SAN MIGUEL DE IZAGA Y DON JULIO
GORRICHO MORENO.
Por Simeón Hidalgo Valencia (02 de
septiembre de 2024)
Es
2 de septiembre. De par de mañana el aviso del whatsapp me despierta. Es Mikel
Zuza, compañero de asociación y amigo, quien a las 8,38 nos comunica al grupo
de la asociación Grupo Valle de Izagaondoa, el fallecimiento, el pasado 31 de
agosto, de D. Julio Gorricho Moreno, sacerdote que ejerció de párroco por
Izagaondoa (Idoate, Lizarraga, Zuazu y Reta) y conocido y querido igualmente por
el resto de los pueblos del valle al presidir las romerías a San Miguel de
Izaga todos los años en que desarrolló su labor pastoral en esta tierra.
Precisamente
tenía a D. Julio muy presente en estos días porque estoy transcribiendo unos
escritos de D. Fermín Zuza Zunzarren, padre de Mikel, que posiblemente vea la
luz el año próximo y que fue uno de los principales impulsores de la
restauración de la ermita-basílica de San Miguel de Izaga.
Anotó
en su libreta, paso a paso, lo que se hizo durante más de una década para
lograr su rehabilitación y cuando se estaban ya ejecutando dichas obras D.
Julio fue nombrado párroco de los pueblos citados. D. Fermín busca en sus
recuerdos y anota:
“En este tiempo, nuevamente, cambiaron de párroco en
los pueblos que a principio cito (Idoate, Lizarraga, Zuazu y Reta). Como es
natural en la ermita cesó Don Jesús Salcedo y le sucedió D. Julio
Gorricho Moreno. Este Sr. es de Lerín y está a su vez de profesor en el Seminario
de Pamplona. Es conservador de las costumbres en las romerías y en ellas
cantamos las salves a las Vírgenes de Ujué y Roncesvalles en los sitios de
costumbre y los gozos de San Miguel a la llegada y despedida de la Ermita”.
Pude
comprobar en diciembre de 2012, cuando como asociación organizamos la visita a
la gran exposición celebrada en la catedral de Pamplona con el título de “OCCIDENS”,
el cariño y buen recuerdo que los vecinos de Izagaondoa tenían con D. Julio
quien a su vez se sintió muy reconocido cuando, preparando la visita, le comenté
si pudiera colaborar en la misma con sus antiguos feligreses. Fue algo que se
me grabó. Llevaba aún, como canónigo, a los feligreses de Izagaondoa y a San Miguel
de Izaga en su corazón. Se lo noté.
15 de diciembre de 2012. Visita a la exposición “OCCIDENS”.
El
recuerdo y el cariño de los que, ya mayores hoy en día, conocieron a Don Julio
en Izagaondoa se ha renovado con la noticia de su fallecimiento y una oración
sube al cielo donde “San Miguel, como portador de la balanza, le habrá
tenido en cuenta a la hora de sopesar el bien y el mal”.
Descanse en Paz, Don Julio.