miércoles, 9 de noviembre de 2022

AL COBIJO DE SANTA COLOMBA DE MEOZ

 

AL COBIJO DE SANTA COLOMBA DE MEOZ

 

Por Simeón Hidalgo Valencia (09 de noviembre de 2022)

 



Tengo que reconocer que soy de las personas que se admira ante el trabajo sencillo y perfectamente ejecutado que en ocasiones contemplo como sorpresas agradables que me brinda la Naturaleza.
 


Lo que voy a mostrar hoy me lo encontré en la denominada ermita de Santa Colomba de Meoz, Valle de Lónguida, donde quedé con el periodista que me iba a entrevistar con ocasión de mi última publicación titulada:

“DE LUZ Y ROMÁNICO. Artáiz, Guerguitiáin, Meoz”.


Nos citamos en la ermita dado que es, entre los tres edificios religiosos de que trata la publicación, la que más necesita del apoyo de los vecinos y de los amantes del patrimonio románico de la Comarca de Izagaondoa para que se logre rehabilitar. Hay zonas del edificio que han entrado en estado de ruina y sería imperdonable que no hubiera acuerdos para su puesta a punto.
 

Habíamos quedado a las 11 de la mañana y como llegué con antelación me dediqué a sacar unas fotografías, dado que el edificio estaba abierto gracias a la colaboración de Roberto, el alcalde del Ayuntamiento de Lónguida. La parte fundamental de Santa Colomba de Meoz es la iglesia románica a la que con el tiempo se adosó por su lado sur el recinto del ermitaño, que en este momento es la zona más ruinosa. 


Traspasada la puerta exterior que da acceso al habitáculo del ermitaño nos topamos de frente con una magnífica portada románica en cuyo tímpano luce, muy bien trabajado, el crismón. El tímpano descansa sobre dos ménsulas con decoración de rollos.


En el libro mencionado esta puerta se muestra abierta y se vislumbra la luz de la amanecida del 21 de diciembre, día del solsticio de invierno, iluminando en su recorrido el interior del muro norte.
 


Pero cuando voy a abrir la puerta para entrar en el interior de la ermita me fijo en que la pila del agua bendita que hay a la derecha está ocupada y me admiro y detengo a contemplar la obra constructiva de los inquilinos que la eligieron, como lugar recatado, para construir su casa y criar a su familia.


Un preciso nido construido dentro de la pila del agua bendita por una pareja de pajarillos, que buscando un lugar tranquilo y fresco en este verano caluroso en extremo de 2022 lo encontraron en lo que fue la morada del ermitaño que cuidaba, quizás sea así, el sarcófago medieval que está adosado al sureste de la ermita. ¿Morada de descanso de esta santa niña Colomba? A juzgar por los ritos que con su calavera llevan a cabo sus fieles vecinos, parece que así lo consideran.



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