NAVARRA.
CASI TODO EL ROMÁNICO
Por
Simeón Hidalgo Valencia (07 de Julio de 2016)
Los amantes del arte
románico tienen un motivo más para alegrarse, una vez aparecida la nueva guía
titulada “NAVARRA. TODO el Románico”.
A su presentación no pude asistir y adquirirla recién salida del horno, así que
he estado unos días a la espera hasta que ha llegado de nuevo a Pamplona. El
martes pasado la tuve entre mis manos y después de revisarla de principio a fin
atentamente un par de veces, subrayando y anotando, por lo que a mis intereses
se refieren, me he atrevido a hacer un pequeño cambio en el título, pues
¡siempre se escapa algo! Y si ese algo
corresponde a la zona en que uno se mueve, pues resulta un poco frustrante.
A la vez uno se siente
satisfecho cuando ve recogida entre sus páginas las aportaciones realizadas en
pro del conocimiento del maestro Petrus de Guerguitiáin y citada una de mis
obras: “La ruta del
maestro Petrus de Guerguitiáin”, así como la alusión al “Petrus
museum” que la Asociación Grupo
Valle de Izagaondoa está poniendo en marcha, como ya conocen mis lectores por
diferentes artículos sobre el tema, en la Casa Zandueta de Lizarraga de
Izagaondoa.
Se dice en la página
153: “En torno a los
repertorios decorativos de Guerguitiain se ha fijado en los últimos años “La
ruta del maestro Petrus de Guerguitiáin”, así como el inicio del proyecto
social y cultural del Petrus museum en Lizarraga”.
Será en el verano 2017
cuando posiblemente, si todo marcha como está previsto, se abra al público la
Sala I y la Sala II del Petrus Museum, para mostrar un conjunto de capiteles
reproducidos de iglesias que conforman esta ruta, con el fin de conocer en su
conjunto el estilo de esta escuela, así como los diferentes lugares donde está presente.
Después el visitante, a su ritmo, podrá recorrer los distintos lugares con un
conocimiento mayor sobre las características de esta escuela medieval de
finales del XII y comienzos del XIII.
Aunque no se me cite en
la breve bibliografía expuesta al final de la guía, yo me he reconocido
presente en la misma y, como digo, lo agradezco.
Pero vayamos al título
de este artículo. Lo justifico porque en una zona como es la Comarca de Izaga y
más en concreto el trayecto que va desde Idoate hasta Guerguitiáin, pasando por
Artáiz, hay algunos lugares y piezas que merecerían la pena conocerse.
Comencemos.
IDOATE:
La portada de la
iglesia de Santa Águeda es una muestra singular de la evolución hacia el
gótico, pero en cuyas formas se ve aún el espíritu del románico. Arcos de medio
punto que descansan en columnillas finas con hermosos y sencillos capiteles en
forma de cesta troncocónica. En su interior nos espera una sorpresa románica en
forma de pila bautismal, cuya parte original románica es la copa de la misma.
Escribí sobre ella hace tiempo a raíz de un documento encontrado por mi
compañero de asociación Xabier Itulain. Revisado el documento se dio a conocer,
en su momento, en una charla en la propia iglesia de Idoate.[1]
LIZARRAGA:
En Lizarraga de
Izagaondoa la mayor joya medieval es la portada de la actual iglesia de Santa
Eulalia. Portada que perteneció a la iglesia primitiva que en 1741 se manda
trasladarla al centro de la población en la parte baja, con el fin de evitar
los peligros a los vecinos que tenían dificultad en acudir a la misma, dada la
pendiente en la que se encontraba y el mal estado del terreno en caso de las
inclemencias del tiempo. En el Libro de fábrica de la iglesia están recogidos
los pormenores de esta decisión. Precisamente hoy se cumplen los 274 años de su
consagración y para el año que viene serán los 275. La parroquia de Lizarraga
quiere celebrarlo a través del proyecto Mecna: “Lizarraga-2017”.
Es una espléndida
portada al estilo de la de Idoate, próxima también en el tiempo, aunque la
representación iconográfica es muy superior con capiteles historiados finamente
esculpidos.
Escribí también sobre
esta portada y en mi libro “Las claves de
Izagaondoa” está publicado el artículo correspondiente.[2]
Este verano de 2016
daremos a conocer, mediante visitas guiadas, esta portada todos los domingos
desde el 17 de Julio hasta el 2 de Octubre, completando la visita con las salas
visitables del Petrus Museum: Sala de la Vendimia, Sala de la Bodega y Sala Polivalente
con la muestra “L-I.2016” en honor de la familia Lizarraga-Irigoyen, que fueron
los últimos moradores de la Casa Zandueta, sede actual del Petrus Museum.
ZUAZU:
1- La iglesia de la
Purificación de Zuazu, lamentablemente no aparece en la guía, siendo así que es
una construcción con base en el románico, como lo demuestran los canecillos de
su alero y la preciosa pila bautismal que sigue el modelo de las de Idoate,
Artáiz, Reta, Zemboráin, Alzórriz, Lerruz, Grez, Najurieta,…, aunque en
reformas antiguas se abrieran ventanales en época gótica.
Canecillos de Zuazu.
Pila bautismal de Zuazu.
2-Tampoco aparece, más
lamentable aún, la construcción más importante de toda la Comarca de Izaga,
como es la Ermita-Basílica de tres naves de San Miguel de Izaga cuyos
testimonios documentales en época románica están bien claros en la
documentación medieval de Leire, donde se cita como uno de los monasterios
existentes en Izaga. El otro hace referencia a San Quirico, del que no queda
rastro. Bien es verdad que tiene elementos góticos, pero eso no desdice de su
cuna más antigua románica. Tampoco, en su día, se la tuvo en cuenta en la
Exposición Occidens del Museo Catedralicio de Pamplona.
Sobre este edificio he
escrito igualmente en mi blog y publicado en papel posteriormente[5].
RETA:
En Reta hay dos
testimonios románicos dignos de tenerse en cuenta.
Uno es el último cuerpo
de la actual iglesia gótica que corresponde al espacio de la torre que, con la
reforma del primer gótico, se mantuvo y puede apreciarse, por ello, la anchura
de la primitiva iglesia románica.
Otro es la pila
bautismal románica[6], que sigue el modelo
de los lugares citados al hablar de la de Zuazu.
2-Pero en Reta tenemos
una joya correspondiente al románico civil, muy poco conocida y valorada, dado
que es de propiedad particular.
Es la Torre románica
del palacio de cabo de armería que, sin duda, es la construcción primigenia de
Reta[7].
He tenido el privilegio de ser de las pocas personas que han podido estudiarlo
desde su interior, gracias a mis amigas y vecinas las hermanas Murillo, Vicenta
e Irene. Este estudio lo publiqué en mi blog y también está presente en el
libro “Las claves de Izagaondoa”.
Esta imagen de 1951 todavía nos la muestra en pie. Después, como otras muchas
se desmochó y actualmente enrasa con el resto del tejado de lo que fueron las
dependencias palaciegas aledañas.
ARDANAZ:
Una auténtica reliquia
de los caminos, abandonada a su suerte después de la concentración parcelaria,
desconocida por muchos de los habitantes del valle de Izagaondoa es el
denominado “El puente primero”[8],
cuyas formas bien pudieran remontarse a época románica como una de las
infraestructuras medievales del camino real hacia Sangüesa, paso obligado de gentes
de todo tipo y condición, desde reyes hasta humildes y penitentes peregrinos a
Santiago, que optaban por recorrer el valle para dirigirse hacia Pamplona a
través del poche de Laquidáin.
URBICÁIN:
Aunque el lugar de
Urbicáin es en la actualidad un pueblo fantasma, sigue habiendo vida en él. La
explotación ganadera existente en el lugar acoge a una familia que trabaja en
la misma, pero lo que fue el casco urbano está derrumbándose progresivamente.
Sólo la iglesia de San Esteban se mantiene a duras penas. Actualmente es
propiedad del Ayuntamiento de Izagaondoa, que bien pudiera plantear su arreglo
con un proyecto adecuado a las necesidades del valle. De lo contrario seguirá
el camino de las casas. Esta iglesia tiene trazas románicas tardías.
TURRILLAS:
Aunque la portada de la
iglesia de La Asunción es ya apuntada, la estructura del edificio sigue las
trazas románicas populares. No se tiene en cuenta en la guía.
Tampoco se hace un
apartado específico de Turrillas al mencionar su fuente medieval románica. Sí
se la nombra al hablar de la de Artáiz, junto a la de Villamayor de Monjardín
destacando en las tres la característica de su cubierta a dos aguas. A este
respecto tengo que indicar, como hago en las visitas guiadas, que tal cubierta
a dos aguas no es lo que se deduce de las fotografías originales. La bóveda de
estos aljibes medievales, al menos los de Artáiz y Turrillas no se cubrían con
cubierta a dos aguas. Las fotos no mienten. El visitante que recorra el valle
de Izagaondoa puede seguir la carretera hasta Tabar y podrá contemplar y
comprobar por sí mismo la originalidad de estos depósitos de agua, pues los
vecinos descubrieron el de Tabar y tiene la bóveda al aire tal y como era. Sobre
la bóveda se nivelaba el suelo, de tal manera que estos aljibes parecían como
enterrados y escondidos a las afueras de la población. El de Turrillas bien
merece una parada especial, pues el agua tal cual entra, sale y se puede observar
su escalinata de piedra e incluso penetrar en ella descendiendo hasta la base.
También escribí sobre
el tema de las fuentes y aljibes medievales[9].
Iglesia
de La Asunción de Turrillas.
Así pues, sirvan estas
anotaciones, para contribuir a que el título de la reciente guía sobre el
románico navarro se acerque a la totalidad. Como yo, seguro que los estudiosos
de las distintas zonas de Navarra podrán completar e incluso enmendar algunas afirmaciones que se hacen en esta
guía. Sirva de ejemplo el comentario que se hace sobre las marcas de cantería
de la iglesia de Santa María de Aibar. Lo comento porque es un tema que lo he
estudiado durante años (aún sigo con la investigación al ritmo que mi cuerpo me
lo permite) y he publicado mis hallazgos en el libro “Canteros románicos por los caminos de Navarra” .Tomo I y II
Se dice en la página
40:
“…Y la simplicidad
general así como la nobleza exterior del ábside nos parece remitir a fórmulas
tardorrománicas quizás influidas por el rigorismo cisterciense. Esta pista
parece confirmarse en esta ocasión con la observación de las marcas de
cantería, numerosas tanto al interior como al exterior. Distribuidas de forma
bastante regular se distinguen doce diferentes, de las que ocho se observan
también en el monasterio de La Oliva, especialmente en su primera fase constructiva
fechada en el último tercio del siglo XII. Esa sería la cronología que
proponemos para Santa María de Aibar.”
Estando de acuerdo con
la cronología, que confirmo en mi estudio “La
ruta del maestro Petrus de Guerguitiáin”, pues esta iglesia parece
pertenecer a la escuela Petrus a juzgar por un par de capiteles que siguen su
estilo, que desarrolla su trabajo a finales del XII y comienzos del XIII, no
puedo estar de acuerdo con la afirmación de la cuantía expuesta de las marcas de
cantería distintas que esta iglesia contiene. Mis estudios al respecto me
hablan de al menos 47 marcas distintas, que pueden ser más porque siempre se
nos escapa algo.
La redacción más
acertada sería la siguiente:
“… Distribuidas de
forma bastante regular se distinguen, al menos, 47 marcas diferentes, de las
que 16 se observan también en el monasterio de La Oliva, 13 en el monasterio de
Fitero, , 11 en el monasterio de Iranzu, 9 en el monasterio de Irache y 7 en la
iglesia del Santo Cristo de Cataláin …”
…
Mi enhorabuena por este
trabajo para poner en situación al turista cultural a la vez que le recomiendo
se acerque, de vez en cuando, a los pueblos. También allí, como en el caso de
la Comarca de Izaga, con su maravilloso Valle de Izagaondoa, encontrará joyas
medievales románicas desconocidas, incluso, para los estudiosos consagrados.
Yo, al fin y al cabo, soy un aficionado.
[2] http://simeonhidalgo.over-blog.com/article-la-portada-de-santa-eulalia-de-lizarraga-de-izagaondoa-87454322.html
Pues ya somos CUATRO. Nosotros también tuvimos el libro en la mano y desde hace ya tiempo, y pese a que en la pág. 71 se reproduce "literalmente" nuestra teoría sobre descubrimiento del discutido canecillo de Sanso del templo de Santa Catalina de Azcona que el autor asume como la interpretación "más sugerente", también obvia la cita de Salud y románico tanto en el artículo como en la Bibliografía. Y no me basta con reconocernos en él, sino que exigimos del autor la decencia moral de no olvidar los derechos de propiedad intelectual en beneficio propio que lo "retrata" como carroñero y depredador intelectual.
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