martes, 2 de febrero de 2021

EL CASTILLO DE LEGUIN

 

EL CASTILLO DE LEGUIN 

Por Simeón Hidalgo Valencia (02 de febrero de 2021) 


Hace años que no subo a la cima del monte Leguin. No quiero tentar a la suerte por tercera vez y la verdad es que he perdido la memoria de cuándo fue la última, pero siempre que voy a Reta admiro este punto tan importante y, en parte, olvidado del valle de Izagaondoa y me pregunto cuándo se recuperará su memoria. 


El sábado pasado, día 30 de enero, me acerqué a Reta. Al llegar, el sol brillaba a la altura de la Peña de Izaga y desde allí iluminaba la cara sur de Leguin de una manera tan especial que me quedé sorprendido. La nitidez del paisaje invernal moteado aún de tonalidades ocres otoñales, unido al arbolado en gran parte carente de hojas, mostraba una cima más despejada que lo habitual en el resto del año.

Tan nítido y despejado lucía que lo primero que hice fue tomar posición en lo alto de la terraza de Patxi, mi cuñado, y sacar una serie de fotografías antes de que las nubes me borraran esa visión tan maravillosa de Leguin.


Me parecía que a simple vista veía los restos de su castillo medieval y quería comprobarlo a través de las fotografías que sacara. Al verlas, al momento comprobé que así era. Por primera vez, gracias a ese momento singular de la luz, divisé en la cumbre de Leguin una línea de piedras, restos de la antigua fortaleza, y me volví a imaginar al castillo en lo alto, como lo representé en 2009 con su torre del homenaje circular dominando altiva desde los riscos de la sierra de Gongolaz vigilando las tierras de Izagaondoa, Unciti, Urroz, Urraúl, Lizoáin, Arriasgoiti, Lónguida o Aoiz.


Hoy lo que quedan, son eso. Piedras desperdigadas, restos de muros y el arranque de una torre humillada desde hace 500 años. Poco más de una fortaleza que fue siempre objetivo militar a derribar por moros y cristianos a lo largo de su existencia.

Su importancia en la vida del Reino de Pamplona - Navarra queda reflejada en la documentación histórica más antigua. Los años de los asedios de 924 y de 1174 son muy conocidos, aunque no lo son tanto los que indican que el castillo o fortaleza de Leguin era muy importante en la estructura político militar del reino, pues los señores que lo gobiernan son en ocasiones firmantes o testigos de acuerdos o donaciones de reyes, monjes o señores de la nobleza o en los documentos se recuerda al personaje importante que está al frente de este lugar a la hora de fechar y signar el documento en cuestión.

Así se hace en la Documentación Medieval de Leire en papeles correspondientes a los años de 1014, 1015, 1024, 1057, 1079, 1085, 1112, 1136, 1137, 1170, 1171 y 1178.[1]

Por poner uno de estos ejemplos tomemos el correspondiente al año de 1171: 

Facta carta in era M ª. ccª.VIIIIª.,IIIIº, nonas iuni, feria .IIIIª., sanctorum Marcellini et Petri. Regnante rege Sancio in Nauarra. Episcopo Petro secundo de Artassona in Pampilona. Sancius Renimiriz in Leguin et in Sangossa et in Aiuar…”[2] 

Cuando se formó el Grupo cultural Valle de Izagaondo -desde el 2012 Asociación Grupo Valle de Izagaondoa- allá por 2010 se hicieron varias visitas guiadas a Leguin con el fin de recuperar su memoria y darlo a conocer a la sociedad navarra. En una de ellas hice la explicación a los asistentes y escribí la reseña de la actividad de esta manera:


LA CONQUISTA DEL CASTILLO DE LEGUÍN 


Alrededor de una docena de personas conquistaron el domingo, 10 de octubre de 2010, el Castillo de Leguín. Sin miedo a las inclemencias del tiempo este grupo de valientes voluntarios, convocados por el Grupo Cultural Valle de Izagaondoa, respondieron animosamente y a la hora prevista emprendieron la marcha.

Si el emir Abd Al Rahman III allá por el 924 o el rey castellano Alfonso VIII en 1174 acudieron con la intención de conquistarlo y destruirlo, este pequeño ejército lo ha hecho en son de paz para conocer su historia y sacarlo de su tumba centenaria.


Los restos de su torre de vigía circular, los cimientos perimetrales que protegían el recinto, así como los restos de la gran muralla que lo defendía, todo lo han observado absortos y se han preguntado por qué siguen estas piedras, que en su día defendieron al Reyno de Navarra, humilladas por los suelos, pudiendo ser de nuevo la atalaya que muestre a los izagaondoarras el camino del progreso en este siglo XXI.

A sus pies, la fuente de los moros también les ha recibido, pero no les ha podido invitar a probar de sus frescas aguas porque la bóveda se ha derrumbado y ha colmatado el recinto del aljibe, aunque ha clamado al cielo y una intensa lluvia les ha refrescado y hasta empapado hasta los huesos, pero la voluntad de estos valientes no se ha doblegado porque el domingo, día 10 de Octubre de 2010 conquistaron de nuevo el castillo de Leguín y ya en los llanos del valle  animan a sus vecinos a unirse para promover su recuperación ante la Institución Príncipe de Viana participando en la medida de sus posibilidades en la misma empresa.” 

De la fuente o aljibe medieval de Leguin también nos acordamos en “La Ruta de las Fuentes o Aljibes Medievales” realizada el 27 de junio de 2010, y de ella escribí: 


“Además, aunque no se visita en la actualidad, está la fuente de Los Moros en el monte de Leguín. Hay que rehabilitarla y en su momento será una visita en sí misma pues entrará dentro de la ruta de la fortaleza de Leguín, cuya importancia en la defensa del Reino de Pamplona y después de Navarra fue decisiva”.
 

Y hablando de la fuente o aljibe de Leguin también en su día se redactó un anteproyecto de recuperación en octubre de 2011, que por desgracia quedó en eso, en proyecto, a la espera de que en algún momento le llegará su hora, pero que al recordarlo en el presente 2021 veo que sigue teniendo plena validez. 

En la Memoria Escrita del “ANTEPROYECTO DE RESTAURACIÓN DE LA FUENTE DEL MORO” se hablaba del porqué de esta restauración y se decía: 

“De acuerdo con el objetivo básico de nuestro Grupo, planteamos la recuperación de La Fuente del Moro por ser parte del Patrimonio situado en el Valle de Izagaondoa.

En un valle que tiene la categoría de “deprimido” hay que movilizar todos los recursos para revitalizarlo. El Grupo está trabajando en este sentido y a través de sus actividades de tipo cultural y visitas guiadas está logrando que cada día más gente venga a visitarlo y a conocer sus joyas patrimoniales, entre las que La Fuente del Moro es una de ellas.

Con este criterio plantea la adecuación de la fuente y de su entorno. Este lugar podría ser la etapa de descanso en la que los montañeros-visitantes del Castillo de Legin, en la cumbre del mismo nombre, puedan hacer una primera parada en el ascenso y tomar un refrigerio a la sombra del robre existente junto a la fuente, sentados en el “merendero” que se habilitaría, con el mayor respeto al medio ambiente y al entorno. De esta manera se recuperaría parte del patrimonio y se daría a conocer. Se facilitaría la llegada de montañeros y estudiosos al subir al Castillo y formaría parte de la oferta cultural del Grupo Valle de Izagaondoa.” 

Y en el resumen del proyecto escrito se recogían estos nueve puntos: 

“Este proyecto:

-Intenta recuperar el Patrimonio del Valle de Izagaondoa.

-Propone la colaboración de todos:

                -Propiedad.

                -Corporación Municipal.

                -Vecinos.

-Beneficia a todas las partes implicadas.

-Dará más vida a nuestro Valle de Izagaondoa.

-Creará puestos de trabajo, si se promueve a través del INE.

-Unirá más a los vecinos en una empresa común. Auzolan.

-Permitirá contar con una fuente más en la “Ruta de las                     Fuentes”.

-Potenciará la oferta turística del valle.

-Abrirá el camino para poder actuar arqueológicamente en el             Castillo de Legin.” 

La Memoria Gráfica es la siguiente: 







El sábado pasado, día 30 de enero de 2021, una luz especial, nunca vista por mí, iluminó el monte Leguin y como en la cercana iglesia de San Martín de Artáiz en los solsticios y equinoccios la luz me ha ayudado a ver lo que habitualmente no veo y a descubrir y destapar las huellas de la Historia de Izagaondoa y también las huellas de los primeros pasos, escritos y proyectos que impulsé desde el Grupo Valle de Izagaondoa, allá por el 2010-2011 y lo muestro ahora, tras el paso de una década, en la esperanza de que las gentes de Izagaondoa serán, ahora, más receptivas y activas en la recuperación del patrimonio que Leguin esconde.





[1] ANGEL J. MARTÍN DUQUE, Documentación medieval de Leire (siglos IX a XII), Diputación Foral de Navarra. Institución Príncipe de Viana. Pamplona 1983. Documentos Nº: 15, 16, 17, 18, 22, 52, 53, 58, 104, 115, 247, 310, 311, 322, 328, 329, 330, 341,

[2] Idem, documento nº 329, pág.426-427.

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