viernes, 29 de agosto de 2014

ZOLINA: CAPITEL NÚMERO 11 DEL PETRUS MUSEUM


ZOLINA: CAPITEL NÚMERO 11 DEL PETRUS MUSEUM

Por Simeón Hidalgo Valencia (29-08-2014)

Hace unos días comentaba el zafarrancho que montamos en la iglesia de Zolina, con permiso del párroco, D. Eugenio Lekumberri, para poder reproducir uno de sus capiteles que, como ya saben mis lectores, tienen todos los visos de pertenecer a la escuela del maestro cantero Petrus de Guerguitiáin.[1] 

Después del trabajo silencioso del moderno y joven cantero Joseba Lekuona en su taller de Noáin, me llama para decirme que ya lo tiene terminado y para quedar para llevarlo al valle de Izagaondoa con el resto de la colección que se mostrará en el PETRUS MUSEUM, cuya sede se prepara poco a poco en la Casa Zandueta de Lizarraga. 

En este momento lo presento en sociedad. 




Aquí lo tenéis diseccionado para que se aprecie en todos sus detalles. Por ellos podemos ver cómo hay un cambio en la estética de este cantero o de su escuela. Manteniendo la sencillez de su trazado juega aquí con los zarcillos de la vid cruzándolos a manera de cruz de San Andrés tanto en las caras laterales como en la parte central de su cara frontal. 

En las dos esquinas de los encuentros de las caras mantiene la tónica de su estilo, colocando sendos zarcillos de la vid enfrentados y dentro de ellos labra una semiesfera que, como hemos visto en el caso de Vesolla, bien pudiera representar a la hogaza de pan, siguiendo la simbología del alimento, muy frecuente en la temática petrina, que se relaciona para el cristiano con el cuerpo de Jesús.  

En otros lugares hemos visto dentro de los zarcillos la propia firma de Petrus, con el ya famoso “PETRUS ME FECIT”, o el racimo de uvas, o la espiga de trigo, o la runa de la vida, o el símbolo del cordero, o la hogaza de pan, o la rueda solar de ocho radios interpretado a la vez como un Crismón, o la corriente de agua, o unas palomas, o unos pájaros carpinteros, o la cara de un clérigo bendiciendo a la pareja que tiene a sus lados, o forma con ellos los ojos del rostro de Jesús. 

Es un estilo sencillo, popular, sincero, en contacto con la Naturaleza de la que se inspira sirviéndose de los elementos cotidianos que veían sus contemporáneos por lo que la comprensión de estos símbolos les resultaría muy fácil de interpretar. Bastaba fijarse en el motivo central enmarcado por los zarcillos para saber que a ese detalle había que dar importancia. Un lenguaje comprensible para los analfabetos del siglo XII-XIII, aunque bastante difícil de comprender para los cibernéticos ilustrados humanos del siglo XXI. 

El PETRUS MUSEUM, en el que trabaja la Asociación Grupo Valle de Izagaondoa, quiere facilitar a las gentes de hoy su lectura y comprensión para lograr que el mensaje de esta escuela de canteros medievales no se pierda después de los 800 años transcurridos desde su ejecución. En ello trabajamos con ilusión, pues es quizás el mejor Patrimonio que tenemos en el valle y es nuestro deber darlo a conocer. Quizás se pueda convertir, con el tiempo, en el motor de su propio renacer. 

jueves, 28 de agosto de 2014

ARTÁIZ: EL JANO TRIFRONTE, SEÑOR DE LOS TIEMPOS.



ARTÁIZ: EL JANO TRIFRONTE, SEÑOR DE LOS TIEMPOS. 

Por Simeón Hidalgo Valencia (28-09-2014)

Casi siempre que en las visitas guiadas que hago en la iglesia de San Martín de Artáiz llega el turno de mostrar el hermoso canecillo trifronte de la fachada sur hay quien comenta, ante tanta belleza y moderno diseño, si es que esta pieza ha sido tallada recientemente por algún escultor contemporáneo. 

Yo les digo que no, que es original como el resto, trabajado con la misma piedra y con su mismo tono, aunque su perfección de factura es tal que bien merecería mostrarse en cualquiera de los museos de arte moderno del mundo occidental y hay quien se queda con la sospecha de que no corresponda al siglo XII. 

La verdad es que su perfección de labra y su diseño son únicos en esta iglesia y pudiéramos estar ante un maestro tallador diferente de los que los libros asignan para este lugar. ¡Vete a saber!, pero lo que es cierto es que a nadie le pasa desapercibido y los elogios ante él son ostensibles.

Hablo de él en este momento -aunque ya lo recogí en el artículo que escribí en su día titulado “Jano trifronte en el valle de Izagaondoa”[1], donde se mostraban los cinco trifrontes que tenemos en la Comarca de Izaga.  Dos en Artáiz, administrativamente Ayuntamiento de Unciti, dos en el valle de Izagaondoa, Iriso y Ardanaz, y otro originario de Garitoain, lugar ya desaparecido que estaba cerca de Monreal en pleno Camino de Santiago y hoy día se encuentra reutilizado en la cumbre de la Higa de Monreal-, porque el otro día me dejó un libro mi amigo y compañero de asociación Luis Cabodevilla de Artáiz, titulado “El misterio de los Templarios” en cuya portada aparece nada más ni nada menos que este canecillo de Artáiz, identificándolo como el famoso y misterioso bhafomet templario, que pienso que está en las antípodas de dicha representación. 

Puestos a elucubrar hay quien habla sobre esta iglesia, como en este caso de Templarios[2], pero también quien ve en alguna de sus esculturas a los Cátaros[3] diciendo una misa de cara al público, cuando poca documentación o mejor dicho hasta el presente no tenemos ninguna documentación comprobada de sus orígenes, siendo la primera vez que se la nombra como tal a finales del siglo XIII en documento conservado en Roma. 

“El primer documento eclesiástico de los conocidos hasta ahora que alude a la Iglesia de Artáiz son las Rationes Decimarum Hispaneae (1270-1280). Este documento se encuentra en la sección Collectoria del Fondo Cameral del Archivo Vaticano. La décima de Navarra se registra en el manuscrito número 170, folios 1-92. El contenido del libro transcribe literalmente: “Liber rationum decime Regni Navarre de sex annis assignatus Camere per magistrum Benenatum de Levanyia ipsius decime in predicto regno collectorem”.
“El manuscrito vaticano comienza la descripción referente a la diócesis de Pamplona en el año 1274. La notificación documental sobre nuestra iglesia de Artáiz, es del año 1279 (anno Domini MCCLXX nono, videlicet II Kal. Julii). Nos cuenta Domingo Iturgáiz Ciriza, Padre Dominico, en su trabajo inédito titulado “IGLESIA DE SAN MARTÍN DE ARTÁIZ” “en todo el folio 61 se hace mención del “Archipresbiteratus Ivargoiti” y de los pueblos que lo integran. Se expresa en estos términos: Celigueta, Baçaolar, Sengariz, Urbicaym, Ardanaz, Mendinoeta, Çuaçu, Artez. Idoat, Larraga, Uncit, Scussaga, Cemboraym, Corquin, Cvalceta, Coraquin, Ayçonz, Nacurita, Aciayn, Andrequiaym, Esperum, Octano, Iarnoz, Elorz, Mazsaym, Ciraz, Erespuru, Arcanegui, Salinis, Eyzco, Guertan, todos pertenecientes de Ivargoitia”, prosigue. 

No hay datos, pero la imaginación es libre y el propio misterio formal de este canecillo, como también alguien me ha comentado, con sus ojos almendrados y  rostros alargados, parece la representación de seres extraterrestres venidos de otros planetas, aunque otros hablan de que pudiera ser la representación de la Trinidad Cristiana, como he visto en algún texto, pero mucho me temo que no sea más que la representación del dios romano Jano, dueño de los tiempos, pasado, presente y futuro, a la vista de la representación del último descubierto en la iglesia de Ardanaz de Izagaondoa, que la iglesia católica cristianiza y coloca en las fachadas de las iglesias de la comarca para que los fieles vean en ellas al Dios cristiano en forma de Padre, Hijo y Espíritu, pues las tradiciones “paganas” y sus representaciones perduraban aún en la Comarca de Izaga en el siglo XII.



martes, 26 de agosto de 2014

LUMBIER: TIERRA Y PAN


LUMBIER – TIERRA Y PAN 

Por Simeón Hidalgo Valencia (25-09-2014) 


El domingo, día 24 de Agosto, acudí hasta la villa de Lumbier para visitar la exposición montada por el grupo “OLATZ” con el título “TIERRA Y PAN”. 

Durante meses han estado preparando la ingente cantidad de piezas que se exponen, prestadas por los vecinos de Lumbier y que son testigos de una época ya caducada, pero que muchos recordamos aún. 

Elementos de labranza, de siembra, de recolección, arreos de las caballerías o las diferentes medidas de capacidad para el grano,   así como máquinas de desgranar el maíz hasta culminar todo ello en la elaboración del pan , que junto a un panel de fotografías antiguas, puede ver el visitante de esta exposición. 

Me atiende Octavio Orzanco y me da, con entusiasmo, toda clase de explicaciones sobre la misma y me cuenta que junto a: Tomás Benzunegui, que es el Presidente,  Marí Fe Burguete, Lola Mauleón, Santiago Eleta, José Maria Aristu y Esteban Labiano, forman los siete magníficos del Grupo OLATZ, aunque el nombre completo del mismo es “Grupo de Recuperación del Patrimonio Cultural de Lumbier (GRPCL) y esta exposición bien demuestra su objetivo principal. 

Al ver la exposición actual, recuerdo la que el entonces “Grupo cultural valle de Izagaondoa” montamos en la iglesia de Iriso y que tuvimos abierta todos los fines de semana y fiestas del verano y en su recuerdo y a la vista de lo que hoy he contemplado en Lumbier o lo que vi en el “Día de la Trilla” en Salinas de Ibargoiti, pienso que bien se merece esta comarca un Museo dedicado a las faenas de la tierra y al modo de vida que nuestros agricultores llevaron hasta mediados del siglo XX, cuando la mecanización del campo empujó a muchos de ellos a buscar trabajo en la naciente industria emigrando hacia los centros urbanos de Navarra. 

Todo lo que en estas actividades se muestra ya son reliquias del pasado y hoy, en el mejor de los casos, sirve de adorno en las entradas de las casas, pero que poco dicen ya a las nuevas generaciones que pasan de modos anteriores de vida que tildan a veces de dinosaurias. Salvo algunos niños que iban con sus padres la gran mayoría de los asistentes que vi eran personas relativamente mayores que apreciaban el esfuerzo de este grupo de defensores del patrimonio constituido en Lumbier. 

Bueno sería ampliar la duración de la muestra y lograr que los colegios, al menos los de la villa, acudieran con sus alumnos a contemplarla, pues bien planteada la visita, sería una buena clase práctica que haría ver a los más jóvenes cómo era la vida de sus padres y de sus abuelos y ayudaría a conectar entre generaciones. 

Mi enhorabuena al grupo OLATZ por este trabajo de recopilación y documentación al igual que a los vecinos de Lumbier por su colaboración. Y recalco que quizás merezca este ímprobo esfuerzo más tiempo para exponerlo. 

Terminada la visita me entretuve callejeando por el casco antiguo de Lumbier fotografiando sus calles, sus casas solariegas, sus claves y escudos, cuya riqueza es tal que no me dio tiempo a catalogar todas ellas por lo que tendré que volver en otra ocasión para terminar el trabajo.

Desde este blog animo a todos los componente del grupo “OLATZ” a seguir adelante en la empresa que han emprendido de recuperar la historia patrimonial de Lumbier con la sugerencia de que sería bueno y positivo conectar con otros grupos y asociaciones de la comarca para que trabajando en empresas comunes se promueva el turismo cultural en nuestros valles deprimidos y sin mucha juventud, que prosigan la vida en los diferentes pueblos. 

El esfuerzo que se han tomado merece ser reconocido y valorado por todos, así como la colaboración de los vecinos y vecinas que han prestado sus piezas para tan gran muestra y no olvidemos, al menos los mayores, que si no se educa a los más jóvenes en lo que fuimos, tampoco valorarán el esfuerzo realizado para lograr que ellos tengan una vida mejor.
El carro y el animal de tiro




jueves, 21 de agosto de 2014

LAS CLAVES DE IZAGAONDOA: IRISO, BERÓIZ, URBICÁIN Y GUERGUITIÁIN


LAS CLAVES DE IZAGAONDOA: IRISO, BERÓIZ, URBICÁIN Y GUERGUITIÁIN 

Por Simeón Hidalgo Valencia (21-08-2014)  
 

En este nuevo y último capítulo de “Las Claves de Izagaondoa” englobo a los cuatro lugares siguientes: Iriso, Beróiz, Urbicáin y Guerguitiáin. Estos tres últimos ya son despoblados, junto con el de Mendinueta, del que no queda nada de sus piedras labradas.  

IRISO: 

Es en Iriso, un lugar muy poco poblado y a falta de escudos nobiliarios y de claves de portadas talladas, donde sus dos relojes dan cierto empaque de categoría y buen linaje de los muros de las casas donde se colocaron. 

En Iriso llama la atención que  entre su escaso caserío se encuentren dos relojes de sol muy bien trabajados. Uno está aledaño a la casa Ilabarren o Iribarren y otro en la casa Lixiar o Lizarragarena. 

El primero que vemos está en una esquina de Casa Lixiar.[1]  Aunque está a la vista de todo el mundo, por su posición parece más un objeto de adorno de otra época. Da la impresión por la presente fotografía de que conserva aún parte de su gnomon y que su  diminuta sombra marca las 12 horas solares, pero en realidad no tiene el gnomon y el efecto de la aparente sombra es el hueco dejado por el mismo. Marca desde las 6 de la mañana a 6 de la tarde en los equinoccios. Dada la posición en que actualmente se encuentra parece que no fue su lugar original.

El segundo reloj está situado en un resto de muro aledaño a la fachada principal de la casa Ilabarren o Iribarren, que como su vocablo vasco indica es la más baja del pueblo. Es muy interesante, pues su estado de conservación es muy bueno y en las labores de sacarlo entre la maraña de zarzas que lo ocultaban reveló su auténtico rostro muy bien tallado. 

Aunque cuando lo conocí no tenía el gnomon, en la actualidad se le ha colocado y ha vuelto a señalar las horas solares perfectamente.

Tiene de interés este reloj en que es un trabajo de talla de calidad, con el círculo solar de 17 rayos muy bien perfilados en cuyo centro se sitúa el gnomon. Además lleva grabado en la parte superior izquierda de la placa que contiene el reloj la palabra AÑO, de la que sólo se conserva la letra O y en la parte superior derecha  el año en que se colocó: 1748. Podemos suponer que el momento de su colocación fue en uno de los equinoccios, fuera en el inicio de la primavera o en el del otoño. Siglo XVIII. Desde entonces es testigo mudo de la Historia del lugar.  

Comienza marcando las 6 de la mañana y sigue hasta las 12 señalando el mediodía. Después comienza con la 1 y llega hasta las 6, momento del ocaso en los equinoccios. 

Además hay un detalle en la parte superior del sillar en que se colocó que nos habla de la fe cristiana de los habitantes de la casa y de su devoción a la Virgen María, pues aunque el paso del tiempo lo ha erosionado en parte, aún se puede leer: “AVE MARÍA”.


BERÓIZ

El antiguo señorío de Beróiz hoy está despoblado y sus pocos edificios en ruina otean desde su altura el valle y la montaña. 

Buscando sus claves me he acercado en varias ocasiones y al menos he encontrado una que se mantiene en su sitio, aunque deteriorada.

Corresponde a la sencilla portada de la iglesia, antiguamente dedicada a San Martín y hoy, a pesar de haber sido restaurada en su momento por su dueño civil, ha vuelto a ser saqueada y convertida en aprisco ocasional del ganado. 

Su estado de deterioro es tal que el tejado está poblado de vegetación y las mismas dovelas de la entrada en claro proceso de erosión. 

En la clave se puede ver una cruz griega dentro de un cuadrado.
  


URBICÁIN 

CASA MELCHOR
Urbicáin es hoy uno de los recientes despoblados del valle de Izagaondoa. Su caserío está arruinado, aunque no aún la memoria de los que allí tuvieron sus raíces. Se podría decir que lo más vivo del antiguo Urbicáin es su propio cementerio, bien cuidado por los parientes de los que allí descansan. 

Urbicáin hoy es una explotación ganadera y en ella vive una familia marroquí, por lo que sigue teniendo vida y tres niños corretean por sus parajes. El más pequeño de los cuales ha nacido en Urbicáin, por lo que de alguna manera Urbicáin sigue vivo, aunque sus casas se inclinen hacia el suelo y se postren ante las grandes naves ganaderas que se divisan desde lejos. 

Entre ellas está la casa de mayor categoría y nobleza como indica su fachada principal. Es la denominada Casa Melchor, de la que se ha escrito con nostalgia por algún otro investigador[2]. Antigua gloria ya desaparecida que año a año se desprende de sus propias paredes.

Su gran portalón de grandes dovelas como correspondía a su añeja gloria, su ventanal gótico con dintel labrado y sobre todo su escudo de armas con cuarteles de hidalguía testifican su antigua gloria.

Sobre el escudo muy poco he podido lograr al margen de su descripción:  

“La fachada luce escudo timbrado por yelmo con un puente de tres arcos surmontado con cinco panelas y un cuadrado.”[3] 

En esta descripción no se hace referencia al gran árbol.  No parece que se haya grabado la fecha en que se hizo, pero por su estilo  podemos asimilarlo con el de Reta, por lo que estaríamos hablando del siglo XVI.

Sobre el portalón una hermosa ventana gótica geminada, adornada toda ella, alfeizar y perímetro de los vanos, con bolas siguiendo la moda imperante  del momento. 


En el dintel de la ventana aparecen grabadas dos flores hexapétalas dentro de un círculo y con los extremos de sus pétalos unidos con líneas curvadas hacia el centro que forman a la vez triángulos con sus lados curvados. Ambas flores custodian al anagrama de Jesús “IHS”, que sirve para indicar el carácter cristiano de los moradores de esta casa y a la vez se convierte, tanto el anagrama como las flores, en símbolo protector por antonomasia para un cristiano frente a los males  que amenazan desde el exterior ya que en las mismas flores hexapétalas se pueden leer las iniciales de Cristo en griego, siendo en el fondo crismones al estilos de los recogidos en el dintel de la iglesia románica de San Martín de Artáiz. 
Estos motivos, así como el adorno con bolas, se habían visto ya en la Casa Merkatari de Lizarraga y se repiten en muchos lugares de la comarca, con especial incidencia en la cercana villa de Urroz. 

En la clave del portalón hay señales aún de que un día algo se grabó en ella, aunque posteriormente se borró parece que intencionadamente, quizás con ocasión de alguna venta de la casa.  ¿Qué había en esta clave? No lo sabemos, pero se puede intuir por las tallas de otras casas de la comarca que estuviera tallado el anagrama de Jesús, aunque aquí aparecería duplicado por lo que pudiera ser también las armas de los anteriores moradores que antes de abandonar la casa borraron su linaje del lugar.

En la fotografía se puede ver aún la silueta de este “escudo”.

No sólo la entrada principal de esta casa estaba protegida contra los malos espíritus sino que hay también otra entrada más pequeña a su derecha realizada con esmerado diseño de medio punto en la puerta y ventana igualmente geminada sin adornos. Sobre la puerta se colocó un sencillo sillar bien escuadrado y en él se distingue un signo o marca que lo he encontrado con mucha frecuencia en iglesias, ermitas y monasterios medievales y que ahora aparece en Urbicáin un poco deslucido pero aún se aprecia su silueta. 


Se trata de la “pata de la oca” que no es otra cosa que el signo rúnico que simboliza la vida o a la persona viva de pie. Este símbolo está en todo su esplendor en las basas de las columnas interiores de la portada de San Martín de Guerguitiáin.

Es otro símbolo de protección y de buen augurio que se colocó en esta otra entrada para que sus habitantes estuvieran protegidos contra los males del exterior.
EL MOLINO 

En Urbicáin existen aún los restos del molino harinero que parece remontarse a época medieval, aunque se haya remozado a lo largo de los años. Sobre él se ha hablado y escrito [4] y gracias a que en los sillares de las jambas de su entrada hay una serie de nombres grabados se ha podido recuperar gran parte de su historia a partir de uno de sus dueños, Manuel Rada, cuyo nombre aparece entre ellos. 

El 24 de Noviembre de 2012 se presentó la investigación realizada sobre esta pieza patrimonial del valle de Izagaondoa, siendo los ponentes los investigadores del valle Javier Ituláin Irurita y Simeón Hidalgo Valencia.

La charla se anunció en los siguientes términos en la prensa digital: “Miembros y simpatizantes de nuestra asociación han investigado en los archivos tras las huellas de Manuel Rada, cuyo nombre está grabado en una de las jambas de la puerta del molino… y han recompuesto gran parte de la historia de este molino, que estuvo en activo hasta el siglo XX. Como pieza única de este tipo en el Valle de Izagaondoa merece nuestra atención.”

Otros graffitis  presentes son los siguientes. Aún no se ha logrado ver su conexión con el molino o las personas que en él trabajaron.


CASA PEDROZ
En el Catálogo Monumental de Navarra, cita 3, se dice lo siguiente referido a otra de las casas importantes de Urbicáin, la Casa Pedroz, cuyo nombre es una contracción del nombre y apellido de quien la hizo en el año de 1568, Pedro Orotzena, “Otra de las casas ostenta la inscripción: ESTA OBRA HIZO HAZER PEDRO OROS Y SU MUGER y el año 1568”.

Este texto dando fe de quién hizo la casa está situado en el dintel de la ventana por encima del portalón y el año está grabado en el sillar que hace de alfeizar, aunque el deterioro es evidente y se ha perdido ya el punto que incicia la inscripción y la letra A de año y como se puede ver pronto caerá al suelo el resto de AÑO. 

Hay que decir que en la actualidad peligra todo el portalón pues las dovelas sobresalen de la pared en peligroso desplome.

* ESTA  OBRA  HIZO  HAZER *
* PEDRO OROS Y SU MVGER *

Como en la casa Melchor también en casa Pedroz la clave del portalón estuvo en tiempos antiguos labrada con algún motivo que indicara el linaje de la casa o simplemente con el anagrama de Jesús, que como he visto y me han comentado algunos vecinos de Urraúl Alto y de Lónguida, los calificaban de “escudos”, aunque en sí no lo son. 

El hecho es que lo que hubiera ha desaparecido y en esta casa se nota muy claramente la intención de hacerlos desaparecer pues se aprecian los golpes realizados sobre el espacio de la clave que correspondía a la talla. 

CASA APEZARRARENA, ICURGUI 


Apezarrarena proviene de “Apez: `cura´ + `viejo´. La casa del cura, abad, viejo. En un documento de 1742 al hacer una genealogía de los dueños de Apezarrarena se acaba desembocando, hacia 1650, en Catalina Aguerre, de la que nos dice era “heredera de Don Esteuan de Aguerre su hermano Abbad que fue de el lugar de Urbicain” [5] 
Esta casa con el tiempo se denominó Casa Icurgui. 


Pues bien en el dintel izquierdo de la casa, en uno de sus sillares alguien grabó la palabra MANSO. 

La imaginación vuela libre y lo veo a este tal MANSO afilando su navaja o cuchillo en el mismo sillar, sin prisas, haciendo gala de su apodo. ¿Quién era este tal MANSO?

GUERGUITIÁIN 

Guerguitiáin es otro de los despoblados de Izagaondoa. Nada queda de la gloria pasada del señor y del palacio de Guerguitiáin, con escudo heráldico recogido en el “Libro de Armería del Reino de Navarra”, salvo la iglesia dedicada a San Martín, que aún hoy sigue en pie. 

La leyenda escrita de estas armas dice: “Guerguitiayn trae de Otano”, lo que significa que una rama del palacio de Otano, situado en el cercano valle de Elorz, se asentó en este pequeño señorío. Las armas del palacio de Otano son idénticas. 

A pesar de que he preguntado sobre el antiguo palacio de Guerguitiáin no he encontrado respuesta sobre su posible ubicación. Sólo nos quedan sus armas: Dos lobos o lebreles en los cuarteles primero y cuarto y sendas flores de lis en el segundo y tercero.



[1] Según Javier Ituláin Irurita en su trabajo “LOS NOMBRES DE LAS CASAS EN EL VALLE DE IZAGAONDOA, pág 99, se hace referencia a “La casa de una persona originaria de Lizarraga. La transición desde Lizarragarena hasta Lixiar parece haber seguido el esquema siguiente: Lizarragarena-Lizarrena/Lisarrena-Elisar (Lisar?)-Lixiar. 1865: `Casa que (…) se conoce con el nombre de Lizarragarena y mas comúnmente de Elisar´” (PR URR C. 246)
[2] Fernando Hualde; http://izagaondoa.blogspot.com.es/2010/12/urbicain.html
[3] CATÁLOGO MONUMENTAL DE NAVARRA IV*. Merindad de Sangüesa; Pág. 563.
[5] JAVIER ITULÁIN IRURITA; Los nombres de las casas en el valle de Izagaondoa, 1600-2001, Cuadernos de Etnología y Etnografía de Navarra; pág.:102