lunes, 12 de octubre de 2015

URROZ-VILLA: UN CIRCO FAMILIAR

URROZ-VILLA: UN CIRCO FAMILIAR

Por Simeón Hidalgo Valencia (12 de Octubre de 2015)


Me he acercado esta mañana a Urroz-Villa con el fin de ultimar los preparativos para la Visita Guiada que la Asociación Grupo Valle de Izagaondoa ha organizado para este sábado, 17 de Octubre, y me he encontrado con un ambiente muy especial en medio de la Plaza de el Ferial que me ha hecho recordar a las compañías medievales de juglares, titiriteros, acróbatas y pequeñas compañías de cómicos que se ganaban la vida yendo de feria en feria y de villa en villa y de aldea en aldea llevando a las gentes populares su propio arte y picardía.

Con ellos, villanos, pueblerinos y aldeanos, se reían y divertían las gentes sencillas y hasta los grandes señores, fuera escuchando romances de héroes legendarios, viendo interpretaciones más o menos picarescas, admirándose de trucos de magia que parecían brujería, contemplando seres monstruosos y deformes de la naturaleza o participando en danzas y bailes más o menos alegres o románticos. Todo un acontecimiento que alegraba al menos la vida.

Por unos momentos he dejado de lado la misión que hasta Urroz me había llevado y he aprovechado el momento para ver montar la carpa del circo y hablar entre español y francés con algunas de sus artistas, que me cuenta que se trata de un circo familiar compuesto por 13 personas: 5 mujeres, 3 hombre y 5 niños. Todos se dedican al arte del circo. 

Me dicen que son el Circo Patoche, que residen en la región de París y que están haciendo una gira por Navarra. Han estado ya en Cizur y en Huarte. Ahora montan su tinglado en Urroz y quieren también actuar en Pamplona, aunque están a la espera de que les concedan el permiso.

Como indican los carteles anunciadores del evento será el martes 13 a las 18:00 horas y el miércoles 14 a las 16:00 cuando niños y grandes puedan admirar el verdadero arte y simpatía de esta familia.

Quizás, recordando mi niñez y la novedad que suponía el que llegaran los titiriteros en su carromato con exóticos animales e increíbles atracciones y números de magia, sin olvidar a los queridos payasos que nos hacían reír, como niños que éramos, quizás, digo, me acerque de nuevo a Urroz a pasar un rato divertido. 

Recordar el niño que fuimos y que aún llevamos dentro nos hará ver que también la capacidad de asombro es un valor que hay que mantener vivo hoy en día, pues al fin y al cabo, aunque pasen los años, en el fondo… seguimos siendo como niños.


Y como niños conviene recordar las ilusiones que esta canción nos producía y nos sigue  produciendo.



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