URBICÁIN: LA
IGLESIA DE SAN ESTEBAN NECESITA QUE LA ATIENDAN
Por Simeón Hidalgo
Valencia (6 de noviembre de 2021)
“Este momento es para mí muy importante porque marca claramente un antes y un después. Ahora empezamos a navegar y a dinamizar nuestra idea con Guerguitiáin como producto estrella, sencillo pero con mucho poder, que guía nuestra línea de trabajo de turismo rural, y nos puede favorecer a todos”.
Una semana después de leer estas palabras
en la prensa navarra, el 13 de febrero de 2014 se firmaba el acuerdo de cesión
de las iglesias de San Martín de Guerguitiáin, restaurada en 2012 con dinero
público, y de San Esteban de Urbicáin, con señales muy claras de abandono, por parte
del Arzobispado de Pamplona al Ayuntamiento de Izagaondoa.
La propiedad, pues, desde esa fecha sobre
estas dos iglesias del Valle de Izagaondoa es de los vecinos del citado
Ayuntamiento. La primera, según su alcaldesa, como “producto estrella… que
guía nuestra línea de trabajo de turismo rural”.
¿Y la segunda?
Esta segunda iglesia, la de San Esteban de
Urbicáin ahí está a la entrada del casco antiguo deshabitado del antiguo pueblo,
convirtiéndose progresivamente en una ruina más de las que jalonan el hermoso Valle
de Izagaondoa.
Aunque no he estudiado leyes, ya sé que la obligación de los dueños de alguna ruina son los responsables de protegerla, consolidarla y hasta moverse para que se restaure y no se pierda en el caso de que esté inventariada como bien patrimonial a conservar. Así lo hicieron saber los gestores políticos del Ayuntamiento hace ya tiempo para que los vecinos que tuvieran alguna ruina como propiedad tomaran las medidas adecuadas para evitar posibles accidentes.
La iglesia de San Esteban de Urbicáin cumple estos requisitos con creces, pues al haber estado tanto tiempo olvidada desde que se despobló el lugar, da muestras de agotamiento y las arrugas y grietas se apoderan de sus muros. Muros que apenas se ven por el exterior y la propia Naturaleza se ha encargado de cubrirla con un manto de hiedra, quizás con ánimo de protegerla, pero los representantes del pueblo decidieron aceptar el lote que el Arzobispado les ofrecía, la oferta del dos por uno, aun a sabiendas de que la ruina quedaba bajo la responsabilidad, desde la firma, de todos los vecinos izagaondoarras, a cuya cabeza están siempre sus representantes.
Pues bien, me pregunto: ¿Qué plan tiene la Corporación Municipal para la antigua iglesia de San Esteban de Urbicáin, un edificio medieval que se levantó posiblemente en el siglo XIII?
Y me hago esta pregunta porque no he visto
que desde 2014 hasta el presente 2021 -han pasado 7 años- haya habido ninguna iniciativa por parte de la
Corporación Municipal sobre este edificio; ni se ha convocado ninguna reunión
vecinal para ver qué se puede hacer y a
qué se puede destinar, como comunidad responsable de la iglesia; ni se ha
llamado al auzolan a los vecinos para al menos dejar despejados los muros; ni
se ha puesto en marcha ningún plan de actuación de desarrollo del turismo rural
en el que este edificio medieval ocupe alguna función; ni se ha contado con las
personas y asociaciones que trabajan voluntaria y desinteresadamente por el
patrimonio, sea en el Valle de Izagaondoa, sea en la Comarca de Izaga; ni se ha
presentado ningún proyecto de recuperación del edificio a través de la Ley de
Mecenazgo Cultural de Navarra; ni, …
¿Será lo anterior síntomas de que en
realidad no hay ningún plan para San Esteban de Urbicáin o de que dicho plan
está sólo en la mente de una persona?
He estado hace unos días visitando de nuevo Urbicáin y he sentido una tristeza enorme al ver el abandono y la desidia existente. Sus dueños, entre ellos todos los vecinos del Ayuntamiento de Izagaondoa empezando por los componentes de la Corporación Municipal en lo que respecta a la antigua iglesia, son los responsables.
¡Salvemos, al menos, la propiedad pública
existente en Urbicáin para que realmente “nos favorezca a todos” “el turismo
rural”!
No sea, que como escribí en otra ocasión “lo
más vivo del antiguo pueblo de Urbicáin sea su hermoso y muy cuidado camposanto”.
¿Habrá que entonar un Réquiem por San Esteban de Urbicáin?