SOLSTICIO DE
VERANO EN ARTÁIZ
Estamos en el momento propicio y justo
para hacernos un autorregalo los que somos amantes del mensaje de la luz, pues
estamos ya en este día en que el sol llega a su clímax e ilumina las zonas
templadas de nuestro planeta Tierra durante más de catorce horas. En concreto
en Artáiz he calculado que durante 14 horas y unos 56 minutos hay luz solar en
el 21 de junio, día del solsticio de verano. Sale el sol por el noreste a las 6horas
y 43minutos y se oculta a las 21horas y 39minutos según comprobación personal directa.
Estamos en el solsticio de verano y como
en los equinoccios y en el solsticio de invierno hay extraños cazadores que se
acercan a lugares emblemáticos para cazar con sus cámaras de fotos esos
fenómenos luminosos que denominamos “los milagros de la luz”. Tengo que
confesar que soy uno de ellos. He estudiado el lenguaje de la luz en varios lugares
de la Comarca de Izaga y lo que he visto, cuando he tenido la suerte de que el
día amaneciera despejado, me ha recompensado sobremanera y me ha facilitado la lectura
y comprensión de lo que hace siglos los poderosos y ricos comitentes encargaron
realizar a los maestros canteros contratados.
En el caso de la iglesia de San Martín de
Artáiz el lenguaje de la luz es esencial para poder identificar los detalles de
los motivos escultóricos y para poder penetrar y traspasar el exterior, más o
menos artístico, y poder así llegar al mensaje oculto en su interior. Lo
importante no es el exterior, aunque sea lo que a primera vista nos atraiga y
nos distraiga. Lo importante es el mensaje. Descubrir lo que ese libro en
piedra nos dice. Dar con el mensaje que el comitente quiso dejar para la
posteridad y que los maestros tallistas medievales lo interpretaron con mayor o
menor acierto artístico.
Pues bien, en el solsticio de verano se
produce en este edificio, siempre que el día amanezca despejado, uno de los
milagros más interesantes, no visible durante el resto del año. Dados los
puntos extremos del orto y del ocaso del sol podemos ver iluminados progresivamente
y por momentos -durante casi una hora en la amanecida y durante un poco más de
tres horas en el ocaso- los canecillos de la fachada norte de la iglesia de San
Martín, llegando en el ocaso a ver también iluminados los dos canecillos de la
zona noreste del ábside y saber cuál es el último señalado por el sol antes de
morir.
Estos conocimientos que he logrado al observar
la incidencia del sol sobre la iglesia de Artáiz a lo largo del año, me permiten
añadir y sumar argumentos a las explicaciones que hago a los visitantes que
vienen a las visitas guiadas gratuitas que dirijo representando a la Asociación
Grupo Valle de Izagaondoa.
Tengo también que decir que estoy siempre
en estado de búsqueda porque en cada observación se aprecian nuevos detalles
que van tejiendo el paño y descubriendo respuestas a los muchos interrogantes
que esta iglesia plantea. Debo también señalar que el lenguaje de la luz es
imprescindible para lograr responder a esos interrogantes y poder penetrar el
arte y llegar al mensaje.
Y como lo he recibido gratis por la
generosidad de la Madre Naturaleza -aunque también me lo he currado-, gratis
expongo a la vista de quien esto lea unas imágenes tomadas, para poder ver
iluminados los canecillos de la zona comentada que durante el resto del año
permanecen en la oscuridad. ¿Qué quieren comunicarnos?
AMANECER:
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