FEBRERO: EN LA PAZ DEL HOGAR
Por Simeón Hidalgo Valencia (31-01-2015)
Cuando llegué de niño a la época de las preguntas quise saber por qué
en mi pie derecho hay una gran cicatriz, que mis hermanos y hermanas no tenían
y pregunté y mi madre me contó que cuando empezaba a andar a gatas, debía ya
ser un poco trasto, no tuve otra mejor idea que gatear y llegarme, atraído sin
duda por los destellos de la brasa, del calor y del crepitar del fuego, curioso
como el gato, hasta la lumbre del fuego bajo de la casa, donde preparaba la
comida en el puchero colocado sobre el trébede y, con la curiosidad del felino
alargué mi zarpa hasta el puchero. Ya se pueden imaginar lo que pasó… que como
el gato salí escaldado al verter el contenido sobre la lumbre.
Ahora, cuando contemplo la imagen del mes de febrero y veo, ya sea a un
hombre, ya sea a una mujer, sentado delante del hogar con un pie descalzo
arrimado al calor del fuego y del lar colgando el puchero en el que se cuece la
comida del día, me viene este recuerdo y junto a él las veces que sentados en
sillas bajas de enea en la casa de los abuelos, escuchaba cuentos e historias antiguas llenas de
hazañas o de misterios.
Quizás la palabra hogar sea una de esas palabras más entrañables recogida
en los diccionarios de todos los idiomas
pues desde que se inventó el fuego, ha sido el centro de reunión durante muchos
siglos. En torno a él se relataba la historia de cada clan y se enraizaba en la
conciencia de cada miembro el concepto de pertenencia al mismo y de solidaridad
del grupo y hasta el concepto de defensa del mismo.
A su calor acudía toda la familia y alrededor del guiso, sopa, cocido o
gachas, que en el hogar se preparaba, se reunían todos sus miembros y hasta al
caminante que tocaba a la aldaba de la puerta se le hacía un hueco junto al
fuego para que entrara en calor y se le ofrecía el agua y el vino junto al
guiso, la sopa, el cocido o las gachas que aún había en el puchero.
Siglos y siglos ha sido igual, pero al menos en nuestra sociedad ya
esto es otra historia.
¿A qué llamamos hogar hoy en día?
¿Cómo representaríamos actualmente el mes de Febrero en nuestra
sociedad?
Cuando se montó la Exposición Etnográfica del Valle de Izagaondo, en el
stand correspondientes al mes de Febrero el centro del mismo fue el hogar y a
los visitantes que acudieron se les explicó los orígenes romanos de este
segundo mes del año dedicado a la diosa Februa.
En otra ocasión hablé también sobre este mes[1], sus dioses y sus
celebraciones, y quien a poco que lea o investigue verá que a pesar de la
desacralización o secularización en la que nos encontramos, pues somos los
artífices de nuestro destino, seguimos costumbres y tradiciones religiosas
anteriores al cristianismo, sí, pero no por ello faltas de espiritualidad.
Los Lares nos protegen y nos esperan pacientes para recibirnos cuando
partamos. Al fin y al cabo nos dieron un
hogar en el que vivir en paz.
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