martes, 13 de marzo de 2018

SANTA MARÍA DE FITERO Y SUS MARCAS DE CANTERÍA


SANTA MARÍA DE FITERO Y SUS MARCAS DE CANTERÍA


Por Simeón Hidalgo Valencia (13 de marzo de 2018)


In illo témpore…, allá por el año de 1999, siglo XX, ya ha llovido, comencé mis vacaciones veraniegas en uno de los balnearios de Fitero.

Además de relajar el cuerpo tomando las aguas termales, mi misión y la de mi acompañante era la de hacer el estudio de las denominadas marcas de cantería de lo que quedaba del antiguo monasterio cisterciense de Santa María de Fitero, fundado en el año de 1140 en Santa María del Monte Yerda por un puñado de monjes venidos del monasterio francés de Scala Dei, aunque el emplazamiento definitivo en el lugar que hoy ocupa se realizó, según fuentes, en 1152 o 1155.

Parece ser que las obras del monasterio, tal como se conoce, comenzaron en torno a 1180 (otros apuntan al citado 1152) unos veinticinco años después del traslado definitivo. Las obras se interrumpen a finales del siglo XII y se continuarán a partir del nuevo siglo hasta el año 1247 en que parecen estar terminadas a juzgar por la indulgencia concedida por el papa Inocencio IV el 13 de mayo de dicho año a quien visitara el monasterio con ocasión de la fiesta de su dedicación. Al comienzo estuvo bajo la protección de los reyes de Castilla, aunque recibió también privilegios de los reyes de Navarra, que disputaban a los castellanos su posesión. En el año de 1373 pasó a depender definitivamente de Navarra.

El estudio que entonces realicé se centró en las dependencias existentes a las que se tenía acceso en su momento. En concreto se hizo el trabajo de campo en toda la iglesia, incluso en la zona superior exterior del paseo de ronda, y en las alas norte y este del claustro, en la que se encuentra la sala capitular. El resto de las dependencias no se pudieron estudiar dado el peligroso estado en que se encontraban.

En este primer paso de recogida del material se catalogaron más de 220 marcas o inscripciones distintas que se repetirían con mayor o menor frecuencia hasta poder afirmar que se hallaron más de 1900 sillares marcados.

Como el sábado que viene, 17 de marzo, volveré de nuevo a visitar con los Amigos del Románico del País Vasco el monasterio de Fitero, es por lo que me ha parecido interesante hacer una alusión a lo que muchas veces se nos escapa frente a grandes portadas, columnas o pilares, capiteles historiados o de otro tipo, altivas bóvedas, reflexivas salas capitulares, silenciosos claustros, frugales refectorios, hermosos ábsides, silenciosas criptas, eruditas bibliotecas,…, que no es otra cosa que estas magníficas construcciones se hicieron gracias a la pericia y buen saber de los maestros canteros, carpinteros, herreros y demás gremios. Entre ellos sobresalen los canteros que labraban las piedras y desde su categoría profesional realizaban sillares rectos o aplantillados, los colocaban en el edificio y, piedra a piedra, lo levantaron desde sus cimientos teniendo en cuenta las reglas básicas de la construcción para que perviviera por los siglos.

Muchas de estas piedras que colocaban tenían grabadas marcas, que son marcas de cantero porque un cantero las realizó, pero… ¿son realmente la firma de un cantero concreto o son algo más?

Pues bien, como he dicho más arriba en el monasterio de Fitero al menos son 220  las marcas diferentes que encontré por los sillares de la iglesia, del claustro y de la sala capitular, durante la semana que duró el trabajo de campo de ese verano de 1999 que me llevaría a realizar después el Camino de Santiago por segundo año consecutivo con el mismo objetivo con el que lo comencé en Fitero, pero esta vez en coche, para visitar lugares del mismo que como caminante peregrino no pude ver en 1998.

Lo que di a conocer en el 2009 sobre las marcas de cantería del monasterio de Fitero se encuentra formando parte del libro “Canteros románicos por los caminos de Navarra”, pero con motivo de la visita del próximo sábado recojo una selección de treinta marcas para que los visitantes, al observar las piedras del monasterio caigan en la cuenta de que también los simples sillares medievales nos pueden transmitir mensajes de una época ya lejana, pero que a través de las marcas de cantería podemos en parte vislumbrar.

Quizás más de uno se sorprenderá al ver alguna de ellas y se preguntará, como hicieron los jóvenes de un instituto al visitar Santa María de Fitero: ¿Estuvieron los nazis en Fitero?
¿Por qué es la cruz botonada la marca que más veces aparece?
¿Qué quiso comunicar el cantero que grabó en la sala capitular la imagen coital frente a las miradas de los monjes?
¿Es un cordero, como lo llaman en Fitero, o es una jirafa la silueta del animal que se graba en un tambor de columna?
¿Quién es el maestro cantero que trabaja y deja su nombre y su signo en la sala capitular?
¿Colaboró el gremio de los zapateros con sus donaciones a levantar el monasterio o cuál es el simbolismo del par de zapatos?
¿Participó también el gremio de los carniceros?
¿Y el de los vinateros?
¿Encontraremos el sábado las respuestas?
































No hay comentarios:

Publicar un comentario