URROZ-VILLA: UN CIRCO FAMILIAR
Por Simeón Hidalgo Valencia (12 de Octubre de 2015)
Me he acercado esta mañana a Urroz-Villa con el fin de ultimar los
preparativos para la Visita Guiada que la Asociación Grupo Valle de Izagaondoa
ha organizado para este sábado, 17 de Octubre, y me he encontrado con un
ambiente muy especial en medio de la Plaza de el Ferial que me ha hecho
recordar a las compañías medievales de juglares, titiriteros, acróbatas y
pequeñas compañías de cómicos que se ganaban la vida yendo de feria en feria y
de villa en villa y de aldea en aldea llevando a las gentes populares su propio
arte y picardía.
Con ellos, villanos, pueblerinos y aldeanos, se reían y divertían las
gentes sencillas y hasta los grandes señores, fuera escuchando romances de
héroes legendarios, viendo interpretaciones más o menos picarescas, admirándose
de trucos de magia que parecían brujería, contemplando seres monstruosos y
deformes de la naturaleza o participando en danzas y bailes más o menos alegres
o románticos. Todo un acontecimiento que alegraba al menos la vida.
Por unos momentos he dejado de lado la misión que hasta Urroz me había
llevado y he aprovechado el momento para ver montar la carpa del circo y hablar
entre español y francés con algunas de sus artistas, que me cuenta que se trata
de un circo familiar compuesto por 13 personas: 5 mujeres, 3 hombre y 5 niños.
Todos se dedican al arte del circo.
Me dicen que son el Circo Patoche, que residen en la región de París y
que están haciendo una gira por Navarra. Han estado ya en Cizur y en Huarte.
Ahora montan su tinglado en Urroz y quieren también actuar en Pamplona, aunque
están a la espera de que les concedan el permiso.
Como indican los carteles anunciadores del evento será el martes 13 a las 18:00 horas y el
miércoles 14 a
las 16:00 cuando niños y grandes puedan admirar el verdadero arte y simpatía de
esta familia.
Quizás, recordando mi niñez y la novedad que suponía el que llegaran
los titiriteros en su carromato con exóticos animales e increíbles atracciones
y números de magia, sin olvidar a los queridos payasos que nos hacían reír,
como niños que éramos, quizás, digo, me acerque de nuevo a Urroz a pasar un
rato divertido.
Recordar el niño que fuimos y que aún llevamos dentro nos hará ver que
también la capacidad de asombro es un valor que hay que mantener vivo hoy en
día, pues al fin y al cabo, aunque pasen los años, en el fondo… seguimos siendo
como niños.
Y como niños conviene recordar las ilusiones que esta canción nos
producía y nos sigue produciendo.
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