lunes, 30 de junio de 2025

SOLSTICIO DE VERANO EN SAN MARTÍN DE ARTAIZ: “DE LEONES Y DE HUMANOS”.

 

SOLSTICIO DE VERANO EN SAN MARTÍN DE ARTAIZ:

 “DE LEONES Y DE HUMANOS”.

 

Por Simeón Hidalgo Valencia (30 de junio de 2025)

 

LOS LEONES PROTECTORES 




El segundo nivel de lectura que yo hago de la portada de San Martín de Artaiz se refiere a sus dos grandes leones. 

En la zona de las enjutas se insertan sendos leones de grandes proporciones y de aspecto fiero a juzgar por sus fauces y sus garras. Su conexión con los leones de la fachada del monasterio de Leire y los del tímpano en que aparece el crismón de Jaca es evidente, aunque hemos de remontarnos mucho más atrás en el tiempo, pues en Artaiz, como en los lugares mencionados, se sigue la tradición antigua de plasmar en las puertas de sus ciudades figuras de animales protectores. 

Tendemos a interpretar estos leones de Artaiz siguiendo el paradigma del tímpano de la catedral de Jaca, dado que allí se expresa su simbolismo por escrito. 

Como a los dos leones de Artaiz se les ha representado con aspecto fiero y enormes garras, quien los ve por primera vez, sin detenerse a observar y analizar sus detalles, tiene una primera impresión negativa y aterradora de estos amenazantes leones devoradores de personas y esta es la interpretación más habitual. 

Sin embargo, aunque en parte los motivos sean los mismos, existen diferencias entre los leones de Jaca y los de Artaiz. 

Para empezar el tímpano de Jaca se realiza hacia finales del siglo XI y Artaiz hacia el último tercio del siglo XII, casi un siglo después. En Jaca hay dos leones y sólo en uno de ellos aparece bajo él una persona en cuya mano derecha sujeta una culebra.   En Artaiz también hay dos leones, pero relacionadas con ellos hay tres personas, a no ser que sea una persona en tres fases distintas de su estrenada vida. Esto me parece importante tenerlo en cuenta a la hora de poder interpretar estas imágenes. 

Pienso que el comitente ideológico de Artaiz, el famoso obispo de la fachada, aunque mantenga el mensaje de Jaca, lo plasma de forma más atrevida. 



Observemos de cerca a los leones de Artaiz y recordemos que también en el ábside, en el segundo canecillo de su lado noreste, hemos localizado el rostro de un león y debajo de él, el de un ser humano. 

Este canecillo recibe la luz del sol brevemente en la amanecida de los equinoccios y como el resto de los situados en la zona norte, solamente por unos días y horas en época del solsticio de verano, tanto en la amanecida como en el ocaso. El resto del año está apagado. Por ello es de sumo interés conocer cómo incide la luz sobre él, dado que está relacionado con los dos leones de la portada. Lo veremos más adelante. 

Este símbolo del león con personas a sus pies se decía, aparece ya en las culturas antiguas. La arqueología ha sacado a la luz restos escultóricos que demuestran que lo que vemos en San Martín de Artaiz no es algo aislado y propio del lugar, sino que más bien San Martín de Artaiz recoge y forma parte de una tradición y creencias que su comitente ve apropiadas para las gentes de finales del siglo XII en la comprensión de las creencias cristianas, tales como la muerte, necesaria para nacer a la otra vida, más allá de la muerte. 

 Este canecillo y los leones de las enjutas de Artaiz están en relación con algunas piezas escultóricas iberas, tales como el denominado “León de Bienservida” del Museo Arqueológico de Albacete, conocido también como “León de Huerta Bayonas”, Villarrodrigo (Jaén) (siglos VI-I a. C.) o el denominado “León protector de la ciudad de Cástulo” (Jaén) (siglos II-I a. C.), que se encuentra en el Museo Arqueológico de Linares, al igual que otro ejemplo de canecillo del siglo XII situado en la iglesia de Santa María de Xunqueira de Ambia. Ourense, y otros leones con personas debajo, en Navarra, como los plasmados en la antigua basílica de San Nicolás de Bari, en Tudela o en Santa María de Sangüesa. 


León de Bienservida.  (Tomada de Internet)


León de Cástulo(Tomada de Internet) 


León de Xunqueira de Nabia. (Cedida por Javier Gago)  


Leones de San Nicolás de Bari - Tudela - Navarra


León de Santa María de Sangüesa - Navarra.


Uno de los leones de Leire. El mejor conservado. Navarra.


Tímpano de San Pedro de Jaca. Huesca



- ¿Qué hace este león de Artaiz?, pregunto en las visitas, y la primera respuesta es:

- Está devorando a una persona.

Pero de inmediato, otro asistente comenta:

-O la está regurgitando.

 Esto último crea comentarios dispares y se anima el ambiente de la visita. Es bueno y positivo, digo, el intercambio de visiones y pareceres. A primera vista nos da la impresión de que el león está devorando a una persona, mientras otra espera tumbada a sus pies para correr la misma suerte.  Pero ¿y si estos leones de Artaiz están en la línea simbólica de las esculturas recientemente descubiertas, pero esculpidas muchos siglos antes? ¿Serán seres protectores que nos protegen y acompañan hasta el final de nuestra vida?

 Personalmente me inclino a ver a un solo león y a una sola persona en tres momentos. El león es Cristo, como se dice en Jaca. La persona, cada uno de los que se acercan hasta Artaiz a leer en el libro escrito de sus esculturas. ¿Qué es lo que yo leo?



 En un primer momento leo que el león ciertamente está pariendo. De sus aparentes devoradoras fauces sale una persona. Viene de nalgas y como todo ser que nace está desnudo. En un segundo momento el recién nacido está acostado y a los pies del león hace sus primeros movimientos. Se abraza a la pata delantera derecha del león y la misma luz del sol, que es vida, certifica este primer movimiento e ilumina progresivamente sus manos y la garra del león que le sostiene.



 La paz y la tranquilidad que refleja el rostro de la persona denota que es un recién nacido cuya cabeza se la sostiene el león con ternura y deja que repose en su garra delantera izquierda, que hace de almohada. No hay en su rostro ningún signo de terror o miedo a ser descuartizado.

 Que se trata de un nacimiento nos lo confirma la frase correspondiente del tímpano de Jaca escrita en latín.

Transcripta en su extensión se leería como la recoge Juan F. Esteban Lorente en su estudio “Las inscripciones del tímpano de la Catedral de Jaca”.



IMP(er)IVUM MORTIS CONCVLCANS E(st) LEO FORTES que traducido dice: 

“EL PODEROSO LEÓN ESTÁ PISANDO EL IMPERIO DE LA MUERTE”.


Luego, si “el poderoso león pisa, aplasta o domina el imperio de la muerte”, quiere decir que vence a la muerte, mata a la muerte, destrona al poder de la muerte y que ofrece la vida. Así se refleja en este león situado en la enjuta izquierda, según miramos la portada, de la iglesia de San Martín de Artaiz.  Si domina a la muerte es porque da la vida, como se ve en la metopa del descenso de Jesús a los infiernos para rescatar y dar la vida a los bienaventurados del Antiguo Testamento.



 El león de la derecha reproduce al mismo león y a la misma persona, pero en un tercer momento. Aquí la persona tiene ya más autonomía y parece como que quiere ponerse en pie. Para lograrlo se sigue apoyando en el león a cuya pata delantera izquierda se agarra, mientras se incorpora.

Su brazo derecho se ha perdido en parte, pero en lo que se conserva se adivina que lo tenía levantado. Por lo que en Jaca observamos en la única persona que aparece bajo el león de la izquierda, según miramos, también ésta de Artaiz sostendría una serpiente. Animal claramente símbolo del mal, al que la persona de Artaiz domina y mantiene a raya gracias a la fuerza y protección del león, Cristo, como se ve igualmente en el soldado del séptimo canecillo que clava su lanza en la boca del dragón mientras coloca su pie izquierdo sobre su cuerpo.

 Se muestra al león en actitud protectora, pues tiene entre sus garras a la persona que ha parido agarrada con confianza a su extremidad delantera izquierda y se recuesta sobre las garras de su pata delantera derecha. La expresión de su rostro sigue siendo de paz y confianza y parece sonreír. Actitud ésta que se resalta y ve con más claridad con los matices de la luz al incidir sobre su rostro. De esta manera sería aplicable a esta persona de Artaiz la misma leyenda que aparece en Jaca respecto de este león protector, símbolo de Cristo salvador.

 


PARCERE STERNENTI LEO SCIT. XP (istu) S Q(ue) PETENTI

 

“EL LEÓN SABE RESPETAR AL QUE SE LE POSTRA A SUS PIES

Y

 CRISTO AL QUE LE IMPLORA”.

 

… y en esta implorante actitud ha de intentar mantenerse a lo largo de su existencia terrenal, hasta que le llegue la muerte y con ella dé el paso definitivo a la vida eterna de la mano del león, Cristo, que perdona, protege y da vida.

 

El SOLSTICIO DE VERANO – 21 DE JUNIO

 

Volvamos ahora al canecillo mencionado al principio de este apartado y observemos su posición en el conjunto de los 14 que sostienen el alero de la cubierta del ábside. Corresponde al número 5 y está situado al noreste del ábside. Como el resto de los numerados su tema se repite en la portada. Con la salida del sol en los equinoccios se ilumina. En esta fotografía del equinoccio de otoño de 2015 se aprecia muy bien, enfrentado al número 4, que representa el órgano genital masculino y simboliza la generación de la vida: El nacimiento. Y donde hay nacimiento habrá, al final, su opuesto: La muerte.



 Es en el solsticio de verano cuando la luz del sol incide sobre los canecillos del noreste del ábside y de la fachada norte por unas horas, tanto al amanecer como al atardecer.

 Este año de 2025 he vuelto a Artáiz el día 21 de junio, día del comienzo del verano, para seguir observando cómo actúa la luz del sol, fuente de vida, sobre las zonas citadas y muy especialmente sobre el canecillo en que aparece una cabeza de león y debajo de ella una cabeza humana.



La salida del sol se produjo a las ‏‎6:55:40 (4,55 solares) y desde ese momento las zonas señaladas de la iglesia se iluminaron, hasta que progresivamente volvieron a la oscuridad al ir rotando y desplazándose la tierra y la luz solar iluminaba progresivamente el sureste del ábside y la fachada sur. Veamos la secuencia.

  ‏‎  


6:57:26.  

    


 ‏‎6:58:30.                                  

   


 ‏‎6:59:52.

     ‏‎


7:06:04.   

   


 ‏‎ 7:07:38.     

   


‏‎ 7:37:34.

    


 ‏‎7:42:54.     

  ‏‎   


9:09:46.   

 ‏‎  


  9:21:12.

‎  


10:05:06.   

 


 ‏‎10:53:22.   

  


‏‎ 10:54:20.

 


He podido calcular, teniendo en cuenta las horas en que se realizan las fotografías expuestas, que son prácticamente 4 horas (3 h. 58’ 40’’) las que el canecillo segundo de la zona noreste del ábside, (opuesto al segundo de la zona sureste, que corresponde a los órganos genitales masculinos), está en todo o en parte iluminado.

 Por la tarde me acerqué de nuevo para seguir observando el impacto de la luz solar sobre los canecillos de la fachada norte y comprobar, de nuevo, como había hecho años anteriores, hasta dónde llegaba a iluminar en el momento de ponerse el sol. No tuve suerte, pues una imprudente nube ocultó al sol. Por ello hecho mano de las imágenes tomadas también un 21 de junio, pero en este caso de 2016.

     En el atardecer del solsticio de verano, el 21 de junio, el sol empieza a iluminar los canecillos del norte comenzando por el situado en la esquina noroccidental, que en este caso es una deteriorada cabeza humana. Desde las 19:17:00 a medida que hace su recorrido descendente hasta el punto del ocaso va iluminando los diferentes canecillos en dirección al noreste del ábside.

 Progresivamente llega la luz al caballero barbudo, a la mujer en cuclillas que enseña su sexo, al feísimo y deforme diablo, al padre que lleva en sus hombros a su hijo, a los dos personajes con un barril, al hombre triste, a la pareja de amantes, a las cuatro bolas, al hombre en cuclillas y al canecillo con una sola bola. Estos son los canecillos originales conservados en el muro norte.

 Pero además el sol ilumina también los dos canecillos primeros de la zona noreste del ábside. El primero representa los restos de un animal que parece clavado por sus cuatro patas a la misma piedra y el segundo, que es el objetivo de este estudio, representa a una cabeza de león por encima de una cabeza humana. 



Desde las ‏‎20:58:36 se empieza a iluminar por la parte izquierda del hocico y mandíbula superior de las fauces del león, como se ve en la secuencia “Dos cabezas a la luz solsticial” vespertina, habrá que añadir.

  


Poco a poco, el sol invade la cabeza del león y hacia las ‏‎21:31:36 comienza a iluminar el rostro humano por la zona de su ceja derecha, como se puede observar en la fotografía, 



hasta llegar a las ‏‎21:36:20 en que este canecillo llega a su máxima iluminación.



 Permanece iluminado con la luz mortecina del ocaso‏‎ y palidece poco a poco, hasta que lanza su último suspiro.



Son las ‏‎21:39:42, cuando se produce el ocaso. El sol, que es vida, muere y junto a él, el león y el ser humano penetran juntos en el misterioso mundo de las sombras.

 La luz vespertina del solsticio de verano lo ha iluminado durante 41’ 06’’.

 

 

“DE LEONES Y DE HUMANOS”: INTERPRETACIÓN.

 

Como se ha comentado, los leones de Artaiz forman parte de una cadena de espiritualidad cuyos primeros eslabones se remontan a tiempos anteriores a la aparición del cristianismo, así lo demuestra su similitud ideológica con esculturas realizadas por antiguas civilizaciones, recientemente descubiertas. En nuestro caso correspondientes a la cultura ibera. En ellas se representa a un león que tiene bajo su cuerpo a un ser humano.

 —¿Por qué, entonces, si son esculturas anteriores al cristianismo aparecen expuestas en la portada de Artaiz, si son representaciones de “tiempos paganos”?

 —Porque estas imágenes, hay que reconocerlo, forman parte del sentimiento trascendente del ser humano que se sitúa por encima de dogmas, religiones o creencias determinadas excluyentes, que forman parte de ese denominador común de toda cultura terrestre. El comitente que edifica la iglesia de San Martín de Artaiz, sabio obispo constructor y gran teólogo, así lo vio y consideró que esa base de sentimiento trascendente del ser humano expresado en esas esculturas antiguas era la base imprescindible, la roca firme, el humus fecundo de cualquier religión y, por lo tanto, también sería válido como expresión del sentimiento trascendente de las gentes cristianas de finales del siglo XII.

 El león, pues, es la representación de Jesús, como el Cristo Salvador del cual nacemos y bajo su protección nos mantenemos a lo largo de la vida con las fuerzas suficientes para dominar y mantener a raya el propio mal.

 —¿Y que tienen que ver estos dos leones de la fachada con el canecillo segundo de la zona noreste del alero?

 —Este canecillo contiene la esencia escénica de las esculturas de los aparentes fieros leones de las enjutas de la portada. La cabeza del león y la cabeza humana. Recordemos que es uno de los seis elementos presentes en las dos zonas más importantes del edificio: El ábside y la portada.

 —Además, este canecillo tiene una singularidad con respecto al resto de los del lado norte y de la zona noreste del ábside. Hasta él llega el sol del atardecer. En él se para y lo señala. En este momento se descubre que el león, símbolo de Jesús Salvador, nos protege desde el nacimiento hasta la muerte. El simbolismo del ocaso del sol y de la llegada de la noche nos habla de la muerte y en este último momento el león, es decir Cristo, además nos acompaña y conduce.  

 En resumen: Dicho con otras palabras, más técnicas, el comitente constructor de San Martín de Artaiz nos comunica que los leones de Artaiz desempeñan una doble función: Son seres apotropaicos que nos protegen en vida y en el momento de la muerte son nuestro psicopompo particular que nos conduce a la nueva vida.




lunes, 23 de junio de 2025

ROMERÍA A SAN MIGUEL DE IZAGA

 

ROMERÍA A SAN MIGUEL DE IZAGA

 

Por Simeón Hidalgo Valencia (23 de junio de 2025) 

 

“En punto y aparte quiero también reseñar, como nota destacadísima, la presencia de nuestro Sr. Obispo Don José María Cirarda Lachiondo. Ignoro si ésta fuera la primera visita, bendición y celebración de misa de un Sr. Obispo a esta Ermita (San Miguel de Izaga); desde luego, si no fue la primera vez, pocas veces serán las que le precedieron”. 

Esto lo dice el señor Don Fermín Zuza Zunzarren, nacido en Zuazu de Izagaondoa, al poner por escrito sus memorias sobre los pasos que tuvieron que dar él y sus compañeros entusiastas de la restauración de la Ermita-Basílica de San Miguel de Izaga, que corría serio peligro de derrumbe hace ahora cincuenta años. 

—Que, ¿Cómo yo sé esto?

—Pues porque desde el 23 de julio de 2024, un hijo suyo, Mikel, me pasó toda la documentación que había recopilado su padre a lo largo de los años 1975-1986 sobre San Miguel de Izaga, desde sus propias notas escritas de puño y letra, con muy buena caligrafía por cierto, como se estilaba entonces, hasta escritos en la prensa local, trámites oficiales ante estamentos de la Diputación Foral o ante el Gobierno de Navarra, así como la recopilación de sus decisiones aprobadas, reportajes fotográficos, …, y con tanto material hemos podido cumplir el sueño que Don Fermín no pudo realizar en su vida: hacer el libro titulado “SAN MIGUEL DE IZAGA. HISTORIA DE UNA RESTAURACIÓN. (1975-1986)”. 



El pasado 15 de junio del año en curso 2025, seguramente que para Don Fermín y para el grupo de entusiastas compañeros que ya partieron, fue un día de alegría al ver, desde esa otra vida que la fe nos promete, que por suerte el récord alcanzado por la Ermita-Basílica de San Miguel de Izaga en cuanto a la dignidad eclesiástica de mayor nivel que la ha visitado ha sido batido por Don Celestino Aós Braco, vecino de Artaiz, un cardenal de la iglesia católica, sencillo y cercano a la gente que a sus 80 años fue un romero penitente más. 

Yo también estuve presente este año y, como suelo hacer, doy fe de esta tradición que une a todos los pueblos del valle, pues San Miguel y su morada en lo alto de Izaga es el imán espiritual que los atrae y les da identidad. Allí coincidieron parroquianos de Artaiz, Zuazu, Reta, Lizarraga, Ardanaz, Iriso, Urbicáin, Turrillas e Induráin. Todos con sus cruces parroquiales. Todos con sus inquietudes, ideas, deseos, proyectos y ruegos. Unos, a ponerse bajo la protección de San Miguel Arcángel, otros a participar de un día de convivencia en el monte y todos, en buen ambiente y camaradería. 


Me llamó la atención y observé con alegría que volvieron a subir entunicados, hombres y mujeres jóvenes, que auguran la pervivencia de esta costumbre. También, entre las más de 150 personas que calculé, había mucha juventud. Son el futuro… y parece que lo hay para esta romería pues, aunque los ya mayores pensemos que con nosotros se acaba la historia, afortunadamente no es así y la juventud adaptará esta bonita tradición con nuevas expresiones. 


Tengo que hacer notar que lo comentado en el artículo anterior referido a la subida del “Criadico” sobre el estado del camino al inicio de su recorrido, que se ha saneado y no hubo ningún problema para subir motorizados. También hay que reseñar la invitación que hizo el Ayuntamiento de Izagaondoa a todos los romeros invitándonos con un rico almuerzo preparado por la Panadería de Idoate. Muchas gracias. Son detalles que se agradecen y ayudan a una mejor convivencia vecinal. 

En la misa el cardenal Celestino nos animó a vivir la religión y a ser agradecidos por el don de la fe.



“Demos gracias a Dios. Demos gracias a Dios y a nuestros padres y a nuestros abuelos porque nos enseñaron la religión. La religión no es una cosa de un loco que es para unos pocos. Hay gente que vive sin religión, cierto, pero la religión es una gran bendición y a nosotros nuestros padres, nuestros abuelos, nuestros hermanos, nuestra familia nos la enseñó. 

Cuando uno tiene la experiencia que yo he tenido de estar ahora, por ejemplo, en Roma, en la muerte del papa Francisco y en la elección del papa León y nos encontramos cardenales de todo el mundo, qué hermoso el decir: a mí me bautizaron al día siguiente de nacer, cuando yo tengo un cardenal a mi lado que me dice: Yo soy de una familia pagana de allá, de Corea y yo descubrí a Jesús cuando estaba en la universidad… y en medio de eso está feliz de ser cristiano.

Este año, en la Pascua que hemos vivido, sólo en París, que está aquí cerquita, se han bautizado 18000 personas adultas. 18000 personas que no habían conocido al Señor, que conocieron al Señor, padecen un proceso, porque no se trata de dar una charlita, sino de cambiar la mente y la vida y se han bautizado.

Darle gracias a Dios por el don de la fe, que parece que no nos enteramos mucho…



¿Y esta fe qué significa? Esta fe que está sellada por los mártires, esta fe que han vivido, imagínense, cuántos miles de personas creyentes han venido aquí a edificar en aquellos tiempos esta ermita, que han venido aquí a rezar y después se fueron y después volvieron… ¿Cuántos?... Pero ¿Saben qué? Nuestra fe. Nuestra fe. 

Después de todo, cuando yo veía al papa Francisco allá en el cajón, en el ataúd, este hombre no era un buen político, no tenía un ejército, … ha vivida su fe, ¿en quién? en Jesucristo que está en la cruz. Ustedes han traído las cruces de sus pueblos. Nosotros creemos en Jesucristo porque el Espíritu Santo así nos lo enseña. 

Yo me acordaba en estos momentos, cuando en mis años de estudiante yo estaba en Zaragoza, yo tenía 17 años cuando yo fui a la universidad y uno de los días volví al convento nuestro, convento nuestro que es la basílica de San Antonio y había un muchacho que miraba por allá. Yo me acerqué. Él era norteamericano. Yo no sé inglés, pero vamos, nos entendimos. 

—¿Y esto qué es, es una iglesia católica, un templo?, ¿Se puede entrar?

—¡Claro! La puerta está abierta. ¡Puede entrar cualquiera! 

Y entramos y yo empecé a explicarle, con toda mi buena voluntad, pues esto es un templo, aquí está el altar, ahí donde se bautiza y cuando llegamos, en el presbiterio hay un gran Cristo colgado en la cruz y me dijo: 

—¿Y ese?

Le dije

—Ese es Jesús. Ese es nuestro Dios. Ese es nuestro Dios y Señor. Nuestro Salvador.

Él me dijo:

—¿Cómo?

—Ese es mi Dios y mi Salvador…

y me dejó cortao, porque se dio media vuelta y me dijo:

—¡Ese Dios no me interesa!

Y se fue. 

Yo después pensaba, y dije:

— ¡Claro!… Ese Dios no le interesa porque él era uno de los pilotos que estaba bombardeando Vietnam. Sus valores eran el honor, que le den una medalla por haber hecho una atrocidad más grande, la fama, el dinero, que le paguen bien… y, ¡claro!, los valores que tenemos nosotros siguiendo a Jesús son otros. ¡Ese Dios no me interesa!... 

A lo largo de mi vida he encontrado a mucha gente que dice “ese Dios no me interesa”, pero he encontrado mucha gente que dice: ¡a mí, ese Dios me interesa!, y ¡a mí, me interesa!... y por eso sigo siendo cristiano, porque ese Dios me interesa, porque quiero que Jesucristo sea mi luz, el camino de mi vida y al final será (¿?) ... 

La última vez o una de las últimas veces que yo vine fue con mi padre. Mi padre que era un montañero que todo el mundo conoce porque tenía que llevar como diecisiete pueblos los que tenía él, era el lucero, entonces no había horarios, entonces había que ir porque de repente en Idoate no hay luz, en Lizarraga han cortado la luz, en Ardanaz no sé qué, ¡y había que ir! Y había que ir a cambiar la “polleta”, la bombilla, porque la vaca iba a parir o iba a parir la yegua… ¡y siempre parían de noche! Y había que ir entonces a cambiar la “polleta”, la lámpara, para poner una más potente y una vez que pasaba eso otra vez se volvía a la antigua…Eran otros tiempos…pero esta es nuestra tierra… y uno puede ir a otro sitio y puede estar en Roma, en Jerusalén o en Chile. A mí me tocó estar en el desierto más árido del mundo durante cinco años, en el desierto de Atacama. Allí hay zonas en que no llueve, aquí le pedimos agua a San Miguel, … allí llueve una vez cada cinco años o cada siete. El mundo tiene rasgos distintos, pero uno lleva en el corazón, eso, la fe que recibió y el cariño por la tierra que le vio nacer y por las personas que conoció, por eso os invito a que hoy, efectivamente, este día de la Trinidad y a los pies del arcángel San Miguel, demos gracias a Dios por nuestra fe. Tratemos de vivirla, porque ahora los tiempos han cambiado, pero la fe es la misma y entonces deseo que sean felices y que un día nos podamos encontrar así en la gloria del cielo. 

Como ustedes están de pie y estarán cansados… aquí corto el rollo, no me alargo más, no se asusten.

Vamos entonces a proclamar nuestra fe rezando juntos el credo: “Creo en Dios Padre…” 



Después de la misa se cantaron Los Gozos a San Miguel y, como todos los años subimos a la loma para la bendición de los campos, ya sazonados muchos de ellos para su cosecha. Es una imagen que me gusta fotografiar con las cruces de todos los pueblos mencionados y en este año con el señor cardenal bendiciendo a los cuatro puntos cardinales.



Ya en la despedida, la cercanía y sencillez del cardenal Celestino, como un paisano de la tierra, hijo de Artaiz, las demostró acompañada de otra virtud importante como es la paciencia, pues muchos de los asistentes nos acercamos a él para guardar un recuerdo a su lado de la primera vez que un cardenal subió como romero penitente acompañando a sus vecinos de Izagaondoa.

Termino este artículo deseando que los buenos sentimientos y la grata convivencia que se respira en lo alto, en las citas de las romerías a Izaga, se mantenga también en el día a día en cada uno de los pueblos del valle. 



—Ya ve, Don Fermín, cómo ha sido la romería de este año de 2025 a su querida Ermita. Año en que se cumplen los 50 en que con su grupo de “entusiastas” comenzó a “mover Roma con Santiago” para que se restaurara. Hoy, un cardenal venido de Roma, ¡nada menos! ha presidido, junto a sus paisanos, los bonitos momentos de esta última romería. Yo me acordé de Usted y no dudé de que estaría muy contento al ver su Ermita de San Miguel tan bien restaurada como en la ceremonia de su reinauguración en 1986, presidida por el arzobispo José María Cirarda.