SAN
MARTÍN DE ARTÁIZ – EL REPLANTEO
Por
Simeón Hidalgo Valencia (09 de diciembre de 2017)
Para mí, que he sido
también profesor y que he vuelto en esta mi etapa de jubilado a ejercer de tal,
ha sido un placer el atenderles y transmitirles lo que he ido descubriendo de
estos lugares, tras largas horas de observación silenciosa.
Aunque han venido a
estudiar arte les advierto que en las intenciones del comitente de Artáiz no es
tanto el arte lo que a él le interesa, cuanto el mensaje que sus numerosas
tallas comuniquen a los visitantes que quieren ir más allá de lo puramente
externo, pero al mismo obispo comitente de San Martín de Artáiz le atrae el
oropel, lo externo, el boato y en sus ínfulas episcopales se ha hecho tallar en
placa de piedra vestido de pontifical bendiciendo con su mano derecha y
portando en la izquierda el instrumento utilizado para alinear la planta de la
iglesia de este a
oeste, que no es un
báculo precisamente.
Y ya que no es un báculo
episcopal, sino un instrumento de replanteo, que denota que el que lo porta es
el constructor del edificio, me ha venido el recuerdo de la Escuela-Taller en
la que trabajé y me he animado a realizar la ficha pedagógica del replanteo de
la planta de la iglesia de San Martín de Artáiz.
Allá vamos.
Título: El replanteo de
la planta de San Martín de Artáiz.
Pasos:
1º. Preparación de
los materiales, útiles y herramientas necesarias: Dos varas con su ojo, el
cordel de 12 nudos, ocho estacas, cordel para la zona circular y punzón, cal en
polvo, arena, agua, plomada, paleta, artesa, azada.
3º. Alinear el sol
con la primera y la segunda vara: Con el alba se espera la salida del sol
con todo preparado, fundamentalmente la segunda vara con su ojo para que en el
momento en que aparezca el primer rayo de sol sobre el horizonte hacer la
operación de alinear el sol (nº 1), la primera vara que está fijada ya (nº 2) y
la segunda (nº 3), que la moveremos hasta que los tres puntos de referencia estén
en la misma línea. Una vez que coincida su alineación se procede a clavar y
sujetar la segunda vara al suelo.
Para
sacar los cuatro ángulos de la nave procederemos de la manera siguiente:
El
primer nudo de la cuerda lo aplicamos a la base de la segunda vara que está
clavada en el suelo y dando tres nudos de longitud hacia la derecha doblamos la
cuerda de manera que vaya paralela al eje de la nave, señalado con el cordel
que une las varas clavadas, hasta llegar al nudo ocho, de manera que habremos
empleado cuatro espacios internudales y de aquí los cinco espacios internudales
restantes los llevaremos al encuentro del primer nudo que está en la base de la
vara clavada.
Sin
darnos cuenta habremos obtenido un triángulo rectángulo. El ángulo recto que se
ha formado corresponderá a uno de los rincones de la nave. Clavamos en el mismo
una de las estacas, indicando este punto con el número 4.
Realizamos
la misma operación para sacar el resto de los ángulos de la nave y obtendremos
un rectángulo al unir con cordeles las cuatro estacas que marcan cada uno de
los rincones o ángulos rectos.
6º.
Marcar la cabecera circular de la iglesia: Atamos un cordel a la vara
primera que está clavada en el suelo (nº 2) y lo tensamos hasta llegar a una de
las estacas que marcan los ángulos del este (nº 4) y colocamos una punta
metálica o elemento que pinte haciendo coincidir este punzón con uno de los
números 4 y procedemos a marcar la semicircunferencia correspondiente a lo que
será el interior del ábside de la iglesia, siempre sin perder la tensión del
cordel, empezando en el nº 4 del sureste y terminando en el nº 4 del noreste.
Hasta aquí los pasos que daríamos
para el replanteo de la planta de la iglesia, que como es fácil de ver estaría
formada por un rectángulo (la nave) y un semicírculo (el ábside o cabecera).
Es lo que en su día se hizo allá bien
entrado el siglo XII en uno de los equinoccios, quizás el de primavera, pues la
iglesia de Artáiz está perfectamente orientada de este a oeste en esa época del
año, como lo he podido comprobar desde el campanario de la torre. Esta es la
operación que el obispo constructor de la misma bendice.
Si quisiéramos completar el replanteo
con la situación de las ventanas oriental y occidental y con la puerta
principal en la fachada sur daríamos los siguientes pasos:
8º. Marcar los vanos abocinados de
las ventanas: Para situar correctamente en planta los dos vanos originales
de la iglesia románica prolongaremos el eje de la misma hasta el exterior de
los muros (puntos a y b) y marcaremos interior y exteriormente el punto del eje
como referencia para, al levantar el edificio, abrir los vanos a la altura
deseada para que el sol ilumine el recinto adecuadamente. Pero esto corresponde
al replanteo en altura, no en planta.
9º.
Marcar la portada: Esta tarea sí corresponde al replanteo en planta y
consiste en dar la medida proporcionada al vano de entrada y al grosor de la
portada abocinada, teniendo en cuenta las tres columnas y el tímpano que la
componen.
Una
vez terminado este trabajo básico podemos imaginarnos cómo quedaría la planta
de la iglesia, que en nuestro caso la hemos realizado con unas medida
interiores de quince varas en el eje longitudinal de la planta, de las que doce
corresponden a la largura de la nave y tres al radio del semicírculo del
ábside. La anchura de la nave es de seis varas. El grosor de los muros de una
vara, salvo el de la portada que es de dos.
El
vano de la puerta es de dos varas y la abertura interior de las ventanas
oriental y occidental de una vara.
Teniendo
todo bien marcado sobre el suelo comenzaría el trabajo de abrir en la tierra el
perímetro hasta dar con la roca o hasta una profundidad bien calculada para que
el edificio tuviera una cimentación segura y pudiera sostenerse sin
corrimientos perturbadores. Si se viera necesario, pues no en todos los
edificios existen, se proyectarían los engrosamientos de los muros, denominados contrafuertes
exteriores, que paliaran el empuje de la cubierta. Estarían colocados con
relación a la división interna o tramos del edificio, aguantando la fuerza
realizada por los arcos fajones que descansan en semicolumnas adosadas a las
paredes internas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario