VERANO
2016 - PETRUS MUSEUM
EXPO EN HONOR DE LA FAMILIA LIZARRAGA
Por
Simeón Hidalgo Valencia (29 de Abril de 2016)
Quiero dedicar este
artículo a recordar la memoria de la familia Lizarraga Irigoyen, últimos
habitantes de la Casa Zandueta, sita en el Valle de Izagaondoa en el lugar de
Lizarraga.
Como ya saben mis
seguidores esta casa la recibió en herencia la “Asociación Navarra de
Ayuda a la Parálisis Cerebral”, más conocida a nivel popular como
“ASPACE”. Hoy en día es la Asociación Grupo Valle de Izagaondoa quien se hace
cargo de la misma, sin ánimo de lucro, por acuerdo de cesión entre ambas
asociaciones.
Además de ser la Sede
Social de la Asociación Grupo Valle de Izagaondoa, es en sí misma un Museo Etnográfico,
pues la vida se detuvo en ella hace años y los enseres de uso cotidiano de
otros tiempos allí estaban congelados, feneciendo poco a poco, sólo valorados
por los fantasmas que un día los tuvieron entre sus manos y les dieron vida.
También es la sede del
PETRUS MUSEUM, que se está construyendo en la planta baja de la casa Zandueta,
como desde el siglo XVIII se conoce a esta casa -“El
primer Zandueta afincado en la casa lo encontramos en 1726”[1]-
para dar a conocer la obra del maestro cantero medieval que trabajó en
Navarra a finales del siglo XII y comienzos del XIII, con marcado acento
etnográfico igualmente, pues sus tallas rezuman el contacto con las costumbres
de las gentes de aquel tiempo. Yo le denomino “Petrus de Guerguitiáin”, porque
fue en la iglesia de San Martín de Tours, del lugar de Guerguitiáin, donde se
dio a conocer con su famoso “Petrus me fecit”.[2]
Pero no siempre se la conoció con este
nombre, pues ya en su origen, allá por el siglo XVI no se llamaba así. “La
primera mención que se hace de ella es de 1592, cuando se dice que perteneció
hacia 1530-1540 a un vecino de Lizarraga llamado Anso de Nagore.” “Por
él, se llamó como Ansorena” y
más tarde, “hacia 1675 era propiedad de una persona
llamada Remón de Redín, a quien llamaban “Remon Arzaya” o “Remon el pastor”
(‘Artzai’ es el equivalente a pastor, en euskera). Precisamente por él, a la
casa la llamaron como Remonena.”
La Historia, también la “casera”, da muchas
vueltas y bueno sería tener esta perspectiva en la mente a la hora de sentenciar
como irrefutable cualquier afirmación, pues bien se podría haber conocido esta
casa con el nombre de sus últimos moradores y llamarse Casa Lizarraga, pero,
por lo que fuera, imperó el nombre originado en el siglo XVIII hasta hoy en
día.Y es esta familia la que ha dejado su impronta más fresca en esta casa y es
con sus pertenencias con las que hemos topado nosotros al hacernos cargo de la
misma. Allí está gran parte de su vida plasmada en cada uno de sus habitáculos,
en cada uno de los utensilios de cocina, de las herramientas que emplearon, de
los rezos que hicieron, de los sueños que tuvieron, de los impuestos que
pagaron, de los difuntos que conocieron, de sus fiestas y excursiones que celebraron,
de…
En este verano de 2016 sacaremos a la luz
parte de la vida de esta familia, en homenaje a lo que fueron, vivieron,
padecieron y celebraron, pues de todo, como en todo el resto de las casas y
como dice el dicho popular, “hay en la
viña del Señor” y será la primera exposición temporal que se montará en el
Petrus Museum.
Conoceremos a los protagonistas, hombres y
mujeres normales, de pueblo, inmortalizados en unas fotos antiguas, en sus
labores del hogar, en sus tareas agrícolas, en retazos de sus vidas. Desde la
Srª Doña Estefanía Ardanaz Erdozáin, Viuda de Irigoyen, nacida en 1854 y
despedida en esta vida el 2 de agosto de 1950 a los 96 años, a su hija la Srª
Doña Petra Irigoyen Ardanaz, nacida el 31 de Enero de 1885, hija de Estefanía
Ardanaz y de Francisco Irigoyen que vivió hasta septiembre de 1964, o a su
marido, el Señor D. Saturnino Lizarraga Echalecu, nacido en 1882 que murió con
62 años el 12 de noviembre de 1944, para terminar con sus tres hijos: Clara,
Felipe y Telesfora, los últimos propietarios. Clarita, El Cojo y Teles,
popularmente conocidos.
Sea esta Exposición Homenaje a la Familia
Lizarraga una forma de recordar su memoria, su estilo de vida en contacto con
el campo. Bien podemos verlos cociendo el pan en su horno familiar o pisando la
uva haciendo un chacolí casero en su bodega, bordando detalles del ajuar o
haciendo la matanza del cuto por San Martín, escuchando la antigua radio en la
cocina y adaptándose a la modernidad que se les imponía, mientras que la vida
misma se los llevaba uno a uno, hasta dejar la casa vacía.
Hoy esta casa, la que bien pudiera haberse
llamado Casa Lizarraga, pero que se conoce como Casa Zandueta, tiene de nuevo
vida. Vida cultural, sin ánimo de lucro, al servicio de todo el Valle de
Izagaondoa y de la Comarca de Izaga.