viernes, 30 de noviembre de 2018

CANECILLOS ROMÁNICOS


CANECILLOS ROMÁNICOS

Por Simeón Hidalgo Valencia (30 de noviembre de 2018)



Si entramos en la web https://canecillosromanicos.com/ nos encontraremos con un nuevo proyecto que sale a la luz después de dos años de trabajo realizado por Javier Murillo Simón, orientado a la reproducción de canecillos románicos para los amantes de este arte medieval.

Javier Murillo Simón lleva 35 años trabajando en el mundo de la imaginería artesanal y desde 1990 es especialista “en la reproducción de réplicas realistas de animales a tamaño natural dirigidas a la educación ambiental” que compagina ahora con la reproducción, a una escala aproximada de 1/5, de los canecillos.

Y… ¡cómo no! Viviendo en el lugar de Artariáin, en plena Valdorba, manantial fresco de románico rural navarro, sus primeras reproducciones son motivos tomados de las cornisas de San Pedro de Echano, de las del Santo Cristo de Cataláin y de las correspondientes a San Martín de Orisoáin.

Junto a la Valdorba, también en la Comarca de Izaga (Izagaondoa, Unciti, Ibargoiti) florece esta expresión medieval y también hasta Artáiz se acercó para plasmar en su arte tres preciosos canecillos de San Martín y como en la Asociación Grupo Valle de Izagaondoa trabajamos en esta zona por mantener y dar a conocer su patrimonio y potenciar el turismo a través, entre otros medios, de las visitas guiadas, recibí una llamada de Javier invitándome a conocer su trabajo, por si nos pudiera interesar.

Ayer jueves, 29 de noviembre, me acerqué hasta Artariáin de nuevo y me quedé fascinado, tanto al conocer en persona a Javier, como al mostrarme su mundo laboral rodeado de aves de todo tipo y sus diminutos canecillos, réplicas a todo detalle de los que allá por los siglos XII – XIII esculpieron manos anónimas.

Como conozco más los de San Martín de Artáiz en ellos me centré y pude comprobar que hasta el más mínimo detalle está reproducido en una ardua labor de fidelidad a su estado actual y al tenerlos en mi mano, pues sus medidas están en torno a los 7x8x3cm, sentí que de alguna manera descendían de su altura de siglos y me revelaban algunos de sus secretos.

Por ello, porque no son piezas frías y mudas, es por lo que pienso que a más de un visitante de estos misteriosos lugares, pues no se llega nunca a comprender y descifrar sus mensajes del todo, le gustará llevar alguno de ellos a su casa, contemplarlo de vez en cuando, meditar en su presencia, recordar la visita realizada, recomendarla a sus amistades,… me decidí a colaborar con Javier y recoger en depósito unos cuantos para que la asociación los ofrezca a los visitantes  y sean a la vez otro cauce de financiación de la misma.

En las próximas visitas que están concertadas para los días 2 y 14 de diciembre los daremos a conocer y esperemos que se valore esta iniciativa de Javier Murillo Simón, imaginero artesanal.
  
Canecillos reproducidos hasta el presente.

Los tres canecillos de San Martín de Artáiz.

La mujer parturienta de Artáiz.

martes, 27 de noviembre de 2018

JOSEBA LEKUONA: INVESTIGADOR DE LA PIEDRA.



JOSEBA LEKUONA: INVESTIGADOR DE LA PIEDRA.


Por Simeón Hidalgo Valencia (27 de noviembre de 2018)





El pasado 23 de noviembre Joseba Lekuona nos presentó, en exposición individual, la obra que durante años ha llevado a cabo en su incansable investigación sobre el material noble de la piedra, a la que modela con paciencia, mima con cariño y convierte en pulido espejo el secreto de sus diferentes texturas.

Joseba Lekuona es, en el sentido profundo de la palabra, un artista que en contacto con la naturaleza de la materia cercana reposada y cristalizada con paciencia de siglos, insufla vida y crea formas armónicas, dinámicas, luminosas, bipolares, que en su quietud  describen ondas infinitas en un espacio ilimitado.

Joseba Lekuona como estudioso experimentador de la piedra empezó a dialogar con ella allá por el año de 1991 cuando solicitó su ingreso en el curso de cantería que el Ayuntamiento de Pamplona había puesto en marcha dentro de la Escuela Taller de Rehabilitación del Casco Antiguo de Pamplona, siendo  alumno destacado y puntero de su promoción, llegando más tarde a monitor hasta que, en su momento, quiso volar por su cuenta y abrir caminos de supervivencia sin perder la senda de la creación artísticas.

Testigo de esta senda he sido y puedo dar fe de la trayectoria de Joseba hasta estos días de gloria de 2018 en que un nuevo artista irrumpe en la esfera creativa de Navarra tras años de trabajo progresivamente reconocido.

Para llegar a la muestra actual ha tenido que tener tenacidad frente a las adversidades y en momentos de crisis mantener a duras penas la llama de la ilusión y de la creatividad, aunque el fin de mes le fuera duro y su pequeño taller de Noain conociera sus inquietudes de supervivencia a la vez que supiera de su vena creativa y experimental de calidad frente a su materia preferida: La piedra. Fuera la cercana de Ezkaba, del Baztán, Deba o más lejana de Calatorao.

Pero antes de esta última fase hay que mencionar su acercamiento al trabajo medieval a través de la reproducción realizada de once capiteles a tamaño real y con las técnicas artesanas medievales, que le llevaron a imbuirse del espíritu creativo del maestro cantero Petrus de Guerguitiáin. Este trabajo luce hoy en día en el PETRUS MUSEUM, sito en el lugar de Lizarraga, Valle de Izagaondoa, Navarra, que da a conocer el estilo y la obra de Petrus, firmante en la iglesia románica de San Martín de Guerguitiáin.

En esta etapa le acompañé desde 2011 hasta el 2014 recorriendo las huellas del maestro por Guerguitiáin, Besolla, Sengáriz, Najurieta, Aibar, Eusa, Leoz, Zolina y Monreal, mientras compaginaba este encargo con la realización de obras que hasta fin de año expone en Pamplona.

También hay que mencionar sus trabajos realizados para empresas de rehabilitación del patrimonio, como es el caso de las piezas labradas para el Monasterio de Fitero y La Oliva, o para lugares rurales como Ardanaz de Izagaondoa montando la denominada Fuente de Abajo con acierto y armonía u obras funerarias como estelas o urnas, heráldicas, …

En definitiva ha desarrollado su trabajo en el amplio abanico que abarca el trabajo con la piedra, sin perder en ningún momento su objetivo creativo de artesano investigador, inquieto por hacerla hablar y mostrar su propia ductilidad.

Fuente de Abajo en Ardanaz de Izagaondoa.

Así llegamos al momento actual en que sus nuevas creaciones ven la luz en su taller de Urnieta, en el caserío Harrobialde y se pueden contemplar en el Hotel María Cristina, o en la próxima campaña de Navidad en la Galería Ekain de Donostia, mientras en Pamplona la inauguración de esta exposición individual de su obra atrajo a amigos y conocidos, pero también a artistas del gremio que ponderaron lo que vieron y quedaron admirados del Concepto de Onda introducido en su trabajo creativo, del trabajo de las texturas, de las cualidades pictóricas de la piedra, del reflejo de la luz en los distintos tipos de piedras. Es su material. Lo modela, lo transforma, lo pule y nos lo lleva a la mesa.

 Plantilla Onda, base de la muestra.

 HASIERA (2018) 

HARGIA II (2018) 

BIHURKI III (2009) 

HARRIGORRI – HARRIGARRI (2006)

BIPOLARRA (2015) 


EZKABA (2015)


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viernes, 16 de noviembre de 2018

UN QUINQUENIO PARA ZOROQUIAIN. (VALLE DE UNCITI) NAVARRA.


UN QUINQUENIO PARA ZOROQUIAIN. (VALLE DE UNCITI) NAVARRA.


Por Simeón Hidalgo Valencia (09 de noviembre de 2018)


Al poco de enterarme de que en el despoblado lugar de Zoroquiain había un grupo de personas que estaban realizando un proyecto de volver a darlo vida, me personé a ver si contactaba con alguna de ellas para que me contara sus inquietudes y planes para este lugar del Valle de Unciti.

Lo conocía de años atrás y siempre que me acercaba a él me embargaba la misma sensación que otros muchos pueblos ya abandonados y arruinados, que son las rúbricas palpables de la sentencia de muerte dictada de antemano para muchos de los que componen el prepirineo navarro.

En medio de su desolación, ruina y abandono, algunos de ellos, al menos, han visto su vida prolongada al recibir jóvenes “okupas” que al menos han mantenido y mantienen hoy en día el pábilo encendido de la llama de la esperanza, pero eso de “okupa” para algunos oídos suena muy mal y por ello alguien me preguntó en su momento que si también en Zoroquiain eran “okupas” los que pretendían llevar adelante el proyecto de volver a darlo vida.

Cuando me personé en el pueblo me encontré con Iosu, un joven dinámico y optimista que me informó con ilusión del plan de vida que ese grupo denominado y registrado como Asociación Vecinal  “Errekazar” querían realizar.

No, no eran “okupas” pero, aún así, para más de una persona era algo raro y  sospechoso el que hubiera gente dispuesta a comprar una casa arruinada con la idea de recuperarla e irse a vivir a un despoblado.


El soleado domingo, día 21 de octubre, después de investigar de nuevo dentro del aljibe del castillo de Monreal, me acerqué de nuevo hasta Zoroquiain, pues quería ver de primera mano los avances realizados, tanto en las calles del pueblo, como en las casas y sobre todo en el Centro Social, antigua iglesia del lugar comprada al Arzobispado de Pamplona.

Cuando llego, lo primero que diviso es la fuente del pueblo con su aska restaurada que da de nuevo agua a la comunidad. Junto a la fuente el colorido de unos juegos infantiles sobre un recinto de arena. Camionetas aparcadas. Al fondo de la calle principal hay unos niños con sus jóvenes madres. Una cama elástica para recreo y diversión de los mismos. Movimiento y trajín terminando las últimas tareas en una tarde que declina. El trabajo se desarrolla en el Centro Social y el cambio externo e interno se nota a simple vista. Se trabaja en auzolan. Se trabaja en equipo y cual hormigas cada cual está en su tarea. Comparto saludo con cada miembro del colectivo y Iosu, desde el tejado de la cocina del Centro Social, me saluda. Está a punto de rematar la tarea y cuando acaba, baja. Nos saludamos y me pone al día de los avances logrados en el tiempo que llevan con el proyecto.

-¿Cuántos años hace que empezasteis?
-Ya hemos hecho los cinco años.
-¡Ya cinco años! ¡Cómo pasa el tiempo! Oye. Veo que hay un par de casas que están en venta.
-Sí. Una es de unos del grupo que han tomado otro camino.
-Bueno. A ver si tenéis suerte y se anima alguien más a venir a Zoroquiain.

Después me invita a ver el interior de la antigua iglesia y a subir hasta la torre y allí el trabajo realizado se hace más evidente. Este proyecto de recuperar la antigua iglesia como Centro Social del colectivo Errekazar dentro del programa MECNA del Gobierno de Navarra va dando sus frutos y marca la senda y en este caso es, a mi parecer, un ejemplo a seguir por otros organismos para que de manera ágil posibiliten la recuperación de un lugar que de despoblado quiere pasar a la categoría de habitado.

Las imágenes hablan por sí solas y ver el antes y el después de algunas de ellas se convierte en el mejor certificado de que se va en serio.

Zoroquiain – Zorokiain ya tiene vida y está habitado, aunque de las chimeneas de sus casas no salga aún el humo que indique que en su interior hay un hogar caliente y acogedor. 










¿Cuándo podrá mi amigo Iosu encender el fuego de su hogar en Zoroquiain-Zorokiain?


Iosu nos presenta el proyecto: