SANTA
COLOMBA DE MEOZ. ¡UNA VEZ MÁS!
Por
Simeón Hidalgo Valencia (15 de junio de 2017)
No
le falta razón a la Sra. Sagrario cuando levanta la voz una y otra vez, desde
hace unos años, para que su querida ermita de Santa Colomba de Meoz sea
convenientemente restaurada y quede libre del adosado que en su día fue
vivienda del ermitaño adosada a la fachada sur de la iglesia que hoy día se ha convertido
en auténtico peligro, tanto para los romeros del lugar como para los frecuentes
visitantes que se acercan a visitarla.
No le falta razón, y
una vez más me ha llamado con la esperanza de que alguien haga algo, pues tanto
en Príncipe de Viana como en el Arzobispado, como incluso en su propio
ayuntamiento de Lónguida no la hacen caso.
No le falta razón,
digo, porque por enésima vez he acudido a su llamada y he vuelto a ver el
progresivo deterioro que este recinto adosado está sufriendo con el paso del
tiempo.
No le falta razón,
porque cualquier día se desplomará y quieran los hados que no pille a nadie
debajo, porque entonces la única que podrá hablar es la Sra. Sagrario. Los
demás “irresponsables” del patrimonio invocarán escusas para lavarse las manos
y para que no les pille a ellos ninguna responsabilidad.
La Diócesis invocará
que no tiene dinero, pero no ha hecho ascos a inmatricularla a su nombre.
Príncipe de Viana
invocará que depende de las decisiones de los políticos de turno.
Los políticos de turno
dirán, y lo dicen, que si es oficialmente del Arzobispado, que lo arreglen con
su dinero.
Y tanto unos como otros,
echando la pelota al tejado del vecino, dejan de lado lo principal. Que este
edificio románico es patrimonio de todos y que hay que remozarlo y librarlo del
cáncer que actualmente tiene y la única que parece darse cuenta de tal enfermedad
parece ser la Sra. Sagrario.
Hola,
ResponderEliminarComparto tu opinión sobre la necesidad de restaurar la iglesia, pero me gustaría añadir un dato como exconcejal del valle de Longuida.
Teníamos una propuesta de reforma desde el Ayuntamiento, en la legislatura que incluía 2017, en la que yo formaba parte del consistorio y, creo, que anteriormente y posteriormente también se ha hecho llegar la misma idea. Propusimos al arzobispado nuestra intención de pagar la restauración de la iglesia desde el Ayuntamiento, con la condición de que nos cediera la titularidad de Santa Colomba y dejándoles siempre el derecho de usarla para las ceremonias religiosas sin coste ni pegas. La idea es seguir usando el edificio como se viene haciendo desde siempre, como ermita, pero poder,también, realizar actos culturales no religiosos (en Lónguida no tenemos ningún lugar cubierto donde realizar actividades socioculturales, ni dinero para pagar uno nuevo siguiendo todas las leyes hechas a medida de Pamplona). Desde el arzobispado nos respondieron que estaban dispuestos a aceptar el dinero pero no a ceder la titularidad de la ermita.
Por otro lado, un vecino particular donó unos miles de euros al arzobispado para ayudar a restaurar la ermita. Recibieron el dinero, pero no hicieron ninguna mejora en Santa Colomba, aunque sí que se arregló la iglesia de Meoz al poco de recibirlo. El benefactor siempre pregunta, equivocadamente, en el Ayuntamiento a ver cuándo se arreglará la ermita y, con menos interés, a ver dónde está su dinero. Desde luego, es una buena pregunta.
Puede parecer que estoy intentando pasar la pelota al arzobispado como exconcejal. En cierta medida así es, ellos son los dueños y no quieren ceder en nada a los que están dispuestos a ayudarles. Además, parecen tener poco interés en la restauración, a pesar de que todos los años antes de la romería advertimos del peligro que supone un desprendimiento.
El panorama es parecido en otros casos. En Lónguida hay muchas iglesias y edificios matriculados por el arzobispado que estaríamos dispuestos a arreglar y revivir (tanto iglesias, como ermitas y casas cuidadas por los vecinos en auzolan desde tiempos inmemoriales) y en las que no buscamos impedir al arzobispado su uso religioso. Queremos preservar estos lugares, pero también queremos darles uso, religioso y laico. Se trata de una estrategia de subsistencia patrimonial, social y cultural que pretende no dejar morir un valle viejo y en proceso de vaciado. Por desgracia, parece que la titularidad total vale más y, como siempre, que la avaricia rompe el saco.
Con esto no pretendo quitarle valor a tu visión, solo añadir unos datos complementarios que me parecen importantes.
Postdata: acabo de descubrir tus trabajos y te agradezco tu labor de divulgación, esencial para la memoria en una zona envejecida y en declive.