sábado, 19 de septiembre de 2020

LOS OLVIDADOS PUENTES MEDIEVALES

LOS OLVIDADOS PUENTES MEDIEVALES

Por Simeón Hidalgo Valencia (19 de septiembre de 2020)

 

Fue hace unos días ya, el 10 del presente mes de septiembre, jueves, cuando lo descubrimos. 

Lo he señalado en rojo en el calendario personal, pues ese día batí todos los récords personales desde el fatídico 27 de octubre de 2007 en que volví a nacer. Anduve durante más de cinco horas por la ruta circular que con mi amigo Pedro, la Txari y el Apur, fui a explorar con salida y llegada en Murillo de Lónguida pasando por Larrángoz y Grez. 

Mi amigo Pedro, que es un buen andarín y ahora es uno de los que marca los recorridos para el grupo Aitonak, se brindó a llevar el GPS y documentar la ruta. En principio entraba también el pueblo de Turrillas, pero por despiste mío resultó que la que seguimos fue más suave y llevadera en todos los sentidos, por lo que los resultados fueron satisfactorios. 

Pero no se trata en este artículo de hacer la descripción de la ruta. Cuando estén todos los elementos que la harán posible, el principal la restauración del puente colgante de Larrángoz, ya se dará a conocer. Ahora no es aconsejable transitar por él. 

El objetivo es dar a conocer otro puente mucho más antiguo y perdurable que el colgante. En la actualidad, como está fuera del camino antiguo que la concentración parcelaria deshizo, ha quedado al margen y al no usarse ha sido invadido por la maraña de vegetación y ha quedado oculto a la vista del caminante. Fue mi amigo Pedro quien, al salir ya de Grez, valle de Urraúl Bajo, lo descubrió y me lo indicó. 

Puente medieval de Grez.


Sólo si se baja al cauce seco del Barranco Turrillas se puede apreciar su magnífico porte. Es, como el resto de los puentes que recojo, de un solo ojo. El arco es apuntado u ojival por lo que parece en principio ser el más reciente de los que recojo.
 

Otros puentes medievales más antiguos que el de Grez, si nos atenemos a su arquitectura, son el “Puente Primero” en tierras de Ardanaz de Izagaondoa y el puente de Idocin en el valle de Ibargoiti. Ambos están escondidos y refugiados en la maraña de vegetación a la espera de que alguien los redescubra, los valore como se merecen y los saque a la luz del presente como testigos de épocas antiguas en las que estas infraestructuras solucionaban la vida de los caminantes. 

El "Puente Primero" de Ardanaz de Izagaondoa.

El “Puente de Idocin”. Valle de Ibargoiti.

Así se hizo con el “Puente Negro” de Urroz-Villa, que en auzolan se limpió de la vegetación que lo comía y gracias a ello se pudo contemplar en la visita guiada que la Asociación Grupo Valle de Izagaondoa organizó a la villa el 17 de octubre de 2015. 






Estos hitos del patrimonio merecen que sean tratados con mimo y sensibilidad por los habitantes de cada uno de los pueblos donde están y ponerlos, como mejor se pueda, en el circuito cultural a través de visitas guiadas, rutas de senderismo, exposición de maquetas, estudios de tipo arquitectónico, económico, artístico, etnográfico, etc. para mantenerlos vivos en el momento presente. 

La limpieza de estas pequeñas obras arquitectónicas es un primer paso que lleva consigo el adecuado mantenimiento para que no vuelvan a ser cubiertas por la vegetación, hasta tanto se decida actuar a través de una adecuada restauración que evite deterioros progresivos que den con sus sillares en el cauce del río o del torrente.



También hay ejemplos a seguir en este terreno como es el “Puente Viejo” de Murillo de Lónguida sobre la regata de Zarikieta -medieval para unos, de origen romano para otros y para mí emparentado con el de Grez, pues ambos son de arco apuntado- por poner un ejemplo que bien podría entrar en la futura ruta de senderismo.


Y para terminar expresar mi deseo de que los responsables de los municipios donde están estos puentes olvidados y los vecinos sean los primeros en tomar cartas en el asunto y orgullosos de contar con estas joyas medievales no las dejen de lado y hagan algo para darles nueva vida, pues son patrimonio heredado que a su vez se ha de transmitir a las nuevas generaciones.