Mª BLANCA IZCO. MAESTRA EN ARTÁIZ
Por Simeón Hidalgo Valencia (11 de junio de
2019)
Lo que más me gustó del día 8 de junio pasado en Artáiz, no fue tanto la
gran afluencia de personas que acudió a conocer la reproducción de las pinturas
neogóticas recientemente colocadas en el ábside de la iglesia de San Martín y
para escuchar al coro del Colegio de Médicos de Navarra, sino el tener la
ocasión de conocer a una persona de esas que merece la pena que se cruce en tu
camino, pues posiblemente fuera la única que realmente deseaba volver a estar
en Artáiz por unas horas y recordar los años en que vocacionalmente trabajó con
las niñas y niños de Artáiz a mediados del siglo pasado. La Señora, o como
familiarmente la llamaban por entonces, la Señorita Mª Blanca Izco Ibero.
La Señorita Mª Blanca tiene ahora 89 años, pues me dice que nació el 13
de abril de 1930 y lejos quedan los tiempo en que regentaba la escuela unitaria
de Artáiz, donde una treintena de niños y niñas de todas las edades acudía
todos los días a formarse. “Los dividía por grupos y mientras los
mayores estudiaban o hacían los ejercicios yo enseñaba a los más pequeños.”
Ahora no se ven niños ni niñas en Artáiz, salvo algún fin de semana o en
época estival y la escuela en la que ejerció vocacionalmente su magisterio la
Señorita Mª Blanca es hoy día un centro cultural. “Sala de Interpretación de la Escultura Románica”, la denominan.
La Señorita Mª Blanca tiene muy buen recuerdo de los años 1954-57 en que
ejerció en Artáiz. Me dice que estuvo de patrona en casa de Estanislada Sada y
Félix Villanueva, que por entonces, después de la guerra, para paliar las
necesidades alimenticias de los pequeños se les daba en el recreo un vaso de
leche en polvo y un trozo de ese queso amarillo de los americanos, que ella fue
maestra por vocación (y su mirada se ilumina al decirlo y yo la entiendo
perfectamente porque yo también tuve esa vocación), que se calentaban con una
estufa de serrín (estufa que hoy forma parte de las piezas etnográficas del
Petrus Museum, cedida por el Concejo de Artáiz), que conserva aún una preciosa
mantilla que bordaron y le regalaron las jóvenes del pueblo en reconocimiento
de las labores que a su vez les enseñaba a las chicas casaderas de Artáiz por
las tardes, donde en clases de costura preparaban su ajuar.
Mientras me cuenta estas cosas está pendiente de que no se le escape el
autobús que ha venido desde Pamplona y tanto su hija, también de nombre Blanca,
y uno mismo, le decimos que no se preocupe que no se va a marchar sin ella.
Es breve la entrevista, pero intensa de emociones y recuerdos. Para mí
lo mejor del día, pues he conocido a alguien que sí quería venir desde el
sentimiento a Artáiz para verlo de nuevo y saber cómo ha cambiado después de
más de setenta años.
Me despido de la Señorita Mª Blanca con un par de besos y un abrazo y me
quedo en el presente con la nostalgia de ver las sombras de niñas y niños
correteando por las calles vacías de Artáiz.
“Como eran familias numerosas había entonces muchos niños en los
pueblos.”
Por muchos años, Señorita.
Coro del Colegio de Médicos de Navarra actuando en San Martín de Artáiz.
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