GREZ:
DE TORRE DE VIGÍA MEDIEVAL A MODERNA CASA RURAL
Por
Simeón Hidalgo Valencia (16-06-2014)
Como otros muchos lugares de la Merindad de Sangüesa, salvo
para los paisanos de los pueblos de su derredor, es totalmente desconocido para
la mayoría de los navarros. También para mí lo era hasta que empecé a ampliar los
círculos del conocimiento de la Comarca de Izaga partiendo desde el Valle de
Izagaondoa, con el que linda el de Urraúl-Bajo. La Sierra de Gongolaz es el
nexo de unión o de separación, que de todo se ha dado a lo largo de los años,
entre estos dos últimos valles y el de Lónguida y desde esta vertiente nos
abrimos a la comarca de Lumbier o al valle hermano de Urraúl-Alto con el que
formó unidad en otros tiempos, sin dejar de lado a las tierras de Aóiz o al
Valle de Arce o a la independiente Villa de Urroz.
Allí llegué hace unos años persiguiendo las huellas de los
canteros medievales para investigar en su iglesia por si en los sillares habían
dejado sus marcas y me encontré, además de su iglesia dejada de la mano de Dios
y de los hombres - con una hermosa pila bautismal románica, que bien merece ser
protegida y custodiada para que no desaparezca del lugar -, me encontré, digo,
con un gran edificio con pintas de palacio de cuya fachada no falta el escudo
del linaje que lo habitó allá por el siglo XVIII. Pero aunque por su grandeza
no me pasó desapercibido tengo que confesar que más aún me detuve en contemplar
las más sencillas fachadas de dos de sus casas en las que las claves de sus
portaladas ostentan sendos escudos de antigua nobleza e hidalguía.
“Bajando de la iglesia por una calle en cuesta, se
levanta una casa del siglo XVI de sillarejo y dos niveles, en el primero de los
cuales se abre un portalón apuntado con escudo en la clave en cuyo campo figura
una banda terciada. El segundo cuerpo posee dos ventanales. Próximo a ella se
emplaza un edificio de sillar y sillarejo y dos pisos; en el inferior portal de
medio punto en piedra blanca con un escudo de campo cuartelado en la clave; en
el primero y segundo ostenta un lobo pasante y en el tercero y cuarto dos
calderos en cada cuartel; el piso superior cuenta con dos ventanas.”[1]
Una de ellas hace dos años, en el invierno del 2012 en que
recibí una llamada del arquitecto Rafael Aristu, que me invitaba a visitar dos
torres medievales que había descubierto al realizar sendos proyectos de
rehabilitación. Uno en Artáiz. El otro en Grez. Con él viajé y pude comprobar
que efectivamente en los dos lugares una estructura cuadrangular se
diferenciaba del resto de las dependencias como testigo primigenio de la
construcción. Efectivamente en los dos casos estábamos ante antiguas torres
medievales que en su momento habían sido desmochadas rebajando su altura hasta
la del resto de las dependencias de la casa, en cuya estructura se camuflaban. No me sorprendió, pues ya en otros lugares lo
había comprobado. Como ejemplo valga el
estudio de la torre románica del antiguo palacio de cabo de armería de
Reta [2], aunque hay claros ejemplos también en Ardanaz, Lizarraga,
Artáiz, Lérruz, Unciti, Monreal, etc, etc. Fue en esta ocasión cuando conocí a
José María Iriarte, su dueño, que planificaba su rehabilitación.
Cuando hay una torre de estas características es porque aquí
hubo hace siglos un Señor que, como tal, la mandó construir como atalaya desde
donde otear sus horizontes, defender sus posesiones, comunicarse con los
señores de la zona, pero también para decirles que estas son sus tierras y en
ellas tiene el poder. En lo más alto de la misma ondeará al viento el pendón
con sus cuarteles. Sobre fondo de gules una banda terciada. Es pues,
originalmente, una torre de vigía exenta. Sin dependencias que la camuflen.
Que Grez fue en su origen un lugar de señorío no hay duda.
Así se consideraba aún en 1802 por la Real Academia de la Historia en su Diccionario
histórico-geográfico del Reyno de Navarra, Señorío de Vizcaya y Provincias de
Álava y Guipúzcoa[3], que al hablar de Grez en 1802 dice lo siguiente:
“SEÑORÍO DE GREZ O GUEREZ, l. valle de U.Baxo, de
1.º parte de la mer. de Sangüesa, arcip. de Ibargoiti, ob. de Pamplona, r. de
Navarra. Se halla en situación pendiente á la banda del e. del valle, y confina
por n. con el lugar de Artajo, por s. con el de S. Vicente, por el o. con el de
Turrillas del valle de Izagondoa. Pasa muy inmediato al pueblo, y lo divide del
de Artajo el río Irati, y en su ribera hay un prado y un soto con álamos
blancos muy espesos. Por la parte del o. tiene un monte con alguna leña. Aunque
el agua de una fuente que hay es de mala calidad, usan de ella los vecinos y la
prefieren á la del río, y á la de una regata que viene de Turrillas, porque
aquella está más próxima al pueblo. En su término se coge trigo, cebada, vino y
otros frutos. La población es de 8 casas útiles y 2 arruinadas con 54 personas
gobernadas por los diputados nombrados por el valle, y por regidores elegidos
por alternativa de las casas. La iglesia, dedicada á S. Estéban, está servida
por un cura párroco. A.”
Será el día 12 de los presentes cuando quedé de nuevo con
José María Iriarte, pues el día anterior recibí la llamada de su hija Leire
anunciándome e invitándome a la inminente inauguración de la casa rural de Grez
a la que han bautizado como “EL TORREÓN DE LA BRUNA”. Tuve ocasión de ver el
cambio operado sobre “la
casa del siglo XVI de sillarejo y dos niveles, en el primero de los cuales se
abre un portalón apuntado con escudo en la clave en cuyo campo figura una banda
terciada.”
La han bautizado como “El Torreón de la Bruna” porque como
“Casa Bruna” se la conocía entre los habitantes modernos. Supongo sería el
apodo de una de sus dueñas.
Así reza una de las páginas de la web que
bien pudiera ser el inicio de una novela histórica sobre este torreón medieval
que el señor de Grez mandó levantar para su propia seguridad y que fue testigo
mudo y discreto, con toda seguridad, de los amores y pasiones aquí sucedidos. Puestos,
pues, en faena, hablemos de algunos testimonios de la Historia relacionados con
Grez y sus señores.
Los primeros datos seguros que tenemos
sobre el señorío de Grez, pues no habría
señorío si no hubiera señor,
corresponden a la documentación medieval del monasterio de San Salvador
de Leire [5]:
El documento 319 da un salto al año de 1142
y en él aparece como testigo de la donación que hace su hermano, el “senior
Lope Lopiz”, al monasterio de San Salvador un tal “senior Fortun Lopeiz de
Guerez”. Posiblemente Lope y Fortun fueran hijos de Fortunio Enecones, siendo
Fortun su primogénito heredero.
La torre originalmente es una construcción
exenta. Es decir: no tiene construcciones adosadas como ahora. Su forma cuadrangular se aproxima a un
cuadrado, auque hay pequeñas diferencias en cada una de sus caras. Al exterior
las caras vistas son la del este y la del norte con 5 m . y 5,15 m . respectivamente.
Internamente la cara norte mide 3,45
m ., la cara sur 3,64m., la cara este 3,40m. y la cara
oeste 3,38m. El grosor de sus muros está en torno a los 80 cm . Como en el caso de la
torre románica de Reta la entrada a la misma se sitúa en la cara oeste y como
en ella todas las caras presentan saeteras abocinadas hacia el interior como
era habitual en este tipo de construcciones defensivas. Actualmente se
conservan dos alturas, pero al menos tendría una altura más, si no dos. Un
detalle que no he visto en otros lugares es la labra del sillar de la base de
la saetera que al exterior aparece rebajado en bisel para ampliar el ángulo de
tiro y facilitar el disparo de los dardos con la ballesta hacia abajo, casi en
vertical. Este detalle me hace pensar
más en el siglo XIII como probable época de su construcción, aunque por su
sobriedad constructiva bien pudiera ser anterior.
¿Se convirtió con el tiempo esta torre en
uno de los palacios de Grez pasando, al añadirse las dependencias residenciales,
de torre de vigía a palacio residencial de los señores del lugar?
Este
dato referido al escudo lo considero importante tenerlo en cuenta pues nos dice
claramente que esta casa, funcionara como residencia palaciega o no, es
posesión del señor de Grez. Sus armas lo acreditan. Armas recogidas en el Libro
de Armería del Reino de Navarra en el siglo XVI, 1572, como las de “el
Palacio de Grez”. [6]
También
me informa de algunos testimonios, muy interesantes y sugerentes, recogidos en
los archivos.
“La primera
mención al palacio de Grez que tengo es de 1297. En noviembre de 1297 Pedro Aybar de Iriberri hizo donación de “los palacios de
Guerez” a la Catedral de Pamplona. Por cierto, quien recibe la donación, en
nombre del cabildo catedralicio, es el prior don Martín de Guerguitiáin.
El personaje de
Pedro Aibar de Iribarri (Per Aibar de Iriberri en otros documentos –Per Aibar
de Liberri en 1274- ) es interesante. Entre 1290 y 1306 aparece como alcaide
del castillo de Leguín (¿Una pista a seguir para averiguar la presencia del
escudo del palacio de Grez en las pinturas de Ardanaz?
Interrogante muy interesante y revelador
que dicho investigador izagaondoarra aporta, pues hay un dato documental no
escrito, pero sí pictórico, que apareció en el año 2002 en las paredes de la
iglesia de San Martín de Ardanaz de Izagaondoa con ocasión de las obras de
adecuación de la misma. Bajo el
enfoscado de sus paredes se descubrieron unas pinturas murales que por
su trazado y características se las engloba en el denominado estilo lineal y se
las sitúa temporalmente en el siglo XIV, aunque aparentemente se pudiera adelantar este trabajo a los finales del siglo XIII por la
arquitectura de los arcos de medio punto y los trifolios correspondientes al
primer gótico en la que se enmarcan los grupos de personas que se muestran en
la zona del cielo.
Formando parte de las pinturas hay dos
escudos heráldicos. Uno reproduce las
armas de una de las ramas de los Evreux, dato que puede confirmar su datación no antes de 1328 y otro, aquí está el dato importante
que nos ocupa, es el que representa las armas del palacio de Grez. La
Institución Príncipe de Viana las restauró y la Asociación Grupo Valle de
Izagaondoa hace lo posible para darlas a conocer a la sociedad poniéndolas en
el circuito turístico y cultural.
No hay ninguna duda por mi parte de que el
señor de Grez fue el impulsor de estas pinturas murales y que el comentado
grupo es su familia. ¿Será este Per Aibar de Iriberri,
alcaide que fue del castillo de Leguín entre
1290 y 1306, el aquí representado con su familia? Bien pudiera pensarse
en ello, aunque más probable es que sea alguno de sus descendientes.
Otro dato importante
a tener en cuenta con relación al escudo del palacio de Grez es el que éste de
Ardanaz es anterior al labrado en la clave del portalón de la casa hoy
rehabilitada y al recogido en el Libro de Armería del Reino de Navarra, pues
las pinturas, como tarde, son del siglo XIV y sus otras dos apariciones, en la
casa y en el Libro de Armería, corresponden al siglo XVI. Es en las pinturas
murales de Ardanaz de Izagaondoa, por lo tanto, donde encontramos el primer
documento conservado que nos muestra las armas del palacio de Grez.
Siguiendo con la aportación de Xabier Ituláin
Irurita de Zuazu sobre el palacio de Grez y sus señores sabemos que:
“La siguiente mención
es de un siglo más tarde. En 1404 los palacios de Grez pertenecen a Roncesvalles, que los dan a
censo (por 6 robos de trigo al año) a Xemén Sánchiez, vecino de Grez.
Desde ahí hay un
salto hasta 1550, en que nos aparecen “Cruzat de Napal e Cateryna de Grez su
muger señores de los palaçios del dicho lugar de Grez y de dos casas pecheras
que tienen en el dicho lugar”.
En 1565 los dueños
eran “Catalina de Grez biuda muger por tiempo de Juan Cruzat y Juan de Ardues y
Maria Gil de Sansoayn conyuges hijo e nuera de la dicha Catalina de Grez”. Y en
1590 “Joan de Nardues cuyo es el palaçio de Grez”.
Y aquí desaparece
el palacio de Grez en la documentación. Después de 1590 no lo vuelvo a
encontrar.
Además, en 1603
Roncesvalles ya da por perdidos, en un inventario que hace, lo que cobraba de
censo por los palacios de Grez.
Algo debió pasar
con el palacio a fines del siglo XVI o principios del XVII, pero no sé el qué.
Algún motivo debe haber para que no se lo mencione en adelante.”
¿Qué pasó con el
palacio a fines del siglo XVI o principios del XVII que lo hace desaparecer de
la documentación?
¿Pueden darnos
alguna pista el estudio de las escrituras de la casa en cuestión? Habría que
investigarlo.
Hasta aquí
el pasado.
Desde aquí
el futuro.
Y el futuro se presenta
con una antigua casa o palacio nobiliario rehabilitado y acondicionado para el
siglo XXI como Casa Rural “EL TORREÓN DE LA BRUNA” donde gentes venidas de
cualquier lugar puedan pasar unos días de descanso y relax en contacto con la
Naturaleza, puedan realizar un turismo cultural por los pueblos y lugares de
esta gran comarca de Izaga cuya historia y grandeza se plasman en sus señoríos
medievales, sus iglesias románicas, sus palacios y castillos, sus pinturas
murales, sus aljibes, sus románticos despoblados, sus atractivos naturales…, teniendo el campo base en este noble y
solitario torreón vigilante en su origen, acogedor hogar y morada de la Bruna después
y hoy, una vez rehabilitado su conjunto, adaptada a la oferta turística como
casa rural.
La Historia
sigue y se escribe día a día. Una nueva
página se abre ahora en Grez y una nueva esperanza de vida nace en este lugar,
que ha visto remozado su patrimonio. Ojala otros tomen nota y acometan la
restauración de su medieval iglesia y su preciosa pila bautismal.
Todo sea para dar
nueva vida a estos pueblos solitarios llenos de encanto, si se sabe mantener su
interesante y rico patrimonio que, como siempre digo y mantengo, puede
convertirse en el motor de su propio desarrollo. La casa rural que pone en
marcha la familia Iriarte de Grez, “El Torreón de la Bruna”, es un ejemplo de
ello.
Suerte en esta
nueva empresa y que estos datos de la Historia del lugar de Grez y su palacio sirvan
para potenciar su futuro en los tiempos globales sin fronteras de Internet… y
si de Internet hablamos unas direcciones:
Calle San
Sebastián s/n, Grez, 31480 - Navarra.
Email: hola@eltorreondelabruna.com
…y aunque “La Bruna nunca supo que vivió en un torreón…” tú que ahora conoces un poco más de su historia, disfrútala y
cuéntasela a quien en el siglo XXI la quiera escuchar. Quizás así la vida de
este lugar se mantenga por muchas generaciones.
[1] Catálogo Monumental de
Navarra. IV** Merindad de Sangüesa. 1992, pág. 548
[2] http://simeonhidalgo.over-blog.com/article-la-torre-de-epoca-romanica-de-reta-103315622.html
[3] Diccionario
histórico-geográfico del Reyno de Navarra, Señorío de Vizcaya y Provincias de
Álava y Guipúzcoa. Tomos I-II, Madrid MDCCCII
[4] http://www.eltorreondelabruna.com/la-casa-2/
[5] Angel J. Martín Duque;
Documentación medieval de Leire (siglos 1X a XII), Diputación Foral de Navarra
Institución Príncipe de Viana, Pamplona 1983.
[6] LIBRO DE ARMERÍA DEL REINO
DE NAVARRA; Introducción, estudio y notas de JUAN JOSÉ MARTINENA RUIZ del
Archivo Real y General de Navarra, Diputación Foral de Navarra, Institución
Príncipe de Viana, Pamplona 1982, 21v.
3.
Agradesco el trabajo y asi poder tener una idea de antepasados y mi apellido GREZ del que me siento orgullosa...
ResponderEliminarFelicitaciones
Muy interesante,se suma a todo lo que hemos podido recopilar en información sobre nuestros ancestros Manuel y Antonio Grez Pimentel,los primeros Grez en llegar a Chile y las abuelas portuguesas Diaz Pimienta.
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