DE NAVASCUÉS (XII)
A OLITE (XV)
Acabo de dar por terminado mi último
trabajo titulado “LAS MARCAS DE CANTERÍA EN EL PALACIO DE OLITE”. En
él recojo y analizo hasta 334 marcas distintas de cantería grabadas en al menos
1501 sillares. Entre todas ellas una me ha traído a mi mente a la ermita de
Santa María del Campo. Este hermoso edificio está en la villa[1]
de Navarra llamada Navascués. Allí, en el año 2009 también estuve
inspeccionando sus posibles marcas de cantería. No encontré ninguno de sus
sillares grabados, salvo dos que, curiosamente, contienen el mismo signo, pero
en visión especular.
En este artículo quiero mostrar la relación entre estos dos edificios navarros a través de un pequeño denominador común a lo largo del tiempo como es, en parte, el simbolismo de las marcas que se van a comentar.
SANTA MARÍA DEL CAMPO – NAVASCUÉS: SIGLO
XII.
Revisada esta iglesia hace años no encontré
ninguna marca de cantería en sus muros, aunque una mirada atenta a la ventana
que está en el cuerpo de la torre, en su cara sur, me descubrió un par de ellas
en sus dos jambas.
Es en la tercera hilada a partir del
alféizar donde se pueden ver todavía, aunque la erosión sobre la piedra
arenisca las está deteriorando progresivamente.
El hecho de que en esta zona abierta al exterior del edificio sea donde se han colocado viene a indicar que fue algo voluntario y deseado por quien lo hizo. Más si tenemos en cuenta su diseño y composición, pues en la marca en cuestión se adivinan símbolos muy repetidos a lo largo del tiempo y del espacio, que están por todo el mundo. En este caso se unen en un solo símbolo la cruz y la estrella de cinco puntas o pentalfa.
También hay que tener en cuenta el hecho
de que sólo se haya encontrado un mismo modelo de marca de cantería en visión
especular le da aún más valor y categoría en cuanto a la posible misión que en
Santa María del Campo pudiera ejercer.
¿Cuál es esta marca?
Como se ha comentado este diseño de marca
se compone de dos partes, que a su vez son marcas independientes. La cruz y la
estrella de cinco puntas o pentalfa. La primera es la que con más frecuencia se
ve como marca de cantería, siendo la que ocupa el primer puesto entre las 50
más repetidas en muchos de los edificios que he estudiado. Bajo ella la
estrella pentalfa, que a su vez ocupa el puesto duodécimo. Hay que decir que
esta conjunción de estas dos marcas en una sólo la he visto en este lugar.
Al igual que en otros lugares donde no existen marcas de cantería, pero que en algunas de sus ventanas aparece por su exterior sea la cruz, como es el caso de la iglesia de La Purificación de Zuazu, Valle de Izagaondoa, sea la estrella, como en Santa María de Arce, Valle de Arce, la presente tiene una función apotropaica[2], funciona como un talismán reforzado por la conjunción de sus partes, propiciando el bien y defendiendo del mal.
Dibujo del Palacio de Olite realizado por D. Miguel Rodríguez Ugalde.
Dando un salto en el tiempo y también en
el espacio llegamos a Olit en el siglo XVI cuando por deseo del rey Carlos III
el Noble se está construyendo su Palacio Nuevo en el que se perfila en el
corazón del recinto, escalando el cielo, su primera gran torre. La Torre del
Homenaje. A medida que los maestros mazoneros la construyen van apareciendo en
los sillares de su escalera de caracol grabadas hasta, al menos, 64 marcas
distintas.
Entre ellas una me llamó la atención y me recordó el edificio anteriormente comentado. Otra vez me encontraba, después de más de 200 años, con una grafía similar formada por la conjunción de una cruz y de una estrella, aunque en esta ocasión la estrella fuera de seis puntas. La denominada “Estrella de David”.
Esta marca es la que más veces aparece en la escalera de caracol de la Torre del Homenaje del Palacio de Olite. Llega a 22 veces su representación en los sillares aplantillados del cierre de escalera, a los que hay que sumar una más correspondiente a la Torre de Salida y otras dos más grabadas en una de las puertas de la Cámara de la Reina, lo que hace un total de 25 en todo el palacio.
Este modelo es la primera y única vez que la he visto representada en todo lo que llevo estudiado dentro y fuera de Navarra y sin duda es más que una simple marca de cantero pues, aunque lo fuese, su simbolismo es tan fuerte que la hace única. Como la comentada de Santa María de Navascués también aquí se puede considerar como marca con función apotropaica.
Estamos en el primer cuarto del siglo XV y esta marca puede demostrar también, de alguna forma, que en el Reino de Navarra la convivencia entre judíos, cristianos y moros (como se denomina en la documentación de la época) era posible, pues aparecen unidos los símbolos religiosos de sendas creencias. El simbolismo de esta estrella de seis puntas une a las tres creencias y a otras culturas del mundo. Datos tenemos correspondientes a la construcción del Palacio de Tudela entre los años 1388 a 1394 donde trabajan la piedra más de un maestro mazonero judío (Abraham, Samuel, El Trompero, Juce, Haim, …) así como algún maestro mazonero moro (Ybrahim)[3] junto a la mayoría de los mazoneros cristianos.
…
Sirvan estos símbolos, expresión gráfica
de tiempos pretéritos, para sensibilizarnos todas las personas que vivimos en
el tiempo presente en el valor que con ellos se nos transmite y que con
tolerancia los hagamos llegar a las generaciones futuras. Al fin y al cabo,
hasta nosotros han llegado gracias a quien hace más de 800 años los grabó para
el futuro en Santa María del Campo, Navascués, y nos lo recordaron hace 500 en
el Palacio de Olite los maestros mazoneros del rey Carlos III, el Noble.
[1] “…Placuit
me atque conuenit… concedo tibi… una terra iuxta uilla que dicunt Nauascues”
en ÁNGEL J. MARTÍN DUQUE, Documentación medieval d Leire (siglos IX a XII), Documento
76, pág. 118., Diputación Foral de Navarra. Institución Príncipe de Viana,
Pamplona 1983.
[3] Consúltense
los libros de obras del Palacio de Tudela de 1388 a 1394 en el Archivo General
de Navarra/ Archivo Abierto de la Cámara de Comptos.
SIMEÓN HIDALGO VALENCIA, “Las marcas de cantería en el
palacio de Olite”, págs. 171-172.
No hay comentarios:
Publicar un comentario