URROZ VILLA: EL PUENTE DE OCCIDENTE.
Por Simeón Hidalgo Valencia (5 de Octubre de 2015)
Este verano de 2015 he estado descansando y “trabajando”, aunque ya
estoy jubilado, en la hermosa villa de Urroz, que para quien no la conozca, le
recomiendo la visite alguna vez. Quedará gratamente sorprendido, pues
recorriendo sus calles y su gran plaza, le parecerá que ha retrocedido en el
tiempo, pues afortunadamente su trazado urbano se ha conservado desde época
medieval.
Este verano de 2015, entre otros de mis trabajos de campo, me he
dedicado a recorrer tranquilamente la villa de Urroz, tomar fotografías de sus
palacetes del siglo XVI, de sus escudos y claves, de su iglesia fortaleza, de
su gran plaza ferial, de su singular crucero gótico y me he dedicado también, casi,
casi, como penitencia, pues he salido con arañazos de mortificación por todo mi
cuerpo, a localizar y bajar hasta el cauce de los varios puentes que tiene esta
villa alrededor de sus faldas.
Como el día 17 de Octubre he oído y he visto, tanto en la web de
Turismo de Navarra y en la prensa, que la Asociación Grupo Valle de Izagaondoa,
fiel a sus objetivos culturales y turísticos, ha organizado una visita a dicha
villa, me voy a entretener en informar a mis lectores de algunos detalles que
ese día se visitarán.
Para comenzar voy a hablar de uno de sus puentes. El puente antiguo que
se sitúa al oeste, camino de Pamplona, bajando desde el crucero medieval y
figura en la fotografía de SITNA con el número 1.
Ya escribí[1]
algo de otro de los puentes olvidados de la villa (figura en la fotografía con el número 5) y abogaba por recuperarlo
limpiando tanto la vegetación así como uno de los ojos que está prácticamente
taponado de sedimentos que impiden el normal fluir de las aguas. Hablo del
denominado por los más mayores Puente de los Gitanos, porque en el verano era
la morada de los mismos, pero seguro que su nombre original antiguo será otro
que habrá que investigar.
Pero hablemos ahora del pequeño puente citado que está paralelo al
puente moderno por donde pasa la carretera de entrada o de salida por el oeste
de Urroz.
Me habló de él uno de los vecinos y fue a verlo, aunque la verdad para
poder verlo tuve que sufrir dado que el paraje estaba completamente cubierto de
maleza, zarzas, árboles caídos, lianas,… que hacían casi imposible adivinar que
allí hubiera un puente medieval, aunque remozada como todos los de Urroz
mediante una buena plancha de hormigón para hacerlos transitables también en
tiempos más modernos y soportar el paso de coches y maquinaria agrícola.
Lo que vi me reafirmó en la idea de que estas pequeñas o grandes obras
de ingeniería medieval, dado su estado, poco o nada interesa conservar y al no
hacer labor de mantenimiento y limpieza de los cauces de los arroyos o de los
ríos se van deteriorando y llegan a ser olvidados.
Pero al preparar la visita del día 17, se me ocurrió pasarme por el
Ayuntamiento de Urroz por ver si tenían algún folleto o tríptico guía de la
villa para repartir a los asistentes a la misma y muy amablemente me recibió el
actual alcalde y se interesó por dicha actividad.
En el transcurso de la conversación, después de hacerme entrega del
material solicitado, le propuse como colaboración de la villa la limpieza y
desbroce del puente antiguo hacia Pamplona (alguien me dijo que lo llamaban el
Puente Negro, aunque no estaba muy seguro del porqué) y al instante le gustó la
idea.
Me comunicó días después que se iba a proceder en AUZOLAN, costumbre
antigua en los que los vecinos de cada casa colaboraban en los arreglos
municipales, para limpiarlo y hacerlo aparecer a la luz el sábado, día 3 de
Octubre.
No pude acudir ese día, pues tenía otros compromisos, pero me quedé
maravillado del cambio realizado en el paraje en cuestión cuando me detuve al
pasar por él.
Ahora se ve claramente la estructura del puente.
De época medieval, conserva los muros de las orillas, aunque una
plancha de hormigón hace de calzada y un arco un poco rebajado con las dovelas
dibujadas en los laterales y las huellas del encofrado en todo el intradós podría ocultar el arco original si es que lo
tuvo, pues pudiera ser en origen uno de esos puentes que sólo tenían los dos
fuertes muros en las orillas y la calzada se construía con maderos o troncos de
árboles trabajados que se apoyaban sobre sendos muros. En caso de peligro de
guerra o invasiones al quitar la pasarela a manera de puente levadizo, se
dificultaba el paso al enemigo y se ganaba tiempo en la propia defensa.
De este tipo de puentes he visto uno en Izagaondoa[2] y otro en Monreal[3] llamado Zirimotz. Al
de Monreal también se le ha echado una plancha de hormigón armado para hacerlo
transitable, y es paso de coches, tractores y peregrinos que se dirigen hacia
Santiago. El de Izagaondoa está tal cual se construyó en su día y no tiene
pasarela, dado que al construirse la carretera y al realizarse la concentración
parcelaria quedó sin función, al igual que el puente primero, románico, que
estaban en el camino real hacia Sangüesa.
En la parte inferior de los muros se conserva una especie de imposta
similar a las que tienen algunos aljibes medievales, como el de Artáiz, Reta,
Turrillas o Fuente del Moro en Legin y otros.
Desgraciadamente parte de los sillares laterales se han desprendido y
la plancha de hormigón está en parte al aire. Sería interesante, más adelante,
hacer un proyecto para recuperar la estructura y evitar más corrimientos.
El primer paso se ha dado. Ahora ha vuelto a ser visible gracias a
algunos de los vecinos de Urroz que han respondido voluntariamente y con sus
medios al auzolan convocado por el Ayuntamiento.
Enhorabuena y a seguir recuperando el resto de los puentes que rodean a
la noble Villa de Urroz que son parte del patrimonio de la Historia.
Dos momentos del auzolan con voluntarios de Urroz-Villa.
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