EL
MOLINO DE RONCESVALLES EN ZABALCETA – I
Por
Simeón Hidalgo Valencia (27 de enero de 2017)
Desde el descubrimiento de
la agricultura en todas las civilizaciones se ha empleado el molino como instrumento,
manual o mecánico, para machacar el grano de cereal y obtener la harina. Era y es el primer paso a partir
del cual el grano se podía transformar en harina y con ella elaborar otros
productos para el consumo.
Los ricos y poderosos de
turno fueron los dueños de los molinos, desde su aparición como industria clave
en la economía de antaño. Por eso reyes, señores feudales, catedrales,
monasterios y colegiatas, establecen molinos en sus feudos. Por eso obtener el
permiso del señor de turno para construir un molino era asegurarse la
prosperidad. La obligatoriedad de llevar el grano a moler al molino del señor y
el peaje que esto suponía era un negocio por el que incluso se guerreaba.
No resulta difícil de
comprender que llegue un momento en la Edad Media, a medida que los señores van
perdiendo el poder y la autoridad real se impone, que los lugares de realengo
soliciten como comunidad vecinal el disfrute de los molinos. Siendo de los
vecinos la empresa, se participa de sus gastos y beneficios.
Con el tiempo pasarán a
manos particulares y los molinos proliferan por doquier. En mi libro “Las claves de Izagaondoa” expuse la historia reconstruida del
molino de Urbicain gracias a la labor conjunta de D. Fernando Hualde, D. Xabier
Ituláin y la mía propia, y señalaba cómo en el mismo valle también operó el de
Ardanaz-Iriso. También en Monreal hubo un molino y en la misma comarca, en
Zabalceta, no uno, sino dos molinos existieron. Uno fue el denominado “molino de la Pocha”, que fue vecinal y
en sus mejores tiempos todos los pueblos del valle de Unciti, como porcioneros
del mismo, acudían allí a moler el grano.[1]
Funcionó hasta 1765, después de casi doscientos años de vida. Otro, el
perteneciente a la Real Colegiata de Roncesvalles tuvo mejor vida, aunque
azarosa y funcionó, según el autor citado, desde el S. XVI hasta mediados del
S. XX, no sin antes en el S.XIX pasar a manos particulares, así como el antiguo
Palacio de la mencionada Real Colegiata.
Hoy día la mayoría de estas
construcciones, que fueron un motor básico de la economía, o han desaparecido y
sus piedras molineras adornan jardines particulares o se mantienen agonizantes
esperando que alguien las recupere como muestras que son de la etnografía de
una sociedad pretérita, pero que pueden servir a la actual como recursos de la
historia del lugar y mediante una labor de recuperación activar el turismo y la
economía de pueblos y comarcas. Como dice D. Fernando Hualde en su blog “Pueblos
deshabitados de Navarra”[2]:
“El molino de Urbicain, como el de Zabalceta, está pidiendo a gritos una
intervención urgente que frene su avanzado deterior, que limpie y consolide las
ruinas, que permita interpretar las técnicas de aprovechamiento del agua, la
elaboración del pan, y el acarreo de las cargas de harina con caballerías.
Evidentemente su recuperación patrimonial, no muy costosa desde el punto de
vista económico, supondría la creación de un nuevo recurso turístico que, sumado
a las fuentes y a la nevera, consolidarían a los valles de Izagaondoa y Unciti
como una especie de ecomuseo al aire libre con el agua como protagonista.
”
Mirando al futuro tratando de sacar el
mayor fruto posible de lo que el pasado nos ha legado, aquí queda esta
propuesta formulada en el año 2011 sobre la que algunos estamos totalmente de
acuerdo y animamos a las gentes de Izagaondoa y Unciti, comenzando por sus
representantes municipales, para que la valoren con mente abierta para el
devenir de estos dos valles que poco a poco envejecen y se despueblan.
Pero volvamos al molino que fue de la
Real Colegiata de Roncesvalles y que pasó, por circunstancias desamortizadoras,
a otras manos y veamos cómo está recogido en el Plan General Municipal del
Ayuntamiento del Valle de Unciti.
En el mapa de Zabalceta el molino está
situado al sur del lugar. Este edificio corresponde a lo que fue el recinto de
la molienda, pero para poder hacerlo debía contar con la fuerza del agua que
venía por la acequia que salía de la presa correspondiente donde se estancaba
el agua. Este molino harinero funcionaba siempre que hubiera agua en la presa.
El Plan General Municipal, aprobado por
Orden Foral 101/2013, de 8 de agosto y publicado en el BON. el 30 de agosto de
2013 identifica el Molino con la referencia Polígono 8 Parcela 8.
Tipológicamente la describe como Molino con una superficie de la citada parcela
de 1.172m2 y una superficie ocupada y construida de 53m2.
Determina que es Ruina y en el apartado de Elemento de Interés resalta lo de
Molino que está Abandonado y entre las actuaciones posibles habla de
Mantenimiento y Rehabilitación. En cuanto al Régimen insiste en las opciones de
Conservación y Rehabilitación. Como observaciones lo califica de Importante
valor tipológico pues se trata de un antiguo molino harinero, añadiendo que el
estado de ruina del edificio, impide entrar en su interior.
La ruina se aprecia claramente en las
dos fotografías que el Plan General Municipal aporta. Son las siguientes:
Restos de molino harinero de Zabalceta tomados del
P.G.M.
Como se aprecia, la vegetación se ha
adueñado de esta construcción. Igual pasa con la acequia y la presa. Esta
última es la que motiva el presente artículo, pues recientemente un grupo de
voluntarios, trabajando en auzolan, han dado unos primeros pasos en el desbroce
del terreno para descubrir el muro de contención de la misma y al ver ya limpio y despejado el murallón
uno se lleva tan gran sorpresa que le entran ganas de seguir en la tarea
haciendo el recorrido de limpieza de la acequia que transportaba el agua hasta
el molino propiamente dicho y, teniendo en cuenta el Plan General Municipal,
animar a los vecinos del valle y a quien quiera participar a que entre todos se
recupere este conjunto de Presa, Acequia y Casa de la Molienda, calificado como
de “Importante valor tipológico pues se
trata de un antiguo molino harinero.”
Tan antiguo que según el investigador D.
Xabier Ituláin Irurita este molino “debía
existir ya en 1531, cuando en un documento de esa fecha se expresa que
Roncesvalles tenía un molino en Zabalceta.”[3]
También escribe que “en 1726 se lo describe diciendo que era un `molino propio de la casa
Real de Roncesvalles que tanuien muele quando ay Aguas y entonces muele el que
viue en la casa y no tiene auitta’”
Como toda empresa con siglos de vida, el
Molino tuvo que ser reparado para mantenerlo en perfecto estado de
funcionamiento, más cuando los efectos meteorológicos extremos podían hacer
mella en dos de sus tres partes, al encontrarse al aire libre: la Presa donde
se acumulaba el agua y la Acequia por donde se la conducía hasta el recinto de
la molienda para que su fuerza moviera los engranajes y giraran las piedras
molineras.
En la documentación recogida por D. Iosu
Biskarret Puyo en el Archivo General de Navarra, a la que he tenido acceso, se
demuestra que en el siglo XVIII hubo desperfectos que obligaban a hacer fuertes
labores de mantenimiento en todo su conjunto.
En el correspondiente al 20 de julio de
1788 Juan José de Elizalde, maestro carpintero y Juan de Elizaga, maestro cantero,
declaran bajo juramento que “han
trabajado para el Palacio y clavería que la Real Cassa de Ntra Sª. de
Roncesvalles tiene y pose en el lugar de Zavalcetta“ con el conocimiento de
José de Belzunegui, el clavero. También lo hacen “en la
presa molinar” realizando labores de “su
limpia con motivo de las grandes lluvias que se experimentaron el día de la
festividad de ntra. sra. del Rosario del año último, que como es notorio fueron
lastimosas en este Reyno”. Se está refiriendo al 7 de octubre de 1787.
El año 1787 fue muy lluvioso. “Según el meteorólogo de aquella fecha,
Francisco Javier Bariain de Eslava, el año 1787 fue muy atípico, pues llovió
mucho todos los meses del año y nevó en Mayo y Noviembre.”[4]
Este año, el 24 y 25 de septiembre se produjo la inundación de Sangüesa.
Los efectos de este mal tiempo de 1787
también afectaron al conjunto del molino harinero de Roncesvalles en Zabalceta.
Así, con fecha de 26 de agosto de 1788 los mismos Juan de Elizaga maestro
cantero residente en Otano y el maestro carpintero Juan José de Elizalde vecino
de Alzórriz reciben el encargo del Prior de Roncesvalles de reconocer los
desperfectos y ver el coste de las obras que debían realizarse para
remediarlos. El maestro cantero señala que se han de arreglar: 1º: “por allarse amenazando alguna ruina el
murallón ô pared de los dos votanes de dicho molino…se deve desazer todo el
hasta lo que se alle firme y se devera Construir de nueba planta con las mismas
piedras, y colocando otras así faltasen de la misma largura, y anchura…” 2º:
“en el terreno donde entra el agua â
dicha balza por su cabezal también se devera Construir en la entra un calzado
contra la tierra dos baras de ancho, y quattro estados de largo con piedras de
una vara de largo, y otras menores Internandolas vien y perfectamente” 3º: “se devera limpiar toda la cequia de la
parte interior de el agua…”
El presupuesto total de la obra, añadido
el trabajo del carpintero que debía poner dos “Botanas nuebas de roble…”
hacía un total de 162 pesos y 1 real.
Hay que suponer que las anteriores obras
se llevaron a cabo limpiando la acequia y construyendo los dos nuevos batanes,
pero como seguían los problemas, a causa de la fuga del agua por el mal estado
de la acequia, es por lo que el prior de Roncesvalles encarga a Martín Josef
Oderiz que era “agrimensor aprobado para
toda esta Provincia” que reconociera el recorrido de la acequia por donde
el agua se conduce al molino y así lo manifiesta ante el notario de Urroz,
Nicolás Buelta el 19 de diciembre de 1822 ante el que dice “deve manifestar son gravísimos los perjuicios que ocasionan dichas
aguas pues con el motivo de erosionarse
la cequia se estienden á las heredades que están contiguas pertenecientes a los
vecinos de Zoroquiain…”
Para poner remedio a estas inundaciones
de los campos de los vecinos de Zoroquiain informa como técnico sirviéndose de
un croquis en que señala el recorrido de la acequia con los puntos de
referencia A, B y C, que “es muy preciso
que la cequia ó cauce se dirija por la madre que tenia en lo antiguo hasta
llegar al prado de Zabalzeta (letra A) “y
desde este punto abriendo nueba cequia hasta llegar al barranco y sitio de la
letra B. colocando en ese paraje porción de piedra suelta para formar una presa
é introducir el cauce en el punto que señala la letra C. y por este medio se
ebitarán a los de Zoroquiain los perjuicios que esperimentan…”
Sería muy interesante poder contar en
algún momento con este croquis del maestro agrimensor de Pamplona, pero hasta
el momento no se ha localizado.
Transcurrido prácticamente medio año del
anterior informe, el 28 de julio de 1823 se presenta el maestro de obras vecino
de Urroz, Marcos Arregui, ante el notario Nicolás Buelta para declarar que ha
recibido el encargo del prior de Roncesvalles y su cabildo para realizar la
obra, por lo que “procedió el dia de
hayer al reconocimiento del terreno en que deve construir la Presa Molinar del
molino de dicha colegiata…” según el diseño aprobado por el agrimensor
Martin Josef Oderiz. El reconocimiento del maestro de obras tiene en cuenta las
distancias, el trabajo, el personal y los materiales que ha de contratar o
encargar hasta llegar al lugar de la presa y la propia realización de la misma.
Todo lo presupuesta en 4.701 reales de vellón.
Dado que la presa es uno de los
componentes que aún hoy día se conserva en bastante buen estado, como lo
demuestra el trabajo de limpieza realizado, está claro que se aceptó tal
presupuesto y que la obra se realizó con posterioridad a la fecha en que el
maestro de obras acude ante el notario. ¿Cuándo se realizó exactamente la obra?
Quizás se pueda saber si aparece documentación adecuada.
Por ahora estos documentos sirven de
base para conocer parte de la historia de este molino harinero sito en Zabalceta.
Tiempo habrá de saber más detalles y si hay interés en recuperar estos hitos
que son testigos de otros tiempos y de otras formas de vida, que en parte han
llegado a ser conocidas por las personas más mayores, hasta se pudiera, como
comentaba D. Fernando Hualde, crear un museo al aire libre que recorra los
pueblos de la comarca en la denominada Ruta del Agua de la Comarca de Izaga.
Se sabe que al menos funcionaron tres
molinos en el Valle de Unciti. Dos en Zabalceta: el presente y el de La Pocha
que hace muchos años desapareció y sus piedras fueron a Monreal, donde también
hubo molino. El tercero funcionó en Alzórriz. El que puede recuperarse es el de
Zabalceta. No es imposible y la prueba está en que otros lugares lo han hecho
con el suyo. Zubieta, Ezprogui o Amaiur son ejemplo de recuperación de este
tipo de patrimonio que atrae a los turistas.
En este turismo basado en el agua, algo
se ha empezado a hacer y mostrar también en el Valle de Izagaondoa a través de
la Asociación Grupo Valle de Izagaondoa con la Ruta del Agua en la que el
visitante conoce, pueblo a pueblo, los aljibes medievales, los puentes,
lavaderos y hasta las pilas bautismales de los lugares que se recorren. También
en el Valle de Unciti un grupo de jóvenes, cuyo objetivo es dar vida de nuevo a
Zoroquiain, ha sacado a la luz, como muestra, la presa del molino de Zabalceta que
allá por el año 1823 parece que se comenzó a levantar.
Lo que ha salido a la luz, mirado desde
la parte baja, bien pudiera considerarse como un teatro al aire libre con su
graderío y todo, lo que da pie a nuevas ideas para la realización de
actividades lúdicas y culturales al aire libre que dinamicen la vida social y
cultural de la zona.
¿Se unirán los vecinos
del ayuntamiento de Unciti para recuperar su propia historia?
[1] Referencias al molino de la Pocha
y al de Roncesvalles en: Cuadernos de Etnología y Etnografía de Navarra,
Enero.Diciembre 2015, Año XXXVII – Nº 80, JAVIER ITULÁIN IRURITA, Oiconimia del
Valle de Unciti, págs. 150-151.
[2] http://despobladosnavarra.blogspot.com.es/2009/10/urbicain.html
[3] AGN PRO 158249
[4] http://generalmoriones.blogspot.com.es/2012/05/25-de-septiembre-de-1787-inundacion-de.html cita como fuente a Pedro Belascoain: Sangüesa
en cuatro cifras, http://cuatrocifras.blogspot.com.es/2014/02/inundacion-sanguesa-1787i.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario