IZAGAONDOA – LA IGLESIA DE SANTA EULALIA DE LIZARRAGA - II
Por Simeón Hidalgo Valencia (1 de mayo de 2017)
En este artículo sigo con el patrimonio de la iglesia de Santa Eulalia de Lizarraga. En él me detengo en su pila bautismal, en su Virgen medieval y en el coro, que en todo o en parte pertenecieron a la antigua iglesia.
1º. LA PILA BAUTISMAL. SIGLO XIII.
Y
es el baptisterio uno de los elementos básicos del mobiliario de una iglesia
parroquial. El abad, rector, párroco o vicario, administran el sacramento del
bautismo a los catecúmenos por delegación del Obispo. Por eso en las parroquias
siempre hay una pila bautismal situada generalmente en su origen en el ángulo
noroccidental del edificio, debido a que este lugar es el encuentro entre la
oscuridad, el mal que simboliza el lado norte y la muerte y el ocaso que
simboliza el lado oeste.
La pila bautismal contiene las aguas que
introducen en la familia cristiana al ser sumergido el catecúmeno en ellas, en
el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
La
copa de la pila bautismal de Lizarraga tiene al exterior ocho caras que se
convierten en su interior en un recipiente de media esfera. Se la considera
medieval y es prácticamente igual a la que hubo en la antigua iglesia de
Zoroquiain. Pudiera ser contemporánea de la iglesia medieval.
Pila bautismal de la iglesia de Zorokiain.
Dando un salto en el tiempo, llegamos al
siglo XX y D. José Gasca, pintor local, representa el momento del bautismo de
Jesús en el Jordán y lo regala a la iglesia parroquial.
Bautismo
de Jesús. José Gasca (Hacia 1945)
Fotografía: Damián Ibáñez.
La iglesia de Lizarraga tiene el honor
de contar con una talla medieval de la Virgen María con el Niño Jesús. Es una
talla sencilla, popular, pero que recoge aún hoy en día, bajo la denominación
de “La Virgen del Rosario” las plegarias dirigidas a la Madre de Dios.
La talla corresponde, como la iglesia,
al siglo XIII bien entrado y es reflejo asimismo de los cambios estilísticos
que avanzan hacia una mayor comunicación entre madre e hijo. Aquí no hay cruce
de miradas pues permanecen fijas en el espectador, pero el Niño se sienta en la
pierna izquierda de la Madre y ésta lo sostiene con su mano izquierda.
El protagonista de la escena sigue siendo el Niño, que bendice con su mano derecha, mientras que en la izquierda lleva un libro cerrado. Varios libros veremos que portan diferentes personajes bíblicos o santos. La palabra de Dios, los Evangelios, los escritos de los apóstoles y más adelante en un libro abierto parece que se apuntan los nombres de los fieles seguidores de Jesús.
Talla románica de la Virgen con el NIño de Santa María de Tudela
En
las tallas netamente románicas la Madre es el trono desde donde el Niño reina y
bendice al mundo y porta, como en la talla de Lizarraga el Libro de la Vida. En
el caso de Tudela el libro está abierto.
Esta talla de Lizarraga parece que ha
sido repintada a lo largo de su vida por lo que la policromía original
permanece oculta. Una restauración adecuada y profesional la daría más realce y
desprendida de los aditamentos añadidos, que pueden situarse junto a ella,
recobraría del todo su originalidad.
El
Catálogo Monumental de Navarra dice con respecto del coro: “El coro del siglo XVI se levanta a los pies, sobre arco escarzano con
clave lisa y bóveda interior de crucería.”
[1]
Llama
la atención el que haya esta estructura del siglo XVI en una iglesia que se
levanta de nueva planta en el XVIII. Tiene una explicación documental que
confirma que la estructura pétrea que sostiene el coro es del siglo XVI, aunque
sea en parte. Las claves y algunas de las dovelas del arco y de los nervios de
la bóveda de crucería. Evidentemente el espacio de la sacristía de la iglesia
medieval que se hace en el siglo XVI sería más reducido.
Encontramos
la explicación en la décima condición que recoge el contrato de obra firmado
por los representantes de la iglesia de Lizarraga y del maestro cantero que
haría la nueva iglesia, Andrés de Echeverría. Dice así: “Item es condición que aunque en dichas condiciones (las
estipuladas por el maestro y vedor de las obras eclesiásticas, Don Juan
Miguel Goyeneta) consta de hacerse
hacer con bovedillas mirando a la
conveniencia y susistencia de la Iglesia, han convenido que dicho Echeverría
haya de hacer dicho coro con las bóvedas que se hallan en la sacristía de la
Iglesia que se pretende trasladar…”
El contrato para
hacer la sacristía de la iglesia medieval tiene lugar con el maestro cantero Domingo de Echarri en el año 1586.[2] En
1599 en un proceso se dice que García de Nagore, arrendador de la primicia “Alega haber pagado a Domingo de Echarri,
cantero, por la obra que hace en la iglesia.”[3]
En 1602 en otro proceso se le vuelve a citar diciendo que “han pagado 99 ducados a maese Domingo de Echarri que estaba haciendo
la sacristía”[4]
En 1606 vuelve a aparecer en un proceso que interpone “D. Sancho de Garralda, Vicario contra Domingo de Echarri, cantero
porque no ha concluido la sacristía y ha cobrado más dinero. Se compromete a
acabar en tres meses, pero después de cinco años aún estaba sin concluir.”[5]
La
clave del arco escarzano es lisa, pero se ha pintado en ella una cruz patada.
La clave de la bóveda de crucería sí aparece tallada, aunque la lámpara que se ha colocado oculta en gran parte el motivo de una flor o estrella de seis pétalos o rayos en el que se puede ver el monograma de Jesucristo (Iesus en latín y Χριστός Christo en griego).
La clave de la bóveda de crucería sí aparece tallada, aunque la lámpara que se ha colocado oculta en gran parte el motivo de una flor o estrella de seis pétalos o rayos en el que se puede ver el monograma de Jesucristo (Iesus en latín y Χριστός Christo en griego).
[1] Catálogo Monumental de Navarra
IV* Merindad de Sangüesa; pág.:553.
[2] Archivo Diocesano de Pamplona;
Secr. Garro. C/203- nº 25 48folios.
[3] Archivo Diocesano de Pamplona;
Secr. Garro. C/162- nº 28 28folios.
[4] Archivo Diocesano de Pamplona; Secr.
Garro. C/176- nº 4 40folios.
[5] Archivo Diocesano de Pamplona;
Secr. Garro. C/203- nº 25 48folios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario