SANTA MARÍA DE
ELIZABERRIA – IBARGOITI – NAVARRA - VIII
EL EDIFICIO – C:
LOS VANOS -C
Por Simeón Hidalgo
Valencia (10 de febrero de 2020)
*Puertas de acceso al interior:
Elizaberria tiene tres vanos de acceso: al
oeste, al sur, y al norte.
El acceso principal al interior de
Elizaberria tiene lugar por la cara oeste. Como las otras dos puertas de la
iglesia, es adintelado. Delimita su perímetro dos jambas de piedra de una sola
pieza en las que se apoya el dintel, también de una pieza. Hacia el interior sobre el dintel se ha
colocado un arco de medio punto formado por siete dovelas de las que cabe
mencionar los salmeres, que dan una solución de encaje muy particular, propia
de esta iglesia, pues se emplea también en las ventanas de modelo V1. El
espacio interior entre el dintel y el arco de medio punto lo llena un sillar
aplantillado semicircular que en origen encajaría perfectamente, al estilo del
de la portada sur, aunque ahora se ve deteriorado por la acción humana al
intentar desencajar esta pieza.
El acceso a la pequeña galería del vano
tiene 80cm de ancho por 189cm de alto desde el exterior, que desde el interior
se convierte en 120cm de ancho por 205cm de alto. Medidas relativamente
reducidas de acuerdo con la altura de las gentes del siglo XI y también con
relación al grosor de los muros para evitar grietas en los mismos.
Esta entrada nos introduce en el nártex o
pórtico de la iglesia que era de menor altura que el resto y estaba cubierto
con bóveda de cañón, como se vislumbra por los restos que han llegado a
nuestros días. Este tramo abovedado arranca a partir de las impostas colocadas
a ambos muros laterales (norte y sur) a nivel con el punto más elevado del
extradós del arco interior mencionado. Al exterior esta zona de la iglesia
nueva estaría también a nivel más bajo que el resto, rematada, posiblemente,
por una cubierta a dos aguas y una pequeña espadaña con su campana..
Para asegurar esta entrada, lo mismo que
la norte, una vez cerrada la puerta por el interior, contaba, y cuenta aún, con
la abertura del hueco de la tranca, recurso habitual en construcciones
medievales, que ha llegado hasta nuestros días. El hueco para introducir la
tranca, situado en la jamba izquierda según se sale, tiene una medida de 162cm
de largo por unos 12cm de ancho y unos 14cm de alto. El orificio que hace de hembra, situado en la
jamba derecha según se sale, tiene unos 11x11x11cm.
Vista
del alzado del nártex con el arranque de la bóveda de medio cañón.
Hay unos detalles que me llaman la
atención en esta puerta:
En primer lugar, que la estructura externa
del vano no concuerda con la de las otras dos puertas, pues no existen los dos
sillares verticales que hacen de jambas de la puerta.
En segundo lugar, que, en su jamba
izquierda, en lo que hoy se ve, se ha sustituido por ocho sillares pequeños
colocados uno sobre otro sin que traben con el muro norte.
Como tampoco concuerda, en cuarto lugar,
con las otras dos puertas de la iglesia, el que por el interior tampoco tenga
la misma estructura adintelada rematada por arco y tímpano.
Este hueco tiene 117cm de anchura por
215cm de altura por el interior y 106cm de ancho por 217cm de alto por el
exterior.
Desde el interior de la iglesia se puede
ver en el muro parte de la ventana abocinada, que se abrió a mitad del tramo,
siguiendo la estructura del modelo de vano V1.
La puerta Sur:
La
puerta sur se abre a la explanada, plaza, claustro, recinto monasterial de
Santa María de Elizaberria en torno al cual se forma el caserío del lugar,
algunas de cuyas estructuras han aparecido en las primeras catas arqueológicas
que se han realizado.
Esta entrada es similar en su estructura a
la del oeste, aunque más estrecha y de igual altura. La zona exterior mide 63cm
de ancho, que se abre a lo largo de la pequeña galería que rasga el muro hasta
los 94cm donde alcanza una altura de 210cm.
A medida que se penetra hay que descender unos pequeños escalones, igual
que en la puerta del oeste, pero aquí están más definidos y con mayor desnivel.
Son los siguientes:
0: Fuera de la estructura del vano ha
aparecido esta piedra delante de la entrada. Se aprecia que está reutilizada
para hacer, por ejemplo, de felpudo. Tiene un diseño original que habría que
investigar para poder hablar de su función y del posible lugar original. En Las
aberturas semicirculares tienen 10cm de ancho por 6cm de profundidad. En su
zona central tiene un radio de 28cm.
1: La piedra anterior funciona como un
escalón de entrada añadido que nos lleva a la base del cerco de la entrada que
es un rectángulo de piedra de 63cm por 33cm.
Parece más lógico que un vano tan estrecho
tuviera una hoja y no dos, lo que cuadraría con el sistema de cierre que se
adivina en esta puerta sur. Este peldaño mide unos 26cm de huella siendo su
altura o contrahuella de unos 12cm. La anchura del peldaño es de 94cm.
3: Es una zona más amplia a manera de
descansillo de 81cm por 94cm, que nos introduce en el interior de la nave.
4: Como la contrahuella o altura del
descansillo al nivel de la nave es al menos de 28cm, se ha colocado un sillar
rectangular de unos 13cm de grosor, a manera de escalón, para facilitar el
movimiento.
5: Con el escalón portátil se soluciona un
problema que evitaría tropiezos y caídas peligrosas debido a la irregularidad
de cada desnivel. Sin peligro se entra o se sale de la nave.
Esta puerta no tiene los orificios
correspondientes al sistema de la tranca, quizás porque la misma entrada se
encontraba más protegida, como se ha dicho al principio, pues daba al interior
del recinto del monasterio. En su defecto parece que el sistema de seguridad de
la hoja de madera o verja de hierro era un simple cerrojo, con o sin candado,
como lo atestigua el agujero de sección circular de 2cm de calibre por 4,5cm de
profundidad, situado a una altura del suelo de 113cm y a 27cm de la cara
externa de la jamba y 5cm de la interna, realizado en la jamba derecha si
miramos desde el exterior.
Analizadas las tres puertas podemos
imaginar el movimiento del fraile encargado de asegurar la iglesia después del
rezo de las completas. Cerraría las puertas oeste y la norte echando la tranca
y saldría él por la puerta sur corriendo sencillamente el cerrojo y como mucho
pondría el candado. Después para las oraciones de maitines o laudes volvería a
abrir la puerta sur. Los monjes se moverían desde sus dependencias hacia el
patio o claustro y emplearían esta puerta. Durante el día se abriría la puerta
oeste, la principal, para el acceso de los vecinos del lugar desde el interior
lo mismo que la puerta sur por donde se accedía al camposanto.
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