ABRIL – LA VIDA SE EXPLAYA
Por Simeón Hidalgo Valencia (01-04-2015)
En otros tiempos, cuando la vida transcurría sin manipulaciones
genéticas, regida por los ritmos bucólicos de la Naturaleza, al mes de abril se
le representaba como una virgen doncella con flores o vegetación en ambas
manos, símbolo del nacimiento renovado de la vida y del florecer de los árboles
y de los campos.
El proceso de revivir de la Naturaleza tenía lugar con la llegada de la
primavera y la vida se explayaba por doquier. A las diosas femeninas, se
llamaran Afrodita, Venus, Cibeles, Ceres, Fortuna o Vesta, se las veneraba con
alegres fiestas.
En el mes de abril hasta los humanos revivimos y buscamos la luz, el
sol, el amor… sentirnos vivos y vitales.
Los calendarios medievales de Navarra así lo recogen siguiendo la
tradición.
En el del claustro de la Catedral de Pamplona, ricamente policromado y
de gran categoría, se representa a una doncella con sendas ramas o pequeños
árboles poblados de hojas. Es lo que estamos viviendo en estos primeros días de
la primavera por los campos, en los bosques o en los jardines de nuestras
ciudades. Árboles floridos y botones de hojas a punto de abrirse.
Lo singular de esta escena claustral es que la vida se representa
también a través del árbol considerado como el más noble, que representa la
nueva ley, los nuevos tiempos, bajo cuyas ramas se toman decisiones importantes
por los ancianos del lugar. El roble.
Si nos fijamos con atención veremos, hasta prematuramente, el fruto entre
sus ramas tallado perfectamente. Las bellotas.
La leyenda dice: + MENSIS
APRILIS
También en el calendario de Arteta se representa, de manera más popular,
a una doncella portando sendos objetos en sus manos. En su mano derecha parece
claramente que es una flor que sostiene por el tallo, a juzgar por los seis pétalos que se aprecian. En su mano
izquierda resulta más difícil ver una flor, pues tiene más apariencia de una
especie de cruz.
Yo al menos no llego a apreciar más, a no ser que tenga relación con lo
que expreso al final de este artículo, como facetas extremas de la propia vida.
En el arco que la cobija se puede leer: APRILIVS
En el ejemplar de Ardanaz de Izagaondoa aparece, igualmente, la escueta
leyenda :APRILIVS: y en su sencilla silueta se
distingue a la doncella sin rostro que cubre su cabellera con tocado popular y
porta en sendas manos, sujetándolas por la parte inferior de su tallo, sendas
flores de lis, símbolo por antonomasia de la vida.
Es la Naturaleza que renace y nos habla de vida, aunque la parca siga
haciendo de las suyas día tras día y nos ronde con su guadaña para segarla sin
que sepamos en qué momento se presentará.
Lo importante es que cuando llegue sepamos abrirle la puerta y
hospitalariamente recibirla, pues es el paso obligado que hemos de dar cada
cual para que la vida se explaye en plenitud, ya que la muerte es parte de la vida.
Así se nos dice en la portada de la iglesia del lugar de Iriso de
Izagaondoa. Entre sus tallas nos presenta a estas dos flores de lis.
Una hacia arriba. La otra hacia abajo.
Vida y Muerte…
…¡Vida al fin!
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