miércoles, 21 de diciembre de 2022

SOLSTICIO DE INVIERNO EN SAN MARTÍN DE ARTÁIZ

 

SOLSTICIO DE INVIERNO EN SAN MARTÍN DE ARTÁIZ

 Por Simeón Hidalgo Valencia (21 de diciembre de 2022) 

 

Siempre me ha gustado acudir en los momentos importantes de cada año, léase en los solsticios y equinoccios, a alguna de las iglesias románicas que tenemos en la Comarca de Izagaondoa para contemplar y a la vez estudiar cómo actúa el sol al incidir en su decoración escultórica o para ver su iluminación interior al natural y sobre todo para comprobar el momento en que el edificio en cuestión se replanteó, pero además porque encuentro, al hacerlo, la paz interior al disfrutar de tanta pequeña maravilla que nos ofrecen estos lugares.

Fruto de esta afición ha sido el libro que la Asociación Grupo Valle de Izagaondoa presentó este año en la Casa Concejil de Villaveta el pasado 5 de noviembre titulado “De luz y románico. Artáiz, Guerguitiáin, Meoz”, que fue la novedad que se ofreció al público en las últimas Ferias de Urroz-Villa.

Con la idea de que este público interesado tuviera estas mismas experiencias se propuso el hacer una visita guiada con ocasión del solsticio de invierno y después de asegurar que al menos no lloviera, nos arriesgamos a publicitar la actividad y se informó a nuestros contactos. Al caer el 21 entre semana ya se contemplaba que la asistencia sería reducida.

Se citó a los interesados a las 10, aunque yo estaba antes del amanecer al pie del cañón con la esperanza de ver la salida del sol, pero la intensa niebla que cubría la zona no despejó hasta poco antes de la hora de la visita, por lo que después de sacar un par de fotos a la fachada para hacer tiempo me di un pequeño paseo con Apur, mi fiel acompañante, camino de la fuente románica. Volví para las 9,45 y aún tuve tiempo para captar algunas imágenes del exterior y del interior pues el día clareaba y, aunque el sol estaba velado por la niebla, el interior de la iglesia se llenaba de luz sin necesidad de encender ninguna lámpara.



Poco a poco fueron llegando los visitantes y se formó un grupito inicial de nueve personas a las que se unirían dos más al poco de comenzar la actividad. Como se había previsto todos estábamos ya jubilados.

Como en todas las ocasiones en que dirijo estas visitas fue un placer para mí dar a conocer lo mucho que la iglesia de San Martín de Artáiz, después de 800 años de su construcción nos enseña a todas las personas, pensemos lo que pensemos o creamos lo que creamos.

Siempre es buen momento para aprender y sacar algo positivo de lo que vemos y aunque no nos acompañó más que tímidamente y en algún momento el sol, ahí estaba detrás de la niebla espiando cómo se replanteaba la iglesia, cómo contemplábamos canecillos y metopas, capiteles y arquivoltas, admirándose del nuevo sol grabado en el tímpano cual Crismón y hasta se descalza metafóricamente con nosotros antes de entrar al interior del espacio sagrado y, aunque lo conoce muy bien pues lleva siglos contemplando esta maravilla agudiza su oído para escuchar atentamente las explicaciones porque siempre hay algo nuevo que aprender.







martes, 20 de diciembre de 2022

EL PALACIO REAL DE OLITE Y SUS MARCAS DE CANTERÍA

 

EL PALACIO REAL DE OLITE Y SUS MARCAS DE CANTERÍA

 

Por Simeón Hidalgo Valencia (20 de diciembre de 2022)

 


Ahora me doy cuenta de que soy una nueva criatura, pues dicen de mí que acabo de nacer y que he venido a este mundo de los humanos gracias al esfuerzo y tesón de mi creador, que me ha ido paginando a lo largo de una década. Como nueva criatura se me presentó ante un selecto grupo de interesados el pasado día 17 de diciembre, pues en mis páginas se plasman signos misteriosos que dicen que muchos de ellos parecen que forman parte del ADN de los humanos.

Debo de ser algo especial pues se me ha encomendado la misión de ser su guardián y a la vez el divulgador de lo que trabajadores de la piedra del primer cuarto del siglo XV grabaron en muchos de los sillares del poderoso palacio del rey Don Carlos, conocido como El Noble, en Olite.


Protejo entre mis cubiertas 343 de esos signos o marcas de esos trabajadores conocidos como mazoneros, pues trabajaban la piedra a golpe de maza. Junto a ellos, me cuentan, estaban los gremios de los carpinteros o mazoneros de la madera, los herreros, carreteros, pintores, escultores, yeseros, vidrieros, tapiadores, braceros, … y las mujeres, sí, también trabajaron mujeres en la construcción de los palacios reales del Noble Rey.

Llevo entre mis páginas el calco de la mayoría de esas marcas grabadas sobre todo en los sillares mejor trabajados destinados a ser vistos, quizás por alguna razón importante que a mí se me escapa, como en muchos casos les pasa también a los entendidos en la materia, aunque he oído, mientras me presentaban en público, que algunos de estos signos tienen el poder de proteger a los humanos de los posibles males. También, pero en la investigación que recojo no se ha podido demostrar, que estos signos y dibujos fueran la firma o sello de los citados mazoneros de la piedra, y eso que contengo y cito a 392 de ellos trabajando, sea en el palacio real de Tudela, sea en el de Olite, sea en el de Tafalla.


Tampoco la documentación escrita recogida en los libros de las obras, ni en los reconocimientos o recibos que cada trabajador debía de “firmar” y “reconocer” aparece ni uno solo de esos signos, pero a pesar de todo os comento que estoy muy contento porque conozco a muchos de los mazoneros de la piedra, o de los canteros, que trabajaron para el rey Carlos III. Muchos de ellos -hasta 115- se llamaban John, otros -hasta 55- Martín. Con el nombre de Pedro conozco a 52 y hasta 25 responden a Miguel y 23 a Sancho, a los que siguen los García, Rodrigo, Pascual, Guillermo, López, Ximeno, Fernando, Ángel o Eneco… y así muchos más.

También me acuerdo de las mujeres por su nombre, aunque a bastante de ellas se las cita en relación con su padre o su madre, pero ahí están las María, las Catalina, Juana, Francisca o Lucía, Sancha, Antonia y Clara, Eufemia, Eulalia, Gracia, Isabel o Justina.


Y así, paso a paso, van hojeándome en mi presentación y sacando la quintaesencia que contiene mi cuerpo de papel y se me desnuda sin ningún pudor y se muestra mi contenido a manera de índice o programa y yo me dejo hacer y el selecto grupo asistente sigue con atención el relato de mi creador.


El pasado sábado, 17 de diciembre se me presentó.

Me llamo “LAS MARCAS DE CANTERÍA EN EL PALACIO DE OLITE”.

Mi creador: Simeón Hidalgo Valencia.

Me puedes encontrar en:

“Librería Caligrama” en Zizur Mayor, en Parque Erreniega nº 18.

“Librería El Kiosko” en Olite, C. Rúa de San Francisco, nº 21.

También puedes encargarlo en simeonhidalgo@gmail.com 

o llamando al 659 30 39 94

Se me vende por 30€, más gastos de envío en su caso.

Si me llevas a tu casa te aseguro que vas a descubrir nuevos e interesantes temas que abrirán  tus deseos de saber más sobre los mazoneros del rey Don Carlos III, el Noble y sus marcas grabadas en las piedras y para darte suerte aquí te dejo éstas.



jueves, 8 de diciembre de 2022

PRESENTACIÓN DEL LIBRO “LAS MARCAS DE CANTERÍA EN EL PALACIO DE OLITE”

 

PRESENTACIÓN DEL LIBRO

“LAS MARCAS DE CANTERÍA EN EL PALACIO DE OLITE”

 Por Simeón Hidalgo Valencia (08 de diciembre de 2022) 

 


Todo llega en esta vida y el trabajo que empecé en el verano de 2012 en el Palacio de Olite, dado por terminado el 5 de enero de 2022, lo presentaré convertido en libro dentro de unos días. 

El sábado 17 del corriente mes de diciembre a las 17.00horas, también en Olite, en el actual Parador, sede real en su momento anterior al Palacio Nuevo que impulsó el rey D. Carlos III, el Noble.


Tanto en uno como en otro, a pesar del paso del tiempo, se han conservado pequeños detalles grabados en muchos de sus sillares realizados por manos expertas en el oficio de la mazonería de la piedra. Desde los comienzos del siglo XV han llegado hasta nuestros días tan bien conservados, que parecen recién cincelados.


Yo he recogido estos pequeños detalles, diminutas obras de arte, los he calcado, fotografiado, escaneado, comparado y analizado con toda la paciencia que Dios me ha dado y poco a poco he aprendido y conocido a sus artífices, momificados en la tinta de la documentación archivada. Ante mí han desfilado narrando cada cual sus historias de hombres libres ganándose su jornal levantando piedra a piedra los palacios del Señor Rey. Tudela, Olite, Tafalla.

Las marcas de cantería en el Palacio de Olite son un patrimonio minúsculo y silencioso que sólo hablan a quien se atreve a rebajarse hasta lo diminuto y aguzar el oído para escuchar su lenguaje, porque como dice el vulgo “las piedras también hablan” si tenemos la vista aguda, el oído presto y la mente abierta para descubrir en ellas a la gente de carne y hueso que las desgajaron de “las pedreras”, que las llevaron en “carros y carretas”, que las tallaron según medidas y “moldes diseñados”, que las asentaron en su lugar preciso, fueran muros o almenas, fresqueras o arquerías, marchas de escalera o escudos heráldicos, lebreles o pavos reales, santos o caracolillos pastando, enramados de vides o ángeles atlantes, plañideros frailes  o yacentes reyes.

Las marcas de cantería tienen aún sus misterios que a los que las estudiamos nos dejan inquietos, pues son enigmas descifrados a cuentagotas, pero sin la plena seguridad de que sea cierto lo que decimos y defendemos sobre ellas. Ahí están repitiéndose muchos de sus modelos a lo largo del tiempo y del espacio como ADN humano.

El día 17, a las 17horas, en el Parador de Olite, antiguo Palacio real, os expondré lo que yo he aprendido y si queréis conocerlo os invito a descubrir hasta dónde he llegado en este camino que vamos construyendo a medida que lo pisamos.

 ¿Quizás sean estas marcas luminarias encendidas al borde del camino?



martes, 29 de noviembre de 2022

LAS MARCAS DE CANTERÍA EN EL PALACIO DE OLITE.

 

LAS MARCAS DE CANTERÍA EN EL PALACIO DE OLITE.

Por Simeón Hidalgo Valencia (28 de noviembre de 2022)



“¡Por fin! ¡Por fin!

Diez años después de los primeros pasos que di allá por el verano de 2012 iniciando el trabajo de campo en el Palacio de Olite, ha llegado el momento y doy por concluida esta publicación sobre sus marcas de cantería.  

Sé de todos modos que, aunque ponga el punto final, la realidad se impone y lo convierte en punto y seguido, dado que todo en esta vida es mejorable y otros vendrán siguiendo la estela que ahora tienes en tus manos, dispuestos a rellenar los baches de un camino complicado que yo no he podido evitar.

Quizás entre ellos estés tú mismo, interesado como estás en la investigación y el conocimiento de este tema de los signos lapidarios denominados como marcas de cantería. Yo mismo he dedicado gran parte de mi vida a recopilarlos con especial interés por esta querida tierra de Navarra y a darlos a conocer a través de mis publicaciones, sea en papel o en digital a través de mi blog. El tema sigue abierto y por ello, mientras pueda, seguiré prestándole mi atención, aunque a un ritmo más pausado.

Hoy te presento esta nueva publicación que lleva por título “Las marcas de cantería en el Palacio de Olite” en la que se muestran 343 modelos de marcas diferentes, algunas de las cuales pertenecen al grupo que denomino “marcas comunes o de listado”, que se repiten a lo largo del tiempo y del espacio y otras, la inmensa mayoría, se han recogido en el edificio en cuestión por primera vez.

 Junto a estos 343 modelos podrás conocer a muchos de sus posibles artífices, pues gracias a la documentación conservada se saben los nombres, procedencia, sueldos, tareas, niveles profesionales de muchos de los 392 mazoneros de la piedra que he identificado trabajando durante el reinado de Carlos III, el Noble. Incluso conocerás a alguno más osado que después de trabajar en Olite lo hará en el señorío de Equisoain, en el Valle de Ibargoiti que, como los maestros canteros de siglos anteriores, aparece firmando con su nombre y emplea la fórmula tradicional del “me fecit” para la posteridad.

También podrás ver cómo el tema del porqué y del objetivo de estos signos lapidarios sigue todavía sin una respuesta clara y definitiva, pero te admirarás, como yo lo hice en su momento, al descubrir cómo transmite conocimiento técnico el gremio de los constructores sirviéndose de una marca grabada en alguno de los sillares de las escaleras de caracol. ¿Qué se esconde detrás de las ballestas del Palacio de Olite?

Aunque hable del gremio de los canteros deberás tener en cuenta que la realización de esta gran obra real se levanta gracias al trabajo conjunto de estos con otros muchos gremios: carpinteros, serradores, pintores, plomeros, yeseros, ceramistas, vidrieros, carreteros, etc., atendidos todos ellos por los braceros o peones y en este grupo es donde he descubierto a las mujeres trabajando en el Palacio de Olite. De ellas también trato contestando a una pregunta que se me hizo. ¿Hubo mujeres trabajando en el Palacio de Olite?

Espero que esta publicación que tienes en tus manos te resulte provechosa y amplíe tu conocimiento sobre una profesión tan importante a lo largo de la Historia. Construir con una materia noble como la piedra es garantía de pervivencia y como las piedras nos descubren sus secretos cuando sabemos preguntar, conocemos poco a poco las verdades que ocultan. Ojalá que nuestro diálogo con ellas sea constante y podamos llegar a descubrirlas. Yo lo he intentado y algo me han contado. Aquí te lo presento.”

 


Esta es la presentación que hago al inicio de la publicación “Las marcas de cantería en el Palacio de Olite”, que ha visto la luz silenciosamente, como en silencio se gestó a lo largo de una década, pero es en el Prólogo donde señalo los objetivos que me han movido en esta investigación.

“Durante el verano de 2012 estuve recorriendo, de nuevo, la hermosa y venturada tierra de Navarra. Lo he estado haciendo durante años siguiendo las huellas de los constructores medievales.

Fruto de ese peregrinaje fue mi libro “Canteros románicos por los caminos de Navarra”, que presenté en el año 2009. El objetivo apuntaba a recoger, catalogar y comparar las denominadas “marcas de cantería” que, según la creencia más común, de la que conscientemente me desligo en gran medida porque no he encontrado aún pruebas fehacientes, son las firmas de los canteros plasmadas en los sillares que realizaban para contabilizar y cobrar su trabajo.

El verano de 2012 me animé a retomar esta actividad, aunque orientado ahora, preferentemente, hacia los edificios de época gótica de los siglos XIII, XIV y XV y uno de los que primero vinieron a mi mente, después de trabajar en la Ermita de San Zoilo de Cáseda, cuyo libro se publicó en 2020, fue el Palacio Nuevo de Olite el que más me atraía y después de obtenidos los permisos del director de Cultura de la época en Navarra di el salto desde Cáseda hasta Olite por dos razones.

La primera porque este palacio es una de las obras emblemáticas de la arquitectura del siglo XV en el Reino de Navarra y paradigma de las construcciones reales llevadas a cabo por el Noble Rey, Carlos III.

La segunda, porque al dar temporalmente el salto desde el siglo XIV hasta el siglo XV esperaba recoger los frutos de una administración puntillosa de las cuentas del reino iniciada por Carlos II, creador de la Cámara de Comptos y encontrar en sus registros la respuesta a uno de los interrogantes que no había podido responder en mis estudios anteriores. ¿Realmente hay documentación en Navarra que nos permita identificar una marca de cantería determinada con un maestro mazonero conocido? ¿Es cierta la tesis tradicional que apunta a que la marca de cantería que se talla en los sillares es la forma de saber el trabajo realizado por un maestro y cobrar por ello? ¿Encontraría en algún documento listas de mazoneros de la piedra escritas y al lado de sendos nombres la marca o signo propio de cada maestro?

 Así pues, con el ánimo renovado y con más fortaleza física en este momento, me decidí a realizar el trabajo de catalogar, analizar, valorar y comparar las abundantes huellas que los canteros que trabajaron en este edificio dejaron grabadas en sus piedras”.



En esta investigación soy fiel a mi método de trabajo, que desde el principio diseñé y que más de uno de mis seguidores lo han ponderado y valorado. También lo expongo en el Prólogo diciendo que:

“Sigo fiel a mi método de calcar las marcas que encuentro con la finalidad de ser preciso, pues así logro, después de perfilar la marca y escanearla, reproducirla en su auténtica escala y se puede observar su tamaño real, cosa que la simple fotografía no garantiza.

Es importante este aspecto, pues el tamaño de las marcas de cantería es un punto a tener en cuenta, que nos ayuda a situarlas en una época concreta. Por lo general en época románica las marcas son más grandes, mientras que en los siglos góticos son mucho más pequeñas. Siempre por lo general.

Para realizar la exposición de las marcas recogidas comienzo con las situadas en el Palacio Viejo en el que veremos algunas que parecen pertenecer al siglo XII-XIII y otras que son de la época del Palacio Nuevo. En este último comienzo por exponer las marcas encontradas en la planta baja: la Puerta de acceso a la Sala de Excavaciones, la Sala siguiente y el Patio de la Morera y Pajarera. A continuación, hago el recorrido indicado en la guía para los turistas: Escalera de acceso a la Gran Torre, La Torre del Homenaje, Cámara de la Reina, Tocador de la Reina, Cámara del Rey, Cámara de los Yesos, Galería del Rey, Galería de la Reina, Torre del Portal de Fenero, Torre de la Atalaya o de la Joyosa Guarda, Torre de los Cuatro Vientos o “Tres Finestras”, Torre de las Tres Coronas y Escalera de Bajada. Termino el catálogo con una serie de Sillares Reutilizados en algunas casas de Olite, pasando a continuación al análisis correspondiente.

Haré la comparativa con otros edificios, siguiendo el esquema de mi trabajo anterior para ver de comprobar si también aquí se cumple lo apuntado más arriba en relación con “marcas comunes” o “marcas de listado” y determinar las que son propias y exclusivas, hasta el momento, de este edificio.

Por último, sacaré las conclusiones propias de este edificio y añadiré unos anexos relativos a algún cantero y marca concretos, así como al papel de las mujeres en la obra del Palacio de Olite”.

Mis esperanzas estaban puestas en encontrar pruebas que me permitieran alcanzar un grado satisfactorio de seguridad en este terreno del porqué y del paraqué de las marcas de cantería. El lector verá si lo he logrado o si la esperanza ha resultado vana.

“El objetivo no es otro que dar a conocer, catalogar, analizar, comentar y comparar las marcas de cantería que el Palacio de Olite nos ofrece. Si de paso se logra encontrar datos o pruebas que permitan descubrir si es cierto que cada marca corresponde a un cantero o a una cuadrilla y se puede asignar el trabajo realizado por cada equipo, mucho mejor.

Espero que la documentación existente nos aporte luz para que podamos dar nuevos pasos y avanzar poco a poco en el sendero del conocimiento resolviendo cuestiones que hasta el momento siguen en el aire. Vayamos paso a paso”.

Muchos somos los que en este camino de la investigación sobre las marcas de cantería estamos trabajando. Pocos, creo yo, tenemos la certeza al cien por cien sobre el objetivo y función que desempeñan, pero entre todos podemos avanzar. Cada trabajo que se publica en este terreno lleva muchas horas de dedicación, estudio, reflexión, consulta documental en archivos o “in situ” y cada uno de ellos despeja un poco la maraña del camino para los que vengan a continuación. Al fin y al cabo, es un continuo. Por ello mi personal reconocimiento a quienes me han precedido y mis ánimos a quien nos siga.

También quiero animaros a que conozcáis esta obra que, alguien que me quiere bien, ha definido como tesis doctoral. Otra cosa es que merezca el “summa cum laude”.

Si te animas y deseas adquirir un ejemplar puedes hacerlo a través del 659303994. Su precio es de 30€, más gastos de envío si se envía contra reembolso. Hay que comentar que los beneficios, si los hubiera, se donan a la Asociación Grupo Valle de Izagaondoa que trabaja, sin ningún ánimo de lucro ni ayuda oficial, por el Patrimonio y el desarrollo del Turismo en la Comarca de Izagaondoa, Navarra. Zona altamente despoblada y envejecida, pero rica en herencia medieval que no queremos que quede en el olvido. Por ello acudimos con nuestros propios recursos y solicitamos la colaboración de la gente interesada en estos temas patrimoniales.

Desde aquí nuestras gracias anticipadas.

 

A.G.N. CO_DOCUMENTOS, Caj. 107, N 10. 21

A.G.N. Firma de Johan Lome, escultor de imágenes.

domingo, 20 de noviembre de 2022

VOY DE MANO.

 

VOY DE MANO. 

Por Simeón Hidalgo Valencia (20 de noviembre de 2022)

 

*12 DE NOVIEMBRE DE 2022

Terminaba la semana pasada asistiendo a las Ferias de Urroz-Villa los días 12 y 13 de noviembre, pues como Asociación Grupo Valle de Izagaondoa poníamos a la venta el nuevo libro titulado “DE LUZ Y ROMÁNICO. Artáiz, Guerguitiáin, Meoz”, con muy buena acogida, por cierto, entre nuestros seguidores. 

Precisamente el sábado, día 12, por la tarde, a la vuelta de la feria, me llamaba mi amigo Juan Barriola y me comentaba que, visitando la iglesia de Cabanillas y mientras el guía les explicaba entre otras cosas interesantes sus denominadas marcas de cantería, sacó unas fotos a la bóveda del ábside y captó con su potente objetivo un par de marcas nuevas, invisibles al espectador a simple vista. Una de ellas era un “Sello de Salomón”. La otra, “una mano”. Se la enseñó al guía y como ninguno de los dos veía claro qué es lo que esta mano portaba salí yo a relucir en la conversación como “experto” en este tema de las marcas, me comenta, y se ofreció a poner al guía en contacto conmigo y para eso me llamó. Para ver si le podía dar mi teléfono para que me llamara y hablásemos sobre el tema. Pues bien, al poco de apagar el teléfono suena de nuevo y quien me llama se identifica como Patxi Sierra, el guía de la iglesia de Cabanillas. Tuvimos una amena y larga charla sobre el tema de la marca descubierta en la bóveda del ábside que no estaba entre las recogidas y catalogadas por mí, dada su inaccesibilidad, por lo que me interesé por el tema y quedó en enviarme por correo la fotografía de la marca sacada por Juan. ¿Qué hay tallado en la mano de Cabanillas? ¿Será una llave? Yo le enviaría el pdf correspondiente a las marcas de cantería correspondiente a la iglesia sanjuanista de Cabanillas, publicado como parte del libro “CANTEROS ROMÁNICOS POR LOS CAMINOS DE NAVARRA”    en el año 2009.




Esta marca de Cabanillas es evidente que representa una mano. Según como la observemos puede ser la mano derecha que nos presenta su palma a través de un forzado giro de 180º de la muñeca, lo que no es natural, o la mano izquierda si consideramos que lo que se muestra al espectador es el envés. Parece más natural por lo que habría que pensar que se ha representado la mano izquierda.

Puestos a leer o identificar el grabado que se ha realizado sobre el envés de esta mano podemos identificar lo que podría ser una “q” dentro del espacio de la mano que continúa fuera de la misma formando una “b”. Es decir, podríamos estar ante sendas marcas de cantería en posición refleja invertida.



Si observamos con atención veremos que este reflejo invertido de la letra “q” denota que hay movimiento y dinamismo que tiende a la rotación buscando los 360º constantes como en el caso del lauburu, esvástica, rueda solar, etc., cuyo resultado final sería el siguiente dibujo.

Esta conjunción entre mano y el dinamismo del lauburu, esvástica o rueda solar, nos remonta simbólicamente al origen creador, al principio de la vida que se expande sin cesar a través del espacio y del tiempo y abarca a toda la humanidad en su conjunto y penetra la esencia vital de cada persona en particular como individuo. Es por tanto esta imagen algo más que una simple marca de cantería con fines crematísticos laborales. Es un símbolo con mensaje que cada cual debería descubrir y hacer presente en su día a día. 

Por otra parte, como me expresaba al comentar una de las manos recogidas en la iglesia de San Martín de Unx, de la población navarra de San Martín de Unx, podemos estar aquí ante la presencia de algún cantero musulmán que trabaja en Cabanillas y nos recuerda con esta imagen de la mano los cinco preceptos del buen creyente en Alá: La fe, la oración cinco veces al día, la limosna, el ayuno en Ramadán y la peregrinación al menos una vez en su vida a La Meca.


 

Este es el grabado citado de San Martín de Unx en el lugar del mismo nombre. Junto a la mano derecha hay una puerta de estilo románico, con su tímpano. La puerta parece cerrada a no ser que esté abierta y la línea central represente un parteluz. De esta imagen decía en 2009… “Otros dos sillares contienen la representación de sendas manos derechas. Son sillares únicos en los que no es fácil fijarse, dado que los colocaron fuera del ángulo visual de las personas. Están como escondidos, como si el cantero o canteros que los labraron quisieran preservar a lo largo del tiempo un mensaje importante para ellos. Los dos sillares transmiten básicamente el mismo mensaje.

La pregunta es la siguiente: ¿Hubo en este edificio, además de canteros cristianos, canteros moros que recuerdan en estos dos últimos sillares los cinco deberes del islam para poder traspasar las puertas que llevan al paraíso, como parece indicar la última representación?”



Ya que se ha tocado el tema del islam hay que recordar la famosa y simbólica “Mano de Fática” que, aunque no sea original de esta religión sí tiene en ella una importancia particular. 



Por representaciones anteriores sabemos que se remonta a culturas antiguas, como por ejemplo a la púnica, donde la mano está ligada al culto de la diosa Tanit ya en el siglo IX a. c. Tanit era la diosa de la fertilidad, del amor, relacionada con la Luna y la Tierra. La mano de la diosa se representa grabada en aras y sepulturas.

Si alzamos el vuelo y nos adentramos más aún en los orígenes de la humanidad nos encontramos con representaciones de la mano en las cuevas y abrigos de todo el mundo donde la humanidad prehistórica las plasmó sobre sus paredes como expresión de sus creencias.



En este continuo histórico del conocimiento y de la creencia en poderes superiores que rigen y protegen del mal que amenaza y trae consigo todo tipo de calamidades, las distintas religiones beben desde sus orígenes de las mismas fuentes impresas en el ADN de la humanidad y con diferentes manifestaciones, según las distintas culturas, se expresan. El caso que nos ocupa de la representación de la mano es un ejemplo palpable, cuya finalidad protectora atraería la prosperidad en todos los sentidos y haría de escudo protector frente a las calamidades de la vida en sus distintas manifestaciones: hambre, enfermedad, guerras, cataclismos y muerte.



No hay que olvidar las representaciones cristianas del poder de la mano creadora del mismo Dios representada como “DEXTERA DOMINI”. La mano derecha del Señor impartiendo su bendición, como signo superior de protección. Se puede contemplar en numerosas representaciones a lo largo y ancho de los edificios medievales cristianos. Sirva como ejemplo el claustro del monasterio navarro de Iranzu en el que en muchas de las claves de su arquería aparece representada, como denominador común, la mano derecha de Dios, según podemos ver en la composición fotográfica adjunta

  

*14 DE NOVIEMBRE DE 2022

Comenzaba esta semana del 14 al 20 de noviembre de 2022 con una muy grata noticia científica relacionada con el entorno cultural en que la Asociación Grupo Valle de Izagaondoa y yo mismo nos movemos. La Comarca de Izagaondoa, es decir las tierras que rodean a la cima de Izaga, una de cuyas cumbres limítrofes con el Valle de Izagaondoa es el alto de Irulegui, donde el Ayuntamiento de Aranguren con la colaboración de la Sociedad de Ciencias Aranzadi viene trabajando desde hace años en la recuperación del patrimonio histórico de Navarra en dos actuaciones. Una es el castillo medieval de Irulegui y otra la excavación arqueológica del castro existente de época vascónica.


Pues bien, ese lunes, 14 de noviembre de 2022, tuvo lugar la presentación en sociedad de la denominada “MANO DE IRULEGUI”. Una lámina de bronce recortada en forma de mano, recuperada entre los escombros del incendiado poblado vascón y conservada en estratos correspondientes al siglo I a. c. 

Lo particular y lo que hace única, hasta el momento, a esta mano es que en la fase de limpieza y restauración de la pieza se descubrió que en su dorso tenía algo escrito en caracteres iberos, aunque alguno de ellos en forma de tau -T- no era usado en este alfabeto.

En la fase de identificación de cada signo los entendidos en la materia descubrieron al menos cinco palabras de las que sólo la primera de ellas les sonaba, dada su coincidencia sonora con el actual euskera. Es la palabra “SORIONEKU”.



Como dato curioso a tener muy en cuenta, dado que en este terreno cualquier detalle por mínimo que sea es muy importante y puede ofrecer información sobre el porqué y el paraqué de esta pieza, es la perforación que en su parte central superior se hizo que, estoy con los investigadores, sirvió para ser clavada en algún lugar a la vista de los residentes y visitantes de una de las casas. Esta pieza fue realizada para ser colgada. Es una mano derecha en cuyo dorso se escribe la leyenda-mensaje, sea de bienvenida o despedida, pero eso, hoy por hoy se desconoce. Con tiempo y el trabajo de la ciencia conoceremos los entresijos de esta mano y si hay suerte a medida que siguen las excavaciones bien pudiera encontrarse más detalles similares que aporten más luz y certezas.

La semana, pues, del 14 al 20 de noviembre de 2022 empezaba movidita culturalmente hablando y frente a las relativas certezas de unos para los que se habría encontrado el texto escrito más antiguo hasta el momento del idioma vascón que demostraría que los habitantes de esta zona de Navarra tenían su propia lengua y sabían escribirla a través fundamentalmente del signario ibero, surgieron inmediatamente voces que relativizaron el hallazgo e incluso dudaron de su autenticidad basándose en hechos sucedidos hace unos años y sentenciados recientemente por la justicia como falsos.

Desde mi punto de vista acogí este descubrimiento con entusiasmo relativo dado que hay que ser prudente y no echar las campanas al vuelo demasiado pronto, pero al enterarme de los pasos que se han dado desde que se descubrió la mano hasta que se presentó en público considero que han sido cada uno de ellos dados con profesionalidad y rigor científico y que en este camino se ha respetado escrupulosamente la línea de actuación, trabajando con luz y taquígrafos en cada fase de la investigación, cumpliendo meticulosamente cada rama del saber con su papel. Por lo que he leído y visto en los vídeos presentados, desde la fase de excavación, descubrimiento de la pieza, su datación según el estrato original en que quedó sepultada, el tratamiento dado a la misma, su restauración, su composición física, su estudio epigráfico, … unido al nivel y categoría de las personas expertas que en cada especialidad han intervenido en el estudio de esta singular mano, considero que esta pieza abrirá, o mejor dicho, ha abierto nuevos caminos para el mejor conocimiento de nuestras raíces.

Cada cual tendrá que demostrar sus propios postulados desde el único punto de vista válido: la ciencia. Aquí no valen postulados políticos y posiciones a favor o en contra de un idioma u otro. No valen postulados actuales, que están muy contaminados por las aguas revueltas de la sinrazón ideológica. Cada cual tendrá que liberarse de la propia pátina mental y situarse en la que desde hace 2100 años empezó a cubrir esta pieza singular en forma de mano que, colgada, posiblemente, a la entrada de la casa serviría, también posiblemente, de amuleto protector para los habitantes que en ella moraban mientras les daba la bienvenida o despedía con buen augurio al que partía. Quizás algún día llegaremos a poder leer toda la inscripción al detalle y saldremos de dudas, aunque siempre habrá quien no se lo crea. La vida es así.

Y para quien quiera ver lo que yo pienso, resumiendo, sobre la autenticidad o no de la bienhallada mano de Irulegui aquí os la dejo con mi propio mensaje que, como divertimento y porque me tocaba limpiar la vitrocerámica de la cocina, he realizado dentro de la serie titulada “MIS DIBUJOS EN LA VITRO”.

 

¡SORIONEKU!



miércoles, 9 de noviembre de 2022

AL COBIJO DE SANTA COLOMBA DE MEOZ

 

AL COBIJO DE SANTA COLOMBA DE MEOZ

 

Por Simeón Hidalgo Valencia (09 de noviembre de 2022)

 



Tengo que reconocer que soy de las personas que se admira ante el trabajo sencillo y perfectamente ejecutado que en ocasiones contemplo como sorpresas agradables que me brinda la Naturaleza.
 


Lo que voy a mostrar hoy me lo encontré en la denominada ermita de Santa Colomba de Meoz, Valle de Lónguida, donde quedé con el periodista que me iba a entrevistar con ocasión de mi última publicación titulada:

“DE LUZ Y ROMÁNICO. Artáiz, Guerguitiáin, Meoz”.


Nos citamos en la ermita dado que es, entre los tres edificios religiosos de que trata la publicación, la que más necesita del apoyo de los vecinos y de los amantes del patrimonio románico de la Comarca de Izagaondoa para que se logre rehabilitar. Hay zonas del edificio que han entrado en estado de ruina y sería imperdonable que no hubiera acuerdos para su puesta a punto.
 

Habíamos quedado a las 11 de la mañana y como llegué con antelación me dediqué a sacar unas fotografías, dado que el edificio estaba abierto gracias a la colaboración de Roberto, el alcalde del Ayuntamiento de Lónguida. La parte fundamental de Santa Colomba de Meoz es la iglesia románica a la que con el tiempo se adosó por su lado sur el recinto del ermitaño, que en este momento es la zona más ruinosa. 


Traspasada la puerta exterior que da acceso al habitáculo del ermitaño nos topamos de frente con una magnífica portada románica en cuyo tímpano luce, muy bien trabajado, el crismón. El tímpano descansa sobre dos ménsulas con decoración de rollos.


En el libro mencionado esta puerta se muestra abierta y se vislumbra la luz de la amanecida del 21 de diciembre, día del solsticio de invierno, iluminando en su recorrido el interior del muro norte.
 


Pero cuando voy a abrir la puerta para entrar en el interior de la ermita me fijo en que la pila del agua bendita que hay a la derecha está ocupada y me admiro y detengo a contemplar la obra constructiva de los inquilinos que la eligieron, como lugar recatado, para construir su casa y criar a su familia.


Un preciso nido construido dentro de la pila del agua bendita por una pareja de pajarillos, que buscando un lugar tranquilo y fresco en este verano caluroso en extremo de 2022 lo encontraron en lo que fue la morada del ermitaño que cuidaba, quizás sea así, el sarcófago medieval que está adosado al sureste de la ermita. ¿Morada de descanso de esta santa niña Colomba? A juzgar por los ritos que con su calavera llevan a cabo sus fieles vecinos, parece que así lo consideran.