miércoles, 28 de octubre de 2020

ARTÁIZ - EL NACIMIENTO

 

ARTÁIZ – EL NACIMIENTO

 

Por Simeón Hidalgo Valencia (08-12-2013 / 28-10-2020)

 


Las campanas de la iglesia repican con sones de alegría anunciando a los cuatro vientos la buena nueva. ¡Por fin, la señora Esperanza ha dado a luz! Nueve meses de reposo obligado por el médico han permitido que el niño se haya gestado sin problemas y que a eso de la media tarde la comadrona haya anunciado que todo estaba bien.
 

-Es un niño. Él y su madre se encuentran perfectamente. 

Es un misterio el de la vida que incluso al hombre más duro de carácter le hace tierno y sensible cuando acoge entre sus fuertes brazos a criatura tan pequeña y débil, sangre de su sangre y carne de su carne. Un beso sobre la frente del nuevo ser le recibe con júbilo en la familia y un silencioso abrazo une a los esposos. Son padres primerizos y todo un nuevo mundo se abre ante ellos centrados en su retoño.

... 

Las campanas de la iglesia repican con sones de alegría anunciando a los cuatro vientos que un nuevo cristiano forma parte de los miembros de la Iglesia. Las aguas bautismales han cubierto el cuerpecito desnudo del nuevo vecino, a quien se le ha puesto el nombre de Miguel Martín. 

-Miguel Martín, yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo... 

Los padrinos hablan en nombre del niño y juran delante de los asistentes a la ceremonia que renuncian a todo mal y afirman que creen en Jesús, en sus enseñanzas y en los dogmas de la Santa Madre Iglesia. 

A la salida de la iglesia espera la chiquillería del lugar dispuesta a recoger las monedas y caramelos que los padrinos lanzan al aire. Es el primogénito de la casa y son generosos, pues no se contentan con céntimos o reales, sino que alguno de los niños más mayores, a base de empujones y trompazos, ha recogido hasta tres monedas de duro, amén de no sé cuantas perras y céntimos y tiene sus bolsillos llenos de caramelos, almendras y peladillas. En la casa hay música y fiesta y chocolate caliente con buenos churros y pastas y copas de coñac para los hombres y de anís para las mujeres. Es el primogénito de la casa y todos los vecinos del pueblo están invitados. Hasta Don Miguel, el párroco, ha acudido a la invitación y se ha agregado al coro espontáneo que entona canciones populares. 

También los músicos del alero de la portada de su querida iglesia han acudido y han amenizado la fiesta para dar la bienvenida a este nuevo ser.

... 

-Conviene que nos acerquemos y contemplemos el siguiente canecillo desde todos los puntos de vista, sobre todo desde nuestra derecha, les comento a los asistentes. Veremos una escena que no es muy frecuente contemplarla tan explícita, tallada en la piedra. 

Los asistentes hacen un movimiento de abanico hasta descubrir que la mujer que en este canecillo se representa está pariendo. A simple vista lo que mejor aprecia la mayoría es que está desnuda. Sólo cuando les pregunto si es un desnudo integral se dan cuenta de que su cabeza se mantiene cubierta al estilo de su época. Los que tienen mejor vista llegan a distinguir entre las piernas de la mujer la forma ovalada de su sexo dilatado y la gran cabeza del recién nacido. 

- ¡A ver quién descubre lo que este niño lleva en la mano! 

Si difícil para algunos era distinguir al niño recién nacido, el nuevo reto que les propongo resulta casi imposible de conseguir. Sólo los más ingeniosos, que se han traído hasta unos pequeños prismáticos o su moderna réflex con teleobjetivo, aciertan a ver que algo alargado asoma por debajo de la cabeza infantil. Alguno más decidido y sin reparos dice que es el cordón umbilical, algún otro que lleva un pene enorme para un crío, otra más, en tono de broma, nos recuerda lo del venir al mundo con un pan bajo el brazo y la mayoría me mira resignada pidiéndome la solución. 

Para ver estos detalles con claridad me he confeccionado un bloc de fotos tamaño Din A-4 y los visitantes se arremolinan a mi alrededor para observar de cerca la lámina correspondiente y salir de dudas. 


-Pues bien. Esta es la gran cabeza. El niño ya tiene una hermosa manta de pelo bien peinada. Hay que fijarse en la expresión de su rostro y darse cuenta de la forma oblicua de sus ojos orientales y de su mirada siniestra, así como en el rictus de su boca. Es al menos inquietante. Pero veamos qué lleva realmente este niño recién nacido. Mirad, este es el brazo derecho. Lo lleva doblado por el codo y... ¿Qué es lo agarra con su mano?
 

- ¡Ahora lo veo!, exclama alucinada una señora. ¡Pero es imposible! ¡Nos amenaza con un puñal! 

Se arma un pequeño barullo de revueltos comentarios: ¡Un recién nacido asesino desde su nacimiento! ¡Esto es alucinante! ¡Lo nunca visto! Hasta uno de los niños presentes, sorprendido al verlo busca la seguridad en su madre y le dice: 

-Ama, ¿A que no nacemos así?

-No, mi amor. Es la imaginación del artista que lo hizo así para decirnos algo, le dice la madre. 

Aprovecho la respuesta de la madre y les pregunto: - ¿Por qué el artista lo ha hecho así? ¿Qué quiere decir? 

-Realmente nadie nacemos con un puñal en la mano, les comento... ¿O sí? Debemos tener en cuenta que lo que aquí vemos en estas tallas son como metáforas que hay que saber interpretar para dar con el mensaje adecuado y comprender de esta manera lo que hay detrás de lo que físicamente vemos. Eso es lo importante.

Hay quien comenta sobre esta mujer que es una mujer casada, como denota la cabeza cubierta, que ha cometido adulterio con el paisano desnudo que está a su lado y como consecuencia de este pecado ha parido su propio mal y se basa en la carta de Santiago, como si esta fuera la tesis de dicha carta.

Cuando vamos a las fuentes y, como yo, te lees el escrito de Santiago, se ve que la tesis es otra. Santiago defiende que la fe y las obras son necesarias para ser un buen creyente seguidor de Jesús. La fe sin obras es una fe muerta.

Personalmente veo aquí la figura de la madre originaria que según la Biblia pare al nuevo ser en pecado. El famoso pecado original, con que la Iglesia dice que todas las personas nacemos. Así que realmente nacemos a la vida portando el mal y la muerte. Es decir, nacemos espiritualmente muertos, igual que este niño que ha nacido con el mal en su mano representado por el puñal. Desde el punto de vista del cristianismo, claro. No olvidemos que estamos en el siglo XII en una época netamente cristiana, por lo que... ¿No estaremos ante la representación del mismo pecado original?

¿Pero se queda ahí el mensaje? 

-Para completarlo volvamos a observar el canecillo de la parturienta.

- ¿Qué lleva en su mano derecha? 


- Un cántaro, dice una señora mayor.
 

- Un puchero de barro como el que hay en casa de mi abuela, dice un joven. 

- ¿Para qué sirve, ya sea el cántaro ya sea el puchero? Vuelvo a preguntar. 

- Para llevar el agua o para hacer la comida, se oye desde el fondo. 

- La imagen del cántaro o del puchero es importante tenerla en cuenta y no dejarla de lado al interpretar este canecillo, ya que  sirven para contener o preparar el alimento básico para la vida. Por lo que tenemos a la mujer que cumple su función como madre al dar la vida y al mantenerla con el alimento, pues en este canecillo simbólicamente se está representando el nacimiento de cada uno de nosotros con el pecado original y a su vez el nacimiento espiritual que se nos ofrece por la misma madre, a través de las aguas del bautismo, que es el alimento que la Iglesia, como buena madre, nos proporciona. 

Ésta, creo yo, les digo, pudiera ser una interpretación más acertada para comprender a esta señora y lo que hace, que de modo alguno es una adúltera. Si lo vemos con ojos y mentalidad reprimida veremos sólo el mal representado en él, pero su desnudez nos comunica el propio nacimiento en el espíritu. Veremos un puchero idéntico al que lleva esta mujer en uno de los canecillos bajo el alero de la cabecera de la iglesia, insistiendo en la misma idea del alimento espiritual. 

- ¿Por qué hago esta interpretación?, les pregunto, y yo mismo me respondo delante de los visitantes.


- Lo que aquí vemos representado corresponde posiblemente al último cuarto del siglo XII. Si ampliamos el abanico geográfico por la comarca y vamos a contemplar la portada de la iglesia de Santa Eulalia en el cercano Lizarraga, cuya portada corresponde al siglo XIII, descubriremos que en la ménsula izquierda del guardalluvias según miramos, también se representa a una mujer, en este caso una reina, en el momento del parto del infante. Los laterales moldurados del guardalluvias se convierten es manos en sus extremos que sujetan al niño por sus muñecas y ayudan a la reina en el parto. La parturienta agarra con fuerza con su mano derecha la muñeca del brazo derecho del guardalluvias y se apoya en él. Con la mano izquierda se agarra la túnica y la mantiene recogida por encima de sus rodillas. Es como si la misma iglesia materialmente hiciera de comadrona para traer al mundo a uno de sus nuevos hijos. En la comarca de Izaga la Iglesia se aprovecha de estas representaciones para catequizar a sus habitantes y decirles que a lo que han de aspirar es a ser buenos hijos de la Santa Madre Iglesia.

 - ¿Pero no serán estas representaciones una forma de poner ante nuestros ojos la realidad del pecado de la carne, como el adulterio en el caso de la mujer y el onanismo o masturbación en el caso del hombre que tiene a su lado?, pregunta un señor alto, de rostro serio y mirada incisiva, que sigue la explicación haciendo movimientos con la cabeza indicando que no está de acuerdo con la misma. 

-Puede ser así también, desde luego, pero personalmente le veo más sentido a la visión que les he dado, pues no hay que olvidar que estas tallas se hicieron en el siglo XII, época en que estas imágenes eran muy normales verlas por muchas de las iglesias que se construían y que podemos aún contemplar en pueblos cercanos. Además, en esa época estaban habituados a verlas, pues estos aspectos eran normales en su vida diaria. Es más tarde cuando estas escenas empiezan a inquietar y a eliminarse y se censuran por una corta visión literal de lo que aquí se contempla. Hemos dicho desde el principio de la visita que mucho de lo que aquí vemos son metáforas que si las leemos literalmente nos parecerán aberraciones, pero si las sabemos interpretar más allá de su literalidad podremos descubrir su auténtico mensaje. 

- Es lo que han hecho con el hombre de la derecha, que le han mutilado el miembro viril, que a juzgar por lo que ahora se ve, sería bien hermoso, dice una señora entre los comentarios afirmativos de los asistentes. 

-Pues ahí donde lo ven, resulta claro que alguien, seguramente para evitar tentaciones a los muchachos y muchachas del pueblo, mandó cortar. Aunque se aprecia claramente que lo que quedan son los testículos, alguien en internet escribe que esta pieza representa a un hombre que ha defecado en su orinal y que lo está recogiendo. Sorprendente, ¿no? 

-Leyendo este canecillo vemos que, como la mujer, el personaje que representa está desnudo, aunque no del todo pues su pie izquierdo lleva una bota. Se está masturbando y esparciendo su semilla. Después, cuando demos la vuelta al edificio contemplando el resto de los canecillos del alero nos encontraremos con una pareja, un hombre y una mujer, que se abrazan amorosamente. También nos encontraremos con unos enormes genitales masculinos.

Aquí su visión nos puede resultar más cruda y fuerte si no conectamos con la auténtica intención del comitente de la iglesia, que no parece ser otra que comunicarnos que la sexualidad es parte de la creación de Dios que nos ha dado un claro mensaje desde los comienzos del libro del Génesis: “Creced y multiplicaos y dominad la Tierra”.

Con estas imágenes se nos quiere decir, en una época en que el estado matrimonial se veía como inferior al estado del celibato, que por otra parte muchos clérigos no lo cumplían, que también la procreación y la relación sexual forma parte del plan divino y así se escribe en las fachadas de muchas iglesias de la época, frente a corrientes que se consideraron heréticas que tomaban con todo rigor el celibato aún para los no clérigos.

La música mala. El sexo malo. ¿Todo es malo? ¿Todo es pecado? Pues la misma iglesia del siglo XII o al menos los que estas tallas mandan hacer, no piensan lo mismo y defienden, frente a los puros y perfectos, que el sexo y la procreación son algo natural, bueno y querido por Dios. 

-¿Qué hacen, pues, estos personajes de la parturienta y del hombre masturbándose?, me pregunto delante de mi auditorio. 

-Participar en el plan creativo de Dios, me contesto. Y por ello hay música y fiesta. Y por ello se baila y se canta. Y por ello se hacen y traen niños al mundo, aunque vengan con un puñal en su mano. 


-Nacerán a la vida espiritual a través del bautismo y vivirán en la luz, aunque tengan que luchar desde su infancia contra los males que les acecharán a lo largo de su vida para mantenerse en la luz. Pues al fin y al cabo la vida es lucha y como buenos cruzados venceremos con la fuerza de la fe en Jesús, pensaban en el siglo XII y así lo reflejan los canteros tallistas en esta iglesia de San Martín de Artáiz.

...

Pero dejemos para más tarde el estruendo de las espadas sobre los escudos enemigos y el toque del olifante dirigiendo a los ejércitos.

Guardemos silencio.

Nuestro recién nacido podrá descansar protegido por Miguel desde lo alto de la cumbre de Izaga y por Martín el obispo del Camino, sus dos guardianes, que por algo con sus nombres se le ha bautizado.

jueves, 15 de octubre de 2020

"IZAGAONDOA. EN TORNO A IZAGA" - NUEVO LIBRO.

 

 “IZAGAONDOA. EN TORNO A IZAGA”

 NUEVO LIBRO 

Por Simeón Hidalgo Valencia (15 de octubre de 2020)



Desde que publiqué el libro “Las claves de Izagaondoa” en 2014, en el que me refería exclusivamente a los lugares o pueblos del actual ayuntamiento de Izagaondoa, me empezó a rondar la idea de publicar un segundo tomo en el que se considerara Izagaondoa en el sentido en que los antiguos moradores de esta zona de Navarra entendían en su lengua original. Los lugares y villas que se encuentran “en torno a Izaga”, a la peña, a la “Hiiga de Izaga” de los documentos medievales.
 

Desde esta perspectiva el nuevo libro debería abarcar entre sus páginas además de a Izagaondoa, también al valle de Unciti, al de Ibargoiti, incluso al de Urraúl Bajo, amén de a las villas de Elo-Monreal y a la de Urroz de Izaga, como la conocían los más veteranos, hoy Urroz-Villa. Y puestos ya a cerrar el círculo considerar en él dentro también al valle de Lizoáin y con él al de Arriasgoiti, dado que decidieron unirse, sin dejar de lado al de Lónguida, pues sus gentes hicieron votos al santo Miguel de Izaga de peregrinar todos los años a lo alto, agradecidos por su intervención salvadora. 

Por todos ellos me he movido estudiando su patrimonio medieval y de todos ellos he hablado y escrito en mi blog, por lo que tengo material suficiente como para un segundo tomo. Todo llegará si ha de llegar. En el que ahora aparece me detengo en las tierras más próximas: ese primer círculo formado por los lugares de los actuales municipios de Izagaondoa, Unciti e Ibargoiti, pues el patrimonio que hay en Izagaondoa es tal, que difícilmente puede entrar en una sola publicación. 

A lo largo de las 400 páginas que tiene el libro mantengo: 

Una tesis clara: El rico patrimonio de Izagaondoa puede ser uno de los motores del desarrollo y puesta al día de esta zona bastante deprimida de Navarra. 

También veo una necesidad: Para ello se necesita la unión entre los distintos Ayuntamientos que conforman lo que denomino la Comarca de Izaga. Trabajar unidos para solucionar el problema común a todos ellos: el envejecimiento y la despoblación. 

Y hago una propuesta: Desarrollar el turismo rural, cultural, y de naturaleza, dando a conocer al visitante lo que tenemos, a través de un plan conjunto en el que todos los implicados colaboren (corporaciones, organismos autonómicos, vecinos mayores y jóvenes, empresas de todo tipo, la iglesia, las asociaciones, cooperativas, agricultores y ganaderos, cazadores, etc.) fomentando iniciativas atrayentes partiendo de lo mucho, interesante y bueno que tenemos, pues todos navegamos en el mismo barco y todos nos veríamos beneficiados.   

Son 41 artículos los que se publican en papel con abundante material fotográfico que dan fe de acontecimientos de la zona y refuerzan con la imagen lo que a veces no se logra expresar del todo con las palabras. 

Este es el índice: 

PRÓLOGO de Fernando Hualde.

PRESENTACIÓN.

 

LA COMARCA DE IZAGA:

La Mancomunidad de Izaga. En buena Armonía.

Izaga. La Comarca.

Izaga. Cumbre de un reino.

La Comarca de Izaga y FITUR-2017.

 

VALLE DE IZAGAONDOA:

Izagaondoa en el Camino de Santiago.

Amante enamorado del Valle de Izagaondoa.

Recuerdos de D. José María Eslava Gil.

Día de auzolan en el Petrus Museum.

Izagaondoa. La iglesia de Santa Eulalia de Lizarraga.

El zahorí de Zuazu.

Zuazu de Izagaondoa. 19 canecillos y un caballero.

Homenaje personal.

Las insignias de Usumbelz y Ansoain en Reta.

El retablo restaurado de Ardanaz de Izagaondoa.

Dª. Guadalupe Villanueva Iriarte.

De Iriso y Aróstegui.

Izagaondoa y Unciti-1978.

 

VALLE DE UNCITI:

La iglesia de Alzórriz.

El juego de la calva (Kalbatoki) en Artáiz.

De lises y palacios. Artáiz y Olite.

Don Jesús Cabodevilla Sagüés.

Cemboráin.

La vuelta a casa. Muguetajarra.

Una pila bautismal que habla. Najurieta.

La cuadrilla de canteros de Manuel Villamarín.

El molino de Roncesvalles en Zabalceta.

La ventana de San Andrés. Zoroquiáin.

Un quinquenio para Zoroquiain.

 

VALLE DE IBARGOITI:

Paseando por Idocin.

El puente medieval de Idocin.

Idocin. Paseo con mi amigo José Luis.

La iglesia de Izco.

El crucero de Izco.

Un mural muy chuli en Izco.

Salinas de Ibargoiti. Una mirada al pasado para tener futuro.

La Virgen románica de Salinas y el Coro de Turrillas. Caminos opuestos.

Santa María de Elizaberria.

La iglesia de Vesolla. Bien de interés inventariado.

Besolla. Vesolla.

Besolla. Joya románica del maestro Petrus.

Inauguración de la iglesia de Besolla.

 

EPÍLOGO.

BIBLIOGRAFÍA.


Este índice hay que sumarlo al del libro “Las claves de Izagaondoa”, pues amplía los temas patrimoniales que en él se recogían y además en alguno de ellos, como el que hace referencia a “Las Insignias de Usumbelz y Ansoain en Reta”, los nuevos documentos encontrados hacen que se haya resuelto el interrogante de su presencia en este lugar por lo que se ha corregido y ampliado el texto y modificado algunas de las conclusiones expuestas en 2014. 


Promovida por la Asociación Grupo Valle de Izagaondoa, esta publicación tiene una dedicatoria y un recuerdo especial para nuestro querido compañero socio, Ignacio Salvador Fuertes, que se nos fue el 27 de marzo pasado, persona que sobradamente entendió el significado de Izagaondoa y demostró con sus hechos el cariño y el amor que tenía a la Comarca de Izaga, siendo siempre el primero en ofrecerse voluntario para lo que hiciese falta. Es un pequeño homenaje que como asociación le debemos, pues muchas actividades y proyectos se han podido realizar gracias a él. Pensemos, por ejemplo, en el museo Petrus Museum, que está ubicado en Lizarraga de Izagaondoa y da a conocer la figura del maestro cantero medieval, Petrus, que dejó su firma en Guerguitiáin.
 

Nuestra asociación se subvenciona, además de por la cuota anual, con los donativos que recibimos de los asistentes a las visitas guiadas que organizamos por la Comarca de Izaga -este año estos ingresos son mínimos-, las aportaciones de los pocos mecenas que tenemos, siendo el capítulo fuerte de ingresos la venta de las publicaciones que editamos. Por ello, animo sobre todo a los vecinos a que colaboren adquiriendo este libro, que como dice Don Fernando Hualde en su prólogo: 

“…este libro, con su testimonio escrito y con su testimonio gráfico, se me antoja importante, en tanto en cuanto que crea identidad, que salvaguarda el patrimonio desde la rigurosidad y el detalle meticuloso del ratón de archivo, y que contribuye, una vez más, a proclamar que Izagaondoa está allí, con todo un legado patrimonial que muchos quisieran para sí, un legado al que personas como Simeón, nos lo dejan generosamente revalorizado merced a trabajos como el que en estas páginas vamos a tener oportunidad de leer y disfrutar...” 

El libro se venderá a 50€ y se obtendrá por ejemplar un beneficio de casi 15€ que se ingresan por el autor como mecenazgo. Su presupuesto por ejemplar sale a 35,27€. Esto se refiere al coste material de la impresión, sin valorar los muchos días y más horas invertidas en trabajos de campo, investigando archivos, sacando las fotografías, redactando los artículos, amén de gastos de desplazamientos, etc., etc. 

Espero que este libro, que entra dentro del proyecto MECNA “IZAGAONDOA VIVE-IZAGAONDOA BIZIRIK” y que hace el número 7 de los editados por la asociación sea bien recibido por todos y que, como ha sucedido con los anteriores, se convierta en uno de los mejores regalos que se pueda hacer a los naturales de Izagaondoa o a las personas que aman esta tierra. 

Se puede reservar llamando al 659 30 39 94, teniendo en cuenta que la edición es sólo de 100 ejemplares y que, como hacemos siempre, se adjudican en riguroso orden de solicitud. A lo largo de este mes verá la luz y se avisará del día, hora y lugar para que los que lo hayan reservado lo puedan recoger con toda seguridad y sin riesgos para la salud, en estos tiempos tan complicados que nos ha tocado vivir, pues no haremos presentación del libro de manera presencial. En otros años se recogía en el puesto que la asociación ponía en la Feria de San Martín en Urroz-Villa, pero este año no se celebrará. 

Por último, quiero expresar mi deseo de que este trabajo que ahora ofrezco al público en papel contribuya a abrir los ojos del alma en todos los hijos e hijas de Izagaondoa. Ojos que vean y aprecien el rico patrimonio heredado y nazca un movimiento comunitario y popular para levantarlo como estandarte ante las gentes. 

¡Esto es lo que tenemos! ¡Esto es lo que ofrecemos! 

Yo, a mi manera, y dentro de mis posibilidades, os lo muestro. 

¡Muchísimas gracias!

sábado, 3 de octubre de 2020

LERGA. 10 AÑOS DESPUÉS

 

LERGA. 10 AÑOS DESPUÉS 

Por Simeón Hidalgo Valencia (03 de octubre de 2020)

 


Estuve por primera vez en la villa de Lerga con ocasión de mi trabajo de investigación sobre las marcas de cantería. No recuerdo el año, pero sería allá por 1999, época en que recorría Navarra visitando los edificios iniciados en tiempos de lo que hoy denominamos “estilo románico”, tratando de identificar, recoger, contabilizar, fotografiar y calcar las huellas que los canteros medievales grabaron en los sillares de algunos de estos edificios. En esta primera ocasión me centré en observar los de la iglesia de San Martín y mi sorpresa fue que no encontré ninguna marca de cantería, por ello no aparece en la publicación titulada “Canteros románicos por los caminos de Navarra”, que vio la luz diez años después, en el 2009. 

Otra visita fue en 2010, cuando asistí, con “Los Amigos del Románico”, a un recorrido que, iniciado en Lerga, nos llevó a conocer las ruinas de la iglesia de Santa Elena en Abaiz, las iglesias de Gallipienzo y por la tarde las de Aibar. 

Y ahora he vuelto a Lerga, pasados otros diez años, el 30 de septiembre de 2020, cuatro días después de presentar en la misma ermita de San Zoilo el libro “Las marcas de cantería en San Zoilo de Cáseda”. He vuelto porque uno de los asistentes interesados en el tema me comentó que en una casa de Lerga había una ballesta grabada y como al día siguiente recibí del informante un correo que decía: “Aquí te envío la ballesta que te comenté ayer. Está en la entrada de una casa en Lerga”, aproveché este buen día del veranillo de San Miguel para ir a recogerla. 

Daban las cinco en el carrillón del reloj cuando llegué y de inmediato comencé a fotografiar detalles de la villa comenzando por su plaza, lugar en que aparqué. Me dirigí hacia la iglesia donde me llamó la atención el antiguo cementerio con abundantes fosas numeradas y con las inscripciones de los nombres de las personas que allí reposan a las mismas puertas de la iglesia. Me hizo recordar al suelo del claustro de la iglesia del lugar de Erraztu, en el Baztán, todo él con enterramientos cubiertos con losas con los nombres de los difuntos, o el de la misma catedral de Santa María de Pamplona, aunque aquí sólo aparecen los números de las tumbas. 


En la plaza donde está la iglesia también está la Casa Consistorial, custodiados ambos edificios por un silencioso perro atado con una cadena a una palmera, obra en madera del artista Ángel Illera, conocido como “Angelillo”. 

Rodeando la iglesia doy a una calle que desciende, cuyas dos últimas casas tienen frondosas parras, aunque la cosecha de este año no es muy buena. 


Como la foto de la ballesta que me envió mi informante Josemari Iriarte está grabada en un soporte del dintel de una puerta me voy fijando en todas ellas y por suerte en la última casa, que lleva el número 5, la localizo. Mientras la calcaba sale el señor de la casa y le comento lo que hago y muy amablemente responde y me informa también de otra que él ha visto en una casa en ruinas, “pero apenas se puede ver porque la pared estaba cubierta por la hiedra. La sequé, pero hay mucha rama que tapa la pared.” Yo le comento que un tal Josemari Iriarte me informó de esta ballesta.

- ¿Quiere estar con él?

- ¿Ah, pero vive aquí?

- Sí, sí, ahí arriba. Creo que está en casa. Ya le voy a llamar. 

Sigo calcando la marca de la ballesta y oigo a lo lejos:

- ¡Josemari!

- ¿Qué hay?

- Ahí, un señor que quiere saludarte.

- ¿Un señor?

- Sí, que está dibujando la ballesta de la casa.

- ¡Ah, sí, será Simeón, que presentó el otro día su libro en San Zoilo! 

Cuando baja nos saludamos y entablamos amigable conversación, hasta el punto de que se ofrece a enseñarme su pueblo y junto a él y al dueño de la casa de la ballesta, conocida como la de Martín Andrés, que se llama Carlos Zabaleta, vamos a ver si encontramos la de la casa en ruinas, pero es imposible. Los restos de hiedra tapan los muros. 


Recorremos todas las calles de Lerga y voy recogiendo grabados, escudos y claves con la cámara en muchas casas de linaje hidalgo y calco alguno de estos grabados como el situado en la jamba derecha de la puerta de Casa Jenara, diseño nuevo para mí. Todo se lo conoce Josemari al detalle y frente a uno de ellos me comenta: 



-Ese escudo dice abajo que pertenece a un tal Urniza.

Inmediatamente me viene a la memoria el lugar de Turrillas, en el valle de Izagaondoa y le comento:

- ¡Qué casualidad!, pues en Turrillas también hay un palacete con escudo donde pone Urniza. A ver si son iguales.

Y claro que lo son. Ahí están las mismas 13 cruces de San Andrés… y así en nuestra conversación entroncamos también con una relación de parentesco entre gente de Lerga y de Turrillas, pues su señora resulta que es sobrina de Baldo y de Teresa, de Casa Hualde.





De lo que más me gustó del recorrido fue cuando mi cicerone me enseñó parte de su trabajo de cantería, pues resulta que Josemari tiene buena mano, como buen artista, también para la talla de la piedra. Los cuatro elementos se plasman en la finca de una vecina. El aire, el agua, el fuego y la tierra, marcan cuatro de los puntos de la finca representando sucesivamente un molino de viento, la luna, el sol y el planeta Tierra. 

Nos acercamos a la parte baja del pueblo donde también hay casas que muestran en sus restos de ventanas geminadas el antiguo abolengo de sus moradores y en una de ellas veo que en las ménsulas que sostienen el dintel hay sendos grabados. 


- ¡Otra Ballesta!
, digo con admiración, pues no me esperaba este regalo. Está a la derecha de la puerta según miramos, es más grande que la de Casa Martín Andrés.

A la izquierda se ha grabado, con profundo trazo, una flor hexapétala. Saco la foto correspondiente y mientras pienso que ya se termina la visita me dice Josemari:

- ¿Te apetece ver cómo ha quedado la iglesia de Abáiz?

Ante tal invitación no me puedo resistir y sin dudarlo acepto la invitación.

-Si no hay problema por tu parte sí me interesa, sí. 


Josemari se frece a llevarme hasta el antiguo señorío en su coche, que está aparcado delante de la casa que en mis primeros pasos por la villa me llamó la atención por lucir la clave de su puerta el monograma de Jesús y algo más a su derecha. Esta es su casa y estando en ella conozco que también es aficionado a la talla de la madera y el escudo de su apellido Iriarte que luce en el zaguán da buena prueba de ello. También me aclara y descifra ese algo a la derecha del monograma de Jesús que no controlaba.

-Hay una llave- me dice. 

Además, resulta que hoy es el cumpleaños de mi guía y su señora ha hecho rosquillas y me invita a probarlas. Deliciosas.

-Feliz cumpleaños, Josemari. 

Camino de Abáiz se pasa por un pequeño museo al aire libre donde las esculturas realizadas por “Angelillo”, aprovechando los árboles secos, son una bonita atracción para chicos y grandes que no hay que perderse. 


La hermosa tarde va declinando tranquila y a lo lejos, en lo alto, asoma la iglesia de Abaiz. Al llegar compruebo que el trabajo realizado para consolidar la ruina y evitar el derrumbe total ha sido intenso y ha dado sus frutos.  


Josemari me explica, con detalle, y aprecio que también con cariño, la historia del antiguo señorío mientras
entramos y recorremos las estancias de este remozado esqueleto arquitectónico, en el que algunos de sus sillares se asemejan a los vistos en la recién consolidada igualmente ruina de Elizaberria de Ibargoiti por lo que en esa zona nos podríamos remontar al siglo XI.

Digo que con cariño porque como me revela más adelante: “mi madre vivió aquí”.

El cariño por Abaiz es notorio y gentes que le conocen lo ponen de manifiesto. Así me lo han contado conocidos comunes cuando les digo:

-Tuve la suerte de que me hizo de guía…”

- ¿Quién, Josemari? Es que se desvive y cuida desinteresadamente Abaiz y lo enseña y explica a quienes lo visitan. 

Como miembro destacado de la “Asociación Amigos de Abaiz” pone en práctica sus conocimientos y realiza trabajos de albañilería, cantería y de lo que haga falta para mejorar día a día la zona. 


En la antigua era hay un empedrado-brújula señalando los puntos cardinales. Lo ha hecho él, y también el muro de piedra para contener la ladera y el menhir que indica el nombre del lugar y las escaleras, y…
 



El sol se pone y de regreso le comento lo bien que me lo he pasado esta tarde y le doy las gracias por su compañía. Gracias a Josemari he conocido Lerga y Abaiz “por dentro”. Llegué después de diez años de mi anterior visita para hacer la foto y el calco de una ballesta, pero regreso con dos, un montón de fotos de las casas señoriales de Lerga con detalles muy interesantes y, sobre todo ello, me llevo la certificación de que la gente de Lerga es muy maja, simpática, generosa y acogedora, pues reciben al visitante con las manos y sobre todo con el corazón abierto y puedo decir que en Lerga, al menos, tengo ya un amigo. Se llama Josemari Ir
iarte.