miércoles, 21 de diciembre de 2022

SOLSTICIO DE INVIERNO EN SAN MARTÍN DE ARTÁIZ

 

SOLSTICIO DE INVIERNO EN SAN MARTÍN DE ARTÁIZ

 Por Simeón Hidalgo Valencia (21 de diciembre de 2022) 

 

Siempre me ha gustado acudir en los momentos importantes de cada año, léase en los solsticios y equinoccios, a alguna de las iglesias románicas que tenemos en la Comarca de Izagaondoa para contemplar y a la vez estudiar cómo actúa el sol al incidir en su decoración escultórica o para ver su iluminación interior al natural y sobre todo para comprobar el momento en que el edificio en cuestión se replanteó, pero además porque encuentro, al hacerlo, la paz interior al disfrutar de tanta pequeña maravilla que nos ofrecen estos lugares.

Fruto de esta afición ha sido el libro que la Asociación Grupo Valle de Izagaondoa presentó este año en la Casa Concejil de Villaveta el pasado 5 de noviembre titulado “De luz y románico. Artáiz, Guerguitiáin, Meoz”, que fue la novedad que se ofreció al público en las últimas Ferias de Urroz-Villa.

Con la idea de que este público interesado tuviera estas mismas experiencias se propuso el hacer una visita guiada con ocasión del solsticio de invierno y después de asegurar que al menos no lloviera, nos arriesgamos a publicitar la actividad y se informó a nuestros contactos. Al caer el 21 entre semana ya se contemplaba que la asistencia sería reducida.

Se citó a los interesados a las 10, aunque yo estaba antes del amanecer al pie del cañón con la esperanza de ver la salida del sol, pero la intensa niebla que cubría la zona no despejó hasta poco antes de la hora de la visita, por lo que después de sacar un par de fotos a la fachada para hacer tiempo me di un pequeño paseo con Apur, mi fiel acompañante, camino de la fuente románica. Volví para las 9,45 y aún tuve tiempo para captar algunas imágenes del exterior y del interior pues el día clareaba y, aunque el sol estaba velado por la niebla, el interior de la iglesia se llenaba de luz sin necesidad de encender ninguna lámpara.



Poco a poco fueron llegando los visitantes y se formó un grupito inicial de nueve personas a las que se unirían dos más al poco de comenzar la actividad. Como se había previsto todos estábamos ya jubilados.

Como en todas las ocasiones en que dirijo estas visitas fue un placer para mí dar a conocer lo mucho que la iglesia de San Martín de Artáiz, después de 800 años de su construcción nos enseña a todas las personas, pensemos lo que pensemos o creamos lo que creamos.

Siempre es buen momento para aprender y sacar algo positivo de lo que vemos y aunque no nos acompañó más que tímidamente y en algún momento el sol, ahí estaba detrás de la niebla espiando cómo se replanteaba la iglesia, cómo contemplábamos canecillos y metopas, capiteles y arquivoltas, admirándose del nuevo sol grabado en el tímpano cual Crismón y hasta se descalza metafóricamente con nosotros antes de entrar al interior del espacio sagrado y, aunque lo conoce muy bien pues lleva siglos contemplando esta maravilla agudiza su oído para escuchar atentamente las explicaciones porque siempre hay algo nuevo que aprender.







martes, 20 de diciembre de 2022

EL PALACIO REAL DE OLITE Y SUS MARCAS DE CANTERÍA

 

EL PALACIO REAL DE OLITE Y SUS MARCAS DE CANTERÍA

 

Por Simeón Hidalgo Valencia (20 de diciembre de 2022)

 


Ahora me doy cuenta de que soy una nueva criatura, pues dicen de mí que acabo de nacer y que he venido a este mundo de los humanos gracias al esfuerzo y tesón de mi creador, que me ha ido paginando a lo largo de una década. Como nueva criatura se me presentó ante un selecto grupo de interesados el pasado día 17 de diciembre, pues en mis páginas se plasman signos misteriosos que dicen que muchos de ellos parecen que forman parte del ADN de los humanos.

Debo de ser algo especial pues se me ha encomendado la misión de ser su guardián y a la vez el divulgador de lo que trabajadores de la piedra del primer cuarto del siglo XV grabaron en muchos de los sillares del poderoso palacio del rey Don Carlos, conocido como El Noble, en Olite.


Protejo entre mis cubiertas 343 de esos signos o marcas de esos trabajadores conocidos como mazoneros, pues trabajaban la piedra a golpe de maza. Junto a ellos, me cuentan, estaban los gremios de los carpinteros o mazoneros de la madera, los herreros, carreteros, pintores, escultores, yeseros, vidrieros, tapiadores, braceros, … y las mujeres, sí, también trabajaron mujeres en la construcción de los palacios reales del Noble Rey.

Llevo entre mis páginas el calco de la mayoría de esas marcas grabadas sobre todo en los sillares mejor trabajados destinados a ser vistos, quizás por alguna razón importante que a mí se me escapa, como en muchos casos les pasa también a los entendidos en la materia, aunque he oído, mientras me presentaban en público, que algunos de estos signos tienen el poder de proteger a los humanos de los posibles males. También, pero en la investigación que recojo no se ha podido demostrar, que estos signos y dibujos fueran la firma o sello de los citados mazoneros de la piedra, y eso que contengo y cito a 392 de ellos trabajando, sea en el palacio real de Tudela, sea en el de Olite, sea en el de Tafalla.


Tampoco la documentación escrita recogida en los libros de las obras, ni en los reconocimientos o recibos que cada trabajador debía de “firmar” y “reconocer” aparece ni uno solo de esos signos, pero a pesar de todo os comento que estoy muy contento porque conozco a muchos de los mazoneros de la piedra, o de los canteros, que trabajaron para el rey Carlos III. Muchos de ellos -hasta 115- se llamaban John, otros -hasta 55- Martín. Con el nombre de Pedro conozco a 52 y hasta 25 responden a Miguel y 23 a Sancho, a los que siguen los García, Rodrigo, Pascual, Guillermo, López, Ximeno, Fernando, Ángel o Eneco… y así muchos más.

También me acuerdo de las mujeres por su nombre, aunque a bastante de ellas se las cita en relación con su padre o su madre, pero ahí están las María, las Catalina, Juana, Francisca o Lucía, Sancha, Antonia y Clara, Eufemia, Eulalia, Gracia, Isabel o Justina.


Y así, paso a paso, van hojeándome en mi presentación y sacando la quintaesencia que contiene mi cuerpo de papel y se me desnuda sin ningún pudor y se muestra mi contenido a manera de índice o programa y yo me dejo hacer y el selecto grupo asistente sigue con atención el relato de mi creador.


El pasado sábado, 17 de diciembre se me presentó.

Me llamo “LAS MARCAS DE CANTERÍA EN EL PALACIO DE OLITE”.

Mi creador: Simeón Hidalgo Valencia.

Me puedes encontrar en:

“Librería Caligrama” en Zizur Mayor, en Parque Erreniega nº 18.

“Librería El Kiosko” en Olite, C. Rúa de San Francisco, nº 21.

También puedes encargarlo en simeonhidalgo@gmail.com 

o llamando al 659 30 39 94

Se me vende por 30€, más gastos de envío en su caso.

Si me llevas a tu casa te aseguro que vas a descubrir nuevos e interesantes temas que abrirán  tus deseos de saber más sobre los mazoneros del rey Don Carlos III, el Noble y sus marcas grabadas en las piedras y para darte suerte aquí te dejo éstas.



jueves, 8 de diciembre de 2022

PRESENTACIÓN DEL LIBRO “LAS MARCAS DE CANTERÍA EN EL PALACIO DE OLITE”

 

PRESENTACIÓN DEL LIBRO

“LAS MARCAS DE CANTERÍA EN EL PALACIO DE OLITE”

 Por Simeón Hidalgo Valencia (08 de diciembre de 2022) 

 


Todo llega en esta vida y el trabajo que empecé en el verano de 2012 en el Palacio de Olite, dado por terminado el 5 de enero de 2022, lo presentaré convertido en libro dentro de unos días. 

El sábado 17 del corriente mes de diciembre a las 17.00horas, también en Olite, en el actual Parador, sede real en su momento anterior al Palacio Nuevo que impulsó el rey D. Carlos III, el Noble.


Tanto en uno como en otro, a pesar del paso del tiempo, se han conservado pequeños detalles grabados en muchos de sus sillares realizados por manos expertas en el oficio de la mazonería de la piedra. Desde los comienzos del siglo XV han llegado hasta nuestros días tan bien conservados, que parecen recién cincelados.


Yo he recogido estos pequeños detalles, diminutas obras de arte, los he calcado, fotografiado, escaneado, comparado y analizado con toda la paciencia que Dios me ha dado y poco a poco he aprendido y conocido a sus artífices, momificados en la tinta de la documentación archivada. Ante mí han desfilado narrando cada cual sus historias de hombres libres ganándose su jornal levantando piedra a piedra los palacios del Señor Rey. Tudela, Olite, Tafalla.

Las marcas de cantería en el Palacio de Olite son un patrimonio minúsculo y silencioso que sólo hablan a quien se atreve a rebajarse hasta lo diminuto y aguzar el oído para escuchar su lenguaje, porque como dice el vulgo “las piedras también hablan” si tenemos la vista aguda, el oído presto y la mente abierta para descubrir en ellas a la gente de carne y hueso que las desgajaron de “las pedreras”, que las llevaron en “carros y carretas”, que las tallaron según medidas y “moldes diseñados”, que las asentaron en su lugar preciso, fueran muros o almenas, fresqueras o arquerías, marchas de escalera o escudos heráldicos, lebreles o pavos reales, santos o caracolillos pastando, enramados de vides o ángeles atlantes, plañideros frailes  o yacentes reyes.

Las marcas de cantería tienen aún sus misterios que a los que las estudiamos nos dejan inquietos, pues son enigmas descifrados a cuentagotas, pero sin la plena seguridad de que sea cierto lo que decimos y defendemos sobre ellas. Ahí están repitiéndose muchos de sus modelos a lo largo del tiempo y del espacio como ADN humano.

El día 17, a las 17horas, en el Parador de Olite, antiguo Palacio real, os expondré lo que yo he aprendido y si queréis conocerlo os invito a descubrir hasta dónde he llegado en este camino que vamos construyendo a medida que lo pisamos.

 ¿Quizás sean estas marcas luminarias encendidas al borde del camino?