SE LOCALIZA LA PILA BAUTISMAL DE
GUERGUITIÁIN
Por Simeón Hidalgo Valencia (23-06-2014)
Se sabía ya que se la habían llevado junto con la campana al poco de
quedar despoblado. Se había oído que estaba colocada en la parroquia de San
Blas de Burlada, aunque al visitar dicha parroquia el letrero que indica la
procedencia de la pila que allí se colocó señala que es de otro lugar.
Fue en la celebración del funeral de la señora Alejandra cuando el
oficiante, D. Eugenio Lecumberri, contó
ante toda la asamblea asistente al acto que estaba en la denominada
popularmente Capilla de la Asunción de Burlada, aunque oficialmente sea la
parroquia de San Martín adscrita a la de San Blas y ofreció su colaboración
para que si tuviera que regresar a Guerguitián pudiera hacerlo.
Pues bien, a través de la presidenta de la Asociación Grupo Valle de
Izagaondoa, Dñª. Carmen Azcárate, que contactó con su animosa tía Camino, que
es amiga de María Jesús, la sacristana, pude ver por primera vez la pila
bautismal de Guerguitiáin. En su presencia la fotografié, la dibujé y acoté sus
principales medidas y me fijé en sus detalles.
Cuando la vi, la primera impresión que tuve es que es de muy poca
altura. Entre la taza circular y el pie tan sólo alcanza los 63cm. El hecho es que
después de consultar el Catálogo Monumental de Navarra y el libro de Asunción
Domeño, que se basa en la publicación anterior, hay que comentar que lo que
vemos colocado en la parroquia de San Martín, adscrita a la de San Blas de Burlada,
parece estar incompleto, pues le falta el clásico asiento del pie a juzgar por
la escueta descripción siguiente:
He consultado con la persona que retiró esta pie za de Guerguitiáin y me
informa de que de lo correspondiente a la basa circular con bolas no había
nada. Tan sólo recogieron la copa y el fuste troncopiramidal.
Personalmente pienso que bien pudiera ser una equivocación del que tomó
la información para el Catálogo Monumental, pues analizando la fotografía
anterior a la reforma de la iglesia no hay ninguna huella circular sobre el
pavimento de piedra sobre la que se colocó esta pila bautismal.
Si observamos la fotografía se verá que el nivel del entarimado que se
realizó está al ras de una zona circular de piedra, que bien pudiera haberse
tomado como basa circular de la pila. Una vez restaurada la iglesia y
recuperado el nivel original del suelo de la misma, que era de tierra,
aparecieron dos escalones circulares de piedra sobre la que se asentaba el
fuste troncopiramidal y la copa sobre éste.
La base interior de la pila va de los 15cm.
hasta los 21cm. en el centro del desagüe.
El grosor de las paredes de la copa está en
torno a los 7cm.
El diámetro exterior de la copa es de 80cm.
La altura total de la copa es de 37cm. contando la pequeña base
inferior de 6cm. bajo la que estaba el pie troncopiramidal biselado en sus
cuatro esquinas.
El agujero del desagüe de la copa que sigue a lo largo del pie es de
3cm. de diámetro.
El pie es troncopiramidal con una altura de
26cm.
En su base forma un octógono irregular generado a partir de un
rectángulo de 21cm. y 30cm. en sus caras opuestas. Los biseles en la base están
entre los 6cm. a los 10cm.
Dada la limpieza que tiene la copa pregunté si en algún momento la
habían limpiado al ponerla en su nuevo emplazamiento y me comentaron que no.
Está tal cual se trajo desde Guerguitiáin. Lo pregunté porque hay una zona en
que se aprecia un posible rastro de policromía rojiza, aunque pudiera no haber
existido si tenemos en cuenta la textura de la misma, que parece terminada de
labrar hace muy poco. Se puede apreciar la huella del trinchante y del puntero,
así como adivinar por el trazado la dirección en que se trabajó en cada zona.
El único “adorno”, si se puede considerar como tal, corresponde a la
embocadura de la copa que presenta un pequeño abultamiento semicircular en todo
el perímetro de entre 4cm. y 4,5cm.
Es interesante poder conocer el mobiliario cultual de esta iglesia de
Guerguitiáin, que como otros muchos del valle de Izagaondoa, han emigrado de su
lugar de origen para servir en otros recintos sagrados en el mejor de los
casos, para ocupar estanterías en museos, en otros, o para ser presa del
comercio de antigüedades, que de todo se ha dado.
Sería positivo, para no perder las raíces de estas piezas, que se
pusiera, allí donde presten su nuevo uso, una placa recordando su procedencia.
En algunos lugares ya se ha hecho y es lo que recomendé en el caso de la pila
bautismal de San Martín de Guerguitiáin.
Una pieza más del “patrimonio emigrado” del Valle de Izagaondoa que se
localiza y a través de este escrito doy a conocer. Si algún día volviera todo
él al valle se podría montar un muy interesante museo medieval, dada la riqueza
de su patrimonio, reflejo de la importancia que en otros tiempos tuvo este
valle, en pleno Camino Real de Pamplona a Sangüesa, a la vez que Camino de
Santiago.
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