DEL CENTRO DE
SALUD DE ANSOÁIN AL MONASTERIO DE FITERO.
Por Simeón Hidalgo
Valencia (17 de junio de 2021)
La última vez que fui a hacerme unos
análisis a mi centro de salud me fijé, al entrar, que en su fachada de ladrillo
caravista alguien había realizado un esquemático y expresivo grafiti a base de
tres rasgos trazados con tiza blanca. A la salida me detuve a sacarle una
fotografía como suelo hacer a veces con los que me gustan por algún motivo, sea
por la idea que reflejan, el mensaje que denuncian o el arte que encierran. Lo
que me atrajo de este fue que me llevó a los tiempos en que me dedicaba con
asiduidad a recorrer Navarra recogiendo las marcas de cantería que los
mazoneros medievales dejaron grabadas en los sillares de muchas construcciones,
pues me resultaba familiar.
Me transporté de inmediato hasta el
monasterio de Fitero, donde pasé una semana trabajando en julio de 1999 en esta
afición, a la vez que descansaba en uno de sus relajantes balnearios. Diez años
después, en 2009, di a conocer este trabajo en el libro “Canteros románicos
por los caminos de Navarra, Tomo I y II”.
No sé qué verá el lector en este grafiti.
Alguien a quien se lo he mostrado me ha contestado con toda seguridad que es un
emoji que representa la sonrisa. Es una cara sonriente. Alguien se siente
feliz. -Puede ser, pienso, pero los ojos tendrían que ser puntos- digo yo.
Quizás es que sea mi mente la que está ya condicionada por lo que recordé recogí
en Fitero y más cuando ya tenía recogido un grafiti anterior con el mismo
trazado y una pequeña leyenda: OMAR Tk. “Omar, te quiero”. ¿Sonrisa o simbolismo
sexual?
¿Qué se quiere expresar hoy en día con
este dibujo? Personalmente yo leo lo siguiente: “Omar, te quiero y me
gustaría hacer el amor contigo”, pues yo veo el esquema de un pene y una vagina
y por eso es por lo que mi mente se fue a Fitero, porque este pequeño grafiti ya
lo tenemos, en definitiva, presente en alguno de los sillares del monasterio unos 800 años
atrás.
Desde luego no es un emoji ni ninguna cara
sonriente si tenemos en cuenta el conjunto de la marca de cantería que lo contiene.
Esta es la imagen en su totalidad y sigo viendo la representación esquemática
de una relación sexual, en este caso grabada en la piedra del exterior de la
cabecera de la iglesia. No es la única representación, sino que hay otros
modelos que nos hablan más o menos explícitamente del coito, uno de los cuales
está presente en la misma sala capitular, una de las estancias más frecuentada
por los monjes. Da la impresión de que con estos grabados se dejaba algún
mensaje dirigido directamente al estamento religioso, y en general a toda
persona que los viera, que habla de la bondad del sexo y su papel en la
creación.
Representación
explícita del coito en el monasterio de Fitero.
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