una hoja que en este caso es distinta a las demás hojas de higuera que
aparecen en la portada, pero que aunque se talle con tres ramales y no cinco se
puede considerar como tal, al igual que sucede en Lizarraga de Izagaondoa.
El estilo de talla en
los capiteles me recuerda a la forma de hacer en las iglesias de Larumbe,
Añézcar y Ochovi, claramente de estilo gótico. Por otra parte hay que hacer
notar que las formas angulosas que se asientan en el collarino recuerdan a lo
visto en la iglesia de San Martín de Izco y en la citada de Sengáriz. Las
tallas esféricas se han recogido también en las iglesias de Najurieta y Leoz.
Hay dos capiteles en
que en sus dos caras se talla el mismo motivo. En el central del lado izquierdo,
según miramos, el derecho de la portada, se representan dos flores de lis. En
el interior del lado derecho, según miramos, el izquierdo de la portada, se
representan dos hojas de higuera. Quizás alguien dirá que son hojas de vid,
pero observando los detalles veremos cómo éstas
tienen los bordes lisos, mientras que las de la vid son como dientes de
sierra. Si las comparamos con hojas de higuera de la iglesia de Santa Eulalia
de Lizarraga de Izagaondoa no hay ninguna duda de que se trata de hojas de higuera.
El único capitel
diferente en cuanto al motivo principal es el siguiente, que me recuerda al
recogido en la iglesia de San Andrés de Garaioa. También hay algo parecido en
San Martín de Izco, pero en este último lugar presenta más semejanza con una
piña, mientras que en Garaioa y Eslava se puede pensar en el grano de trigo.
Quien haya seguido mi
trabajo sobre el cantero Petrus y su escuela podrá ver, como atisbo yo, que hay
bastantes coincidencias temáticas y en parte estilísticas con algunas iglesias
petrinas. ¿Será ésta de San Miguel de Eslava una más?
¿Qué lectura hago a
partir de lo visto en los capiteles?
La flor de lis viene a
ser la pata de la oca y asimismo la runa de la vida, símbolo positivo, por
tanto, que se contrapone a la muerte.
La
hoja de higuera representa al árbol prohibido del paraíso de cuyo fruto, el
higo, comieron Adán y Eva, según creencia antigua. Se ve muy claramente en la
citada iglesia de Lizarraga donde aparecen la higuera y el roble como árboles
que representan la muerte y la vida. La antigua y la nueva ley, respectivamente.
El grano de trigo
enterrado en buena tierra muere y renace y florece dando el ciento por uno y se
convierte en el alimento material y espiritual.
Traducido en mensaje
catequético podemos decir que la portada de la iglesia de San Miguel de Eslava
nos dice lo siguiente:
Para salir del pecado y
de la muerte (higuera) y lograr la vida espiritual (flor de lis), el cristiano
ha de alimentarse con el pan (bolas esféricas y trigo) que en la eucaristía se
convierte en el mismo Jesús.
Como en Guerguitiáin,
como en Besolla, como en Najurieta, como en Garaioa, como en Izco, como en
Lizarraga de Izagaondoa, en la portada de San Miguel de Eslava se repite el
mismo mensaje básico para el cristiano.
…
Pero sigamos
recorriendo las calles de Eslava y nos toparemos con algún misterio para
resolver por los estudiosos, como es lo que se muestra en la siguiente
composición fotográfica.
Un recinto subterráneo
de bóveda de cañón recuperado en parte, con ventana abocinada al interior que
derrama la luz sobre la estancia principal rectangular en cuyos laterales se
abren dos estancias en cada lado, con la puerta de entrada bajo la ventana que
da a una pequeña galería también de bóveda de cañón con imposta a ambos
laterales de la pared. En la estancia más grande dos pocitos rectangulares.
¿Qué era este recinto subterráneo? ¿Para qué se utilizaba? ¿Era un taller? ¿Una
pequeña fábrica de teñidos de paños? ¿Un establo para guardar el ganado? Lo
interesante es que la pared del fondo de la gran estancia parece tapar otra
galería que seguiría por debajo de las viviendas.
Resolver estos
misterios ayudará también a responder a la pregunta del inicio ¿VNDE VENIS? ¿De
dónde vengo?
Y dar respuesta a este
interrogante creo que es básico para encaminar los pasos hacia el futuro. ¿ET
QVO VADIS? ¿A dónde vas?
Aplicarlo a la villa de
Eslava pienso que es fundamental, como es fundamental para todas estas
poblaciones navarras que ven envejecida alarmantemente su población y los pocos
jóvenes que quedan prefieren la comodidad de la ciudad. Afortunadamente una
gran empresa cercana a Eslava ha paliado en parte la falta de trabajo, pero no
es suficiente. Y como no es suficiente habrá que hacer algo para que Eslava
vuelva a recuperar su población y sus actuales vecinos mantengan viva la
esperanza en el futuro.
¿Qué recursos tiene
Eslava para el futuro? Para mí hay uno básico que habrá que potenciar. Su
pasado. Pasado aparecido en parte y que en gran parte aún está por desenterrar.
Su ciudad romana.
Yo mantengo la tesis de
que para recuperar la vida, en todos los sentidos, de cualquier lugar, hay que
valorar lo que se tiene y convertirlo en uno de los motores del propio
desarrollo. Recuperar el patrimonio, restaurarlo y darlo a conocer es algo que
cada día se valora más y que atrae al turismo cultural, y el patrimonio de
Eslava es muy grande e importante. ¡Nada menos que una ciudad romana! ¡Como
para dejarlo de lado o llevárselo a la capital!
En una visita a Santa
Criz se comentó por parte del director de la visita el llevar las piezas a
Pamplona para mostrarlas en el Museo de Navarra, dada la categoría de las
mismas. Personalmente hice la propuesta de que estas piezas deberían quedarse en
su lugar. En Eslava, porque son patrimonio de Eslava en primer lugar. ¿Por qué
no hacer de Santa Criz uno de los motores básicos del desarrollo de Eslava? ¿Por
qué la manía de llevarlo todo a la capital? ¿No es esta otra forma de espoliar
el patrimonio de los pueblos?
Afortunadamente los
pasos van en esta dirección con la idea de poder exponer en un museo local las
piezas arqueológicas recuperadas de Santa Criz. Estos proyectos culturales y de
desarrollo local han de ser potenciados por la administración pública local y
sobre todo el Gobierno de Navarra y no dejarlos sólo a la iniciativa del
mecenazgo particular.
Afortunadamente también
hay vecinos sensibles en Eslava que se han preguntado por su origen y les
preocupa su futuro y trabajan desde sus posibilidades por hacer algo para que
éste florezca.
El visitante que recorra
las calles de Eslava, como lo haremos algunos el próximo día 21 de abril
convocados por la Asociación Grupo Valle de Izagaondoa, seguro que se admirará
haciendo el denominado “Paseo megalítico”. Una serie de hitos en piedra realizados
por D. Félix Zaratiegui, hijo de Eslava y profesor actualmente en la Sorbona,
que mantiene vivas sus raíces. Alternando lo antiguo con lo moderno uno siente
que el testigo patrimonial heredado pasa a nuevas manos y que el ser consciente
de los orígenes da fuerza, ánimo e ilusión para el futuro. He aquí dos ejemplos
en este “Paseo megalítico” que revive también los recuerdos infantiles,
homenajea a las madres y reta a Eslava hacia el futuro.
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