martes, 13 de mayo de 2025

8 DE MAYO: SUBIDA DEL CRIADICO A IZAGA.

 

8 DE MAYO: SUBIDA DEL CRIADICO A IZAGA.

 Por Simeón Hidalgo Valencia (13-05-2025) 


Si hay algo que une a los vecinos de Izagaondoa (En torno a Izaga) es su devoción a San Miguel. Desde niños ansiaban subir, como sus padres y abuelos, a la cima de ese monte singular que es la Peña o Higa de Izaga fuese acompañando al San Miguel niño, el “Criadico”, o en romería hasta la Ermita-Basílica que está en lo alto, donde mora durante todo el año con el nombre del “Amo”.


Este año, una vez más, se ha cumplido con la tradición. El 8 de mayo había una cita en Zuazu de Izagaondoa y a ella acudí. Aunque la iglesia todavía estaba cerrada cuando llegué, ya me encontré con más madrugadores que yo preparados con sus máquinas de fotos para hacer de reporteros de esta costumbre, quizás milenaria. Poco a poco se fue reuniendo un nutrido grupo. Saludo a los conocidos y a las caras nuevas que se me presentan, que desean vivir por primera vez esta tradición.


Cuando se abre la puerta de la iglesia de inmediato comienzan los preparativos para sujetar al Criadico en sus andas. Para adornarlo un poco me doy una vuelta para recoger algunas flores. Hecho lo cual, comienza el rito. 


Mientras se entona el “Kirieleisón”  (Señor ten piedad) mi mente viaja cincuenta años atrás y veo entre los presentes al señor D. Fermín Zuza Zunzarren, nacido en este lugar de Zuazu, muy devoto de San Miguel, que en 1975 dio los primeros pasos para que la Ermita de Izaga se llegara a restaurar, para que esta tradición se mantuviera viva, pues si el mal estado en que estaba por entonces no se hubiese reparado, hoy en día la hermosa basílica de San Miguel hubiera desaparecido y con ella la procesión del 8 de mayo desde el valle hasta el monte. Pero no, no ha desaparecido porque el grupo de entusiastas que logró reunir para lograr la restauración de la Ermita de San Miguel, con su constancia en llevar a cabo este objetivo, lograron que se restaurara por la Institución Príncipe de Viana y se reinaugurara con la presencia del arzobispo de Pamplona, monseñor Don José María Cirarda, el 25 de mayo de 1986 


Aunque este año no ha habido repique de campanas y existieron dudas para subir al Criadico en andas o no (nos vamos haciendo mayores…), se superaron y por turnos, como siempre, llegó hasta la cima. 


Este tramo del camino se pasó sin problemas por los caminantes, aunque se avisa para quienes en las próximas romerías piensen en subir con el todoterreno que tengan mucho cuidado, pues es un punto peligroso.


Una vez cruzado no hay más problemas serios, pues antes de llegar a la primera parada para saludar y rezar a la Virgen de Roncesvalles, los últimos arreglos de la pista facilitan mucho la subida. 


Este año ha habido algunos cambios, pues se cantó la “Salve Regina” en lugar de las “Ave María”, aunque el orden de los factores no altera el producto … y hablando de Roncesvalles hay que decir que el mismo prior de la Colegiata, D. Bibiano Esparza, nos acompañó por segundo año consecutivo. Fue grato saludarle personalmente.

Terminada la oración la comitiva se pone de nuevo en marcha, aunque son primero los vehículos los que salen y yo con ellos. Subo junto a Patxi e Imanol, de Reta. 



Esperamos a la comitiva procesional en el raso de “Canta Salve” y me entretengo en contemplar el amplio y diáfano paisaje desde donde se divisa el Santuario de Uxué- Ujué. 

Cuando llega el Criadico, mirando todos hacia Uxué-Ujué, igual que lo hace la misma Ermita-Basílica de San Miguel, cantamos ahora las tres “Ave María”. Una línea recta de clara espiritualidad une estas tres alturas navarras desde los inicios de la Historia. Roncesvalles, Izaga, Uxué-Ujué. 


El Criadico, este San Miguel niño, preside el acto y nos indica el camino. Ansioso estará de llegar a la Ermita-Basílica, donde se encontrará consigo mismo en forma de San Miguel Amo. El Criadico, una vez más le contará cómo han ido las cosas por el valle en ese tiempo que ha estado residiendo en Zuazu desde finales de septiembre hasta ahora, el 8 de mayo.


El último tramo me uno a los caminantes y, aunque la comitiva me adelanta, llego hasta la meta a mi paso y doy gracias a Dios, porque un año más he podido estar presente y participar de esta entrañable costumbre que une a gentes y pueblos de la comarca y más allá.


Siempre me ha gustado hacer esta instantánea en que los peregrinos son atraídos por la Ermita. A pesar del cansancio de la subida recuperan las fuerzas y se dejan llevar. A pesar de los años, el cuerpo, por la propia fe que les convoca, recupera las fuerzas y felices hacen su entrada en la oscuridad del edificio, que poco a poco se ilumina y la luz muestra la grandiosidad de su arquitectura interior.


Hoy el protagonista es el Criadico que, sobre el altar, presidirá la eucaristía. El Amo, desde su peana de piedra, acoge a los congregados y agradece a esta treintena de valientes que, con sus achaques y dudas, han superado las dificultades y aquí están con Él y recuerda que este año 2025 hacen 50 años que esta nueva vida de su morada empezó a vislumbrarse gracias a un grupo de entusiastas que, allá por 1975, dieron la voz de alarma sobre el mal estado del edificio y ve en ellos el espíritu de D. Fermín Zuza Zunzarren, impulsor en la sombra de la restauración de su morada.


Sombras de la historia que penetran la vida. Recuerdos palpables del tesón humano. Fruto maduro de la obra bien realizada. Promesas antiguas que hoy aún se hacen realidad. Gentes del pueblo que valoran sus raíces. Fe en el futuro. Siempre habrá alguien que tomará el testigo. San Miguel desde lo alto atraerá hacia sí a las gentes de Izagaondoa: Lónguida, Izagaondoa, Unciti, Ibargoiti, Monreal, Urroz, … levantan hacia él su mirada y reciben su bendición año tras año.






viernes, 28 de marzo de 2025

SAN MIGUEL DE IZAGA. HISTORIA DE UNA RESTAURACIÓN (1975-1986)

 

SAN MIGUEL DE IZAGA. HISTORIA DE UNA RESTAURACIÓN (1975-1986)

 Por Simeón Hidalgo Valencia (28 de marzo de 2025) 



¡Qué, Mikel!

- ¿Por qué no te animas a hacer un libro con los papeles escritos que dejó tu padre sobre la ermita de San Miguel de Izaga?, preguntaba una y otra vez a Mikel Zuza, compañero de la Asociación Grupo Valle de Izagaondoa y buen escritor, además de bibliotecario. 

Y siempre me contestaba que a ver cuando encontraba tiempo para organizarlos, pero que sí.

 -Algo habrá que hacer porque dejó recopiladas sus memorias, sus cartas a la prensa, las fotos, …todo lo relativo a la restauración de la Ermita de San Miguel, que en aquellos tiempos amenazaba ruina. 

Y así, una y otra vez, transcurrieron unos cuantos años, hasta que un día, al principio del verano de 2024, me comentó que si pudiera encargarme yo. Como pensé que sería muy bueno para la memoria del patrimonio de Izagaondoa dejar por escrito la historia de esta restauración, al igual que se hizo en 2015 con los escritos de D. Juan Otano Liberal (Juanito), publicado con el título de “Izagaondoa. Cosas de Antaño”, me pasó el material perfectamente ordenado, tal como lo dejó recopilado su padre, D. Fermín Zuza Zunzarren, natural de Zuazu de Izagaondoa. 

Fue, precisamente, el 23 de julio de 2024, a la vuelta de la conmemoración en la cima de Leguín, -donde presenté mi última publicación titulada “Castillo de Leguín. En la Memoria y en la Historia (924-2024)”- del 1100 aniversario de la destrucción de su Castillo por las huestes de Abderramán III, en su campaña del 924 contra Pamplona, cuando me entregó este material. 

Desde entonces, con calma, he ido trabajando en este último libro, cuyo autor es D. Fermín Zuza Zunzarren y como digo en su epílogo: “Lecciones para el futuro”: 

“He tenido la suerte de leer y releer y empaparme durante una buena temporada de los escritos que dejó bien ordenados y localizados el Sr. Don Fermín Zuza. Sus “MEMORIAS” decía él, precisamente porque era consciente de que con los años la memoria flaquea y se vuelve olvidadiza.

Para mí, siempre llevará el Don por delante, pues desde el primer día en que lo conocí, precisamente en la Ermita de San Miguel de Izaga, el día de la romería del año 2010, me di cuenta de que estaba ante una persona profundamente enraizada a su tierra, a sus tradiciones, pero que, con tesón miró siempre hacia adelante para conseguir la restauración de la Ermita-Basílica de San Miguel.

Como persona “entusiasta” de la restauración de su ermita milenaria supo motivar a sus parientes, vecinos, compañeros de trabajo y a toda persona con responsabilidad, fuera funcionaria, técnica, política o directiva de distintos departamentos del Gobierno de Navarra, para lograr el objetivo propuesto.

Aunque no le gustaba destacar y siempre se consideraba uno más en este trabajo de equipo, la verdad es que leyendo con atención sus escritos se descubre que él fue el motor que movió y estuvo al tanto de cada uno de los pasos que se tuvieron que dar a lo largo de la década que transcurrió desde que comentó su idea a su primo Paulino, hasta que asistió a su reinauguración el 25 de mayo de 1986. Entre estos dos puntos, muchas idas y venidas, mucha paciencia, muchos temores, pero siempre con el objetivo claro: que la ermita de San Miguel de Izaga siguiese en pie por mil años más”. 



¿Quién se acuerda de estas imágenes de la Ermita-Basílica de San Miguel de Izaga?

Gracias a un grupo de “entusiastas de la Ermita” se logró que, ahora hace 50 años, se comenzaran a dar los primeros pasos para que este edificio religioso, que conglomera el sentir espiritual de los habitantes de la Comarca de Izaga en su devoción a San Miguel, llegara revitalizado hasta nuestros días. Así se lo manifestamos a los supervivientes de entonces en el acto de la conmemoración de los 25 años de la restauración de la Ermita-Basílica en el 2011, con ocasión de la inauguración de la Exposición Etnográfica de Izagaondoa.


De izquierda a derecha: José Mª Eslava, Paulino Zabalza, Fermín Zuza y Felipe Ituláin.

 Pero hasta que llegó la reinauguración de 1986 habían pasado 10 años. “Las cosas de palacio…despacio…”, pero lo lograron. Una lección para todos los que intentamos seguir sus pasos para que el patrimonio de Izagaondoa brille por mucho tiempo, generación tras generación. 

Este libro: “San Miguel de Izaga. Historia de una restauración (1975-1986)” nos descubre todos los pasos dados, uno tras otro, de despacho en despacho, de conversaciones, de cartas a la prensa, de reuniones, de momentos de desánimo, pero manteniendo siempre el coraje de cumplir con el objetivo propuesto ante más de las cincuenta personas o instituciones en cuyas puertas hubo que llamar hasta conseguirlo. 

Con un nutrido reportaje de imágenes que visualizan año a año el estado de la Ermita, es una publicación que pide permiso para entrar en todas las casas de la Comarca de Izaga y más allá, pues a lo largo de sus casi 300 páginas cautivará al lector con hechos reales y le invitará a ascender y visitar, como un romero penitente más, hasta la morada de San Miguel, en la higa de Izaga. 

Si está interesado en adquirir algún ejemplar puede llamar al 659303994, pregunte por un servidor, que con gusto le atenderá y anotará su reserva. 

El precio de venta es de 20€. La tirada, como siempre, es limitada, por lo que conviene solicitarlo cuanto antes. Si vive en el Valle de Lónguida, Izagaondoa, Ibargoiti, Unciti, Monreal, Urroz-Villa, Urraúl Bajo, Lizoáin-Arriasgoiti, y si está interesado por temas del Patrimonio de Navarra, no se lo piense y solicítelo ya.

La Asociación Grupo Valle de Izagaondoa se lo agradece de antemano.
















sábado, 8 de marzo de 2025

SAN MARTÍN DE ARTAIZ NECESITA UN REPASO.

 

SAN MARTÍN DE ARTAIZ NECESITA UN REPASO.

 

Por Simeón Hidalgo Valencia (08 de marzo de 2025). 

 


La iglesia románica de San Martín de Artaiz, según se dice desde que se escribe sobre el románico de Navarra, es el mejor y el más importante ejemplo, en este antiguo reino, del denominado “Románico Rural”. 

Quizás sea un poco exagerada esta afirmación, pues, por ejemplo, de San Pedro de Etxano también se pudiera decir lo mismo, pero ya que me muevo por la Comarca de Izaga -y este patrimonio heredado es uno de los hitos que creo conocer un poco, pues lo estudio durante años y he logrado encajar bastantes piezas de su rompecabezas doctrinal y su mensaje lo transmito al público en las visitas guiadas que organiza periódicamente la Asociación Grupo Valle de Izagaondoa y en las que se solicitan por grupos amantes del románico, centros educativos, estudiosos, turistas y demás interesados en el patrimonio-, me parece muy acertado que así se la defina.

En su momento, -allá por los tiempos del obispo Don Pedro de Artajona o Don Pedro de París, pues éste es para mí el poderoso señor que impulsa la construcción de esta iglesia, que se hace representar bajo el alero en la placa de piedra colocada junto al joven trifronte en actitud de bendecir su replanteo a la salida del sol en el equinoccio de primavera-, San Martín luciría hermosa recién terminada, a todo color, policromadas sus esculturas sin ningún desperfecto material.

El paso del tiempo y los acontecimientos históricos propiciarán fallos serios en su construcción, sin olvidarnos de la acción humana y sus luchas de poder. Según el Libro de Fábrica de Artaiz, hubo que hacer obras muy serias de restauración en la cubierta durante la segunda mitad del siglo XVI.

Estas obras tuvieron como objetivo reparar el cuarto de esfera del ábside, así como la cubierta en gótico tardío de los dos cuerpos más cercanos a él. Igualmente se añadió una capilla lateral en la fachada norte y se construyó la sacristía. También, por orden del Sr. Obispo de Pamplona, el muy ilustre y reverendísimo señor don Pedro Pacheco, de noble cuna castellana, transmitida por su delegado el visitador y bachiller, arcipreste don Miguel de Ollacarizqueta al abad de Artaiz, don Pedro de Urroz, se tuvieron que cegar dos vanos del muro norte y el correspondiente al hastial oeste. En el mandato correspondiente se expresa que habría que cegarlos “a cal y canto bajo pena de excomunión”. También se pintó la bóveda del ábside con formas geométricas modernas correspondientes al Renacimiento poniendo en práctica los conocimientos de la perspectiva, dando la sensación de casetones floreados que aparentan profundidad, al igual que se hizo por la misma época en Vesolla o en Grez, dentro de la Comarca de Izaga. Tipo de pintura muy lejos de la realizada a comienzos del siglo XIII en el ábside de San Martín de Artaiz correspondiente al denominado estilo gótico lineal en momentos de transición arquitectónica denominado “protogótico”.

Años después de esta gran transformación estructural se colocó el retablo en el ábside impidiendo la visión de parte de las pinturas tanto protogóticas como renacentistas y al colocar el retablo se taponó la entrada de la luz por la ventana absidial por lo que hubo que abrir un nuevo vano en la zona sureste que iluminara de forma lateral el recinto.

Más tarde la desafortunada moda de dejar la piedra vista propició que se picaran las capas de revocos exteriores, estuvieran o no adornadas con pinturas murales, perdiéndose de esta forma todo un mundo de posibles mensajes pictóricos orientados a la catequización de los fieles.

Llegados al siglo XX, en la segunda mitad de los cincuenta, se realizaron fuertes obras de restauración y al retirar el retablo se descubrieron los restos oscurecidos de las pinturas mencionadas. Fue en 1958 cuando se restauraron los restos de pintura mural, los del siglo XIII como las citadas del XVI y el obispado las donó al Museo de Navarra accediendo a la solicitud cursada por la Diputación de Navarra. El edificio quedó como nuevo y en 1983 se le otorgó el título de edificio de Interés Cultural.

“Mucho más recientemente, concretamente en el año 1997, fueron realizadas nuevas obras de restauración, conservándose hoy en día en un estado impecable”, se escribe en la página web de Arteguías. (arteguias.com/iglesia/iglesiaartaiz.htm).

 ¿Es cierto que la iglesia románica de San Martín de Artaiz, paradigma del románico rural navarro se conserva hoy en día en un estado impecable? 

Lamentablemente la respuesta es: ¡NO! Y lo digo desde hace años. 

Cuando en 2018 se procedió a colocar en el ábside sendas copias de las pinturas medievales y renacentistas escribí con fecha del 19 de octubre de 2018 el artículo titulado: SAN MARTÍN DE ARTÁIZ: SESENTA AÑOS DESPUÉS” en el que me congratulaba por ello, pero advertía de un peligro: 

“Pero ¡ojo!”, decía.

“Sesenta años después la estructura de la iglesia presenta signos de declive que, si no se remedian, con el tiempo irán a más. Sus paredes y la cubierta tienen grietas alarmantes, señales de que es necesaria una nueva actuación en la estructura del edificio, que pide que se sujete su perímetro en sus cimientos. Que el colorido de sus pinturas no nos haga dejar de ver lo más importante, pues de no actuar cuanto antes, el edificio en sí peligra. Grietas en la bóveda, grietas en el muro oeste, grietas en el sur, grietas en el ábside. No dejemos que vayan a más”. Y grietas también en el muro norte.

 Últimamente, el organismo competente ha estado revisando la iglesia de San Martín de Artaiz y en las grietas han colocado testigos para comprobar si la inestabilidad del edificio sigue avanzando y, pienso, tomar las decisiones oportunas para su conservación integral. 


Aquí muestro algunos “antes y ahora” del edificio. 







A la vista de estas imágenes cualquier persona interesada en la conservación del patrimonio daría la voz de alarma y no dejaría pasar el tiempo para intervenir, pues el peligro está presente y más si en su recinto se celebran actos religiosos, visitas guiadas y otras actividades culturales que atraen al público.

Tengo que decir que el día en que hice el reportaje para documentar este artículo, estando en el interior de la iglesia, en medio del silencio escuché por dos veces como un chasquido seco que me invitó a salir, por si acaso, pues era la primera vez que lo escuchaba.

 

Pero no sólo es en la estructura de la iglesia en la que habría que intervenir, porque si nos fijamos en sus esculturas, -quizás lo más interesante para el visitante, porque a través de ellas, el comitente que impulsó su construcción nos transmitió su catequesis doctrinal-, veremos que varias de ellas prácticamente se han perdido, otras tienen un alto grado de erosión que levanta su capa exterior, otras presentan grietas alarmantes que con el tiempo quebrarán la figura. Otras han sido remodeladas por las avispas, … Si no se interviene con técnicas eficientes en la conservación de estas tallas, las iremos perdiendo una tras otra.

Veamos algunas imágenes de estas esculturas más deterioradas:



















 

Como se suele oír “Dice más una imagen que mil palabras” …, pues aquí hay muchas imágenes que recalcan y confirman cada una de ellas el título de este artículo: 

SAN MARTÍN DE ARTAIZ NECESITA UN REPASO.